El trabajo en las plataformas digitales: los riesgos de la uberización del empleo en tiempos de crisis – Por Andrea Del Bono

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Por Andrea Del Bono *

Las transformaciones tecnológicas en curso, tanto como las que se anuncian para un futuro cercano, afectan el trabajo y las relaciones laborales de diversas maneras. El debate sobre los alcances de ese proceso tiene su epicentro en los países más avanzados y recién comienza a plantearse en América Latina, con reflexiones sobre la destrucción de empleo que provoca la digitalización del trabajo y sobre las nuevas relaciones laborales que emergen de esa dinámica de cambio tecnológico.

Considerando el fuerte carácter disruptivo de las innovaciones tecnológicas, hoy se argumenta que estamos en las puertas de la “cuarta revolución industrial”, debido a que los cambios técnicos introducen modificaciones estructurales en toda la actividad económica, teniendo la capacidad de provocar enormes crecimientos en la producción y la productividad, así como de transformar el mundo del trabajo, creando mercados laborales mucho más competitivos. En Latinoamérica, dada nuestra participación periférica en esa dinámica de evolución técnica, son claves las preguntas sobre la relación entre nuevas tecnologías y nuevas formas de precariedad laboral y sobre las alternativas de regulación y de acción de los trabajadores y trabajadoras de la economía digital.

En épocas de crisis, como la que atraviesa hoy Argentina, y periódicamente la región, la economía digital también puede ser un camino hacia mayor flexibilidad, inestabilidad, desprotección laboral, caída de ingresos y externalización de servicios. En nuestro país, la rápida expansión del trabajo en plataformas digitales es actualmente un reflejo de algunas de esas tendencias. Según un comunicado reciente, Uber Argentina cuenta actualmente con 35 mil choferes (“socios”) activos que transportan a dos millones de pasajeros, tan sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Sólo en ciudad de Buenos Aires, plataformas de delivery como Rappi y Glovo, que comenzaron a operar en 2018, capacitaron a más de diez mil personas que se registraron como cadetes (“rappitenderos” o “glovers”).

Esta evolución local es un reflejo de la expansión de la economía de plataforma en todo el mundo, una nueva forma de economía que nace del intercambio de bienes y servicios a través de internet y del uso de aplicaciones (App). Existen empresas similares a Uber, en la intermediación de alquiler de viviendas y apartamentos, venta de pasajes, contratación de albañiles, constructores, electricista, etc. Como Uber, pero para el supermercado, en Buenos Aires cada vez más personas recurren al uso de plataformas que contactan a sus clientes con trabajadores (“recolector” o “piloto») que hacen sus compras. Todo indica que las aplicaciones se generalizarán a nuevas actividades. Son muchos los interrogantes que plantean estas nuevas formas de trabajo, a continuación, vamos a presentar un aspecto que consideramos clave.

En Argentina, quienes trabajan manejando un Uber o entregando pedidos o compras de supermercado a domicilio, en bicicleta, moto, auto o miniflete, no tienen relación de dependencia, son trabajadores formalmente considerados como autónomos (monotributistas), a quienes no se les reconoce como trabajadores subordinados. El recurso de que un trabajador se transforme en autónomo es funcional a las nuevas formas de organización y a los intereses empresariales y la modalidad del “autoempleo” ofrece el máximo de flexibilidad. Las plataformas virtuales, externalizan la totalidad de la prestación de servicios mediante trabajadores autónomos, allí radica una de las claves de su éxito: cada una de las tareas es externalizada, a un elevado número de prestadores de servicio; un número suficientemente elevado para garantizar que, en todo momento, exista una oferta suficiente para atender a la demanda. Esta estrategia de externalización productiva, únicamente disponible mediante nuevas tecnologías, recibe la denominación de “crowdsourcing” (del inglés crowd –multitud– y outsourcing –recursos externos–). Más allá de la propia plataforma virtual o App, las empresas no disponen de trabajadores ni de la infraestructura necesaria para la prestación del servicio en cuestión.

¿Cuáles son las implicancias de estas nuevas formas de reorganización del trabajo? Estas transformaciones generan numerosos interrogantes y debates acerca de la relación entre el individuo y su carácter de trabajador; entre la plataforma y su papel como empleador; sobre el lugar donde se generan las ganancias y se pagan los impuestos, o sobre las responsabilidades individuales y colectivas que se derivan de ello. Uno de los principales problemas a enfrentar es cómo regular estas empresas de la economía digital, cuyo enorme poder financiero a nivel global les ha permitido exitosamente evadir la legalidad y encubrir verdaderos vínculos de trabajo subordinado. En el marco de esa dinámica, aquellas realidades que no se ajustan a las categorías laborales típicas (o tradicionales) quedan por lo tanto marginadas de toda regla.

La uberización del empleo es un fenómeno cada vez más presente en América Latina, no se trata ya de un fenómeno exclusivo de los países desarrollados donde, por cierto, se avanza a paso firme en su regulación del trabajo en plataformas digitales, considerándolo trabajo en relación de dependencia. La altísima incidencia de la informalidad y de la precariedad laboral que caracteriza a los países de la región, la inseguridad jurídica y la desprotección que alcanza a millones de trabajadores y trabajadoras argentinos; es el contexto en el que se produce el avance de la economía de plataforma. El fenómeno preocupante es, entonces, el desarrollo de un trabajo “a la demanda”, socialmente poco protegido.

* Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSyA), Universidad Arturo Jauretche (UNAJ). Directora del Programa de Estudios del Trabajo y de Análisis Críticos de la Flexibilización Laboral (PET-ICSyA-UNAJ). Profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FAHCE) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ). Profesora de la Maestría en Ciencias Sociales del Trabajo de la UBA y de la Maestría en Estudios y Relaciones del Trabajo de FLACSO-UMET

Referencias Bibliográficas

Auvergnon, Philippe (2016): “Angustias de uberización y retos que plantea el trabajo digital al derecho laboral” en Revista Derecho Social y Empresa, Nro. 6, pp. 1-18.

Bensusán, Graciela; Eichhorst, Werner; Rodríguez,Juan Manuel (2017): Las transformaciones tecnológicas y sus desafíos para el empleo, las relaciones laborales y la identificación de la demanda cualificaciones, serie Documentos de Proyectos, CEPAL, p. 1-191).

Cedrola Spremolla, Gerardo (2017): “El trabajo en la era digital: Reflexiones sobre el impacto de la digitalización en el trabajo, la regulación laboral y las relaciones laborales” en Revista Internacional y Comparada de Relaciones Laborales y Derecho del Empleo, Volumen 5, núm. 1, University Press, Adapt, pp.1-34.

Raso Delgue, Juan (2017): “La empresa virtual: nuevos retos para el Derecho del Trabajo” en Revista Internacional y Comparada de Relaciones Laborales y Derecho del Empleo, Volumen 5, núm. 1, University Press, Adapt, pp.1-39.


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