Caravana migrante: muere otro niño guatemalteco en custodia de la policía fronteriza de EEUU
Otro niño guatemalteco muere en custodia de autoridades de EEUU
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) dijo que un niño de ocho años de nacionalidad guatemalteca que había sido aprehendido por las autoridades fronterizas murió en un hospital de Nuevo México poco después de la noche de Navidad.
Según un comunicado de prensa, el niño, acompañado por su padre, fue llevado al hospital en la víspera de Navidad después de manifestar signos de enfermedad, ser tratado y dado de alta.
El niño regresó al hospital esa noche después de que sus síntomas fueran más severos y murió después de medianoche.
La CBP dice que la causa de la muerta es desconocida. La agencia dice que habrá una investigación independiente para averiguar lo que ocurrió.
El comunicado no indica durante cuánto tiempo el niño y el papá estuvieron en custodia.
La aldea de Jakelin Caal le da el último adiós
Después de hacer un recorrido por la recóndita comunidad de San Antonio Secortez, en Alta Verapaz, primero frente a la casa de su abuelo, luego al hogar de su mamá y a la iglesia, el cuerpo de Jakelin Caal Maquín ingresó este martes al cementerio para su último adiós.
En una despedida silenciosa, decenas de personas entregaron los restos de la menor, fallecida hace 17 días en Estados Unidos cuando era custodiada por la Patrulla Fronteriza, dentro de su féretro blanco en el nicho de bloque y cemento.
Apenas un mensaje con su nombre escrito en el cemento fresco, a mano, se lee en la lápida de quien fuera una de las alegrías de la familia Caal Maquín y que, según cuenta el abuelo -Domingo Caal- decidiera acompañar a su padre, Nery Caal, en su odisea hacia territorio norteamericano.
Para ello, los Caal hipotecaron el terreno de su propiedad y pagaron una cuantiosa suma a coyotes para llegar hasta la frontera de México con Estados Unidos, donde la Patrulla Fronteriza detuvo el 6 de diciembre a unas 163 personas, separó al padre y a su hija y, 48 horas más tarde, admitió que había fallecido la menor guatemalteca de origen maya q’eqchi’ por supuesta deshidratación.
Apenas el domingo por la tarde, la Cancillería guatemalteca repatrió el cuerpo de Jakelin en solitario, mientras el padre permanece en territorio estadounidense a la espera de conseguir el permiso para trabajar allí y poder enviar recursos a la familia para salir de la pobreza extrema en la que viven.
Mientras amigos, vecinos y familiares de la pequeña oraban por ella en una ceremonia evangélica, su padre, Nery Caal, lloraba y se tapaba la mirada con un paño a distancia, desde una videollamada en un teléfono móvil sostenido por su hermano.
Claudia Maquín, la madre de Jakelin y otros tres hijos -una de apenas 6 meses de edad-, enrojecida de la tristeza, pero con apenas un hilo de llanto se despidió de su hija en casa, cuando la caravana que llevaba el ataúd pasó por allí, en su camino hacia el cementerio, remodelado este lunes.
Unos 45 minutos de camino más tarde, con ya apenas decenas de personas, fue el último recorrido de la menor, sobre quien ha pedido una investigación la Cancillería guatemalteca al Departamento de Estado estadounidense acerca de las razones de la muerte, así como el informe médico.
Tanto el abuelo como la madre, prefirieron quedarse en casa y ya no ver al féretro ingresar al nicho, que guardará la vida de una menor que estremeció la remota comunidad de San Antonio Secortez y al país entero.
Otra víctima
Un sepelio que coincidió con la notificación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) acerca de la muerte de un segundo menor guatemalteco bajo su custodia, en Nuevo México.
El nombre del pequeño se desconoce pero se sabe que tenía ocho años y que fue detenido junto a su padre por la patrulla fronteriza de Estados Unidos tras cruzar clandestinamente desde México. Murió este martes en el Centro Médico regional de Gerald Champion, en Alamogordo, Nuevo México.
Durante el lunes 24, los agentes vieron que el niño parecía enfermo, por lo que fue trasladado al hospital junto con su padre. En un comunicado, las autoridades explican que el menor fue diagnosticado inicialmente con un resfrío común y cuando las autoridades se disponían a darlo de alta se dieron cuenta de que tenía fiebre.
«El niño fue mantenido en observación durante 90 minutos y después dado de alta del hospital a mitad de la tarde del 24 de diciembre con una prescripción de amoxicilina y de ibuprofeno», indicaron las autoridades.
