Venezuela: más anuncios, protestas, frustración: sin proyecto, no hay futuro – Por Aram Aharonian
Venezuela: más anuncios, protestas, frustración: sin proyecto, no hay futuro
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Aram Aharonian *
En los (poco más de) dos meses desde las elecciones presidenciales del 20 de mayo, en las que Nicolás Maduro fue reelecto, en Venezuela han surgida voces críticas a su gestión desde el chavismo y múltiples protestas populares, urbanas y rurales, que han marcado la impronta del tiempo político.
Decía el presidente Hugo Chávez que no se pueden dictar medidas económicas si no se tiene un plan preestablecido, una hoja de ruta. Pero la triste realidad venezolana muestra que ni gobierno y menos aún la desmembrada oposición tienen un plan medianamente estructurado y coherente, más allá de los proyectos personales/particulares de apropiarse de la riqueza para uso personal o de facción. O peor aún, para entregárselo a las trasnacionales.
No hay proyectos, no hay plan: Gobierno y oposición tienen asesores europeos y/o estadounidenses que les alquilan ideas, negociantes de los grupos dominantes que les venden soluciones mágicas (criptomonedas por ejemplo). El primero, porque es improvisado y mediocre, la segunda porque no es capar de imponer un plan propio sin la tutela o imposición de Estados Unidos.
Desde un punto de vista político, la situación sigue siendo de grave crisis (no ha cambiado un ápice), pero hoy pone de manifiesto la impotencia del gobierno y de una oposición injerencista, desarticulada y sin propuestas, para representar las demandas y luchas de una ciudadanía que, desde la asunción de Hugo Chávez al poder en 1999, pasó de ser objeto de políticas a ser sujeto de las mismas.
Auge de las protestas. Vivir con miedo
Despertar con miedo…y el miedo a despertar; el miedo al día a día, a la cotidianidad, a enfrentar un contexto hiperinflacionario; miedo a la incertidumbre, a la inseguridad, a la ausencia de normas y controles. Vivir con miedo…., señala la socióloga Maryclén Stelling.
Además de la “aterrorizadora” vivencia diaria, es necesario destacar el alarmante contexto del terrorismo mediático (nacional e internacional) que alimenta el miedo: El FMI proyecta al país “estallido de inflación hasta 1.000.000%”… “La crisis económica no da señales de mitigarse”… Y en los medios (televisivos, gráficos, radiales, en la redes sociales) se suman pronósticos que anuncian crecimiento de la pobreza y la protesta social, e incremento de “los flujos migratorios” hacia los países vecinos.
Llama la atención en el exterior que las protestas ciudadanas cobren protagonismo en medio de un (por ahora frustrado) proceso de reconstrucción de las fuerzas antichavistas, fracasada la confrontación abierta que comenzó con las guarimbas de 2014, recrudecidas en 2017, y terminó con el desprestigio del archipiélago de las organizaciones políticas y sus liderazgos –algunos hasta se abstuvieron de participar en las elecciones-, pero también de la política, que es lo más grave.
No sorprende que lo que movilizó a movimientos sociales de la capital fue una marcha “admirable” campesina que recorre 400 kilómetros “a pata” desde Guanare. Quizá porque los campesinos, desprotegidos por el gobierno y jaqueados por las agresiones de terratenientes y paramilitares- no tengan el peso de la burocracia sindical de petroleros, trabajadores de la salud o siderúrgicos.
La marcha, “per se”, es un juicio a los más de 18 años de agricultura desarrollada por el chavismo y a quienes la han dirigido. Un país que aún depende de las importaciones de caraotas (frijoles, porotos), azúcar, arroz. Los marchistas señalan en su documento: “Ya basta, es el momento de hacer los cambios que nos permitan avanzar… Sentimos que muchos representantes del gobierno están jugando al fracaso”.
El injerencismo con rostro humanitario, en el cual se enmarcan las tácticas inmediatistas y abstencionistas de sectores opositores, tiene como condición la desmovilización de las demandas populares y la despolitización en general. La propuesta de la oposición parece ser mágica: todo se arreglará cuando se vaya Maduro..
Opositora, conspiradora y ficha fuerte de Washington desde la época de Bush, María Corina Machado afirmaba: “Es muy importante que los venezolanos sepamos que al día siguiente –y estoy siendo literal, a las 24 horas que Maduro salga del poder– comienzan a llegar a Venezuela alimentos, medicinas, insumos médicos, repuestos para el transporte. Está lista una operación”.
En paralelo al fracaso de la oposición, del tipo “desleal” – centrada en salir del gobierno en desmedro de la defensa de los intereses colectivos y de sus electores, debilitada y desmembrada, con un apoyo electoral disminuido-, se observan dos fenómenos: el resurgimiento de la protesta ciudadana y, la aparición de voces que, sin pretensión de “salto de talanquera” hacia la derecha, están siendo muy críticas con la gestión de gobierno y las políticas frente a la crisis multidimensional, indica Stelling.
