Una nueva caravana de migrantes hondureños sale rumbo a EEUU
Otra caravana de hondureños sale hacia EEUU en busca de mejores condiciones de vida
Otra caravana de hondureños partió este domingo en una larga travesía hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, pese a las políticas del presidente Donald Trump para bloquear el paso a las tres anteriores, informaron las autoridades.
Con pocas pertenencias, varios grupos de personas fueron llegando desde la tarde del sábado a la terminal de autobuses de San Pedro Sula, ubicada 180 km al norte de la capital, de donde salieron este domingo.
En grupos pequeños, unas 400 personas iniciaron la caminata a la orilla de la carretera que conduce a la frontera con Guatemala.
La policía indicó en un comunicado que de ese grupo, 153 personas llegaron en tres autobuses a la aduana de Agua Caliente, en Guatemala.
A esas personas «se les hizo saber que tienen que realizar un prechequeo» en la oficina de Migración para poder cruzar la frontera a Guatemala, añadió el comunicado.
En la madrugada del martes, una tercera caravana había salido también de la terminal de San Pedro Sula con cerca de 2,000 personas, de las cuales cientos cruzaron el sábado a México por el puesto fronterizo de Tecún Umán, en Guatemala.
El 13 de octubre partió la primera caravana de San Pedro Sula con cerca de 2,000 hondureños y cuatro días después salió la segunda con menos integrantes desde el sur del país.
Estas caravanas han provocado la irritación del presidente estadounidense que quiere construir un muro en la frontera entre su país y México para bloquear a los migrantes.
La seguridad de la frontera y la construcción del muro han provocado una confrontación entre el presidente republicano y los demócratas que mantienen el cierre parcial del gobierno estadounidense.
Honduras y México articulan esfuerzos para atender migrantes
Los gobiernos de Honduras y México intercambian información para velar por la protección de los derechos de los migrantes hondureños que pasan con el deseo de llegar Estados Unidos, informó el embajador hondureño en suelo mexicano, Alden Rivera.
Rivera, junto con la directora de Protección al Hondureño Migrante, de la Cancillería, Liza Medrano, se encuentran en la Ciudad de Hidalgo, donde funciona un centro de operaciones para trabajar de forma articulada con el Gobierno mexicano.
En ese sentido, la Embajada de Honduras trabaja de forma conjunta con el Instituto Nacional de Migración mexicano para certificar la nacionalidad de los migrantes centroamericanos que crucen la frontera y se identifiquen como hondureños.
La información y asistencia a los migrantes centroamericanos se brinda en un albergue temporal que el Gobierno mexicano instaló en las oficinas migratorias de Ciudad Hidalgo, donde se recopilan los datos de cada una de las personas, a fin de otorgarles una visa de carácter humanitario que les permite circular libremente por toda esta nación norteamericana, declaró el embajador hondureño.
Explicó que en el campamento se les hace conciencia a los migrantes sobre los peligros que corren de la ruta migratoria al enfrentarse con bandas criminales que se dedican a la trata de personas, explotación sexual, tráfico de órganos y crimen organizado, entre otros riesgos que pueden llevarlos a la muerte.
El embajador Rivera indicó que la oficina hondureña en Ciudad Hidalgo funcionará como los consulados móviles que se instalaron en Tijuana y Mexicali con el objetivo de atender a sus connacionales y velar por sus derechos.
Asimismo, ofrecen servicios de documentación y acreditación de nacionalidad, así como asesorías para el proceso de solicitud de refugio y asilo en México y Estados Unidos.
Este punto de atención a migrantes funcionará de forma simultánea con el Consulado Móvil de Tijuana, que comenzó a operar a mediados de noviembre pasado.
Niños, el pasaporte de los migrantes de la caravana
Otro contingente de más de mil migrantes, entre ellos, unos 200 niños, partió en las últimas horas hacia México con el objetivo de alcanzar a la caravana que salió el pasado 14 de enero y entrar en bloque, por medio de Tijuana, a Estados Unidos.
