La lucha por los Derechos campesinos en el seno de Naciones Unidas – Por Diego Montón

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Por Diego Montón *

El 28 de septiembre, en Ginebra, en una sesión histórica fue adoptada por  el Consejo de DDHH de Naciones Unidas (ONU), la Declaración de Los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en áreas rurales. La adopción tuvo un fuerte respaldo, en la votación, obtuvo 33 votos afirmativos, 11 abstenciones y 3 votos negativos solamente, de un total de 47 estados miembros de Concejo.

Los votos negativos fueron de Reino Unido, Hungría y Australia. De América Latina el apoyo fue total a excepción de Brasil que se abstuvo. Los países Africanos respaldaron en su totalidad, y de Asia solo se abstuvieron Corea del sur y Japón. Ahora deberá ser ratificada en la Asamblea General de la ONU.

En el informe oficial de presentación del texto definitivo,  se destacó el llamado urgente de la Alta Comisionada Adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Kate Gilmore, a finalizar la labor sobre el proyecto de Declaración a fin de responder a más de 1.000 millones de personas que viven en las zonas rurales quienes suministran una elevada proporción de los alimentos consumidos. El Informe también destacó el apoyo de la FAO a la Declaración, tomando en cuenta que la misma contribuirá en el objetivo de hambre cero y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, ayudando a alcanzar el potencial que tienen y a superar los desafíos que enfrentan en su vida cotidiana.

Ya desde 2001, La Vía Campesina,  comenzó a trabajar sobre la grave situación de las violaciones de derechos humanos en el campo. La ofensiva Neoliberal de la década de los 90 profundizó la violencia y agresión hacia las comunidades campesinas en todo el mundo. El desarrollo del capital financiero en el campo, avanza en la transformación en mercancía de los alimentos, la tierra, las semillas y los bienes naturales,  así como en la destrucción de toda cultura que plantee la idea de bienes comunes.

Los desalojos y la  concentración de la tierra, los endeudamientos de campesinos, que llevaron a miles de campesinos indios al suicidio, los Tratados de libre comercio, y fundamentalmente la criminalización, persecución política y represión violenta a las y los líderes campesinos fueron (y son) moneda corriente en todos los continentes. A medida que se desarrolla el Agronegocio y la mercantilización de la Agricultura, crece el hambre y la desocupación.

Según los datos del Grupo ETC, la agricultura campesina cuenta tan solo con ¼ de las tierras agrícolas del mundo, pero alimenta  a más del 75% de la población mundial, mientras que la agroindustria subordinada al capital financiero, con ¾ de las tierras agrícolas solo llega al 25% de la población del mundo. En América Latina, el 1% de los propietarios concentra más de la mitad de las tierras agrícolas.

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), retomó estos datos de un informe de la ONG OXFAM para describir la enorme desigualdad que atraviesa al continente. La región tiene la distribución de tierras más desigual de todo el planeta: el coeficiente de Gini –que mide la desigualdad– aplicado a la distribución de la tierra en el continente alcanza al 0,79, superando ampliamente a Europa (0,57), África (0,56) y Asia (0,55). América Latina encabeza junto a Estados Unidos el consumo mundial de agrotóxicos.

En 12 países de América Latina y del Caribe el envenenamiento por productos químicos, sobre todo pesticidas y plomo, causan el 15% de las enfermedades registradas, según la Organización Panamericana de Salud.

Las organizaciones campesinas, estructuraron la resistencia desde los territorios locales, y articularon luchas nacionales. La conformación de La  Vía Campesina (LVC) en 1994, permitió construir el carácter internacional de la resistencia, pero también de las propuestas. Así, además de la movilización y acción directa, las organizaciones plantearon propuestas de políticas públicas y LVC fue también la articulación para dar estas discusiones en diferentes escenarios de gobernanza global, como la FAO, la CIDH, el CSA (Comité de Seguridad Alimentaria) y el Consejo de Derechos Humanos de ONU. Las propuestas de Vía Campesina, se sintetizan en la Reforma Agraria integral, y la  Agroecología para lograr la Soberanía Alimentaria

En la Conferencia Internacional de LVC que se realizó en Mozambique en 2008, se aprobó la “Carta de los derechos de las campesinas y campesinos”, que fue el primer instrumento con el que los delegados de LVC llegaron a Ginebra para que el debate se desarrolle allí, en el seno del consejo de derechos humanos de la ONU.

