Argentina: La Iglesia de Francisco bien vale un bautismo

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El primer obispo de las villas en la Argentina se unió a la organización política, social y anti-mafia no confesional, La Alameda. Fiel al estilo de una iglesia en salida pobre y para los pobres, Gustavo Carrara bautizó a familias del comedor comunitario de esa asociación

Al sur y en la periferia de la Ciudad de Buenos Aires. En el fin del mundo, como llamó a su patria, el Papa Francisco se entusiasma con la iglesia en salida, pobre para los pobres. Con gestos como el que tuvo Gustavo Carrara, el primer obispo villero de la Argentina, quien bautizó a hijos de familias pobres y trabajadoras, en las vísperas de la Nochebuena y en un emblemático.

El pasado sábado 22 de diciembre, por la mañana en el barrio de Parque Avellaneda, sin la presencia de cámaras de televisión ni reportero gráficos, se acercó el obispo auxiliar de las villas a la sede original de la Alameda, organización no confesional que este año articuló más de mil 300 organizaciones, mitad de ellas sindicales y la otra movimientos sociales, junto al Sindicato de Camioneros en la llamada Multisectorial 21 F, en referencia al 21 de febrero de 2018 que agrupó medio millón de personas en un acto que cerró el líder camionero Hugo Moyano.

El titular de la Alameda y coordinador nacional del 21 F, Gustavo Vera, cosió esta unidad visitando en nueve meses dos veces veinte provincias Argentinas. En muchos de esos encuentros de tipo asambleario, para aunar un programa con políticas de Estado, contó con la presencia de integrantes de la Pastoral Sociales locales, como la bendición de sacerdotes en las reuniones de la 21 F y el recibimiento de los obispos de cada una de estas provincias alejadas de la gran urbe que es Buenos Aires, lo que aplica en una de las premisas bergoglianas, «de la periferia al centro».

La impronta de Alameda es bien conocida en la genética papal porque espalda con espalda el entonces cardenal porteño enfrentó a las mafias de la trata laboral de la industria de la moda, como a los traficantes y proxenetas de mujeres y niñas y al imparable principal negocio del crimen organizado, la producción, distribución y venta de drogas. Todos delitos ligados a empresas trasnacionales, y nacionales, como a los poderes políticos, judiciales, fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia.

Carrara viajó en colectivo desde su casa, en el primer piso del Centro Barrial de la parroquia María Madre del Pueblo de la villa 1-11-14, hacia la Alameda. Otro gesto que comparte el obispo villero con el sucesor de Pedro. Una vez que saludó al puñado de bautizados, y algunos padrinos, el obispo Carrara bajó al subsuelo del recuperado bar por el cual adoptó su nombre la organización nacida en las vísperas de las crisis del 2001.

Allí donde diez años atrás, el propio Bergoglio tomaba mate y completaba las constancias de las bautizadas (dos hijas de la costurera Olga Cruz Ortiz salida de un taller textil clandestino), Vera revisó con Carrara los detalles del bautismo. Al finalizar el bautismo los siete iniciados en la fe católica (un bebé, tres niños de padres bolivianos, una adolescente y una madre adulta la única migrante) además recibieron una estampita en conmemoración del bautismo, que fue un regalo sorpresa de la Alameda, y otra estampita de la ordenación del primer obispo de las villas. En una filmación casera se ve al propio Obispo sacar de una caja blanca con sello papal todos los presentes para los bautizados.

El bautismo duró poco más de media hora. En las mismas mesas donde almuerzan los pobres y trabajadores de lunes a sábados se colocó el mantel que sirvió de altar al obispo. Una de las jarras de plástico color amarillo con una palangana del mismo material hizo posible bendecir con agua y “compartir esta fiesta, que pidió Jesús impulsar por todo el mundo anunciando la alegría del evangelio y bautizando en el nombre del padre, del hijo y espíritu santo que estará siempre con ustedes hasta el fin del mundo”, dijo el obispo auxiliar.

Una vez concluido el rito, Carrara visitó el primer piso de la organización donde se construyó la cooperativa textil con víctimas de trata laboral. Allí le explicaron al religioso sobre la marca internacional, No Chains, y el impulso de proyectos de ley para reconvertir la industria textil esclavista en sustentable para el consumidor y humana para los costureros.

La presencia del Papa estuvo a lo largo de todas las conversaciones. Uno de los militantes de la Alameda recordó que en ese mismo taller fue fotografiado el propio Bergoglio. “Es más la primera vez que nos visitó fue para un bautismo. No digo que seas Papa pero quien dice que terminas siendo el sucesor de Mario Poli (actual cardenal y arzobispo porteño), fue la frase en tono de broma o predicción, a la que Carrara respondió con sencillez “no lo creo, ya tengo mucho que aprender como obispo”.

La Stampa


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