Este inmediatismo que plantea la oposición –vernácula y trasnacional- va más allá de terminar con el gobierno de Maduro porque apunta directamente a acabar con el chavismo, sus ideales, su fuerza política y la única forma (que ellos ven) es a través de una intervención extranjera, idea que manejan desde Washington y a la que se ha sumado ahora el nuevo presidente colombiano, Iván Duque.
Los asesores de la oposición insisten en manejar un imaginario colectivo de un pueblo víctima impotente para luchar por sus derechos y deseos, por lo cual es necesaria la ayuda de una intervención extranjera, mientras la línea abstencionista de la oposición logró el cometido de desprestigiar la democracia y hacer perder las expectativas de las soluciones políticas.
Desde el gobierno también se ha promovido la despolitización y se vale de la victimización (defensa de la soberanía, guerra económica, sanciones de las grandes potencias, amenazas de invasión) para morigerar y reducir los reclamos populares. A la militancia se le exige obediencia pasiva y sacrificio, muy lejos de lo que planteaba Chávez, la democracia participativa.
Las protestas -lejos de las guarimbas y muchas protagonizadas por militantes chavistas- son la reacción popular frente a la despolitización planteada por las élites políticas, al reduccionismo de salir de Maduro o continuar con él ¿a costa de lo que sea, sin siquiera cambiar el sistema de distribución de la riqueza?
La sensación de que todo está dañado o se está dañando, de que no hay solución a los problemas, de que no hay alternativa para solucionar los problemas propios no es todo lo que agobia al venezolano, sino que además no hay señas de acompañamiento institucional y/o político para la población, indica el portal chavista www.supuestonegado.com . Nadie quiere llegar al punto de perder la esperanza -aunque muchos la han perdido ya- pero mientras, la gente espera que termine el bla bla …
El cardenal Baltazar Porras, al asumir la Administración Apostólica de Caracas luego de la renuncia del cardenal Jorge Urosa Savino, un furibundo y agresivo antichavista dijo que la tarea es “evangelizar y dar esperanzas en una sociedad en crisis que está constreñida en sus libertades, en sus posibilidades, y herida por la violencia, la corrupción, y por el rompimiento de los afectos, porque todo el mundo tiene un familiar en el exterior y están disgregados por el mundo”. Habló de trata de personas y de menores y que hay gente de otros países y también de venezolanos que están lucrándose con la necesidad y la vida” y de “los casos de prostitución, de explotación por un grupo de venezolanos en Colombia, en España, y cómo es el trabajo que se está haciendo con las venezolanas que después venden como esclavas. Además de esto, lo que tiene que ver con el mundo de la droga y la delincuencia. Dijo que hay que o forzar a la dirigencia política a ver la realidad. “Es muy mala palabra hablar de diálogo en Venezuela por toda lo que ha ocurrido, pero los problemas se arreglan hablando. Solo el diálogo auténtico, y no eso de ver cómo nos sentamos juntos para que nos tomen una foto, muy sonrientes”, añadió, diferenciándose de Urosa Savino.
Desbar-ajuste y anuncio de medidas y van…
El analista Juan Manuel Rodríguez dice que el gobierno no cree en el instinto y sensatez de la sociedad, a la que la supone satisfecha con su amigable distribución de bonos y bolsas, sobre la que. insisten en el manejo de sonidos y de imágenes saturándola de glorias pasadas y futuro prometedor, que no parecen ver lo absurdo de anunciar cosas que no ocurren. Parecen existir decisiones tomadas puertas adentro que no se anuncian, pero se traducen en políticas concretas, dice Marco Teruggi.
Si estuviéramos en presencia de un gobierno con una agenda neoliberal expresa, sería obvio que se trata de un ajuste económico de proporciones antológicas, editorializa el portal www.15yÚltimo.com . Sin embargo, si algo hay que reconocerle al gobierno es precisamente su manifiesta intención de no hacer eso.
Pero el problema es que dicha manifestación no evita que en la práctica dicho ajuste se esté produciendo de la peor forma: por descarte, por la vía del hecho y no la formal, lo que hace que tome las formas de un desbar-ajuste (un ajuste de hecho y no anunciado que se presenta como un gran desorden), pero que tiene ganadores y perdedores: ganan los más fuertes (que son los menos), mientras perdemos la mayoría.
El miércoles 25 de julio de 2018, Maduro formuló a los integrantes de su gabinete económico, cinco anuncios al país. Entre ellas, una medida de reconversión y entrada en vigencia del nuevo cono monetario que se fija para el 20 de agosto eliminando cinco ceros a la moneda (tal es la magnitud de la inflación), y la remisión a la Asamblea Constituyente de un proyecto de ley constitucional de ilícitos cambiarios, con el propósito de incentivar y permitir las inversiones extranjeras en nuestro país.
Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), indicó que “las medidas que anunció Maduro son una payasada. Hay que desmontar por completo la ley de ilícitos cambiarios, no anunciar que la van a modificar sino desmontarla”, y aseguró que los anuncios que realizó el presidente en materia económica no tienen sentido, ya que el Petro no tiene valor comercial y, además, está sancionado por Estados Unidos.