La noche del sábado salieron en autobuses alrededor de mil personas de la Gran Central Metropolitana hacia los puntos fronterizos de Agua Caliente y Corinto. Mientras en la madrugada de ayer, medio centenar emprendió el viaje caminando por la carretera de occidente. En esta nueva columna de personas viajan Dasaet (de 3 años) y Zoed (de 2 años) en un carrito de plástico que es empujado por su progenitora Rusbi Bonilla.
“El último en salir de Honduras que apague la luz”, dijo bromeando Bonilla, quien piensa que “el país está quedando sin gente” porque “todos creen que este es el momento” oportuno para entrar a Estados Unidos. “Después será difícil”.
Desde octubre de 2018, Bonilla, bachiller en control de calidad y producción, estuvo barajando entre “ir y no ir en la caravana”. Finalmente, el sábado tomó la decisión y ayer integraba el grupo que salió a las 5:10 de San Pedro Sula.
Como la mayoría de los 50 viajeros de este enésimo grupo, vistiendo una camiseta, jeans, tenis y cargando una mochila, Bonilla comenzó a caminar la ruta de 4,349 kilómetros (entre San Pedro Sula y Tijuana, México), “con la esperanza de entrar a un país que es visto como la tierra prometida”, por las personas pobres de Centroamérica.
“La mayoría de personas se irá del país. Los que no aprovechen las primeras caravanas se quedarán afuera”, dijo. “Yo decidí viajar con mis dos niños porque mis amigos de la primera caravana ya están en Estados Unidos. Sufrieron, pero lograron el sueño. No todo es color de rosa”.
Bonilla, residente del barrio Medina de San Pedro Sula, espera llegar a Tijuana empujando el carrito que carga a sus dos hijos que lleva con el consentimiento de su marido.
“Espero que Estados Unidos me dé el ingreso. Llevo a mis hijos y llevó una denuncia por violencia doméstica. Esa es la causa por la cual me voy, mi esposo me golpeaba mucho”, explicó.
Cerca de Bonilla caminaba Glenda Maritza González, quien viajó desde Tocoa, Colón, para adherirse a la caravana, con su hijo de 3 años y su cuñada, también, con sus dos vástagos, de 5 y 8 años. “La situación está perra en este país. En Tocoa trabajaba de todo: aseando casas, echando tortillas, lavando ajeno. Ganaba dinero, pero no me ajustaba. Mi marido es técnico en refrigeración y tiene más de un mes de no trabajar”, arguyó González.
“Yo no quiero que mi hijo crezca con más sufrimiento y creo que con él me facilitarán la entrada”.
González (viaja con la venia de su cónyuge, Gilberto Escobar) y su cuñada abordaron un bus en Tocoa la noche del domingo y en la madrugada de ayer llegaron a la Gran Central manteniendo comunicación telefónica con el “coordinador de la caravana” que llegó a la terminal a las 5:00 de la mañana.
Coordinador
Los emigrantes, que estaban dispersos en una de las aceras de la terminal, se agolparon alrededor del coordinador (vestía una camiseta anaranjada, jean, gorra negra) para escuchar las últimas instrucciones.
“¿Por cuál lado quieren, por este lado (occidente) o por este otro (Corinto)?”, les preguntó el coordinador, un hombre de tez clara y mediana estatura. Los migrantes le respondieron que por Agua Caliente. “Nos vamos a ir todos a pie porque hay gente que no lleva suficiente dinero”, dijo. “Arrancamos ya porque la hora de salida era 5:00 de la mañana, pero hubo gente que se disparó y se viajaron en buses adelante, pero así no harán nada”.
Cuando iniciaron el peregrinaje, a través de la carretera que conduce hacia el occidente, el “coordinador” le advirtió a Karen que “en el camino le tocará cambiarse zapatos” porque usaba unas sandalias que no eran apropiadas.
