La policía de Tijuana detuvo a más de 40 miembros de la caravana migrante por «faltas administrativas»
Policía Municipal sigue arrestando a migrantes por faltas administrativas
Poco más de 40 migrantes de la caravana que actualmente se encuentra en la ciudad, han sido detenidos por elementos de la Policía Municipal, por el consumo de alcohol y drogas en la vía pública, informó el director de esta institución, Mario Martínez.
El caso más reciente fue la detención de Víctor Ricardo «N» de 25 años, quien fue llevado con la autoridad correspondiente por ingerir bebidas embriagantes al interior del albergue instalado en la Unidad Deportiva Benito Juárez, en la colonia Zona Norte.
Cabe mencionar, que en redes sociales circuló una foto del joven, reportando que había sido detenido arbitrariamente mientras se encontraba grabando la llegada de camiones con migrantes al albergue, sin embargo, el director de la Policía Municipal, señaló que al momento de ser detenido en estado de ebriedad no se identificó como prensa.
INM: suman 8 mil 744 centroamericanos en cuatro entidades
A casi un mes de la llegada de la primera caravana, el Instituto Nacional de Migración (INM) ha identificado a alrededor de 8 mil 744 centroamericanos en el país en su intento por llegar a la frontera con Estados Unidos.
Desde su entrada a territorio mexicano, el pasado 19 de octubre, las caravanas se encuentran dispersas en albergues y parques públicos de cuatro entidades.
Las adversidades, el clima y hasta el rechazo de la población, principalmente en el norte, generaron que se redujera el número de migrantes que ha ingresado a México en al menos dos contingentes.
De acuerdo con cálculos del INM, los centroamericanos que entraron durante el último mes se redujeron en casi mil, por lo que pasaron de 9 mil 676 a 8 mil 744, que son los que actualmente se encuentran en el país.
La primera caravana está ya en la frontera con Estados Unidos, y la gran mayoría, 3 mil 968, en Tijuana, Baja California, a la espera de poder cruzar la frontera y solicitar asilo. Un pequeño grupo de mil 728 migrantes se encuentra en Sonora y se dirige a Baja California.
La segunda caravana, que ingresó al país nueve días después, y la tercera suman alrededor de 3 mil 84 personas, de las cuales un grupo de 600 comenzó su viaje hacia la autopista México-Querétaro.
Se estima que hay 850 en la Ciudad de México, donde prevén quedarse a residir o solicitar el retorno asistido a su países; 946 transitan por Guanajuato, 256 se trasladan con sus propios medios hacia el norte y 20 más permanecen en el albergue ABBA en Celaya; 180 partieron ya hacia Irapuato.
A 10% de capacidad
Los 650 centroamericanos que estaban en el estadio Jesús Palillo Martínez fueron trasladados a la Casa del Peregrino de la Basílica de Guadalupe, donde permanecerán hasta el viernes.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez, detalló que el cambio se debe en gran medida al clima frío de la capital y por temas operativos, ya que el estadio estaba a 10 por ciento de su capacidad.
“Son temas operativos, este estadio tiene una capacidad para 6 mil personas y ahorita solo tenemos 10 por ciento; por otra parte el frío, por más que se tengan las carpas, por más que se tengan tarimas, el frío está muy fuerte y necesitamos un lugar techado”, explicó.
Ramírez precisó que se dispusieron 20 camiones M1 de la Ciudad de México para el traslado a la Casa del Peregrino, donde “se les seguirá asegurando la alimentación, servicios de salud, agua” hasta el viernes.
Además, señaló, las carpas que fueron instaladas para atenderlos en el estadio Jesús Palillo Martínez serán desmontadas a fin de que el lugar, ubicado en la colonia Magdalena Mixhuca, recupere sus actividades.
La ombudsman destacó que la Comisión de Derechos Humanos capitalina, en coordinación con las alcaldías, seguirá atendiendo a los pequeños colectivos de migrantes que lleguen a esta urbe, pues “estas dimensiones de caravanas ya las hemos tenido, hasta las que se anuncian que van a salir de El Salvador, que son 150 personas”.
Sigue avanzando un nuevo grupo
Una nueva caravana llegó ayer a Tecún Umán, Guatemala, proveniente de El Salvador. Alrededor de 200 migrantessalieron de la plaza Salvador para continuar el recorrido hacia los límites entre México y Estados Unidos.
