Eduardo Bolsonaro, diputado brasileño: «En un par de años llegarán los resultados y pondrán otros Bolsonaros adelante en el gobierno»

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Buena parte de la derecha chilena ayer en la tarde estaba revolucionada con su llegada a Chile. Dirigentes y parlamentarios de la UDI y Acción Republicana de José Antonio Kast se reunieron con Eduardo Bolsonaro, uno de los tres hijos del Presidente electo de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, y que es su brazo derecho, su colaborador más cercano, a la vez que el encargado de llevar adelante los contactos políticos a nivel internacional del nuevo Mandatario carioca.

Pero, además, el abogado de 34 años es parte importante del «fenómeno electoral» en que se ha transformado esta familia, porque en octubre resultó electo diputado con más de 1 millón 800 mil votos, el registro en las urnas más alto que ha tenido un parlamentario en la historia de este país. Este socialcristiano se reconoce admirador de Ronald Reagan, a quien considera «un estadista conservador muy bueno», pero de las figuras políticas actuales con las que siente mayor empatía es con Mario Abdo de Paraguay. «Está muy bien él, está muy cercano a lo que pensamos nosotros». La misma conexión afirma sentir con Donald Trump, de quien piensa es «una persona con coraje, podría tener una vida confortable y tranquila, sin ingresar en la política, pero lo hace pensando en su país. En este punto, igual a mi padre».

-Muchos no entienden qué pasa en América Latina ni tampoco lo que sucede en Europa. ¿Qué los llevó no solo a ser Gobierno sino que a conquistar más del 50% de los votos en Brasil?

-Primero, fue fundamental el tema de internet y las redes sociales, con eso hay una conexión directa entre el diputado, el político y la población, entonces el mensaje es muy directo, por más que una parte de la prensa en Brasil hable que nosotros somos racistas, sexistas, misóginos, nazistas, fascistas y todo eso, las personas están de acuerdo con lo que habla Jair Bolsonaro, tanto que consiguió ser electo Presidente de Brasil. Segundo, la gente se está dando cuenta de que las políticas socialistas no llevan a un país a la prosperidad, sino a una situación parecida a la de Venezuela. Hace veinte años, los venezolanos ni siquiera se imaginaban que llegarían a la condición de hambre que tienen hoy, entonces, el peligro está muy cerca y las personas van mirando eso.

El único que en Brasil estaba hablando fuera de lo políticamente correcto, que estaba hablando directamente con las personas, era Jair Bolsonaro. Solo un ejemplo, fue el único candidato que defendió el derecho para que las personas tengan acceso a armas de fuego, todos los demás estaban en contra y en 2005 tuvimos en Brasil un referendo en que el 64% de los brasileros dijo que sí quería tener el derecho de comprar un arma, entonces hay una conexión directa con las personas. Bolsonaro fue electo y no gastó ni medio millón de dólares, producto de la puñalada que recibió estuvo el 70% del tiempo de la campaña adentro de su casa. Entonces es un fenómeno, no fue una ola, es un tsunami.

-¿No tienes miedo que por el hecho de ser un fenómeno termine en un fracaso? ¿Hay un proyecto sólido?

-Esta independencia con que se conquistó la Presidencia, sin hacer acuerdos no republicanos con partidos políticos o grupos de intereses, da la independencia total a Jair Bolsonaro, al punto de nombrar a quien quiera para los ministerios. Si Brasil estaba mal con un socialista, ponemos ahora un liberal en economía como Paulo Guedes, un Chicago boy delante de la economía; si estábamos mal con la corrupción, podemos poner el símbolo del combate de la corrupción que es el juez Sergio Moro en justicia. Estamos haciendo lo que el pueblo nos pide, creo que eso se va a quedar permanente, porque los resultados van a venir. Así como los resultados socialistas son desastrosos, el estar dotados de una economía más liberal, con una menor presencia del Estado, apunta a un Estado mucho más próspero. Un poco más adelante, en un par de años, llegarán los resultados y seguramente pondrán otros Bolsonaros adelante en el Gobierno en Brasil.

-Bolsonaro es un fenómeno, pero ustedes son permanentemente criticados, se les cuestiona por su visión en materia de derechos humanos, los gays, la militarización. ¿Por qué no han logrado romper con eso, posicionar otros temas como la desigualdad o no hay planteamientos más sociales?

-Parte de los medios en Brasil fueron sostenidos por mucho tiempo con platas del Gobierno, entonces, es natural que con la llegada de Bolsonaro, que era de oposición y que tiene la independencia para bajar los aportes gubernamentales en la prensa, seguramente estamos afectando los intereses particulares de una parte de esta. Los temas centrales no son los que preocupan a las personas, los medios están hablando hasta de la ropa que la primera dama está comprando, materias que no son relevantes. Seguramente que queremos hablar mucho más de la exploración sustentable del Amazonas, de las economías más liberales, la privatización, sus beneficios, que son cosas que interesan a todos los brasileros, encuentro que ellos (la prensa) están preocupados de llamarnos machistas, racistas, pero que en realidad nosotros no somos.

-Ya que tocas el tema, ¿por qué explorar el Amazonas que es el último pulmón del mundo?

