La Universidad pública y el gobierno de las universidades privadas- Por Pablo López Fiorito

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Por Pablo López Fiorito*

El actual presidente de los argentinos, Mauricio Macri, comentó al pasar en plena campaña del 2015: “… ¿Qué es esto de universidades por todos lados?…” marcando claramente su menosprecio a las nuevas universidades que el gobierno anterior creó para incorporar a la educación superior argentina a millones de ciudadanos, que antes no tenían esa oportunidad. Así, mostraba parte de su pensamiento que podría expresarse más claramente en, ¿qué fue eso de universidades públicas y gratuitas por todos lados? Algo parecido muestra la lectura más “humana y política” de la Gobernadora de la provincia de Buenos Aires que abajo deshilvanamos.

 Salarios y presupuesto universitario

Dos son los temas que llevan al paro que encara la comunidad universitaria: la paritaria docente y el presupuesto de las universidades. Los salarios docentes que hasta el 2015 venían mejorando significativamente, es decir que no sólo crecían al ritmo de la inflación, sino que mejoraban año a año, con el Gobierno actual descendieron significativamente. Al igual que la mayoría de los trabajadores en la economía Argentina, los docentes ven que su salario real cede al ritmo de la inflación año a año. Tanto el 15 % por ciento  propuesto por el gobierno, como inclusive la “posible” oferta del 21%, mantienen otro año más la depreciación del salario docente.

Lo mismo ocurre con el presupuesto universitario, que según el ministro Alejandro Finocchiaro viene creciendo año a año; pero, el mismo no llega a cubrir el ritmo de la inflación. Tanto es así, que las universidades no puedan pagar los servicios, como el gas o la luz. En dicho presupuesto, también están las obras pendientes en muchas universidades, que como la de Avellaneda o la Arturo Jauretche que son nuevas y deben mejorar sus instalaciones para recibir mejor y a más estudiantes. La misma situación ocurre con el presupuesto para investigación que, en distintas formas, es la posibilidad de las universidades públicas de devolverle a la sociedad lo que invierte en ellas. Además, el presupuesto baja en términos reales, hay una sub-ejecución del mismo. No se le envía el dinero asignado a las universidades para cubrir todos los gastos necesarios.  Las más perjudicadas son las 17 universidades creadas durante el gobierno anterior que dependen de esos ingresos para sobrevivir.

“Nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad”

Según los dichos de la actual Gobernadora de Buenos Aires, los pobres nunca llegan a la universidad. Dicha afirmación que es más fruto de sus deseos – mejor que los pobres no estudien tanto- que de la realidad, bajo el Gobierno de Cambiemos es una política. Las universidades públicas gratuitas, y sobre todo las creadas durante el gobierno anterior, fueron pensadas en un marco en donde la economía crecía y a su ritmo el empleo, y junto  a la promoción del Estado, con distintos tipos de becas (como el programa de becas  Progresar para jóvenes) lograban llenar las universidades. O sea, la Universidad era parte de una política de inclusión de derechos que hacía que para sorpresa de la Gobernadora, los pobres puedan acceder a  la universidad pública.  El cinismo de María Eugenia Vidal es tan grande, que en vez de reconocer que la política del Gobierno actual es la que evita que los pobres vayan a la universidad, nos dice, que al nacer pobres no se puede acceder a la universidad.

“Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”

 El viejo ministro del menemismo, Roberto Dromi, en un acto fallido planteó lo que el Gobierno actual piensa. El Estado no puede, no debe, intervenir en ningún área de la vida social en donde el privado pueda hacer negocios. El sistema universitario para estos sectores es un negocio que hay que cuidar para los amigos. Las clases medias, si quieren instruirse, que paguen dichos estudios, y los pobres no hacen falta que lo hagan, porque no pueden pagarlo. Por eso, a Cambiemos no le preocupan los paros, porque quieren una universidad paralizada, para que aquellos sectores que pueden pagar, se vayan al privado. Es lo que generaron en la Ciudad de Buenos Aires, destruyeron la educación pública y generaron un mercado para las escuelas privadas. Las universidades públicas le quitan clientes a esos emprendimientos privados que merecen florecer al ritmo en que el Estado debe desaparecer.

Las noches de los bastones largos

 La autonomía universitaria, gran batalla de la reforma del 18, significa, la no injerencia de las fuerzas de seguridad en dichas universidades. El cogobierno, integrando a todos los claustros (docentes, estudiantes y graduados) de los que habitaban la universidad garantizaba que los distintos problemas que podían surgir dentro de la misma, fuesen resueltos por ellos mismos. En la universidad debía respirarse un clima de libertad, de plena conciencia. Quizás en un hecho inédito de la democracia en la Argentina, fuerzas de seguridad entraron a varias universidades nacionales desde la asunción de Mauricio Macri al poder del Estado. Entraron, arrestaron, reprimieron en la universidad.

Salarios depreciados, falta de recursos, contexto económico social complejo para los que son primera generación de universitarios y represión dentro de las universidades,  es el descontento que se expresó en la masiva marcha del ultima jueves 30 de Agosto.

*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA y columnista en Rompiendo Moldes por AM530. Twitter:@Pablolopezfiori

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