Thierry Deronne, uno de los creadores de TERRA TV: “Los medios han ocultado al 90% de la población venezolana, la que intenta organizarse”

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Entrevista realizada por la Red Europea de Solidaridad con la Revolución Bolivariana – @REDEuropaVE

El encuentro hoy es con Thierry Deronne de origen belga, lleva casi 25 años viviendo en Venezuela, es cineasta, documentalista, profesor universitario y periodista. Con su trabajo busca darle visibilidad a ese pueblo venezolano que, a pesar de las agresiones externas a las que está siendo sometido, sorprende y está construyendo ese “otro mundo posible”.

Tu colectivo está produciendo varios documentales sobre la Revolución Bolivariana tales como ¨Marcha¨ y próximamente “Comuna”. ¿Cuéntanos acerca de estas producciones?

Estos documentales son las más recientes producciones de TERRA TV, una nueva televisión que hemos creado hace poco. Queremos que este canal sea un medio coherente – no sólo desde su discurso sino y sobre todo desde su organización y su modo de producción – con nuestra democracia participativa y protagónica. Puedes ver los primeros videos en la página de Facebook @terratv2018. ¨Marcha¨ ya fue estrenado en Londres, Lieja, Bruselas. Lo realizamos directamente con los compañeros y compañeras de la plataforma campesina quienes caminaron los 400 kilómetros que separan el pueblito de Guanare de la ciudad de Caracas. El tema es que en plena guerra económica contra la Revolución Bolivariana, las mafias agrarias apoyadas por paramilitares colombianos y algunos funcionarios públicos están lanzando una contraofensiva para recuperar las tierras entregadas por el Presidente Chávez y este documental narra como estos(a)s campesinos(a)s deciden marchar hasta Caracas para reiterar su apoyo al Presidente Nicolás Maduro, así como pedirle que se reanude la reforma agraria y que cese el sicariato.

Por otra parte, ¨Comuna¨ surge de la idea de buscar el enlace entre las luchas campesinas y las formas de producir alimentos en las comunas urbanas para enfrentar el desabastecimiento. La rica relación construida con los habitantes de los Altos de Lídice ha hecho que se abriera una Caja de Pandora. El rodaje se volvió una carrera cotidiana entre mesas de salud, abastecimiento, panaderías y textileras comunales, agua, transporte, con todas las dudas, conflicto, bajones, ausencias, recaídas, nuevas salidas, avances, chistes, reinicios, elecciones de consejos comunales, salsatones, arepazos para alimentar y realizar un chequeo medico a los niños, hasta los papagayos que flotan alto sobre las tierras frías por sembrar. Este documental se va a estrenar en enero 2019, y en total contará con ocho episodios de una hora cada uno.

Has vivido y eres conocedor de la realidad venezolana, ¿Qué destacarías de esta experiencia y qué está construyendo ese pueblo, cómo se le puede explicar a Europa?

Vivo en Venezuela desde hace casi 25 años, después de una primera experiencia de escuela audiovisual en la Nicaragua sandinista de los 80. Si algo revela ese empeño de destruirnos por parte del suprematismo de los Trump, Macron, Bolsonaro, de la Unión Europea, si algo revela esa persistencia histórica de una Santa Alianza mediático-económica, es que somos – entre otras cosas – la peligrosa, contagiosa, rebelde, soberanista, punta de África en América Latina, somos heredero(a)s de Pétion cuando salvó a Bolívar y le dio armas y dinero para que pueda iniciar su Paso de los Andes y liberar a otros pueblos de nuestra América. Los venezolanos y venezolanas de a pie sorprenden hasta sus propias estructuras partidistas cuando bajan del páramo y cruzan ríos para votar por una Constituyente o más, recientemente, con esta marcha campesina histórica que camina 400 kilómetros para apoyar a Nicolás Maduro contra sectores conservadores del Estado. Los pueblos europeos están presos de la impotencia de pensar un país fuera de los medios. Es de por si revelador que muchos en la izquierda crean que esta guerra económica que ya libró el imperio contra Allende, Nicaragua o Cuba es una ¨crisis humanitaria¨ en Venezuela y que no perciban su objetivo de magnificar esa imagen de migrantes para justificar una intervención externa. La causalidad desapareció, los “efectos” se han transformado en información. Los medios de hoy llevaron a los europeos a cortarse del mundo. En esa mediatización de su política externa, Europa ha perdido su credibilidad para mucho tiempo. En nuestro caso hay algo particular y es que los medios han ocultado 90 % de la población venezolana, la que intenta organizarse, la de los barrios populares, el campo. Fue así cómo una minoría violenta de ultraderecha, magnificada por las cámaras, se transformó para el mundo en ¨pueblo venezolano¨ y, gracias a la inversión del montaje de los news, en ¨pueblo reprimido por Maduro¨. Fue así cómo los presos por atentados, linchamientos, etc.. se volvieron ¨presos políticos¨. Si la mayoría de los europeos creen en esta propaganda digna de los años treinta o de la Guerra Fría, uno entiende porqué pueden apoyar golpes, invasiones contra lo que es en realidad una democracia electoral y participativa.

