La ciencia en Cuba, una mirada a sus retos y proyecciones
Una mirada al presente y futuro de la Ciencia en Cuba fue la propuesta llevada a la Mesa Redonda de este jueves en la que comparecieron figuras claves de las instituciones que respaldan y lideran el desarrollo científico de la nación.
En este sentido, la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Elba Rosa Pérez Montoya, resaltó en su intervención la necesidad de reconocer la participación de todos los trabajadores del sector, ese recurso humano calificado por la facultativa como indispensable si se piensa en las repercusiones positivas y resultados de un verdadero trabajo científico en Cuba.
El país cuenta 86 426 personas dedicadas a actividades de Ciencia Tecnología e Innovación (CTI), 53% son mujeres.
El 77% tiene títulos superiores o técnicos
Se encuentran categorizados 6839 investigadores
“Con el trabajo que tenemos con el personal de la Ciencia nos hemos propuesto seguir avanzando en su formación. Es una prioridad tener más doctores de ciencia…el país lo necesita de forma acelerada y para eso hay que crear un programa a corto y largo plazo”, destacó.
“El sector de la Ciencia en Cuba no es ajeno a la situación del envejecimiento poblacional. Nosotros, no ajenos a esto, estamos necesitando la formación de nuevos líderes científicos. Esta es una profesión en la que no basta ser graduado universitario para liderar proyectos, forma organizativa en la que se dirige la actividad científica”.
De modo que las universidades, la Academia de Ciencias y otras organizaciones han apoyado e impulsan este programa de formación de doctores. No obstante, esto no es suficiente señala Montoya, quien también dijo ser una prioridad la categorización científica y docente, “porque hemos hecho una actualización de las entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación en Cuba, procurando que las personas a cargo de proyectos y de un programa nacional estén debidamente preparados”.
Por otra parte, esta actualización ha permitido, según la Ministra, hacer una evaluación por los diferentes sectores y ministerios de acuerdo con sus necesidades científicas.
“Los 33 programas nacionales de la ciencia los hemos estado direccionando hacia ejes y sectores estratégicos que son los que van a contribuir al Plan de Desarrollo Económico y Social que nos hemos propuesto para el 2030”.
Hemos trabajado por que los resultados de las investigaciones científicas sean puestos en práctica y utilizados conscientemente en todos los sectores, de aquí que el CITMA se ha trazado algunas prioridades, entre ellas el sector agroalimentario, energético, industrial y el Turismo.
De acuerdo con esto, Montoya resaltó el trabajo de mesa exhaustivo para dilucidar los sectores más y menos acompañados por los resultados de proyectos científicos, “porque es un reto, la improvisación es contraria al método científico y el país necesita apoyarse en los resultados de la Ciencia cada vez más”.
La necesidad de rejuvenecer el sector
Como una necesidad imperiosa calificó la ministra del CITMA el rejuvenecimiento del sector, por ser precisamente los jóvenes la continuidad.
En este sentido, la científica aseguró que se ha logrado dar pasos en la reversión de la falta de personal calificado joven en el trabajo de la Ciencia. “Sentimos que comienzan a haber nuevas motivaciones, porque hemos puesto todos nuestros esfuerzos en ello, aunque es mucho lo que tenemos que hacer todavía”.
“Para nosotros es importante no solo que esos jóvenes sean ubicados para su servicio social, sino incentivarlos a participar desde que son estudiantes, a que sus ideas sean tomadas en cuenta. Hacer que quieran quedarse”.
Para la estudiosa, tenemos la necesidad de rescatar como en algún tiempo lo hubo, la reserva científica. “Este es un momento en el que podemos determinar a los jóvenes que nos pueden ayudar en tareas específicas y contribuir no solo a su formación sino también a los resultados de proyectos específicos”, continuó.
En consonancia con esta necesidad y otras, así como por el perfeccionamiento del sistema de CTI, la Ministra se refirió, luego de un gran trabajo con toda la comunidad científica y el Estado, a la aprobación de un grupo de políticas que incluyen desde el perfeccionamiento funcional y estructural del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente hasta la creación de estructuras dinamizadoras de la Innovación: Parques científicos, tecnológicos…incubadoras de proyectos.
