Presidentes iniciaron el G20 y organizaciones sociales protestan en Argentina
Miles de personas le dicen No al G20
Mientras los líderes de las principales potencias mundiales deliberan en Costa Salguero, miles de personas participan en el centro porteño de la marcha contra el G20. La movilización, frente a la que el Gobierno montó un fuerte operativo de seguridad, concluirá en el Congreso.
La manifestación fue convocada por organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos y gremiales. El punto que se fijó para la concentración de los manifestantes fue 9 de Julio y San Juan para luego marchar desde allí hasta la Plaza Congreso.
El centro porteño está copado por fuerzas de seguridad. A primera hora de la tarde, efectivos policiales detuvieron a cinco personas, entre ellos Guillermo Pistonesi, apoderado del PTS. La policía también informó del secuestro de ocho bombas molotov.
De la convocatoria a marchar contra el G20 participan referentes de Barrios de Pie, CTEP, Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa, el Frente Darío Santillán, Movimiento La Dignidad, MST, Partido Piquetero, PTS, Partido Obrero, ATE, Libres del Sur, CTA Autónoma e Izquierda Socialista, entre otros.
La antesala de la marcha de hoy fue la “Fiesta de los Pueblos”, que con la consigna “No al G-20”, organizó ayer frente al Congreso “Confluencia Fuera G20/FMI”, un espacio que incluye actores locales e internacionales que se dieron cita en la Argentina con motivo del encuentro de los líderes mundiales. Esa actividad –en la que no faltó el “Baby Trump”, un muñeco inflable gigante que ridiculiza al presidente de los Estados Unidos en cada país que visita– incluyó paneles, foros de debate y una asamblea feminista en carpas blancas sobre Avenida de Mayo.
Dos jornadas de reuniones, negociaciones y algo de distracción: la agenda completa del G20
La cumbre del G20 que comienza este viernes en Buenos Aires impondrá una intensa actividad a los líderes mundiales que se dan cita en neustro país, entre los que se cuentan Donald Trump, Vladimir Putin, Xi Jinping, Emmanuel Macron, Theresa May, Angela Merkel, Shinzo Abe y Justin Trudeau.
La agenda oficial comienza a las 10, con la llegada de los jefes de Estado y sus delegaciones a las instalaciones de Costa Salguero, hacia donde se dirigirán desde sus respectivos hoteles.
Entre las 10.30 y las 12 tendrá lugar el «retiro de líderes», solo con los mandatarios miembros del G20, a solas y sin acceso para países invitados, organismos internacionales ni miembros de las comitivas.
A su finalización, se tomará la «foto de familia», como parte de la bienvenida oficial. A las 12.30 Macri dirá unas palabras de apertura, y a las 13 arrancará la primera sesión de la cumbre, que durará hasta las 14.30 e incluirá un «almuerzo de trabajo» en la mesa de los debates.
De 14.30 a15.15 habrá un coffee break, que todos los mandatarios aprovecharán para encontrarse entre ellos en reuniones bilaterales, algunas de ellas consideradas más importantes que la propia cumbre.
Entre las 15.15 y las 16.45 tendrá lugar la segunda sesión, y poco después, a las 18.30 la cita será en el Teatro Colón. Allí verán una performance que «mostrará la diversidad cultural» del país, según las autoridades argentinas. Luego habrá una Cena de Gala en el Salón Dorado del Colón.
El sábado todo arrancará a las 10, también en Costa Salguero, donde se retomará la segunda sesión de los debates, que continuará hasta las 11.30.
Entre las 11.30 y las 12.15 habrá un nuevo coffee break, y desde esa hora y hasta las 14.15 seguirán con la tercera sesión de la cumbre, también con la modalidad de almuerzo de trabajo.
Terminada esta fase, llegará el momento de presentar el documento con las conclusiones del foro: Macri dirá unas palabras de cierre y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunciará cómo será el G20 del año 2019, que tendrá como sede de la Cumbre de Líderes a la ciudad de Osaka.
A las 14.45, Macri ofrecerá una conferencia de prensa, y una vez que haya finalizado todas las delegaciones podrán atender a los medios en sus propios encuentros.
Un Trump imprevisible cancela reuniones y pone en vilo a la cumbre
Donald Trump llegó anoche a la Argentina para participar en la cumbre del G-20 y lo hizo con su sello de imprevisibilidad, un rasgo distintivo de su estilo que impregnó su presidencia y amenaza con condicionar el encuentro de líderes en Buenos Aires.
Poco después de despegar hacia Buenos Aires -adonde aterrizó a las 22.12- a bordo del Air Force One, el mandatario norteamericano se encerró con su jefe de Gabinete, John Kelly, y su secretario de Estado, Mike Pompeo. Al teléfono estaba su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, desde Brasil. Unos minutos después, Trump anunció una decisión: canceló su reunión bilateral con el presidente ruso, Vladimir Putin , uno de sus encuentros pautados más importantes de la cumbre del G-20.
