Nicaragua: se cumple seis meses de crisis y manifestaciones

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Sumida en la incertidumbre y en medio de una ola de arrestos de manifestantes y opositores a Daniel Ortega, Nicaragua cumplirá seis meses de grave crisis socio-política, la peor de las últimas cuatro décadas, sin que se avizore una pronta solución negociada al conflicto.

La respuesta del Gobierno a las protestas que comenzaron el 18 de abril ha dejado más de 320 muertos, 2.000 heridos y cientos de detenidos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El Gobierno rechaza reanudar el diálogo con la oposición, aunque admite que la frágil economía del país, paralizada por la crisis, puede sufrir una “hecatombe”.

Estos fueron los principales sucesos de los últimos seis meses:

18 abril: Unas 60 personas que protestan contra una reforma al seguro social son atacadas con piedras y tubos por activistas del Gobierno en Managua. Incidentes similares se registran en las ciudades de León (occidente) y Matagalpa (norte).

19 abril: La Policía sandinista disuelve a balazos una protesta universitaria en Managua, lo que deja tres muertos y 37 heridos. Las manifestaciones se extienden a 11 ciudades.

23 abril: Miles de personas participan en una enorme manifestación pacífica autoconvocada. Marchas similares se realizarán a partir de entonces en la capital y el resto del país.

16 mayo: Se instala el diálogo nacional entre el Gobierno y la recién creada Alianza Cívica, con mediación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).

23 mayo: El diálogo se suspende por falta de consenso: mientras la oposición demanda la renuncia de Ortega y elecciones anticipadas, el Gobierno lo rechaza y denuncia un «golpe de Estado suave».

30 mayo: Una inmensa marcha pacífica es atacada por paramilitares sandinistas en Managua. Otras protestas corren igual suerte en el interior del país y en total se reportan 15 muertos y decenas de heridos. Ortega anuncia a sus simpatizantes que no dejará el Gobierno.

14 junio: Una huelga nacional convocada por la oposición paraliza el país, mientras policías y paramilitares aumentan su ofensiva. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) reporta 164 muertos y más de 1.400 heridos en menos de dos meses.

15 junio: Se reanuda el diálogo y Ortega accede a la visita de delegaciones de la CIDH, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y de la Unión Europea.

25 junio: Un balance preliminar reporta pérdidas de 1.900 millones de dólares en turismo, construcción, comercio y finanzas (equivalente al 80 por ciento de las exportaciones de 2017).

5 julio: Estados Unidos sanciona a tres altos funcionarios sandinistas por corrupción y violación de derechos humanos: el director de la petrolera estatal, Francisco López, el secretario de la Alcaldía, Fidel Moreno, y el subjefe de la Policía, Francisco Díaz, que posteriormente será ascendido a jefe de la institución.

7 julio: Ortega rechaza adelantar las elecciones de 2021 y llama “asesinos” y “golpistas” a la oposición y a los obispos católicos. Dos días después, el diálogo queda suspendido mientras en Diriamba (sur) varios obispos y el nuncio Waldemar Sommertag son asediados y agredidos por activistas sandinistas.

13 julio: La oposición realiza una segunda huelga nacional. Por la noche, paramilitares disparan contra universitarios refugiados en una iglesia de Managua. La acción deja dos muertos y 16 heridos.

17 de julio: El Gobierno recupera el control de Masaya, principal bastión de resistencia cívica, después de una violenta acción de policías y paramilitares en la ciudad.

18 de julio: El Consejo Permanente de la OEA aprueba una resolución que insta al Gobierno de Nicaragua a realizar elecciones anticipadas.

31 de julio: ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, informa que 23.000 nicaragüenses han solicitado asilo en Costa Rica tras huir de la represión y la violencia en su país.

2 de agosto: El Consejo Permanente de la OEA decide crear un «grupo de trabajo» para contribuir a una salida pacífica en Nicaragua. El Gobierno anuncia que no permitirá el ingreso de esa comisión.

11 de agosto: El Parlamento recorta el presupuesto de salud y educación, y tramita la emisión de 280 millones de dólares en bonos de la Nación (deuda pública) para compensar la caída de ingresos tributarios.

29 de agosto: Daniel Ortega acusa en un discurso a la OACNUDH de ser un “instrumento de muerte, terror y mentira”. Dos días después, la misión recibe una orden de abandonar el país.

2 de septiembre: Un ataque armado a una marcha opositora deja tres heridos y la quema de una patrulla de la Policía. Tres días después, el Gobierno arresta al activista universitario Edwin Carcache, al que acusará por terrorismo.

7 de septiembre: La oposición realiza una tercera huelga nacional, en medio de redadas y capturas de estudiantes por la Policía.

24 de septiembre: La ONG Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) contabiliza 512 muertos y 4.062 heridos desde el inicio de la crisis. El Gobierno registra 200 víctimas.

26 de septiembre: El Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU aprueba un proyecto de ley para sancionar a miembros del Gobierno de Nicaragua por violaciones de derechos humanos y vetar préstamos que el país solicite a organismos multilaterales.

28 de septiembre: La Policía sandinista advierte que no permitirá protestas antigubernamentales y que castigará «a organismos y personas que convocan a concentraciones y manifestaciones públicas ilegales».

4 de octubre: Se anuncia la formación de la coalición Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), integrada por 43 organizaciones sociales y políticas opositoras.

14 de octubre: Managua amanece sitiada por la Policía que impide a la UNAB realizar la marcha “Unidos por la libertad”. Al menos 38 dirigentes sociales y manifestantes son arrestados, lo que provoca la condena de organismos de derechos humanos internacionales. Un día más tarde los detenidos son liberados.

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ONU sobre protestas en Nicaragua: “Ese es un derecho básico”

Las Naciones Unidas subrayó este lunes que los nicaragüenses deben poder protestar de forma libre y pacífica, y reiteró su llamado a un diálogo político para poner fin a la crisis en el país.

“Es importante, como cuestión de principio, que a la gente se le permita manifestarse libre y pacíficamente. Ese es un derecho básico”, dijo el portavoz de la organización Stéphane Dujarric, preguntado por la violenta jornada vivida este domingo.

La Policía sandinista reprimió el pasado domingo a manifestantes autoconvocados y detuvo a cerca de cuarenta personas cuando pretendían protestar en contra Daniel Ortega.

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