Argentina: lo que dejó otro multitudinario Encuentro Nacional de Mujeres

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Que nada empañe este Encuentro: fuimos miles, fuimos pueblo

Por Nadia Fink, Julieta Lopresto Palermo y Camila Parodi.

Mientras ya se palpita el próximo Encuentro en La Plata, algunas reflexiones sobre lo que fue el 33 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans en Trelew.

La sede del Encuentro nro 34 ya está definida: La Plata será el lugar donde se encontrarán miles de mujeres el año que viene. Será Plurinacional porque ya no se podrá correr ese eje, sobre todo después de que el taller “Autodeterminación de los pueblos” haya sido de los más convocantes. Será también una semana antes de las elecciones presidenciales y de gobiernos provinciales para dejar en claro que el rechazo es a los gobiernos de Macri, Vidal y compañía, y a sus políticas de empobrecimiento, discriminación y represión.

Pero mientras, sucedió Trelew, que nos alojó con su estepa característica. La ciudad del noreste patagónico, de 100 mil habitantes, recibió a 60 mil mujeres en el 33 ENM. Convivimos con viento y tierra, vecinas y vecinos, locales que abrieron sus puertas y que nos dieron indicaciones y aventones hacia distintos puntos.

No olvidemos, se trata de la ciudad con mayor desocupación de la provincia, con ciertes de varias industrias textiles que resultaban una importante fuente laboral. Estamos en la provincia que sufrió una represión contra docentes a mediados de marzo con paros prolongados durante meses. También, en la ciudad donde aún sobrevuelan las ideas revolucionarias de Ana María Villarreal, Clarisa Lea Place, María Angélica Sabelli y Susana Lesgart, fusiladas en la llamada Masacre de Trelew en agosto de 1972.

La marcha fue una fiesta mulricolor y ondulante. Recorrimos las calles subiendo y bajando al ritmo de cantos y bombos. Mientras distintos referentes y dirigentes sociales sostienen desde Buenos Aires que en los “barrios no están preparados para el debate del aborto”. En la marcha realizada por las calles -y sobretodo por los barrios más postegados- de Trelew, todos esos discursos fueron resiginificados. Vecinas y vecinos salieron a sus veredas, terrazas y esquinas para recibir a la marcha de más de veinte cuadras. Con carteles y pañuelos verdes cientas de vecinas trelewenses aplaudieron a las 60 mil que esta vez realizaron un recorrido con mayor presencia en el barrio que en el centro urbano.

Con este gesto se demostró cómo los barrios y sus mujeres son las más preparadas para visibilizar ese debate que los sectores poderosos quieren entorpecer. Varias vecinas salieron al encuentro de las participantes para establecer algún ritual de intercambio de abrazos con pañuelos, recargas de agua, mates, fotos y saludos que modificaron el cotidiano de su domingo.

Ya para cuando la multitudinaria marcha culminaba, las fuerzas represivas decidieron realizar su estelar aparición. Se trata de un accionar caracterizado e identificado por el movimento de mujeres desde el Encuentro número 30 en Mar del Plata, donde el entonces Gobierno de Daniel Scioli desplegó un operativo organizado para correr el eje de los Encuentros que ya comenzaban a ser masivos.
Este dispositivo se replicó en Rosario, Chaco y ahora también Chubut donde, con pequeños focos de conflicto y represión, intentan generalizar una sensación de malestar que convierte a las participantes de los encuentros en desconocidas modificando los lazos construidos durante los días previos.
Las detenciones arbitrarias de al menos 12 mujeres, algunas incluso heridas, muestran un accionar direccionado y misógino: las fotos que circulan muestran la cacería que realizaron hombres y jóvenes sin identificación y vestidos de civil. La apedreada a algunos micros con pibas que regresaban a sus destinos en la madrugada fue un reflejo de eso: el machismo y la misoginia al acecho, que aprovecha cualquier disparador para salir con fuerza.

Sin embargo, nada podrá quitar de las retinas de las y los habitantes de Trelew el encuentro multitudinario, los debates activos, los abrazos apasionados, la marcha multicolor, el pañuelo verde regalado y los cantos convocantes de: “mujer, escucha, únete a la lucha”.

Tampoco lo borrarán de sus corazones ninguna de las que participó. Y, sobre todo las pibitas, las que saben que el futuro llegó hace rato y que nuestra revolución es imparable.