El mundo se enteró después, otra vez, por Twitter. Antes de eso, al dejar la Casa Blanca, Trump había atizado otro frente: ambiguo, dijo que estaban «muy cerca» de lograr un avance con China, pero que no estaba seguro de querer hacerlo porque los aranceles de su guerra comercial aportaban «miles y miles de millones de dólares».
El desenlace de la puja entre Estados Unidos y China es el principal foco de atención del encuentro de alto nivel, ante un mundo expectante, a la espera de que Trump y Xi Jinping logren avanzar hacia un acuerdo que despeje los riesgos desatados por la guerra comercial que desplegó la Casa Blanca con los aranceles del republicano. Ayer, el presidente dejó señales ambiguas.
«Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China, pero no sé si quiero hacerlo», dijo ayer, al salir de la Casa Blanca. «Porque lo que tenemos ahora es que miles y miles de millones de dólares ingresan a los Estados Unidos en forma de aranceles o impuestos. Así que realmente no lo sé. Creo que China quiere hacer un trato. Estoy abierto a hacer un trato. Pero francamente me gusta el trato que tenemos ahora», cerró el mandatario.
La decisión de Trump de cancelar su encuentro con Putin marcó otro punto de fricción en su tumultuosa relación con el Kremlin. El nuevo contrapunto ocurrió por un nuevo pico de tensión entre Moscú y Kiev luego de un choque naval en el mar Negro que derivó en la captura de tres buques y 24 marineros ucranianos.
«Basándome en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes involucradas cancelar mi reunión previamente programada en la Argentina con el presidente Vladimir Putin», anunció Trump en Twitter. «¡Espero una cumbre significativa de nuevo tan pronto como esta situación se resuelva!», agregó el mandatario, ya en vuelo hacia la Argentina.
Fiel a su costumbre, Trump respondió preguntas de los periodistas antes de subir al helicóptero presidencial Marine One, que lo llevó a la Base Aérea Andrews, desde donde despegó rumbo al aeropuerto internacional de Ezeiza. Anoche lo recibió el canciller argentino, Jorge Faurie ; el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo , y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó , entre otros funcionarios.
Trump había dicho a los periodistas que la cumbre era una buena oportunidad para reunirse con Putin y que eso «probablemente» ocurriría, pero tomaría una decisión en vuelo. Un rato después, decidió suspender la reunión con el líder del Kremlin. Trump reiteró que estaría dispuesto a un encuentro con el príncipe heredero de la corona saudita, Mohammed ben Salman , envuelto en el escándalo por el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi .
Mientras se preparaba para dejar la Casa Blanca en su octavo viaje al exterior como presidente, el magnate recibió una noticia que le dio un nuevo dolor de cabeza en el ya de por sí complicado frente judicial que acosa a su gobierno: su exabogado personal Michael Cohen, miembro clave de su círculo íntimo durante años, se declaró culpable de haberle mentido a un comité del Congreso y aceptó cooperar con el fiscal especial del Rusiagate, Robert Mueller.
Cohen se presentó esta mañana en un tribunal federal de Nueva York para declararse culpable de haberle mentido a un comité del Congreso acerca de un potencial negocio inmobiliario de Trump en Rusia. Ahora, luego de alcanzar un acuerdo con los fiscales federales, Cohen deberá entregarse a una total cooperación con la investigación del Rusiagate.
Las cinco claves del G-20
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«Es una persona débil, y lo que está tratando de hacer es obtener una sentencia reducida, entonces está mintiendo sobre un proyecto del que todo el mundo sabía», dijo Trump, antes de partir.
Controversias de lado, el foco principal de la visita de Trump será su encuentro con el presidente chino, el sábado por la tarde. Trump y Xi compartirán una cena de trabajo con sus respectivos colaboradores, en la cual intentarán brindar una señal de paz que atenúe los temores por la guerra comercial.
Trump salió de Washington con cinco encuentros bilaterales agendados. Tiene previsto reunirse, además de con Xi, con el primer ministro japonés, Shinzo Abe; la canciller alemana, Angela Merkel, y Mauricio Macri. Con el Presidente tendrá la primera actividad en su agenda: un desayuno hoy, bien temprano, en la Casa Rosada. Luego le quedarán otros cuatro encuentros, a menos que decida agregar o suspender otro.
Qué es el G20 y qué países de América Latina participan (y lo que ganan con estar ahí)
A diferencia de la final de la Copa Libertadores entre Boca y River, suspendida por razones de seguridad, Argentina espera que la cumbre del Grupo de los 20 no sufra contratiempos.
Este viernes y sábado llega por primera vez a Sudamérica el G20, reunión de los líderes de las principales potencias mundiales y las economías emergentes en un foro de discusión de temas financieros y políticos.
El grupo está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
Juntos representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional.