Cierran y refuerzan garita de San Ysidro para evitar cruce masivo de migrantes
Durante más de tres horas, los 26 carriles de la garita San Ysidro en Tijuana —el puerto fronterizo más importante y transitado del mundo— estuvieron cerrados, justo en el momento en que miles de residentes de esa ciudad cruzan la frontera para ir a trabajar al otro lado.
El bloqueo inició después de las 3:00 horas y hasta las 6:40 horas, lo que representó largas filas de automovilistas que se quedaron varados y una afectación a los comerciantes que viven de quienes cruzan la frontera, por lo que exigieron a los gobiernos locales actuar para evitar afectaciones a la economía de las familias de esta ciudad.
Hubo quejas y gritos de reclamo hacia los migrantes, los afectados lanzaban amenazas e incluso algunas de las personas clamaban su deportación. “Ojalá y los maten a todos”, fueron algunas de las frases lanzadas por quienes llegaron tarde al trabajo. Hubo vendedores de burritos que decidieron regalar su comida para la venta a la poca gente que caminaba.
Los personas tuvieron que cruzar a través del puente peatonal PedWest, situado del otro lado de la ciudad, en la delegación Otay Centenario, mientras que el ingreso desde Estados Unidos hacia México no se vio afectado. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que la medida se tomó para instalar “obstáculos” y luego de tener conocimiento de que las caravanas planeaban correr ilegalmente a través del puerto de entrada.
Los “materiales de reforzamiento adicional” consistieron en alambres de púas, vallas metálicas y bloques de concreto.
Según la Administración de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés) el puerto de San Ysidro es el más ocupado en América del Norte, está abierto las 24 horas, los siete días de la semana y procesa aproximadamente 50 mil cruces de vehículo y 26 mil a pie.
Afectaciones. El vicepresidente de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro, Ray Barraza, aseguró que los gobiernos locales, estatales y federales deben actuar y mantener el control de esta crisis para evitar que la llegada de los migrantes afecte la vida de los ciudadanos. Dijo que con el cierre del puerto fronterizo hubo quienes no llegaron a su trabajo y una arteria comercial, como lo es el área de la garita, tuvo su primer golpe con las medidas aplicadas por Estados Unidos. Además, quienes compran sus insumos y mercancías en las tiendas situadas del otro lado de la frontera tampoco pudieron abastecerse a tiempo para iniciar sus actividades.
“Necesitamos que haya alguien que nos explique a los tijuanenses lo que está pasando porque no lo sabemos y no se mira el control; entendemos que es gente con necesidad, pero tampoco se puede permitir que afecte la economía de las familias”, dijo.
Siguen llegando. Un grupo de 300 migrantes centroamericanos que estaban varados en Mexicali decidió emprender a pie su camino hacia Tijuana para, al igual que el resto, pedir asilo al gobierno estadounidense. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), desde el 11 de noviembre, cuando llegó el primer grupo de la caravana de migrantes, han arribado más de 5 mil personas que buscan pedir asilo en EU. El ayuntamiento de Tijuana informó que detuvo a 34 personas pertenecientes a la caravana migrante por posesión de drogas, estado de ebriedad, disturbios al orden social y ultrajes a la autoridad, quienes fueron puestos a disposición del INM. “Caerá todo el peso de la ley a los miembros de la caravana migrante que no respeten a los ciudadanos tijuanenses”, dijo el alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro.
Juez federal de EE.UU. bloquea la orden de Trump de negar asilo a migrantes
Un juez federal de Estados Unidos bloqueó temporalmente el lunes una nueva orden del gobierno de Donald Trump que deniega la posibilidad de obtener asilo a las personas que entren ilegalmente al país.
El presidente Trump firmó este mes un decreto para rechazar automáticamente las solicitudes de asilo presentadas por personas que cruzaron ilegalmente la frontera con México.
El juez de distrito John Tigar, en San Francisco, emitió este fallo temporal contra el decreto, en respuesta a la demanda interpuesta por organizaciones de defensa de los derechos civiles.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) afirma que la ley estipula que cualquiera que entre al país, independientemente de si lo hace legal o ilegalmente, puede presentar una solicitud de asilo.