Algunas políticas en el sector de la Ciencia (Éstas son 12 en total)
– Reordenamiento de las Entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación.
– Reorganización del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
– Empresas de Alta Tecnología.
– Integración Universidad-ECTI-Empresas y Parques Científicos-Tecnológicos.
– Organismos Genéticamente Modificados.
– Sistema de la Propiedad Industrial.
Academia de Ciencias de Cuba acompaña implementación de las políticas
Al intervenir en el programa, Luis Velázquez Pérez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), se refirió al papel de esa institución del Estado en la conformación e impulso de las políticas aprobadas.
Recordó que la ACC está integrada por profesores y científicos de alto nivel académico procedentes de diversas áreas del conocimiento, lo que le otorga un carácter multidisciplinario y una manera de enfocar los problemas de manera integral para poder ejercer su función consultiva.
“En este sentido, la Academia se ha pronunciado en función de las nuevas políticas, así como en su extensión, conocimiento y todo un accionar encaminado a la sostenibilidad de estas”.
Desde el ejercicio académico correspondiente a períodos anteriores, la ACC realizó una investigación sobre el Estado de la ciencia en el país, vinculado con el capital humano, el financiamiento y la conexión de la actividad científica con la economía, lo cual facilitó el desarrollo de esas nuevas líneas de trabajo de CTI.
Recalcó que en estos momentos hay más de 30 académicos que participan en la Comisión Permanente del Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación, para tratar los temas relacionados con las políticas de desarrollo de la nación.
Para el impulso de las políticas -dijo- se han creado grupos de trabajo con carácter integrador para dar respuesta a determinadas necesidades o prioridades del país; por ejemplo, las comisiones de Envejecimiento Demográfico, de Asuntos Económicos, y otras relacionada con las llamadas enfermedades huérfanas, con las investigaciones del cerebro y la medicina de precisión, donde Cuba puede aportar considerablemente a la comunidad científica internacional.
El titular de la ACC subrayó que esa entidad aportó conocimientos en la conformación del proyecto de Constitución de Cuba, enfocándose en la manera de reflejar la ciencia en la futura Carta Magna, modernizándola y dándole la posibilidad de contemplarla hacia el futuro.
“Hoy se habla de desarrollo colectivo, y más que nunca se necesita de la formación de redes, la integración de las diferentes instituciones, cambios de paradigmas y pensamientos, a fin de involucrar a todas las áreas del conocimiento”.
Velázquez Pérez realzó la importancia de la contribución de las investigaciones en el campo internacional, y añadió que existe un desarrollo amplio en este sentido donde Cuba se ha ido insertando.
Ponderó la formación de nuevas alianzas con el Ministerio de Educación; de manera particular en la revisión de libros de textos y en la concreción de un convenio para la enseñanza de la ciencia desde edades tempranas, con el propósito de fomentar la cultura científica de la población.
“Con el Ministerio de Educación Superior también existe un trabajo, específicamente con la Comisión Nacional de Grado Científico, en los temas relacionados con la formación doctoral”.
El titular resaltó que esa institución está refundando la revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba, para que se convierta en la publicación “sombrilla” de la ciencia en el país, al ser la única que incluye a todas las ramas del conocimiento. Especificó que se trabaja con la red Infomed para la visibilidad internacional de la revista, espacio donde todos los investigadores y académicos pueden publicar sus estudios.
“Uno de los pilares de trabajo de la ACC para 2019 es el carácter inclusivo y de integración, con la creación de filiales en varias provincias, donde no solo participarán académicos, sino a científicos que realicen importantes contribuciones”.
En otro momento de su intervención en el espacio televisivo, Velázquez Pérez señaló la relevancia de la creciente participación de los jóvenes en las actividades de la ACC. El 66% de esos jóvenes son doctores en Ciencia y alcanzaron esa condición antes de cumplir los 32 años.
Como parte de la función inclusiva, el directivo aseveró que el tercer jueves de cada mes, se efectúan las llamadas Puertas Abiertas de la ACC, y para el próximo año se proyecta esta iniciativa a nivel nacional, en la cual más de ocho provincias han mostrado la voluntad de participar con temas de gran impacto para el desarrollo económico-social del país.
