Brasil: Gustavo Bebianno, secretario de presidencia acusado de corrupción, fue despedido por Jair Bolsonaro
Brasil: Bolsonaro echa a un ministro clave por un caso de corrupción
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, echó este lunes a un ministro clave, el secretario general de la Presidencia, Gustavo Bebianno, en medio de un escándalo de corrupción vinculado al desvío de dinero público para la campaña electoral del gobernante Partido Social Liberal (PSL).
El desplazamiento, ordenado un mes y medio después de la llegada de Bolsonaro al poder, fue confirmado por el portavoz de la Presidencia, general Otávio Rego Barros, quien en una conferencia de prensa dijo que la decisión fue tomada “por el fuero íntimo” del mandatario, sin dar mayores explicaciones, y añadió que será reemplazado por un general.
Bebbiano era presidente del PSL en la época de la campaña y es considerado responsable por el uso de “candidatos testaferros” para repartir partidas de dinero público asignadas a las campañas electorales.
El clima estaba enrarecido porque Bebianno había denunciado que recibió amenazas de muerte luego de que partidarios del presidente divulgaran su número de teléfono celular por las redes sociales.
Bolsonaro intentó moderar la crisis de su gabinete con el anuncio de su portavoz de que el jueves irá personalmente al Congreso para presentar el mayor proyecto de su gobierno, la reforma jubilatoria, que es la principal medida del ajuste económico planificado por el superministro de Economía, Paulo Guedes.
El escándalo que involucra al PSL revelado por el diario Folha de Sao Paulo erosionó parte de la agenda del gobierno.
El asunto tiene como eje a Bebianno y llevó al hijo del mandatario, concejal por Río de Janeiro, Carlos Bolsonaro, a acusarlo públicamente de “mentiroso”.
“Cuando salga del cargo voy a hablar, estoy acomodando las cosas en mi cabeza”, había dicho Bebianno, quien era presidente del PSL en la campaña electoral del año pasado, antes de que se conociera que había sido cesado.
Carlos Bolsonaro llamó por Twitter “mentiroso” a Bebianno por haber dicho que había conversado tres veces con su padre por el escándalo de desvío de dinero público de campaña a testaferros que simularon actos proselitistas en el estado de Pernambuco, algo que fue desmentido por el hijo del presidente.
El caso puso de relieve el tránsito irrestricto de los tres hijos políticos de Bolsonaro en el Palacio del Planalto y consolida el rol central del núcleo militar del gobierno.
De hecho, el reemplazante de Bebianno en la secretaría general de la Presidencia será el general retirado Floriano Peixoto Vieira Neto.
Así, ascenderán a nueve los miembros del núcleo militar dentro de la Casa de Gobierno, todos ellos en funciones clave. El escándalo de desvío de dinero por el cual está investigado Bebianno forma parte de los artilugios de los llamados partidos “de alquiler” como el PSL -al que Bolsonaro adhirió el último año- para aumentar su recaudación. Bebianno negó que esté preparando una denuncia contra Bolsonaro, como lo que circuló el fin de semana, como gesto de venganza por haber sido acusado del desvío de dinero.
El gobierno se enfrenta esta semana a dos proyectos refundacionales de la estructura brasileña, como el paquete de medidas contra el delito del ministro de Justicia, el ex juez del Lava Jato, Sérgio Moro, y la reforma jubilatoria, que debe aprobarse con una mayoría especial parlamentaria por tratarse de una reforma constitucional y que pretende elevar la edad a los 65 años para los hombres y a los 62 para las mujeres. Actualmente no hay límite de edad y sólo cuenta haber cotizado durante 35 y 30 años respectivamente.
“Voy a devolver el triple de amenazas que me hicieron pero en forma legal, denunciando a todos”, afirmó Bebianno, quien negó haber dicho a interlocutores que Bolsonaro se había vuelto loco, como publicó un columnista de la cadena Globonews.
Bebianno está sospechado de formar parte del envío, durante la campaña, de unos 120.000 dólares del fondo partidario obligatorio del Estado a una candidata fantasma para supuestamente usarla de testaferro.
Desde entonces, aliados del mandatario se han dividido por el protagonismo que Bolsonaro ha dado a su hijo Carlos, que no ocupa ningún cargo en el gobierno federal, y por cómo trató a Bebianno, uno de sus hombres de confianza.
La crisis tuvo a maltraer a los mercados que temen que el desgaste político de Bolsonaro comprometa el avance de la reforma de las jubilaciones. La Bolsa cayó ayer un 1,04% y el real perdió terreno frente al dólar, cotizándose a 3,73 unidades por billete verde, frente a 3,70 al cierre de los mercados del viernes. En el terreno negativo, las acciones ordinarias de Petrobras Distribuidora, una de las filiales de la estatal Petrobras, encabezaron las pérdidas de la jornada al caer un 3,51 %.