“Hace tres días renuncié del trabajo para viajar en la caravana. Trabajaba en una ferretería y me pagaban menos del salario mínimo, como L6,000.Con ese dinero no puedo vivir bien. Pienso que en Estados Unidos ganaré más”, dijo.
En este grupo, de medio centenar de personas aproximadamente, viajan alrededor de una decena de niños menores de 10 años. Algunos con sus dos padres y otros con sólo la madre. Fany Guerra y German Interiano, quienes armaron las maletas el domingo, con sus hijos, uno de 5 meses y dos niñas de 6 y 8 años, partieron ayer hacia México. “Yo tenía un negocio de comida y vendía sólo L80 diarios. Con eso no podía vivir, tenía que pagar L2,000 de energía, y en mi casa sólo hemos tenido dos ventiladores”, explicó. Horas antes, a las 11:00 de la noche del domingo, cerca de mil personas salieron en autobuses hacia la frontera de Agua Caliente con el plan de nutrir la caravana que salió el 14 de enero. Luego de 6 días de peregrinaje, unos 2,000 emigrantes (de los que salieron el 14 y 15) se encontraban ayer en el municipio sureño de Huixtla, Chiapas. Entre ellos, unos 400 menores de edad.
En Tecún Umán, Guatemala, representantes del Comité Permanente de Contingencias (Copeco) ofrecen asistencia a quienes están dispuestos a llegar a la frontera sur de Estados Unidos y transporte a los emigrantes que quieran regresar a Honduras.
Retornados
Según autoridades hondureñas, entre octubre y enero, han retornado voluntariamente 7,270 migrantes.
Más de 4,000 emigrantes solicitan tarjeta mexicana
4,004 cuatro centroamericanos, un brasileño y cuatro haitianos, solicitaron la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, informó el Instituto Nacional de Migración (INM).
Las personas venían en la caravana que empezó a llegar el jueves 17 de enero la franja fronteriza de México con Guatemala, sobre el puente Rodolfo Robles.
Hasta ayer, según autoridades, 790 niñas, niños y adolescentes que vienen acompañados de sus padres han entregado la solicitud.
De los centroamericanos, 405 son de El Salvador, 72 de Nicaragua y 3,527 de Honduras, país organizador de las caravanas mediante las redes sociales.
En las próximas horas, las autoridades iniciarán la entrega masiva de las tarjetas a los primeros grupos.
Otros migrantes que recibieron información de las autoridades, partieron en autobuses del parque central Miguel Hidalgo de Tapachula hacia el puerto fronterizo de Ciudad Hidalgo para realizar la solicitud.
Gobierno de Guatemala sigue brindando atención a migrantes de caravana hondureña
El Gobierno de Guatemala continúa brindando atención a la caravana de migrantes hondureños que se encuentran de tránsito en el territorio en su ruta a Estados Unidos.
En Ciudad Pedro de Alvarado, en el departamento suroriental de Jutiapa, se instaló una clínica para atender a los centroamericanos que desde su país cruzan a Guatemala.
También se instaló otro clínica en la ciudad de Tecún Umán, en el departamento suroccidental de San Marcos, fronterizo con México.
Hasta ahora esta dos clínicas han atendido a 500 migrantes hondureños y también un parto.
En Guatemala la situación de los migrantes está controlada.
El gobierno del presidente Jimmy Morales está comprometido con proteger los derechos humanos de los niños que integran la caravana y con esa finalidad, la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia instruyó a todo su personal a que atienda los requerimientos que sean necesarios de los hondureños que transitan por Guatemala.
Además, por medio de una acción interinstitucional, brinda apoyo y seguridad a la caravana que se dirige hacia Estados Unidos, principalmente con atención a niños, mujeres en estado de gestación y personas de la tercera edad.
“El Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) elaboró un plan para migraciones masivas en el que se prioriza la protección a la niñez migrante, bajo coordinaciones interinstitucionales””, según la portavoz .de la institución, Alejandra Mena.