En la noche, el cuadro evolucionó y el niño comenzó con náuseas y vómitos, por lo que fue trasladado nuevamente al centro médico, donde finalmente murió poco después de la medianoche.
Relator de la ONU insta a EEUU a investigar la muerte de una niña migrante
Un relator del área de derechos humanos de Naciones Unidas pidió este lunes a Washington investigar a fondo la muerte de una niña guatemalteca de siete años cuando estaba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense.
“Las autoridades estadounidenses deben garantizar que se lleve a cabo una investigación exhaustiva e independiente de la muerte de Jakelin Amei Caal”, dijo el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos de los migrantes, Felipe González Morales, en un comunicado.
Los relatores en el área de derechos humanos de la ONU son independientes, trabajan como voluntarios y no hablan en nombre de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Jakelin Caal murió a principios de este mes en un hospital de El Paso, Texas, después de haber sido arrestada junto con su padre y otras personas que cruzaban desde México el 6 de diciembre.
Juntos habían viajado más de 3 mil kilómetros desde su ciudad natal de Raxruha, Guatemala.
Joaquín Castro, un legislador demócrata de Texas que encabezó una delegación que investigaba la muerte, dijo la semana pasada que hubo un “fracaso sistemático” en la forma en que se manejó la condición de Caal.
Los medios estadounidenses, citando al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de EE UU, informaron que Caal murió de “deshidratación y conmoción”.
Sale otra caravana migrante, se cuentan más de 15 mil personas
Otra gran caravana de migrantes se dirige a México, pero a diferencia de las anteriores, esta no se dirige a la frontera sur de los Estados Unidos, según un defensor de los migrantes.
“Una nueva caravana de 15,000 personas ya ha salido de Honduras hacia Chiapas”, dijo Irma Garrido, miembro del grupo de defensa de migrantes Reactiva Tijuana Foundation.
“Suponemos que esta caravana, recogera más personas en El Salvador y Guatemala. Pero su objetivo es llegar a Chiapas y solicitar trabajo allí ”en el proyecto del Tren Maya y la reforestación anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
AMLO ha prometido que los centroamericanos que quieran trabajar en México recibirán una visa de trabajo, mientras que los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron la semana pasada trabajar juntos en un plan de desarrollo en el sur de México y Centroamérica para frenar la migración.
Miles de centroamericanos han cruzado la frontera sur de México durante los últimos dos meses como parte de varias caravanas, y la mayoría continúa su viaje hacia la frontera México-Estados Unidos a pesar de las ofertas del gobierno anterior de refugio, atención médica, educación y empleos si se quedaban en Chiapas o Oaxaca.
La llegada masiva de los centroamericanos a la ciudad de Tijuana provocó una reacción contra los migrantes que se manifestó en una gran protesta, una confrontación entre los residentes y un grupo de migrantes en el distrito costero de Playas. El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, (llamado Trump de Tijuana) declaró que los miembros de la caravana no son buscados.
Garrido dijo que las noticias de la “fuerte xenofobia” en Tijuana contra los migrantes llegaron a los que se dirigen a Chiapas, insinuando que fue un factor en su decisión de permanecer en el estado sureño.
Irma dijo que algunos miembros de la nueva caravana probablemente viajarían más tarde a la frontera norte de México y buscarían ingresar a los Estados Unidos.
Aquellos que ya están allí enfrentan una larga espera para presentar solicitudes de asilo, ya que el gobierno de los Estados Unidos ha introducido un sistema diario de “medición” que limita el número de casos de asilo que las autoridades fronterizas.
Varados en la frontera, un número cada vez mayor de migrantes cruzaron o intentaron cruzar la frontera ilegalmente para entregarse a los agentes de la patrulla fronteriza y evitar la larga espera de una oportunidad para solicitar asilo.
La semana pasada, las autoridades de los Estados Unidos anunciaron que los migrantes que ingresen a ese país y soliciten asilo allí serán devueltos a México para esperar el resultado de sus reclamos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) respondió que cooperaría con el cambio de política de los Estados Unidos y anunció que retiraría a algunos migrantes no mexicanos, aunque agregó que se mantendría el derecho de rechazar o admitir la entrada de extranjeros.
No está claro cuántos migrantes serían enviados de regreso a México, pero el jefe del Instituto Nacional de Inmigración (INM) dijo que su agencia no podría recibirlos en el corto plazo.
El portavoz de Asuntos Exteriores, Roberto Velasco, dijo que la nueva regla se aplicaría solo a los nuevos solicitantes de asilo y no a aquellos que ya han ingresado a los Estados Unidos.