Sobre la estimulación al trabajo investigativo y su relación con las políticas aprobadas, Velázquez Pérez consideró que es una necesidad continuar incentivándola.
En la actualidad, la Academia tiene instituido el Premio de la ACC, de alta relevancia y una vía para estimular a la comunidad científica, señaló, a la vez que mencionó el trabajo conjunto con otras instituciones internacionales con el objetivo de obtener fondos para el financiamiento de determinados proyectos, y la participación de los jóvenes en becas.
Indiscutiblemente estas políticas han de ir aparejadas a todos los fenómenos en el orden material y moral, para garantizar la sostenibilidad del capital humano, “una de las grandes fortalezas que tiene Cuba”.
Universidades cubanas cada vez más comprometidas con el desarrollo de la Ciencia
Al comparecer en la Mesa Redonda, el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, apuntó que a la ciencia siempre se le ha dedicado una prioridad dentro del sistema de planeación estratégica de la Educación.
“Las universidades cubanas tienen un modelo humanista, moderno y universalizado, que propicia la formación de un joven integral en lo científico, tecnológico, innovador, desarrollador, y con alto compromiso a la resolución de los problemas de la sociedad”.
Según el titular, una fortaleza importante en estos años ha sido la formación de un potencial científico en las 50 instituciones de Educación Superior cubanas, en particular en las 22 pertenecientes al MES.
Agregó que existen actualmente más de 20 mil profesores e investigadores en las universidades, quienes desarrollan la actividad científica como parte de su trabajo diario. De acuerdo con Saborido Loidi, hay una veintena de instituciones de ciencia y técnica en las universidades, además de 95 centros de estudio.
Otra de las fortalezas, puntualizó, es que se cuenta con 122 centros universitarios municipales, “interfaces para establecer una relación entre el territorio, la universidad y el capital humano, y entes importantes para el desarrollo local”.
El titular aseguró que más del 50% de los premios otorgados por la ACC los atesora el sistema de enseñanza superior, además de poseer 95 revistas donde se publican los principales resultados de la ciencia.
Aunque son palpables los resultados positivos de la universidad en casi todos los ejes estratégicos del desarrollo de la nación, Saborido Loidi apuntó algunas debilidades en el tema del transporte y la logística, que aún inciden en el completo desarrollo de la actividad científica desde la educación superior.
Al referirse a las políticas trazadas por el país en materia científica y tecnológica, el ministro abundó en la relación universidad, empresa y parque tecnológico, que “permite el cierre del ciclo en el trabajo de la ciencia, algo demandado por la comunidad científica y que incide positivamente en las instituciones y la remuneración al creador de un determinado producto”.
“No será la total solución a los problemas, pero sin lugar a duda es una nueva motivación a los científicos, quienes han mostrado un alto compromiso con la sociedad”.
Por otra parte, Saborido Loidi comentó acerca de la política vinculada con la responsabilidad de los organismos de la Administración Central del Estado, y los sectores empresarial y de servicios, en los procesos de formación, posgrado y ciencia y tecnología en el sistema educacional.
Reconoció que anteriormente no existía un respaldo jurídico en el sector empresarial que permitiera justificar el empleo de recursos y presupuesto para la formación en ciencia.
Sobre la preparación doctoral, Saborido Loidi explicó que hoy se forman al año unos 600 doctores -cifra que aspira crecer-; sin embargo, solo la mitad pertenecen al área de la producción, y el resto tienen que ver con la formación pedagógica, tan importante para el sector pues garantiza la calidad.
De acuerdo con el Ministro, el promedio de edad de defensa es extremadamente alto, más de 40 años. “Estamos desaprovechando las edades más productivas de nuestros científicos y doctores”. Para ello se ha trabajado en la introducción de nuevos planes y programas de estudio, como el Plan E, bajo el cual la mayoría de las carreras extienden su proceso de instrucción hasta cuatro años, y el quinto sería la preparación para el empleo (Código de Trabajo).