Un ministro de Bolsonaro en caída libre
A pesar de haber advertido que si caía no iba a caer solo, el aún ministro brasileño, Gustavo Bebianno, afirmó ayer que pese a su despido no va a atacar al gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. El ministro de la Secretaría General de la Presidencia está en el ojo de la tormenta desde la semana pasada después que un periódico local revelara que Bebianno estaba detrás de un esquema de desvíos de dinero público destinado a financiar las candidaturas de mujeres del Partido Social Liberal (PSL). Se espera que hoy el Palacio de Planalto dé a conocer el despido en el boletín oficial.
“Yo no voy a salir del gobierno con una mancha de ladrón, de promotor de ‘candidaturas laranjas’ o de traidor”, dijo Bebianno, citado por el diario Folha de San Pablo. El término “candidaturas laranjas” se refiere al hecho de participar en las elecciones como candidato, pero que cuyos objetivos finales sean acciones irregulares, como desviar dinero del fondo electoral. Entonces, el candidato “laranja” da su nombre para salir como candidato, pero en realidad forma parte de una confabulación con otras personas.
Bebianno negó, asimismo, que va a salir a atacar al gobierno del ultraderechista. Coordinador de la campaña presidencial de Bolsonaro, el ministro sería portador de secretos importantes que, de ser revelados, podrían sacudir la permanencia de aquél al frente del país, según el rotativo paulista. “No voy a hacer eso. Brasil no lo merece. Yo no tengo nada que declarar sobre el presidente”, continuó el todavía ministro.
No obstante, ayer, el diario Globo informó que Bebianno había dicho que Bolsonaro es una persona loca y un peligro para Brasil. El todavía ministro lo niega vehementemente. “Nunca dije nada parecido sobre el presidente. Estoy triste con la situación, pero no le dije loco ni nada. Ahora es el momento de enfriar la cabeza, buscar el equilibrio y mirar hacia el futuro, cuidar el país”, dijo Bebianno citado por Folha.
Ahora, el problema es ver quién reemplazaría al funcionario caido en desgracia: los dos pilares del gobierno de Bolsonaro, el PSL y los militares, se disputan el puesto. El PSL afirma, por su lado que es necesario mantener la representatividad de las actuales dos carteras que tiene en el gobierno, indicó el matutino de San Pablo. El partido ultraderechista tiene hasta el momento dos representantes: Bebbiano en la Secretaría General de la Presidencia y Marcelo Alvaro Antonio, en el ministerio de Turismo. Sin embargo, ambos están envueltos en el mismo escándalo.
Hasta ahora, el favorito de los militares para asumir el puesto es el general Floriano Peixoto, quien hoy es el secretario ejecutivo del ministerio. La idea del sector castrense es que Peixoto pase a ocupar interinamente la función. El militar es general de la reserva del Ejército y fue comandante de la misión en Haití. Además de él, otro militar de la reserva está en la lista de los posibles ocupantes del cargo: el general Maynard Marques, que hoy ocupa la Secretaría de Asuntos Estratégicos del ministerio.
Por otro lado, aliados del vicepresidente, el también general Hamilton Mourao, defienden que él sea el nuevo jefe de la Secretaría General. A Mourao no le faltarían ganas, puesto que ya ha dicho que le gustaría tener una función administrativa en el gobierno. Frente a este escenario, el poder del PSL de nominar un reemplazo se ve como poco probable.
Saiba quem é Gustavo Bebianno e entenda a crise gerada no governo de Jair Bolsonaro
O ministro da Secretaria-Geral da Presidência, Gustavo Bebianno, que deve ter a sua saída do governo confirmada nesta segunda (18), é o pivô da primeira crise política do governo do presidente Jair Bolsonaro, gerada pela suspeita de que o PSL, partido de Bolsonaro, fez uso de candidatura «laranja» nas eleições de 2018 para desviar verbas públicas.
Bebianno era o presidente nacional do PSL durante a eleição do ano passado. Ele foi uma das figuras mais próximas ao presidente durante a campanha e atuou como um dos conselheiros do então candidato na disputa.
Advogado de formação e faixa-preta em jiu-jitsu, Bebianno tem 54 anos e conheceu Bolsonaro em 2017, quando o presidente ainda era deputado. Nessa época, ele se ofereceu para atuar em processos judiciais de Bolsonaro de graça.
Bebianno ganhou a confiança de Bolsonaro a ponto de dirigir o partido durante a eleição e de acompanhar de perto a recuperação do então candidato após o episódio da facada. Bebianno foi um dos primeiros ministros anunciados pela gestão Bolsonaro.
