El Salvador: todo listo para la canonización de monseñor Óscar Romero, el primer santo centroamericano
La plaza está lista para la fiesta de Romero
Eran ya las 10 de la noche en Roma, pero la fiesta en la Plaza San Pedro la imponían los salvadoreños. De fondo, las imágenes de quienes serán canonizados por el papa Francisco ya lucen imponentes en el edificio principal, adecuado con luces, sillas y equipo de sonido previo a la ceremonia el próximo domingo 14 de octubre.
La imagen del beato Óscar Arnulfo Romero está a la derecha del papa Pablo VI, pero también están ubicadas la de Vincenzo Romano, sacerdote diocesano; María Katharina Kasper, Virgen, fundadora del Instituto de las Pobres Siervas de Jesucristo; Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús (nacida: Nazaria Ignacia March Mesa), Virgen, fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia.
Se espera la llegada de al menos 7,000 peregrinos salvadoreños, eso sin contar a los que vendrán por cuenta propia desde otras ciudades. Ayer, en la Plaza San Pedro, habían muchos compatriotas que viajaron de España, Francia, Suecia y Estados Unidos para vivir la ceremonia de Romero, a quien consideraban santo desde hace muchos años atrás. Betty y su esposo, Óscar Esquivel, viajaron desde San Francisco, California. En el camino habían acordado encontrarse con la hermana de Betty, Mirna, y la mamá de ambas, Yolanda, quienes llegaron desde Juayúa.
«Es un privilegio para nosotros estar en el lugar donde la Iglesia va a nombrar a san Romero, un santo que creemos que tiene que traer esa paz para El Salvador, la necesitamos tanto… Hemos venido como peregrinos, con sacrificios, pero aquí estamos», comentó Mirna, mientras sostenía a su mamá, de 81 años, quien viajó con ella desde El Salvador.
Betty, la salvadoreña que vive en San Francisco, dice que no es la primera vez que está en el Vaticano, pero sí la más emocionante. «Queremos ser parte de esa historia. Yo ya estuve aquí, pero no había sentido la emoción que siento ahora, porque mi pueblo está aquí. Todo Roma es El Salvador».
La familia portó, durante todo el viaje, la camisa del beato Romero para, dijeron, transmitir su devoción y alegría. «Nosotros estuvimos evangelizando y dando testimonio de su vida. Nosotros como salvadoreños y católicos estamos doblemente orgullosos. Somos privilegiados los salvadoreños que vamos a ver la canonización del santo», aseguró.
Un tiempo de reflexión
Ricardo y Ana María Domínguez decidieron tomarse esta oportunidad para hacer un recorrido más amplio en nombre de su fe. Llegaron de Tierra Santa para esperar la canonización de Monseñor Romero. En su gira de cuatro días estuvieron en Tel Aviv, el río Jordán, entre otras ciudades.
Desde marzo, cuando el papa firmó el decreto de canonización, comenzaron sus planes. Ricardo recuerda que cuando el arzobispo fue asesinado, él y sus cinco hermanas estuvieron presentes en el entierro. Así que para él es pasar de aquellos años de tristeza a la alegría que viven en este momento: «Nosotros queríamos estar aquí. Mis hermanas ahora están en Canadá y me dijeron te vamos a mandar dinero, pero andá», resume. Ahora, asegura, está en el Vaticano en representación de toda la familia.
Su esposa Ana María asegura que para ella ha habido un cambio en la percepción que tenía del arzobispo. «Yo fui de las que teníamos mala información, pero desde que me acerqué a la Iglesia, y conocí su palabra, y conocí su trabajo, vi que es un hombre de fe increíble. Ahora, en cuanto vi, me dio vuelta el corazón, es una sensación sin palabras. Hemos esperado mucho este día», explica. Agrega con voz entrecortada que Romero es «caridad y amor… entrega total».
Otra salvadoreña que estaba en la plaza ayer por la noche era Berta Campos, quien reside en Suecia y ha sido una fiel seguidora de Romero incluso antes de que lo asesinaran, asegura. «Es el líder espiritual de los salvadoreños. Para el pueblo, su canonización solo es una confirmación de lo que sentimos», explicó. Además, dijo que se debe dejar de jugar con la figura del arzobispo y contemplarlo en su justa dimensión.
Inician plan de seguridad policial por canonización de monseñor Romero
La Policía Nacional civil realizó esta mañana el lanzamiento del “Plan de Seguridad” con motivo de las diferentes actividades que se realizarán en diversos puntos de San salvador, con motivo de la canonización de monseñor Oscar Arnulfo Romero.
El dispositivo de la PNC contará con la participación de más de 600 policías y soldados, para garantizar la seguridad de unos 40,000 feligreses católicos que participarán en las peregrinaciones, concentraciones, eucaristías y vigilias, en acción de gracia por llevar a los altares este domingo 14 de octubre al arzobispo mártir de El Salvador.
El papa Francisco en ceremonia especial, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, canonizará al beato monseñor Romero, acontecimiento religioso al que asistirán más de 7, 000 compatriotas, llegados desde El Salvador y diferentes países del mundo.
Ante la canonización del beato Oscar Arnulfo Romero, la comunidad católica del país ha organizado vigilias desde este viernes hasta el momento de la canonización, a eso de las dos de la madrugada de este domingo, en la plaza del Divino Salvador del Mundo, capilla del hospital para cancerosos Divina Providencia, en la colonia Toluca, sector de la Miramonte, donde fue asesinado el arzobispo mártir, el 24 de marzo de 1980.
También en la catedral metropolitana, en el centro de la capital, donde descansan los restos de monseñor Romero, así como en las instalaciones del arzobispado.
El lanzamiento de las unidades policiales, combinadas con soldados del ejército, estuvo a cargo del inspector jefe del departamento de Seguridad Pública de la Delegación San Salvador de la PNC, Vladimir Rivas y por el subjefe de la misma dependencia policial, subcomisionado Juan Carlos Arévalo Díaz.
El despliegue de policías y soldados fue hecho desde la Plaza Capitán General Gerardo Barrios, frente a la catedral metropolitana.
¿Cómo será la canonización de Óscar Romero?
El rito de la canonización está dentro de la misa y tras el saludo inicial se entonará el himno “Vení Creator”. Toda la ceremonia será en Latín.
El postulador de la Causa de los Santos se acercará y le pedirá al papa Francisco la canonización de los siete beatos; leerá las biografías y después el papa invitará a todos a hacer oración. Se entonarán las letanías de los santos que concluyen con una oración del Pontífice e inmediatamente se sienta con la mitra (gorro ceremonial de obispo) y con la férula (bastón) en mano y pronuncia la fórmula de canonización:
“En honor a la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocando muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santos a los Beatos (pronuncia los nombres) y los inscribimos en el catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los Santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Después entonarán el canto “Lubilate Deo” y pondrán las reliquias de los nuevos santos, las adornarám con flores y velas, y un diácono las inciensa. Después, el postulador dará las gracias y la misa continúa normal.