Marcha


El Encuentro fue una fiesta y lo castigaron con represión

“Llevo glitter y mucha yerba”, avisaba por WhatsApp una amiga a otra antes de salir. Los micros de Mala Junta en los que viajaban las pibas de los secundarios desde el centro porteño se convirtieron en salones de belleza móviles: arriba las pibas hacían trenzas cosidas, abajo compartían esmalte y glitter. Mientras tanto charlaban sobre el devenir de la política nacional pero también compartían historias de acosos y abusos. El clima festivo que empezó en la largada de cada micro, auto o avión que partió de distintos puntos de país para llegar a Trelew, al 33 Encuentro Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis se mantuvo hasta la desconcentración de la marcha cuando la policía provincial reprimió con balas de goma a las manifestantes. Al igual que en Mar del Plata y Rosario hubo heridas y detenidas.

En total fueron diez las encuentreras detenidas durante la desconcentración. Quedó registrado en distintas fotografías de prensa que policías de civil realizaron las detenciones. Y, según los relatos de ellas, los disparos de balas de goma fueron a corta distancia. Al igual que el 8 de marzo de 2017, las fuerzas de seguridad salieron a la caza de las manifestantes: dos de ellas tuvieron que ser derivadas a un hospital por heridas de bala de goma. La totalidad de las detenidas recién fueron liberadas a las dos de la madrugada pero se les iniciaron causas por “atentado y resistencia a la autoridad y daños”. Dos de ellas eran comunicadoras que estaban cubriendo la manifestación.

Desde las 18 hs. hasta las 20. 30 hs. la manifestación que cierra cada Encuentro había sido una fiesta: una caravana tan compacta como heterogénea y diversa recorrió alrededor de 30 cuadras de la ciudad de Trelew. Ante la mirada de lxs vecinxs que presenciaban un espectáculo inédito para ellxs, las marchantes recorrieron desde Yrigoyen y Brasil hasta casi la Laguna Chiquichano. En el recorrido, mientras atravesaban distintos barrios de la ciudad las marchantes gritaron el tradicional cántico: “Mujer, escucha, únete a la lucha”. Muchas nenas del lugar levantaron carteles con dibujos contra las violencias machistas en ese camino o mostraban su apoyo con el puño en alto. De una terraza bajaron dos pibas y la marcha las abrazó. Más adelante bajó una mujer que estaba con su compañero en su casa. Y casi al final otra mujer de pelo canoso que veía pasar la manifestación desde su balcón también se sumó a la caravana. La marcha abrazó a Trelew y lxs vecinos a la marcha.

Así se fue armando el pogo feminista más grande del mundo. No es nada más que una metáfora: se trató de la marcha más grande la historia de la provincia de Chubut y terminó con violencia estatal. La clásica peña del Encuentro tuvo que cancelarse por estos hechos.

“Macri chau, Macri chau, Macri chau, chau, chau. Contra el Estado y el patriarcado, queremos aborto legal”, con el ritmo de Bella Ciao fue una de las canciones más escuchadas. También se cantó: “Compañero, sácate ese pañuelo. ¿Por qué no cuestionas tus privilegios?”. El reclamo por la separación de la Iglesia del Estado atravesó a todos los bloques marchantes.

“El patriarcado se va a acabar, en las escuelas con Educación Sexual, ole, ole, ole, ola”, cantaba Nabila, una nena de 9 años con el micrófono en la mano y peluca fucsia en la cabeza. Esta era su primera marcha y también la de su mamá.

Se calcula que entre 50 mil y 60 mil marcharon. Para la Comisión Organizadora era un desafío porque se trataba de la ciudad más chica por la que haya transitado un Encuentro. Trelew tiene 100 mil habitantes. A pesar de que en la previa, desde los medios locales y también algunos medios nacionales trató de implantarse un fantasma alrededor del ENM, muchos negocios eligieron no cerrar sus puertas, esperaban a las encuentreras con carteles de “bienvenidas” y promos de descuento. La feria gastronómica “Al horno el patriarcado” fue otro punto de encuentro entre la comunidad local y las visitantes.

La policía de la provincia estuvo todo el tiempo en las calles, a diferencia de otros Encuentros. Custodiaron los locales comerciales y patrullaron las calles a pie. Sin embargo, en el momento que las encuentreras necesitaron protección no estuvieron a la altura. La noche del sábado cuando la música del FestiTorta todavía seguía sonando, los mensajes de alerta empezaron a caer en las pantallas de WhatsApp: había sido atacada una de las escuelas a piedrazos, en el barrio Amaya, en las afueras de la ciudad. Se trataba de la escuela Nº 174 donde estaban alojadas tres delegaciones de la provincia de Buenos Aires. Desde la Comisión Organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres hicieron una denuncia por violencia de género en la Comisaría de la Mujer y pidieron a la policía “rondines” para custodiar la zona. No hubo respuestas efectivas.También hubo problemas con el transporte, que estaba garantizado según las reuniones que venían teniendo desde la Comisión Organizadora con las autoridades locales y provinciales. Antes de la marcha hicieron responsables al gobernador, Mariano Arcioni, y su ministro de Seguridad Federico Massoni.