Los expertos advierten que de no pararse el proceso hiperinflacionario y no tomar medidas que combatan el contrabando y mercado ilegal de billetes (hoy en su peor momento), la reconversión quedará inutilizada: de aquí al 20 de agosto, cuando no circularán más los actuales billetes, los precios acelerarán su crecimiento, pues los comerciantes y empresarios buscarán quedar lo más arriba posible en materia de ceros una vez que tengan que suprimirlos.
En el caso del anclaje del bolívar soberano al Petro, la primera duda que suscita es que no se sabe exactamente cuál es el estatus actual del Petro, e inmediatamente, en qué consiste dicho anclaje: si es cambiario, monetario, o ambos.
No se sabe bien en qué consiste la reforma de la ley de ilícitos cambiarios, pero se supone que su meta es sincerar la no existencia de control cambiario, en razón de lo cual buscará suprimir disposiciones que solo tienen utilidad y sentido en el marco de un control cambiario, que el gobierno ha venido desmontando en razón de lo que llama “un nuevo comienzo económico”.
Sobre el aumentar las reservas del la República entregándole al Banco Central el control de un bloque (Ayacucho II) de la faja petrolífera del Orinoco, puede plantear un conflicto de competencias entre el Banco Central de Venezuela (BCV) y PDVSA, pues a menos que el BCV se ponga a explotar directamente la faja y a vender el petróleo, esa es una competencia de la estatal petrolera. El portal www.15yUltimo.com señala que la única manera de que por esa vía se puedan aumentar inmediatamente las reservas es emitiendo títulos de deuda contra ellas, lo que es un tema en sí mismo.
Ha llamado la atención y prendido las alarmas entre los chavistas el hecho de que se hable del final del modelo rentista e inmediatamente se exonere de impuestos a las importaciones del sector privado (bienes de capital y materias primas, lo que se supone estimularía la producción), pero eso corre el riesgo de traducirse en una nueva transferencia de renta (que no tenemos) al sector privado.
Por lo demás, está más que comprobado internacional y particularmente en casos como los nuestros, que los estímulos fiscales ex antes no solo son ineficientes sino costosos. Incluso un trabajo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) así lo denuncia. La dinámica parece girar en la capacidad que tengan los liderazgos para apropiarse o en todo caso domesticar/desarticular o vencer las luchas populares y en estos momentos, incipientemente, algunas instancias de la oposición se activan para intentar apropiarse de la conflictividad popular.
Corrupción
Nueve militares de la Armada fueron presos por orden de un tribunal militar de Caracas por su participación en un plan de golpe de Estado, denominado “Operación Armagedón”. Los militares buscaban “impedir las elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo y asesinar al presidente Nicolás Maduro.
Mientras, el Departamento de Justicia de EEUU, tras una investigación iniciada en 2014, dio a conocer una nueva trama de corrupción que involucra a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y a otro extesorero y director de Finanzas de la estatal petrolera (también fue administrador de la Asamblea General y de la Cancillería), Carlos Erik Malpica Flores, otro sobrino de Cilia Flores, esposa del presidente Maduro.
El testigo de la investigación es otro venezolano, militar retirado y exguardaespaldas de Chávez, Alejandro Andrade, quien además, fue presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES) y tesorero de la nación (2007-2010). Andrade dio mucha información a las autoridades estadounidenses sobre más de 20 exfuncionarios de PDVSA y personas inmersas en el entramado del lavado de dinero.
Congreso del PSUV
Sin el líder indiscutible del chavismo, las diferencias en el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han sido resueltas con expulsiones de hecho o tácitas. Al iniciarse el IV Congreso partidista decenas de excolaboradores de Hugo Chávez no aparecen en el escenario, y muchos de ellos mantienen posiciones críticas contra el madurismo, mientras altos funcionarios actuales (Elías Jaua, Adán Chávez) exigen elegir la dirección del PSUV a través de votaciones y no con método del dedo.
En el IV Congreso, los 670 delegados consideraron las siete líneas de acción estratégica que presentó Maduro: diálogo, economía productiva, lucha anticorrupción, protección social del pueblo, defensa del país, construcción del socialismo, y servicios públicos; además de aprobar la nueva estructura organizativa del partido (Maduro presidente, Diosdado Cabello, vice).
Maduro, quien reconoció que las 70 empresas del Estado se encuentran “en rojo”, prefería que el Congreso se hubiera pospuesto para el 20 de agosto, tras la entrada en vigor de las medidas. No fue así, pero, sin embargo el Congreso del PSUV presentará recién a fines de agosto 12 propuestas sectoriales a Maduro, después que los delegados territoriales lo lleven al debate con el pueblo y la militancia pesuvista.
Primero las medidas y, quizá, después el plan o proyecto. O, como decía el personaje del telenovelón Por estas calles, “como vaya viniendo, vamos viendo”.
*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)