-Brasil es una tierra muy rica, 20% del agua dulce del mundo está ahí, en el Amazonas, hay biodiversidad, minerales, incalculables riquezas, pero estamos durmiendo sobre esta riqueza y somos un país aún pobre. ¿Por qué no explorar eso que Dios nos dio? Explorar no es lo mismo que destruir, destruir es lo que hizo Estados Unidos con sus indios, lo que Noruega hizo con su floresta. Ahora que en Brasil estamos con la independencia para hacer una exploración sustentable, por qué no hacerla, hay muchos intereses de otros países, pero tenemos total condición de hacer una exploración, tenemos la soberanía para ello. A nosotros nos encantaría hacer una exploración al lado de países desarrollados como Estados Unidos, como Israel, Japón. De ninguna manera vamos a destruir la floresta amazónica para poner ahí cerdos o plantación de soya, eso no va a pasar.

Odebrecht y la religión

-No es fácil limpiar la corrupción, menos en un año, pero ¿no vez una chance real de que el nuevo gobierno pueda caer también en hechos de corrupción por lo grande que es Brasil?

-Seguramente, yo sería hipócrita si dijera que vamos a llevar la corrupción al cero por ciento. Eso no va a pasar. Donde hay personas, hay corrupción. El problema de la izquierda y del Partido de los Trabajadores, es que ellos pusieron a la corrupción en otro nivel, porque los robos no se fueron para su propio confort, sino que para sustentar a otros países bolivarianos.

«Todo Occidente fue construido con base cristiana. ¿Por qué en Chile y en Brasil, a las mujeres en determinada edad no les sacan el clítoris, cosa que pasa en otros países? Porque tenemos una cultura cristiana. ¿Por qué no se mata a las mujeres que son infieles a sus maridos? Porque acá tenemos otra concepción, otro valor de vida y en base a este valor se construyó todo Occidente. No matarás, no robarás, honra a tu padre y a tu madre para que sus vidas se prolonguen en la Tierra. Y ahora hay un nuevo movimiento de la izquierda intentando romper con todo eso, por un nuevo tipo de sociedad, una sociedad que no se mide en las calles, quieren ponerlo –como decimos en Brasil– garganta abajo. Esa es nuestra resistencia. Una de las principales banderas que están poniendo los cristianos en la política es la defensa de la familia. Los cristianos respetan todo, es un pueblo muy pacífico. Nosotros no matamos a los negros ni a los homosexuales, ni a mujeres. Lo único que queremos es respeto, consideración, para la cultura de la mayoría que somos en Brasil».

-Eso es un gran tema, el caso Odebrecht. ¿Tienen contemplado investigar más sobre los aportes de los gobiernos brasileños anteriores a Chile, gobiernos o instituciones?

-Seguramente que sí. Jair Bolsonaro ha hablado mucho, desde su campaña electoral, que se hará una auditoría en el Banco de Desarrollo Público, que se sabe que estaba financiando no solo obras de Odebrecht, sino que a otras empresas fuera de Brasil. Por ejemplo, en Cuba está el Puerto de María, hay como 600 millones de dólares, lo hizo Odebrecht sin ningún control. ¿Qué produce Cuba que necesita de un puerto así? ¿Y será que los puertos en Brasil están tan buenos que no necesitaban una reforma? Entonces eso será investigado.

-¿Hubo financiamiento ilegal a países como Chile?

-Seguramente, sin duda, y eso no es una especulación. Hay casos como en Nicaragua, Cuba, con sospechas muy fuertes de corrupción, y creo que llegará hasta Chile, porque, donde hay obras de Odebrecht fuera de Brasil, hay corrupción. Es una manera, un sistema de corrupción que Lula da Silva lo empezó y Dilma Rousseff lo continuó para sustentar a los países llamados bolivarianos, entonces toda la izquierda de Latinoamérica, con Chávez, Maduro, los Kirchner, seguramente va a pasar con Michelle Bachelet, con Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia.

-Entre Sebastián Piñera o José Antonio Kast, ¿cuál de sus posiciones te identifica más?

-La gente habla que Kast es como el Bolsonaro de Chile, pero a mí me gusta también Piñera, necesito estudiar un poco más, estoy seguro que por Bachelet no votaría.

-El tema de los inmigrantes es muy fuerte en la región, está la caravana de los migraciones, Chile decidió bajarse del Pacto de Migraciones de la ONU…

-Ya tenemos muchos problemas en Brasil. En el norte del país tenemos la crisis de migración de los venezolanos que huyen del hambre, la falta de medicinas, entonces, no tenemos más capacidad ni la obligación. Los brasileros no eligieron a Jair Bolsonaro para que tuviésemos una política para incentivar esta inmigración. Seguramente hay personas que necesitan, que están buscando un nuevo país para vivir, pero también hay personas malas, hay terroristas, necesitamos mirar el pasado de las personas antes de aceptarlas en Brasil.

-¿Cuál es la fuerza política del cristianismo en Brasil?

-Todo Occidente fue construido con base cristiana. ¿Por qué en Chile y en Brasil, a las mujeres en determinada edad no les sacan el clítoris, cosa que pasa en otros países? Porque tenemos una cultura cristiana. ¿Por qué no se mata a las mujeres que son infieles a sus maridos? Porque acá tenemos otra concepción, otro valor de vida y en base a este valor se construyó todo Occidente. No matarás, no robarás, honra a tu padre y a tu madre para que sus vidas se prolonguen en la Tierra. Y ahora hay un nuevo movimiento de la izquierda intentando romper con todo eso, por un nuevo tipo de sociedad, una sociedad que no se mide en las calles, quieren ponerlo –como decimos en Brasil– garganta abajo. Esa es nuestra resistencia. Una de las principales banderas que están poniendo los cristianos en la política es la defensa de la familia. Los cristianos respetan todo, es un pueblo muy pacífico. Nosotros no matamos a los negros ni a los homosexuales, ni a mujeres. Lo único que queremos es respeto, consideración, para la cultura de la mayoría que somos en Brasil.

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