El Salvador: nuevos hallazgos en el parque arqueológico Joya de Cerén, “la Pompeya de América”

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Arqueólogos salvadoreños comienzan nuevas excavaciones en aldea maya sepultada por erupción

Arqueólogos salvadoreños emprendieron nuevas excavaciones en el parque arqueológico Joya de Cerén en busca de pistas sobre la vida, cultivos y estructuras de la legendaria aldea maya conocida como “la Pompeya de América”, que fue sepultada hace más de 1,400 años por erupciones volcánicas.

Las excavaciones, que se prolongarán hasta febrero, se realizan luego del hallazgo de una osamenta de un adulto enterrado en una pequeña tumba encontrada mientras se realizaban perforaciones en el terreno para colocar columnas que sostendrán un nuevo techo de protección del sitio.

“Esperamos que en la parte que falta por excavar se encuentren nuevos datos sobre la vida cotidiana que se tenía en la aldea”, declaró Michelle Toledo, la arqueóloga que realiza las investigaciones en Joya de Cerén.

Una semana atrás, el Ministerio de Cultura anunció que por primera vez en cuarenta años se descubría un entierro en esa antigua aldea maya. La osamenta, que tenía como ofrenda una “navaja prismática” de obsidiana, fue parte de un entierro maya del período clásico tardío (600-900 d. C.) y fue localizado en el complejo Uno del parque, a pocos metros de distancia de la estructura 12, conocida como “Casa de la Chamana”, una construcción de adobe decorada con colosías que muestran el avance de la arquitectura de la época.

La porción de tierra donde se encuentra la osamenta será trasladada a un laboratorio en San Salvador debido a su mal estado, con el fin de practicarle análisis genéticos y de radiocarbono, lo cual permitirá precisar cuándo la gente habitaba Joya de Cerén antes de las erupciones volcánicas.

“En las excavaciones que se han iniciado en la parte este del complejo Uno, ya fueron localizadas huellas de pie humano que van de norte a sur, que fue probablemente de la huida de las persona” por la erupción volcánica”, explicó Toledo.

En la parte oeste fueron descubiertos a unos seis metros bajo la tierra surcos de diferentes cultivos como yuca y maíz.

“Esperamos que en la parte que falta excavar se encuentren nuevos datos porque vamos a intervenir y a delimitar dos estructuras prehispánicas que aún están in situ”, precisó. “El entierro fue una sorpresa y esperamos que existan más que puedan aportar nuevos datos para el sitio”, agregó.

La historia

El mundo de la arqueología en Mesoamérica destaca el descubrimiento de Joya de Cerén como el único sitio de una aldea prehispánica bien conservado en el tiempo donde se puede apreciar la forma de vida, así como rituales, agricultura, comercio, administración del espacio y hábitos alimenticios.

El arqueólogo japonés Shione Shibata, quien desde hace 23 años investiga el pasado maya en El Salvador, destacó la importancia de Joya de Cerén, que quedó “como una cápsula de tiempo” por los eventos volcánicos que la sepultaron, lo que permitió estudiar la vida de la aldea.

De los cuatro volcanes que contribuyeron a sepultar Joya de Cerén fue el Loma Caldera, ubicado a unos 20 km de distancia, el que más ceniza y materiales piroclásticos arrojó, formando una capa de más de cinco metros de altura. “Toda la vida de aquel tiempo está empacada debajo de la ceniza volcánica”, explicó Shibata.

La aldea es apodada “la Pompeya de América” en referencia a la famosa ciudad italiana sepultada por una erupción del volcán Vesubio en el año 79 d. C.

El temazcal, un sauna colectivo para unas 15 personas, es una de las principales atracciones para quienes visitan Joya de Cerén. En el mundo maya los saunas se encontraban en monumentales ciudades como Tikal, estaban hechos de piedra caliza y eran utilizados por élites, pero el temazcal de Joya de Cerén es el primer sauna de tierra bien preservado encontrado en Mesoamérica en una aldea de gente común.

La Página


Así era la vida de los mayas en Joya de Cerén

Por medio de algunas publicaciones, el Ministerio de Cultura da un acercamiento a la forma de vida de quienes habitaban hace 1,400 años lo que ahora es El Salvador.

Eso es posible en la actualidad gracias al sitio arqueológico Joya de Cerén, en el departamento de La Libertad, una aldea agrícola maya que fue sepultada por las cenizas del volcán Loma Caldera al hacer erupción aproximadamente en el año 650.

