Brasil: falleció Hélio Jaguaribe, un pensador clave de la realidad latinoamericana

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Morre o acadêmico Helio Jaguaribe

O acadêmico, jurista, sociólogo e escritor Helio Jaguaribe faleceu na noite deste domingo (9), em sua residência, no bairro de Copacabana, no Rio de Janeiro, vítima de falência múltipla dos órgãos. O corpo de Jaguaribe será velado na Sala dos Poetas Românticos, no Petit Trianon, a partir das 10h desta quarta-feira (12). O sepultamento está previsto para o mesmo dia, às 15h, no Mausoléu da Academia Brasileira de Letras (ABL), no Cemitério São João Batista, em Botafogo. O acadêmico deixa viúva e cinco filhos.

Nono ocupante da Cadeira nº 11 da ABL, Helio Jaguaribe foi eleito em 3 de março de 2005, na sucessão de Celso Furtado.

«Pare ele, ação e pensamento permanecem indissociáveis, como Darcy Ribeiro e Celso Furtado, que o precederam na cadeira 11. Cientista político de alta erudição e consciência vigilante, deixou obra vasta e criativa. Cito apenas dois títulos: ‘A dependência político-econômica da América Latina’, verdadeiro clássico na área, e ‘Um estudo crítico da história’, divisor de águas da interpretação do processo histórico publicado em nosso país. Homem de gestos largos e entusiasmado, Helio continua vivo pelas virtudes de sua obra, saudosa do futuro”, disse o presidente da ABL, Marco Lucchesi.

Trajetória

Helio Jaguaribe de Mattos nasceu no Rio de Janeiro, em 23 de abril de 1923, diplomando-se em Direito, em 1946, pela PUC-Rio.

Em 1952, iniciou, com um grupo de jovens cientistas sociais, um projeto de estudos para a reformulação do entendimento da sociedade brasileira, fundando o Instituto Brasileiro de Economia, Sociologia e Política (Ibesp), do qual foi secretário-geral e diretor da revista do Instituto, «Cadernos de nosso tempo», de relevante influência no Brasil e na América Latina.

Em 1956, promoveu a constituição do Instituto Superior de Estudos Brasileiros (Iseb), uma instituição de altos estudos, do Ministério da Educação e Cultura, no campo das Ciências Sociais, do qual foi designado chefe do Departamento de Ciência Política.

Ele pediu exoneração de ambas as funções em 1959, por discordância com mudanças na orientação dos institutos. Passou, então, alguns anos colaborando, sem vínculos permanentes, com diversas instituições acadêmicas, no Brasil e no exterior.

Em 1964, depois de pública condenação do golpe militar, afastou-se do país e foi lecionar nos Estados Unidos. De 1964 a 1966, ele trabalhou na Universidade de Harvard; de 1966 a 1967, na Universidade de Stanford; e de 1968 a 1969, no MIT – Massachusets Institute of Tecnology.

Retornando ao Brasil em 1969, Jaguaribe ingressou no Conjunto Universitário Cândido Mendes onde, por alguns anos, foi diretor de Assuntos Internacionais. Com a fundação do Instituto de Estudos Políticos e Sociais, em 1979, foi designado decano, função que exerceu até 2003.

Naquela data, completando 80 anos, propôs sua substituição por alguém mais jovem, o professor Francisco Weffort, ex-Ministro da Cultura do Governo Fernando Henrique Cardoso, que foi escolhido para o cargo. Para Jaguaribe foi conferido o título de decano emérito e, nessa função, continuou suas pesquisas.

Por sua contribuição às Ciências Sociais, aos estudos latino-americanos e à análise das Relações Internacionais, recebeu o grau de Doutor Honoris Causa da Universidade de Johannes Gutenberg, de Mainz, RFA (em 1983); da Universidade Federal da Paraíba (em 1992) e da Universidade de Buenos Aires (em 2001).

Em 1996, foi agraciado, por sua contribuição às Ciências Sociais, com a Grã-Cruz da Ordem Nacional do Mérito Científico. Em 1999, o Ministério da Cultura conferiu, por sua contribuição ao desenvolvimento cultural do país, a Ordem do Mérito Cultural.

Globo


Perfil de Hélio Jaguaribe

Por  Sabrina Mary

Algunos acercamientos teóricos en torno a los procesos de integración regional latinoamericanos se caracterizaron por ensayar respuestas originales a las realidades de nuestra región. Prebisch, Furtado, Cardoso, Faletto y el propio Jaguaribe, combinaron en sus obras conceptos y escenarios con el objeto de plantear la situación histórica de nuestros países y pensar posibles cursos de acción.

Hélio Jaguaribe desarrolló un enfoque teórico autonomista e integracionista, multidisciplinario, con gran vigencia en la actualidad. Los dos enfoques que marcaron sus reflexiones fueron la Teoría del Desarrollo y la Teoría de la Dependencia, promovidas por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) durante los años ́60.

La primera establece una serie de criterios (el deterioro de los términos de intercambio de los productos primarios, el atraso tecnológico y la escasez de capital) para agrupar a los países en desarrollados, en vías de desarrollo y subdesarrollados. Para superar el subdesarrollo es preciso promover políticas de industrialización por sustitución de importaciones y fomentar una integración que favorezca el intercambio entre los Estados y el desarrollo autónomo. La dependencia, en cambio, tiene un carácter político y se sustenta en una relación de dominación que se establece entre centro y periferias. El aporte sustancial de esta teoría reside en que no reduce la particular posición que ocupa cada país al esquema global del sistema capitalista, sino que añade cuestiones políticas, ideológicas y culturales. Sobre estas teorías y su crítica se centró el planteo de Hélio Jaguaribe.

