Bruno Bimbi, periodista y doctor en Letras: «Un triunfo de Bolsonaro sería una catástrofe para la región, tal vez la mayor en el último siglo”

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Contexto NODAL
Este 7 de octubre se realizarán las primeras elecciones presidenciales tras la destitución de Dilma Rousseff en 2016. En caso de que ningún candidato obtenga más del 50% de los votos, se disputará el balotaje el 28 de octubre. También se elegirán a los 27 gobernadores, a los 513 diputados y a 27 de los 81 senadores.

Por Carla Perelló, desde la redacción de NODAL

Las diferentes encuestas apuntan a un ballotage entre Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal) y Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores). NODAL entrevistó al periodista y doctor en Letras/Estudios del Lenguaje de la Pontificia Universidad Católica (PUC-Rio) de Brasil para conocer cuál es el escenario político actual de cara a la primera vuelta y por qué la región debe prestar atención a esta contienda.

¿Por qué un candidato con las características de Bolsonaro va primero en las encuestas?

Me parece que no se puede explicar lo que sucede en las últimas semanas, en los últimos meses, sino que hay que mirar mucho más atrás. Un dato fundamental es que el candidato que lideraba las encuestas era el expresidente Lula. Cuando la justicia le dice que no se puede presentar estaba con 39 por ciento de intención de votos y las simulaciones decían que ganaba con más de 20 y 24 puntos de diferencia. Entonces ese era el escenario real de las elecciones y fue alterado por una decisión judicial. A partir de ahí se tuvo que reconstruir el mapa. Varias cuestiones explican el fenómeno de crecimiento de Bolsonaro que ya estaba con 20 por ciento de intención de voto. En primer lugar, si retrocedemos en el tiempo, en 2014 sucedió algo inédito: por primera vez la oposición decidió desconocer el resultado de las elecciones y el candidato que perdió -Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Cristiana (PSDB)- decidió pedir la nulidad ante la justicia electoral. En ese momento, Neves comenzó a conspirar para hacer un golpe parlamentario. El PT gobernó Brasil doce años y nunca tuvo mayoría propia en el Senado ni en el Congreso.

El PSDB logró hacer coalición con partidos ligados al agronegocio, a sectores evangélicos, de la derecha e hicieron un golpe de Estado disfrazado de impeachment, de juicio político. Para poder hacer eso tuvieron que crear un clima de odio en la sociedad, de violencia, que justificara sacarla a Dilma del poder y recurrieron a Bolsonaro. El Movimiento Brasil Libre (MBL) –que se presenta como liberal- es un grupo que por sus características es protofascista y se encargaba de crear fake news y escraches contra políticos de izquierda en lugares públicos. Entonces desde allí, empoderaron a estos sectores, crearon varios “Bolsonaro” como Alexandre Frota exactor porno, que es otro de ellos. Empoderaron a estas figuras para demonizar al PT y culparlo de todos los males del Brasil utilizando mucho las teorías conspirativas y de odio. Ellos, la derecha, Aécio Neves, pensaron que iban a gobernar, pero no lograron destruir al PT, entonces tuvieron que meterlo preso a Lula y, cuando finalmente lo sacaron del juego, el que pasó a liderar las encuestas en lugar de ser un candidato de ellos como Geraldo Alckmin o Hernique Meirelles fue Bolsonaro, y se dieron cuenta de que empoderaron a un loco nazi que se les fue de las manos y que ellos mismos lo habían creado.  Pero antes destruyeron el sistema político. Utilizaron mucho la religión, a las iglesias evangélicas neopentecostales y generaron un pánico moral. El desarrollo de las fake news es poderosísimo y los medios de comunicación tradicionales por el odio al PT no llevaron información chequeada y verídica. Ahora, si ganara Bolsonaro no sé si en cuatro años tenemos elecciones de nuevo, no sé cuánto tardaría en empezar a perseguir a opositores o en cerrar el Congreso. Estamos hablando de un fascista. Lo que está en riesgo es el sistema democrático y el establishment económico y de los medios no lo están teniendo en cuenta.

¿Cuál es el escenario para el PT para las elecciones del domingo?

Hoy las encuestas muestran que la elección va a ser muy polarizada.  Hay una distancia de 10 puntos aunque algunas tienen resultados más próximos; pero es una elección polarizada. Creció mucho Bolsonaro entre las personas de alto poder adquisitivo; gana entre los blancos y pierde entre los negros, gana entre los varones y pierde entre las mujeres, todo parece indicar que se llega a un ballotage con un empate técnico. La campaña del ballotage es diferente porque ahora Bolsonaro tiene poco tiempo de televisión, después va a ser mitad para cada uno y los debates van a ser entre los dos. Hay que ver cómo se desarrolla la campaña, pero creo que se está definiendo más por la negativa que por la positiva, porque hay una porción minoritaria que apoya a Bolsonaro, otra que apoya a Haddad; y luego hay grandes proporciones de gente que se divide entre ser “antiPT” y el miedo a Bolsonaro. El problema lo va a tener la derecha tradicional, Alckmin va a tener que decidir si apoya a un candidato neonazi o si dice que es mejor el PT. Callarse la boca, en este contexto, significaría apoyar a Bolsonaro.

¿Cuál es su opinión sobre el contexto regional en que se desarrollan estas elecciones en Brasil y qué las diferencia de las anteriores?

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Creo que el resto de los países de América Latina debería tomar nota de lo que está pasando porque es peligrosísimo que gane Bolsonaro, sería una catástrofe para la región, tal vez la mayor catástrofe en el último siglo. Primero porque Bolsonaro es un fascista, no es un candidato “muy de derecha”. De derecha son Alckmin o Meirelles, Bolsonaro es un antisistema fascista y, si llega al poder se va a transformar en un dictador, colocaría a Brasil en una situación de violencia civil, en una dictadura con un discurso de odio contra las minorías contra los inmigrantes.  Sería un fenómeno sólo comparable con el fascismo de los años 30 del siglo pasado. Por otro lado, no tiene la menor capacidad de gobernar, es bruto, ignorante; él mismo reconoce que no sabe nada de economía, por lo que probablemente fundiría a Brasil en pocos meses y cuando a Brasil le va mal, nos fundimos todos. Para Argentina sería una catástrofe. Creo que hay una irresponsabilidad que empezó en el 2016, que los países de la región no se dieron cuenta de lo que estaba pasando cuando estaban destrozando la democracia brasileña, Brasil tenía instituciones que funcionaban. Me parece que los gobiernos de la región al igual que el establishment económico de acá, no se dan cuenta que por más que tengan una enemistad con el PT lo que está subiendo ahora para ellos es algo muy malo. Es evidente que hay un sector del poder económico que llegó a la conclusión de que no quieren que gobierne el PT y si Bolsonaro sirve para garantizar los negocios no importa que mientras tanto maten gente o decidan censurar los medios y eso es una locura.


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