El decreto de Trump indica que solo aquellos que ingresen a Estados Unidos por pasos fronterizos oficiales -y no quienes se escabullan a través de la frontera- pueden hacer el pedido de asilo.
La orden ejecutiva se produjo en momentos en que una caravana con miles de migrantes, en su mayoría hondureños, avanza a través de México hacia Estados Unidos.
Unos 3.500 centroamericanos de la caravana ya arribaron a Tijuana, contigua a la estadounidense San Diego, y se espera que otros 3.000 lleguen a partir de este martes.
“Irreconciliable conflicto”
El juez Tigar indicó que la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) de 1965 establece que cualquier extranjero que llegue a Estados Unidos, “sea o no a través de un puerto de ingreso”, puede pedir asilo.
El decreto “que prohíbe dar asilo a los inmigrantes que ingresen al país eludiendo un puerto de ingreso está en irreconciliable conflicto con la INA y la expresa intención del Congreso”, versa el fallo de Tigar.
“Cualquiera sea la amplitud de la autoridad presidencial, no puede reescribir las leyes de inmigración para imponer una condición que el Congreso prohibió en forma expresa”, agregó.
El bloqueo impuesto por el juez permanecerá vigente hasta que la corte decida sobre el caso.
El gobierno de Trump ha argumentado que tiene el poder exclusivo de frenar la inmigración en aras de la seguridad nacional, un poder que invocó justo después de ser investido en 2017 con una polémica prohibición de ingresar a Estados unidos a ciudadanos de varios países.
La última versión de esta orden fue ratificada por la Corte Suprema el pasado 26 de junio, después de una larga batalla legal.
Cuando el departamento de Seguridad Interior anunció la nueva política el 8 de noviembre, un alto funcionario del gobierno dijo que respondía al “abuso histórico inigualable de nuestro sistema de inmigración” en la frontera con México.
Atender pedidos “creíbles”
Funcionarios del gobierno afirman que cualquiera que logre ingresar al país puede pedir asilo y que luego a menudo desaparecen mientras su caso ingresa al sistema judicial.
“La gran mayoría de estas solicitudes terminan careciendo de mérito”, dijo un alto funcionario que pidió no ser identificado.
Menos de 10% de los casos resultan en un otorgamiento del asilo, afirma el gobierno.
Activistas por los derechos humanos y otros críticos de la política de Trump afirman que al restringir los pedidos de asilo a los puertos de entrada al país -que ya se encuentran bajo una fuerte presión- la administración está de hecho cerrando la puerta a personas que auténticamente estén huyendo de sus países para salvar sus vidas.
“El gobierno no puede abdicar de su responsabilidad hacia los migrantes que huyen del daño”, señaló la Coalición de Inmigración de Nueva York.
Pero el citado funcionario argumentó que “lo que estamos tratando de hacer es canalizar” los pedidos “creíbles” de asilo “a través de los puertos de ingreso, donde tenemos mejores recursos”.
De esa manera, agregó, los tribunales “atenderán esos pedidos en forma expeditiva y eficiente, de manera que aquellos que de hecho necesitan una protección de asilo obtengan esa protección”.
En 2018, las patrullas fronterizas registraron más de 400.000 migrantes ilegales, indicó el Departamento de Seguridad Interior. Y en los últimos cinco años, el número de pedidos de asilo aumento 2.000%, agregó.
“Se busca obrero”: Tijuana ofrece empleo a caravana migrante
Albañiles, cocineras, pintores, costureras: la caravana migrante que emprendió un maratónico éxodo desde Honduras en busca del sueño americano trae consigo una valiosa mano de obra que la mexicana ciudad de Tijuana, la última escala antes de Estados Unidos, quiere aprovechar en su próspera industria.
Bajo una carpa blanca colocada cerca de su hacinado albergue en un barrio desfavorecido de Tijuana, cientos de migrantes hacían fila para entrar a una “feria del empleo” organizada expresamente para los miles de integrantes de la caravana.
Demostrando una fuerza y determinación de hierro, estos centroamericanos recorrieron a pie o en autostop, durante más de un mes, unos 4.400 km desde San Pedro Sula hasta la fronteriza Tijuana.