Militares atuaram para tentar evitar a demissão de Bebianno
Durante as 48 horas mais tensas dos primeiros 45 dias de governo, entre a quarta e a quinta-feira, três militares instalados no Palácio do Planalto tentaram aconselhar o presidente Jair Bolsonaro a recolher as armas. A ação era tentar manter no cargo o ministro da Secretaria-Geral, Gustavo Bebianno, acusado pelo vereador Carlos Bolsonaro de ter mentido ao dizer que falou por três vezes com o chefe sobre o esquema de candidaturas laranjas no PSL. Entre os assistentes originários dos quartéis, as atenções estavam voltadas para o chefe do Gabinete de Segurança Institucional (GSI), Augusto Heleno. A estratégia, porém, estava fechada com os ministros da Defesa, Fernando Azevedo, e da Secretaria de Governo, Carlos Alberto dos Santos Cruz — mas acabou fracassada com a fragilidade e a humilhação sofrida por Bebianno.
Sem resultados definitivos, a ação coordenada pelo grupo militar tentou reduzir os danos de uma fritura contra um ministro iniciada pelo filho do presidente. Se ficou pelo meio do caminho, não deixou de mostrar a força dos conselheiros de Bolsonaro. Se dependesse de Carlos e de Jair, pelo menos no que foi exposto publicamente, Bebianno teria caído ainda na quarta-feira, antes mesmo da volta do presidente a Brasília, depois do período de hospitalização em São Paulo. A questão é até quando os experientes militares reunidos no Palácio do Planalto terão paciência para servir de tutores de crises familiares. “Eles estão ali para resolver problemas de ordem maior, pelo menos é o que esperam e se dizem preparados. Comparam a tarefa como uma missão, mas isso não significa servir de babá”, diz um parlamentar que, pelo próprio teor da declaração, preferiu não se identificar.
Os primeiros dias de governo mostraram um bate-cabeça a partir da própria inexperiência dos novos integrantes civis do governo. “Houve uma mudança muito grande, tanto de organização quanto de pessoal. Os mais experimentados estão nos ministérios chefiados por militares, que funcionam como contrapesos, apagando incêndios e colocando o trem nos trilhos”, diz Paulo Calmon, diretor do Instituto de Ciência Política da Universidade de Brasília (Ipol/UnB). A falta de gestores veteranos na máquina pública só é comparada ao período do início do primeiro mandato do PT na Presidência. A diferença entre os dois governos é que na gestão de Luiz Inácio Lula da Silva muitos funcionários foram trazidos de estados e municípios. “Tudo agora parece mais caótico”, afirma Calmon.
Dúvidas
A dificuldade é saber qual o papel pretendido pelos ministros vindos da caserna no governo Bolsonaro. “Ainda não está claro qual é o objetivo deles. Neste momento, eles parecem satisfeitos como integrantes de um grupo mais experiente em apoio ao bloco dos políticos, buscando apagar incêndios, como no caso Bebianno”, diz Calmon. Entre as décadas de 1960 e 1990, havia um objetivo anunciado contra o comunismo. “Mas hoje não entendemos qual é o plano para o governo”, afirma o professor, para completar: “Isso não significa que não possam assumir o papel de tutores no futuro próximo.” Para um parlamentar ligado ao Planalto, há um interesse corporativista, mais ordinário em busca de cargos, do que um projeto de nação.
Com ou sem projeto definido de poder, os militares estão incomodados com o protagonismo de Carlos desde o momento que o filho de Jair Bolsonaro resolveu sentar na capota dobrada do carro oficial durante o desfile da posse na Esplanada. “Aquilo foi uma atitude infantil de demonstrar poder, mas ninguém sabia que ele seria capaz de tentar derrubar um ministro”, afirma um oficial das Forças Armadas, antes da saída definitiva de Bebianno do governo. A forma com que Bolsonaro tem evitado a liturgia do cargo também preocupa.
Moderador
O cientista político norte-americano Alfred Stepan (1936-2017) dedicou parte dos estudos aos militares no Brasil. De maneira geral, pesquisou o “poder moderador” da caserna nos episódios mais tensos da história da República, em 1889, quando o Exército depôs o imperador Dom Pedro II. Até 1963, os militares participaram de uma série de intervenções, assumindo inteiramente o poder a partir de 1964, deixando de lado qualquer referência de ordem moderada; afinal, tomaram os palácios.
Com o fim da ditadura, os militares se recolheram e só voltaram a mostrar os dentes com a impossibilidade do Supremo Tribunal Federal (STF) em ser o poder moderador, muito por conta das guerras internas e das decisões divergentes e indefinidas. A partir daí, generais como Hamilton Mourão e Eduardo Villas Bôas começaram a testar declarações mais controversas. A história até aqui todos sabem: o amplo apoio e participação no governo Bolsonaro. Resta saber quais serão os próximos capítulos e os tamanhos das crises.