Encuentreras de todos lados

Florencia tiene 29 años viajó 30 horas desde Tucumán para llegar a Trelew a tiempo e ir al taller de Mujeres y Pareja. Marta tiene 47 años y es de la comunidad qom. Vino con sus compañeras de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) desde Resistencia, Chaco, para participar del taller de Mujeres por la Libre Determinación de los Pueblos. Fueron dos días de viaje. Las pibas de los secundarios porteños que militan en Mala Junta salieron en micros desde la zona del Obelisco. Estuvieron 23 horas arriba del transporte para llegar, la mayoría, a su primer Encuentro Nacional.

En Argentina la tasa de desocupación ya trepó los dos digitos (10,8%), el ajuste y la crisis económica del gobierno ceomachista de Mauricio Macri golpea con mayor fuerza a las mujeres, lesbianas, travestis y trans. Sin embargo, Trelew estuvo desbordada. Todas se organizaron para venir.

El Encuentro Nacional es una práctica que se sostiene de manera ininterrupida desde la recuperación de la democracia en Argentina. No hay una experiencia similar en todo el mundo. La construcción cotidiana y subterfugia que dan los feminismos en todos los espacios a diario se ve plasmada en estos tres días. Para viajar muchas hicieron rifas, festivales, pidieron plata prestada, renunciaron a otras actividades y lo lograron. Se trabaja todo el año para llegar hasta aquí y volver a los lugares de pertenencia con más herramientas, tejer más redes y articulaciones, establecer más espacios de apoyo y estrategias. En definitiva, construir política feminista: aquella que desborda las estructuras de la política tradicional.

Las pioneras históricas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito fueron protagonistas el año en el que los feminismos lograron debatir por primera vez la despenalización y legalización del aborto en el Congreso. Nina Brugo Marcó tiene una asistencia perfecta a los Encuentros: desde 1986 no faltó a ninguno. El más austral no iba a ser la excepción. Llegó al acto de apertura vestida de violeta, con su pañuelo verde en el cuello y agitando su bastón con el cartel de bienvenida de fondo.

Martha Rosenberg y la abogada feminista Nelly “Pila” Minyersky también estuvieron en el ENM. Pila, que ya está al borde de los 90 años, repartió pañuelos verdes desde el gazebo de la Campaña en la Plaza Centenario.

El domingo, cuando terminaron los talleres, la Campaña convocó a un pañuelazo frente a la laguna Chiquichano. Con los trozos de tela verde en sus manos, cientos de pibas, mujeres, lesbianas, travestis y trans cantaron: “¡Que sea ley!”. A Nina Brugo le regalaron un cantito especial: “Nina, Nina, Nina corazón, acá tenés las pibas para la revolución”. Ella bailaba entusiasmada.

Los pañuelos verdes también colmaron la marcha y el reclamo vigente por aborto legal, seguro y gratuito se escuchó en los cantitos, se leyó en las pancartas y en los cuerpos de las encuentreras.

En el ENM confluyen estudiantes, profesionales, pibas, investigadoras, negras, migrantes, indígenas, legisladoras, activistas, funcionarias. De todas las edades, de todas las procedencias, de las más amplias trayectorias. Sin embargo, no estamos todas. Faltan las presas y en particular las presas políticas de la Tupac Amaru: Milagro Sala, Gladys Díaz, Mirta Aizama, Graciela López y Mirta Guerrero. Un día antes del comienzo del ENM se cumplieron mil días desde que la líder de la organización social más grande de Jujuy está presa. También faltaron las periodistas de Telam que siempre han estado presentes en los Encuentros. Este año, después del vaciamiento no hubo cobertura de medios oficiales. El reclamo por los despidos masivos en la agencia de noticias del Estado sí estuvo presente.

“El Encuentro somos todas”, es el lema estampado en remeras, folletería, bolsas. ¿Quiénes componen ese todas? La vitalidad del Encuentro se puso a prueba otra vez. Las mujeres indígenas plantearon la necesidad de ser incluidas las 36 naciones que habitan el Estado argentino. Redefinir quiénes somos y cómo nos nombramos. El taller convocado por ellas tuvo cerca de mil asistentas. La exposición y el debate da cuenta del dinamismo del Encuentro. Ninguno es igual al otro. La columna de mujeres indígenas y criollas por la plurinacionalidad marchó justo delante de otra de las columnas más numerosas: la Campaña por el Derecho al Aborto.

En 2019 el ENM -el Encuentro Plurinacional- será en La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires, recibirá a la marea feminista.

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