“(…) Los medios de hoy llevaron a los europeos a cortarse del mundo. En esa mediatización de su política externa, Europa ha perdido su credibilidad para mucho tiempo.”

¿Con este tipo de producciones se puede contrarrestar el asedio comunicacional y mediático contra Venezuela? ¿Cuál crees que puede ser el papel de medios comunitarios, alternativos o de la guerrilla comunicacional para hacer frente al bloqueo, la manipulación mediática y la desinformación contra el proceso bolivariano?

La Revolución venezolana tiene una identidad muy participativa, pero nuestra  comunicación social parece incapaz de expresarla en todas sus contradicciones y potencialidades, por ejemplo casi ningún medio bolivariano habla de la tarea tan difícil pero apasionante que es construir una comuna siendo esta la estrategia central del chavismo para cambiar el mundo. Pasar toda nuestra vida contestando las mentiras de la hegemonía mediática no nos deja el tiempo de desarrollar una agenda propia, de hablar del mundo nuevo que queremos construir.

Otro problema es el que enuncia Clausewitz: usar las mismas armas del adversario puede llevarnos a parecernos a él. Esto ocurre cuando creemos que los medios actuales permiten expresar lo que es nuestro socialismo bolivariano. Jugar en la cancha de twitter o de facebook – concebidos por la industria gringa para expandir el consumo individualista de la realidad-, nos hace perder el tiempo y postergar una tarea estratégica: la de inventar tecnologías digitales originales, revolucionarias, que fortalezcan la organización y conciencia popular. Los casos de Ecuador, de Brasil etc.. nos lo recuerdan: la izquierda sigue – lo cual es incomprensible a estas alturas – incapaz de entender esa tarea fundamental y estratégica de crear nuevos modos digitales de conectar el colectivo, democratizar radicalmente la propiedad de los medios masivos y refundar escuelas de una comunicación social independiente de la lógica del mercado.

Hugo Chávez criticaba esa manía de vender el socialismo como un jabón, como una vitrina, esa costumbre mecánica de nuestros canales públicos de edulcorar la realidad y de borrar las criticas del barrio y del campo que el veía como motor vital, por ser popular, de la revolución. Por qué no contar con la inteligencia del público, con su deseo de participar, con todo su potencial intelectual? Paulo Freire hablaba de “una televisión de la pregunta más que de la respuesta¨.

Desde los años 60 sabemos que una comunicación revolucionaria debe superar cualitativamente la de su adversario, atreverse por ejemplo a ¨hacer políticamente cine más que cine político¨ (Godard). Para decirlo con Mao Zedong, “una acción no debe ser una reacción sino una creación¨. En este sentido, nuestra escuela popular de documentales ha recogido la experiencia de los casi 5.000 noticieros producidos por el equipo de Santiago Álvarez, hoy patrimonio de la UNESCO, que durante treinta años fortalecieron la revolución cubana al realizar su crónica popular y a menudo critica. Julio García Espinosa, otro gran cineasta y pensador cubano, habla de esa imagen ¨que exige, sobre todo, mostrar el proceso de los problemas. Es decir, lo contrario a un cine que se dedique fundamentalmente a celebrar los resultados. Lo contrario a un cine autosuficiente y contemplativo. Lo contrario a un cine que ilustra bellamente las ideas o conceptos que ya poseemos. Mostrar el proceso de un problema es someterlo a juicio sin emitir el fallo. Hay un tipo de periodismo que consiste en dar el comentario más que la noticia. Hay otro tipo de periodismo que consiste en dar las noticias pero valorizándolas mediante el montaje o compaginación del periódico. Mostrar el proceso de un problema es como mostrar el desarrollo propio de la noticia, sin el comentario, es como mostrar el desarrollo pluralista de una información.¨

También forman parte de la RED Europea de Solidaridad con la Revolución Bolivariana, ¿Cómo ves el trabajo y cómo seguir involucrando más colectivos en defensa de la soberanía y autodeterminación del pueblo venezolano?

El compañero Marco Teruggi hizo un excelente informe después de una gira europea efectuada hace pocos meses, y después de observar que “estamos prácticamente solos¨, una de sus propuestas para romper la frontera de los círculos de siempre, es la de entablar relaciones con sectores sociales, mujeres, sindicalistas, estudiantes, etc.. Nuestros documentales tienen esa característica: expresar la épica popular, loca, de los que construyen, sin caer en la vitrina para convencidos. Reflejan a un pueblo venezolano que no es la víctima humanitaria, despojada de su Historia, sino al sujeto colectivo, creador, que a 20 años de revolución, no se cansa de inventar otro mundo posible, y que por esto mismo nunca aparece en los medios occidentales.

“ (…) una de sus propuestas para romper la frontera de los círculos de siempre, es la de entablar relaciones con sectores sociales, mujeres, sindicalistas, estudiantes, etc.. Nuestros documentales tienen esa característica: expresar la épica popular, loca, de los que construyen, sin caer en la vitrina para convencidos.(…)”

La Pluma


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