El G20 comenzó hace dos décadas con un perfil bajo: un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales. Pero en 2008, en medio de la crisis financiera internacional, se transformó en una cumbre de líderes mundiales.
Las alarmas se habían encendido, Wall Street seguía a la deriva y los gobiernos trataban de ponerse de acuerdo para contener la expansión de la crisis. Fue en ese contexto de urgencia, que el foro apareció como el mejor espacio disponible para la toma de decisiones.
Entonces la cumbre se celebró en Washington y trató de la reforma del sistema financiero. Ahora es Buenos Aires el escenario donde los líderes se dan cita en la cumbre de dos días que comienza este viernes.
La estrella de las reuniones bilaterales será el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que, según confirmó la Casa Blanca, tendrá encuentros privados con los líderes de Alemania, Argentina China, Corea del Sur, India, Japón y Turquía.
En un principio se había anunciado también un encuentro con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, pero este jueves fue cancelado.
¿Cuál de todos genera más expectativa? La cena Trump-Xi Jinping, prevista para el sábado en un lugar secreto, llega en plena guerra comercial que ha puesto en duda la confianza en el sistema de comercio internacional.
La «troika latinoamericana»: Argentina, Brasil y México
«El G20 ofrece una oportunidad única para atraer la atención de líderes e inversionistas hacia la región y poner al día sus perspectivas sobre América Latina», le dice a BBC Mundo Benjamin Gedan, asesor senior del Programa Latinoamericano del centro de estudios Woodrow Wilson International Center for Scholars.
El momento de la reunión es oportuno, explica, dado que los tres países latinoamericanos que son miembros del foro están pasando por significativas transformaciones políticas y económicas.
«Argentina y Brasil, dos de las economías más cerradas del mundo, quieren relevar sus cambios», en una nueva etapa de apertura al mundo, agrega.
Y en el caso de Argentina, «el presidente está buscando inversiones extranjeras que le ayuden a demostrar que las políticas promercado son el mejor camino a largo plazo» cuando se trata de crear empleo, reducir la pobreza, mejorar problemas de infraestructura y equilibrar las finanzas públicas. dice Gedan,
Desde su punto de vista, el resto de la región también se beneficia, en la medida que líderes influyentes de todo el mundo aprovecharán la reunión para visitar otros países latinoamericanos.
Aunque es difícil predecir las ventajas puntuales que cada país puede conseguir con las reuniones políticas y comerciales alrededor de la cumbre, hay expertos que aseguran que las redes de contacto y las gestiones diplomáticas generan beneficios a largo plazo.
«Es una oportunidad para atraer la atención de las potencias hacia la región», dice Stewart Patrick, director del Programa de Instituciones Internacionales y Gobernabilidad Global del Council on Foreign Relations, en diálogo con BBC Mundo.
«El beneficio más importante es el estatus, el reconocimiento de que los tres países latinoamericanos se pueden sentar en la mesa de la política global».
Críticas
Una visión crítica del encuentro la tiene Monica de Bolle, investigadora senior del Peterson Institute for International Economics y directora de Estudios Latinoamericanos y Mercados Emergentes en la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore.
«No sé si los temas que realmente importan van a estar en la reunión. Tenemos una colosal crisis migratoria en la región que ha sido ignorada por la comunidad internacional, simplemente porque no es una guerra», comenta en conversación con BBC Mundo.
«Esta crisis no se va a detener y es probable que no tenga espacio en el G20», agrega.
La llamada «troika regional» -compuesta por Argentina, Brasil y México- ha estado concentrada en sus problemas internos.
Argentina en medio de una grave crisis económica; Brasil con la incertidumbre que genera la llegada al poder en enero del ultraderechista Jair Bolsonaro; y México, que además de las turbulencias por el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, tendrá un nuevo presidente que asume el cargo este sábado: Andrés Manuel López Obrador.
Y precisamente porque estará en la ceremonia de investidura no viajará a Buenos Aires. Tampoco lo hará Bolsonaro por una intervención médica.
Pero aunque no estén físicamente en la reunión, sus nombres y sus intereses estarán de alguna u otra manera representados en las discusiones, dado que son los nuevos mandatarios de las dos mayores economías de la región.
«América Latina podría llevarse mucho más de las aguas revueltas del G20 si abrazara una agenda sencilla, corta, pero que represente los intereses básicos de toda la región», le dice a BBC Mundo Jorge Argüello, presidente de la Fundación Embajada Abierta, exembajador de Argentina en EE.UU. y autor del libro «¿Quién gobierna el mundo? El rol del G20 en el nuevo orden mundial».
Intereses comunes, explica, como reglas comerciales más estables, control de capitales especulativos, precios de alimentos sostenibles e inversiones en infraestructura y tecnología.
Pero eso será muy difícil de lograr, señala Argüello, cuando no hay un liderazgo regional, ni una visión estratégica conjunta.
«La troika latinoamericana está envuelta en su propia emergencia doméstica».
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