A 30 años del golpe de 1989: el stronismo ayer y hoy – Por Cecilia Vuyk

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Por Cecilia Vuyk *

Los 30 años del golpe de Estado en Paraguay traen la reflexión de lo que significó la dictadura cívico militar stronista (1) y lo que significa hoy, con un presidente hijo de quien fuera la mano derecha del dictador y un gabinete con importantes figuras del stronismo que lo reivindican. Si bien estas pueden ser muestras de un stronismo que no se fue, lo principal radica en lo que el stronismo es como sistema político, social y económico, más allá de sus actores específicos.

La lectura idealista ha instalado que “la dictadura fue el dictador”, y centró su análisis en el abuso de poder político, aislandola función política, económica y social que la dictadura cumplió.

Sobre el esquema de dominación extranjera instalado tras la Guerra de la Cuádruple Alianza (2) (1865-1870), la dictadura consolidó la dependencia paraguaya del imperialismo norteamericano y subimperialismo brasileño, profundizando el latifundio, el endeudamiento y el Estado al servicio de estos. La crisis del capital internacional de posguerra y la creciente disputa interimperialista entre Estados Unidos y la Unión Soviética marcaron la necesidad de expansión del capital financiero, las empresas y la extracción de recursos naturales,energía y plusvalía.

La sociedad paraguaya contaba un importante nivel de organización y lucha que iba creciendo. La aplicación de estas políticas económicas requirió deterror. La doctrina de seguridad nacional y contrainsurgencia persiguió a los movimientos que se oponían al régimen, con aniquilamiento (asesinato, desaparición, tortura), conquista de bases sociales (prebendas y control político) e institucionalización (incorporación de sectores de la oposición al esquema de dominación).

Un hito que marca la dominación extranjera es la firma del Tratado de Itaipú en 1973. El Tratado cedió al Brasil territorio nacional paraguayo, estableció la potestad de Brasil de invadir Paraguay, cedió la producción energética a los monopolios extranjeros asentados en Brasil y creó una entidad binacional que garantizó los intereses brasileños. Endeudó al pueblo paraguayo y brasileño con los capitales brasileños y norteamericanos, principalmente, en una deuda espuria de casi 40 veces más de su costo inicial.

Las dictaduras pactaron la Marcha al Este/Oeste: la entrega de tierras paraguayas a colonos brasileños a bajo costo, con la entrada de los monocultivos extensivos de cereales -principalmente soja- bajo el control de transnacionales del agro, como Cargill. Entregó tierras a los amigos del poder no sujetos de la reforma agraria -tierras mal habidas-, calculadasen casi 8 millones de hectáreas, casi 20% de las tierras productivas del país. El Tratado, el pago de la deuda y la estructura latifundista bajo control principalmente extranjerosiguieron intactos y creciendo.

El golpe de Estado del 2 y 3 de febrero fue un autogolpe de la burguesía terrateniente, comercial, contrabandista y financiera a través de un grupo de militares para resguardar su poder, frente al avance del movimiento popular que avizoraba un levantamiento que podría derrocar al régimen y cambiar el esquema de dominación, en un escenario internacional donde los demás regímenes de seguridad nacional fueron institucionalizándose. El consuegro y mano derecha del dictador, Gral. Andrés Rodríguez, encabezó un golpe de Estado que llevó a Strossner a renunciar y exiliarse en Brasil -donde murió impune en el 2006-, y éste ganó luego las elecciones que inician la “transición democrática”. En su discurso, Rodríguez detallaba que el golpe era “en defensa de la dignidad y el honor de las Fuerzas Armadas, por la unificación plena y total del coloradismo en el gobierno, por la iniciación de la democratización del Paraguay, por el respeto a los Derechos Humanos, por la defensa de nuestra religión.”

Por la fuerza y lucha de la clase trabajadora y sectores democráticos, los stronistas se vieron obligados a ceder cierto control político, con lo que se dio una apertura de libertades democráticas y derechos luego del golpe del ´89.

Sin embargo, estas concesiones han estado siempre condicionadas al mantenimiento de su esquema de dominación, volviendo a implementar mecanismos de coerción y violencia explícita cuando su hegemonía se veía comprometida, como en el golpe de 2012, en las represiones a la lucha por la tierra y las huelgas yen la progresiva pérdida de libertades a la libre expresión, manifestación y asociación.

No estamos viviendo la dictadura stronista, pero seguimos viviendo el stronismo, con su estructura económica profundizada, más sofisticados mecanismos de espionaje y persecución, pero un mayor avance y conquistas democráticas y libertades del pueblo movilizado, base de la lucha y el cambio de este esquema de dominación.

Como en la dictadura, nuestra principal tarea la amplia unidad nacional de todos los sectores democráticos que nos permita revertir las trabas al desarrollo que este esquema de dominación extranjera ha instalado. Estos 30 años nos dejan varias lecciones y aprendizajes. Sigamos avanzando.

*Cecilia Vuyk, militante social y política, docente e investigadora asociada del centro Cultura y Participación para el cambio social. cecivuyk@gmail.com / tw: @cvuyk

Notas:

  • Hablamos de dictadura cívico-militar porque, si bien la misma fue encabezada por militares, el gabinete y el esquema de poder contó asimismo con importantes sectores civiles de la burguesía terrateniente, comercial y financiera como actores claves, cuyo rol no puede ni debe minimizarse.
  • Hasta hoy, la bibliografía oficial habla de la “Guerra Grande”, la “Guerra de la Triple Alianza” o -en la historia invasora brasileña y argentina- la “Guerra del Paraguay”. Sin embargo, es fundamental visibilizar -y con ello denunciar- que la guerra contra la República independiente del Paraguay fue impulsada y financiada por Gran Bretaña, y ejecutada por Brasil, Argentina y Uruguay, por ello la llamamos de la “Cuádruple Alianza”.

Referencias:


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