“¿Qué futuro nos aguarda? […] Desde Washington se nos dictará lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Domésticamente, las multinacionales se van a apoderar de nuestros mercados, y nuestros dirigentes, aunque mantengamos los ritmos democráticos, van a ser electos para funcionar como gestores de los negocios de esas multinacionales y tendrán que actuar de manera compatible con la eficiencia del mercado internacional, dentro de los límites fijados por Washington. ¿Tenemos salida a esa alternativa? Yo creo que sí, si realizamos lo más prontamente posible un gran esfuerzo de desarrollo económico, tecnológico, de dimensión social y de otras, formando un sólido eje estratégico de alianza argentino-brasileña para ofrecer una capacidad de resistencia históricamente superior a la que, aisladamente disponemos […] A partir del eje argentino-brasileño, alcanzaremos la definitiva consolidación del Mercosur, probablemente con la incorporación de otros países sudamericanos […] Tenemos, claramente, dos alternativas: 1) la satelización, la conversión en segmentos indiferenciados del mercado internacional (con los himnos, la bandera, etc., pero la efectividad del poder ejercitado por multinacionales internamente y por Washington externamente); 2) un sistema revestido de significativa autonomía con capacidad de ser un interlocutor del mundo del siglo XXI.”

El intelectual brasileño señala la importancia de distinguir desarrollo y crecimiento, considerados por otros autores como términos intercambiables. Esto se debe a que el desarrollo asemejado al crecimiento sólo contempla el avance de un Estado de manera cuantitativa, eludiendo la multidimensionalidad que involucra el proceso de crecimiento de un país. Jaguaribe reexamina los elementos que contribuyen con el subdesarrollo de los Estados, considerando al estancamiento, la marginalidad y la desnacionalización como sus factores claves; es categórico cuando señala que la posibilidad de generar mayores márgenes de autonomía estará garantizada por la integración entre los Estados.

La propuesta autonomista de Jaguaribe entiende la realidad internacional de manera no solamente dual -entre centro y periferia- sino estratificada, de acuerdo a los niveles decrecientes de autodeterminación que posee un Estado, tanto interna como externamente. Esta autodeterminación está dada por la capacidad estatal de ejercer primacíaregional sobre un área geográfica y la autonomía, garantizada por la posibilidad de aplicar penalidades a nivel local, así como por la capacidad de un Estado de tomar decisiones con peso de manera individual en el plano internacional. De esta manera los Estados oscilan entre los modelos: Desarrollados-Norte-Centroy Dependientes-Sur-Periferia.

Su interpretación sobre el entramado internacional en el que se insertan los paíseslatinoamericanos se complementa con la mirada que arroja sobre las condiciones estructurales que favorecen o imposibilitan el desarrollo y crecimiento autónomo de los países de América Latina. Jaguaribe distingue dos factores para esto: la viabilidad nacional y la permisibilidad internacional. La primera tiene que ver con la capacidad nacional mientras el segundo considera el contexto internacional en el cual sucede.

La noción de viabilidad nacional permite conceptualizar los recursos históricos de un Estado (socioculturales y tecnológicos) y permiten comprender por qué no todos los países están en condición de iniciar un proceso de desarrollo autónomo de manera simultánea. Los Estados tienen un rol activo en tanto son capaces de favorecer políticas públicas tendientes a garantizar una masa crítica basada en la población, la apropiación del territorio, los recursos estratégicos y la capacidad de intercambio internacional. En este aspecto, los patrones ético-educacionales cobran singular importancia como multiplicadores que impactan sobre la eficacia de la utilización de los recursos.

La permisibilidad internacional, en cambio, considera la mayor o menor flexibilidad que un Estado alcanza dentro del sistema internacional en su camino hacia la autonomía. Un ejemplo de ello es la posibilidad de ejercer su soberanía sin que exista una penalidad por parte de una potencia mundial mediante una intervención militar (es importante recordar que Jaguaribe reflexionaba en el marco de las dictaduras militares en la región).

La integración regional, cuando estos factores entran en juego y un Estado logra cierto nivel de autonomía, cumple un papel estratégico en tanto permite que una intervención directa sobre un Estado nacional sea más costosa para el Estado potencia, por lo que se reaseguraría el desarrollo, al tiempo que multiplica los mercados y recursos. Esta integración considera la heterogeneidad y diversidad dentro de Latinoamérica por lo que debe ser gradual favoreciendo el acercamiento entre Estados y ampliándose hacia otros de modo progresivo, a fin de fortalecer los lazos entre estos, respetando las particularidades de cada uno. Jaguaribe desarrolla el concepto de círculos concéntricos, focalizando en la alianza argentino-brasileña, como la primera instancia para la integración, puesto que ninguno de los dos tiene la capacidad autonómica para iniciar el proceso hacia lo que él denominó un Modelo Autónomo del Desarrollo e Integración en América Latina (MADIAL). La integración que imagina Jaguaribe a través del modelo autónomo se basa en la autodeterminación, la independencia, la nacionalización cultural, económica y militar.

¿Cuál fue el impacto de esta teoría en la actualidad? En la década del 90, cuando Estados Unidos planteó la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), Brasil desarrolló como contrapropuesta un Área de Libre Comercio Sudamericano (ALCSA) estrategia que se oponía a los intereses de EEUU y focalizaba la integración en Suramérica bajo la imagen de un círculo concéntrico. A comienzos del siglo XXI, las ideas de Jaguaribe y de otros intelectuales latinoamericanos fueron el germen de lo que conocemos como Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), un proceso de integración regional que ofrece una alternativa a las potencias que dominaron buena parte del siglo XX y que busca construir nuevos márgenes de autonomía capaces de brindar un espacio para la toma de decisiones desde Suramérica y para Suramérica.

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La relación Norte / Sur – por Hélio Jaguaribe

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