En el año 2012, el consejo de derechos humanos, aprobó la primera resolución que creó el grupo de trabajo intergubernamental para redactar el texto de La Declaración de Derechos Campesinos y otras personas que trabajan en el Campo. La presidencia del mismo quedó a cargo del estado boliviano, que asumió con un gran compromiso el desafío y con total respaldo del presidente Evo Morales, quien acompaña desde cerca el proceso.

El primer borrador de texto tomó como base la propuesta de Vía campesina, pero fue adaptado su lenguaje e incorporado diversos aportes de diferentes estados y de las organizaciones que se fueron sumando de la sociedad civil. Organizaciones de trabajadores agrícolas, indígenas, pastores, pescadores artesanales, además de Organizaciones de Derechos Humanos ( entre ellas FIAN, CETIM y CELS)  participaron activamente del proceso.

Como era de esperarse, estos avances en derechos encontraron enemigos, principalmente, EEUU y el Reino Unido, y otros estados que están subordinados a los mismos intereses, pero la respuesta mayoritaria de los estados, fue de acompañar la discusión y el proceso en forma positiva para encontrar una salida de amplio consenso.

Luego de 5 borradores que se fueron modificando durante 6 años en torno a las discusiones y aportes, llegamos entonces a una versión definitiva.

La declaración cuenta con un preámbulo que destaca a las campesinas y campesinos como un sujeto social económico y cultural, que cumple un rol fundamental en la lucha contra el hambre y en la producción de alimentos sanos, el cuidado de la naturaleza, la preservación de las culturas y biodiversidad entre otros.

La Declaración es un reconocimiento sustantivo a derechos fundamentales como el acceso a la tierra, el derecho al agua (para consumo doméstico y para riego), así como el derecho al usufructo  y gestión de  los bienes naturales.

El derecho a las semillas y a la biodiversidad, el derecho al precio justo e ingreso adecuado para una vida digna. La declaración reconoce la importancia de la Soberanía Alimentaria y de la Reforma Agraria como políticas públicas para garantizar esos derechos, además para cada derecho, sugiere las obligaciones de los estados, conformando un horizonte de política pública para el desarrollo rural y cuenta con un artículo especial para los derechos de las mujeres campesinas, que en la actualidad, detentan solo el 2% de la propiedad de la tierra en el mundo.

La situación política en América Latina ha tenido algunos impactos en el proceso, como por ejemplo cambio de rumbo de 180 grados de Brasil, gobierno que estuvo impulsando y trabajando por la declaración durante el gobierno de Dilma Rousseff. Sin embargo, esta actitud de sometimiento a los intereses de las transnacionales y los agronegocios, no tuvo tanta repercusión, incluso la propia Unión Europea se ha dividido, y hay expectativas de que en la Asamblea General más estados miembros voten afirmativamente.

En el fondo, el debate que se trasladó al seno de Naciones Unidas, es si en las legislaciones deben primar los derechos humanos o los intereses corporativos de las transnacionales. En este sentido, el consejo de DDHH fue contundente, deben primar los Derechos Humanos, y esta declaración es un instrumento fundamental para poder establecer los estándares y las políticas en el campo de forma de garantizar los derechos de las campesinas y campesinos.

Ahora le toca a la Asamblea general de ONU,  que entre fines de octubre y mediados de noviembre deberá ratificar la adopción de la Declaración, de esa manera dejará claro que para Naciones Unidas, los Derechos Humanos  son prioridad, veremos cómo es que se posiciona cada estado frente a esta definición: Derechos Campesinos o Negocios de las corporaciones.

Más notas sobre el tema:

http://www.cloc-viacampesina.net/search/node/derechos%20campesinos

http://www.cloc-viacampesina.net/noticias/declaracion-de-la-onu-sobre-derechos-de-lxs-campesinos-en-proceso-de-votacion-final-y-de

http://www.cloc-viacampesina.net/search/node/ginebra

https://viacampesina.org/es/la-via-campesina-el-consejo-de-derechos-humanos-de-las-naciones-unidas-aprueba-la-resolucion-relativa-a-la-declaracion-sobre-los-derechos-de-las-y-los-campesinxs-en-ginebra/

https://viacampesina.net/downloads/PDF/SP-3.pdf

* MNCI Argentina y la Secretaría Operativa de la CLOC


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