“Son gente muy fuerte, mano de obra muy valiosa para nuestra industria”, dijo a la AFP Nayla Rangel, del Servicio Nacional de Empleo y a cargo de la coordinación de la feria que durará un mes.
En este espacio se reúnen las empresas para ofrecer sus vacantes y entrevistar a los centroamericanos, así como autoridades migratorias y agentes de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados para regularizar su estancia y darles acceso a la seguridad social.
“Lo que se busca es darles una visa por razones humanitarias mientras se define su situación migratoria para que tengan un permiso de trabajo”, explicó Rangel.
Unos 3.000 migrantes de la caravana se encuentran en Tijuana, la inmensa mayoría albergados en un refugio que las autoridades improvisaron en un centro deportivo con carpas y colchonetas a la intemperie.
Y más de mil migrantes de esta caravana que quedaron rezagados en la cercana Mexicali caminaban este martes hacia Tijuana, desafiando lo agreste del desértico camino.
Trabajar “de lo que sea”
“Se busca obrero”, dice un anuncio de papel que Wilmar Correa trae en las manos mientras hace fila en la feria.
Este hondureño de 27 años estudió para maestro, pero nunca pudo ejercer por la falta de oportunidades y la violencia en su país.
Lejos de los libros, está dispuesto a trabajar “de lo que sea” en la próspera industria de la frontera mexicano-estadounidense.
Al igual que muchas ciudades limítrofes, el gran motor de la economía en Tijuana es la industria manufacturera, sobre todo en los sectores aeroespacial, médico y electrónico.
Hacia el sur, en las magníficas playas de Baja California -el estado al que pertenece Tijuana- florecen los restaurantes y hoteles enfocados al turismo internacional.
Con un comercio bilateral que asciende a más de 500.000 millones de dólares anuales, México envía más del 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, su principal socio comercial.
En la feria del empleo para migrantes “estamos ofreciendo entre 7.000 y 10.000 empleos para la industria y otras actividades productivas como restaurantes”, asegura Salvador Díaz, presidente de la local Asociación de Industriales.
Todos ganan en este negocio: los migrantes obtienen un empleo legal y los empresarios mano de obra deducible de impuestos, explica.
Por 1.800 pesos semanales (unos 90 dólares), Cesar Elvir, quiere trabajar como pintor en una fábrica.
Este hondureño de 20 años que viaja con su esposa y dos hijos, ya pasó las primeras entrevistas y espera que la empresa le llame a su celular para confirmarle la plaza.
“Se mira bien. Mi meta en sí no es Tijuana, pero mientras espero mis otras oportunidades, temporalmente me tocaría esperarme aquí un tiempo”, dice sonriente bajo su gorro de invierno.
Historias de éxito
La multitudinaria caravana centroamericana parece un “déjà vu” para Tijuana, que hace dos años vio llegar a miles de haitianos. Muchos de ellos cruzaron a Estados Unidos, pero muchos otros echaron raíces en México.
“El caso de los haitianos fue muy positivo. Traemos unos 2.500 trabajando” legalmente, dice Díaz.
“Lo más importante es que se fusionaron de manera correcta con la sociedad, no hemos tenido problemas con ellos. Eso mismo queremos lograr con los centroamericanos”, añadió.
La caravana migrante provocó una violenta protesta por parte de cientos de habitantes de Tijuana que consideran que muchos pertenecen a las maras (pandillas) y generarán violencia.
Pero en realidad, la inmensa mayoría son familias con buenas intenciones y “nos dicen que ellos mismos nos pueden ayudar a identificar a esas personas (delincuentes) y ponerlas a disposición de las autoridades para retornarlas a su país”, comentó Díaz.
En Honduras “yo cuidaba bebés, limpiaba casas, lavaba ajeno… lo que salía”, dice Karla Vallecío, 34 años, tras llenar un formato con sus datos para conseguir empleo.
“Si consigo trabajo lo primero que haría es conseguir un cuartito para quedarme aquí” en Tijuana, dice, al explicar que el proceso legal para pedir asilo en Estados Unidos es más lento y engorroso de lo que pensaba.
Familiares en Estados Unidos “me han dicho que me espere a que calmen las aguas, que pase todo este relajo a ver si ellos me ayudan” a pasar legalmente, explica.