Joya de Cerén es patrimonio mundial desde el 11 de diciembre de 1993. Foto LPG / Ernesto Arteaga

Las revelaciones en cada uno de los hallazgos que se han ido haciendo en Joya de Cerén son tan ricas que permiten conocer la «administración del espacio, organización ciudadana, hábitos alimenticios, rituales, agricultura, comercio», publica cultura.gob.sv.

Casas de tres espacios

Entonces los mayas conformaban su casa con tres construcciones: casa, cocina y bodega.

La casa se construía sobre una base de arcilla y zacate quemada para darle dureza. Se usaban columnas de adobe de 1.5 metros de altura, paredes de bajareque usando varas y un techo de paja. El petate (alfombra tejida con fibras de plantas en el que se dormía) se ponía sobre una plataforma pequeña de tierra.

«La bodega estaba construida de manera similar a la casa», se explica retomando una publicación del Dr. Payson Sheets, arqueólogo estadounidense, primer investigador del lugar. En uno de estos espacios en Joya de Cerén fueron hallados objetos como vasijas de cerámica, piedras de moler, navajas de obsidiana (roca de origen volcánico), semillas de algodón, agujas de hueso y el esqueleto de un ratón.

La cocina tenía forma circular. Dentro había una hornilla formada por tres piedras, un metate (piedra de moler), un tapesco (estante) y ollas.

«Cada familia de Joya de Cerén poseía un pequeño huerto en el que cultivaban plantas medicinales y tubérculos como yuca y malanga, y en las cercanías tenían sus milpas. En algunos domicilios tenían también un taller en el cual las mujeres elaboraban cerámica utilitaria y tejidos de algodón», publica el Ministerio de Cultura.

Temascal, sauna de limpieza

Entre los hallazgos de Joya de Cerén también se encuentra un temascal, una estructura utilizada como sauna por los antiguos mayas para «limpieza física y espiritual». Este habría sido usado por las personas comunes, a diferencia de uno hallado Tikal (parque maya en Guatemala) que habría sido para la élite.

Su entrada de 80 centímeros de alto y 50 centímetros de ancho obligaba a los habitantes a entrar agachados. Era una construcción con dos techos, uno de adobe (un domo que impresionó por su sofisticación técnica) y otro de zacate. Se cree que lava del Loma Caldera destruyó una parte del domo.

Una réplica de un temascal está en Joya de Cerén. Los visitantes pueden entrar en él. Foto LPG / Ernesto Arteaga

La chamana

Un complejo religioso también fue descubierto en Joya de Cerén, el que habría sido destinado para la adivinación, una tarea que habría sido desempeñada por una chamana. Se cree que era una mujer por algunos objetos hallados dentro que en esa época no eran usados por hombres, como la piedra de moler o el malacate para hilar.

Entre las características de la construcción están dos ventanas con celosías, nichos verticales, tres habitaciones con diferente nivel, puerta con doble poste y una entrada muy pequeña que hacía necesario gatear para entrar.

Casa de la chamana en Joya de Cerén. En ella destacan las celosías. Foto LPG / Ernesto Arteaga

¿Por qué se le considera un espacio religioso? Porque se hallaron objetos para «moler maíz, malacates para hilar, ofrendas de cerámica y una figurilla», además de frijoles en la tierra que habrían sido usados en ceremonias.

El arqueólogo Roberto Gallardo cree que las personas que deseaban consultar con la chamana llegaban a la puerta principal y dejaban un pago sobre el dintel de madera. Luego se pasaba a una de las celosías para explicarle a la chamana qué es lo que se quería para que ella, dentro de la estructura, hiciera una ceremonia. En la otra celosía, en la parte trasera, se le indicaba a la persona el tratamiento a seguir para curar alguna enfermedad.

«El chamanismo es la religión más antigua del ser humano; aparece desde la época de los cazadores recolectores, antes de que hubiera sedentarismo y consiste en adivinar, en curar, en predecir y tener conocimiento sobre plantas medicinales, sobre elementos de la naturaleza que los demás no tienen», sostiene Gallardo según una publicación de cultura.gob.sv.

En la actualidad, los salvadoreños herederos del chamanismo serían los llamados «brujos de Izalco».

Payson Sheets cree que durante la erupción del Loma Caldera los habitantes de Joya de Cerén celebraban una ceremonia de cosecha, pues en un lugar de hallaron 54 vasijas, 32 de ellas para cocinar.

La Prensa Gráfica

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