También es muy interesante la institución del Premio al mérito científico para estimular a los jóvenes más destacados en la formación doctoral y que con ello tributan a la ciencia.
Se acaba de aprobar, además, que la ubicación laboral de los graduados se realice al comenzar el último año de la carrera, lo que permitirá que los jóvenes se vinculen directamente a su futuro centro laboral, puedan realizar su ejercicio de culminación de estudios vinculado a la solución de una problemática allí presente, y a la vez posibilite al centro de trabajo motivar y comprometer a ese estudiante.
“Ello va a impactar tanto en la formación de jóvenes, como en la resolución de problemáticas”.
El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social del país hasta 2030, declara impulsar la formación del potencial humano y la generación de nuevos conocimientos, garantizando el desarrollo de las universidades.
En consonancia, el titular del sector detalló que el 23% del presupuesto del Estado correspondiente a 2019 se destinará a la educación, “lo que evidencia la voluntad política y la importancia que se le presta a esa rama”.
Para este año, agregó, se participa en más de mil 700 proyectos de investigación, desarrollo e innovación tanto de carácter nacional como internacional, una vía que se debe aprovechar por devenir una importante fuente de financiamiento para resolver problemas y formar el potencial humano.
“Con estas nuevas políticas estamos en un momento distinto para la ciencia, y las universidades están jugando un importante papel importante, por lo que se trabaja de manera coordinada para que cada vez más exista un alto nivel de pertinencia de nuestras instituciones a la solución de problemas”.
Venciendo obstáculos: Retos de los programas de la Ciencia en Cuba
A tono con su intervención inicial, Pérez Montoya recalcó como uno de los retos del sector preservar y desarrollar el potencial humano creado por la Revolución, desde sus programas iniciales.
Por otra parte y también de acuerdo con las declaraciones del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, la funcionaria destacó la necesidad de utilizar el método científico “en todo lo que hacemos, así como los resultados de las investigaciones científicas, sobre la base de buenas prácticas que aseguren la calidad de las producciones nacionales, sustituir importaciones y aumentar las exportaciones”.
Lograr una mayor soberanía e independencia tecnológica constituye otro de los obstáculos a sortear según la estudiosa.
“Necesitamos crear más capacidades y junto con ellos, transferir tecnologías, superar la obsolescencia tecnológica existentes en un grupo importante de nuestros centros para elevar la competitividad y excelencia”.
Asimismo, respecto a la investigación científica y su correspondiente proceso, la facultativa alertó de la necesidad de un mayor encadenamiento productivo que contribuya al cierre del ciclo de esa investigación.
Evidenciarían este pendiente, en gran medida, la política aprobada para las Empresas de Alta Tecnología, en la que se define a esta como la organización que se caracteriza por mostrar una actividad intensiva en investigación, desarrollo e innovación; así como elevados estándares tecnológicos, que cierra el ciclo de investigación, desarrollo, innovación, producción y comercialización de productos y servicios de alto valor agregado con énfasis en el mercado exterior. Reconoce que las empresas que clasifiquen como EAT, tienen atribuciones específicas de acuerdo con requisitos e indicadores de elevado estándar y rigor.
Preciso también resulta asegurar de conjunto con la ONEI y el MFP los registros primarios con total visibilidad, confiabilidad y transparencia de los montos destinados a la ciencia, tecnología e innovación, y lograr que estas cifras y su aumento repercutan en resultados más efectivos de la ciencia que conllevaría a un mayor impacto en el desarrollo integral de la nación, apuntó la titular del CITMA.
Otro reto, alertó, será construir indicadores que permitan adoptar decisiones objetivas y “compararnos con otras regiones y países del mundo”, cuestión que sin dudas dotaría de mejor y mayor reconocimiento de nuestros científicos y sus programas a nivel internacional.
Algunos indicadores diseñados:
Investigadores a jornada completa (incluye profesores)
Encuestas nacionales de innovación (2000, 2006, 2018)
Comercio de bienes de alta tecnología
Balanza de Pagos Tecnológica
Encuesta de percepción pública de la ciencia
Índice Global de Innovación
En video, La Ciencia en la Mesa Redonda