Mirar hacia adelante – El Tiempo, Colombia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Hoy es la fecha en la que comienza el nuevo gobierno, pero también el día en que empieza la nueva oposición. Y un buen momento para comprender que los constantes llamados a la unidad que ha estado haciendo el nuevo presidente desde sus días como candidato no lo son a la eliminación de las diferencias ideológicas ni a la abolición de los debates políticos, que son fundamentales, ni a la supresión de las resistencias, que son un derecho dentro de las democracias, sino una invitación a construir, por fin, una oposición que no opere en contra del Gobierno por principio, sino que tenga siempre en mente lo que mejor le sirva al país.

El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, señaló en entrevista con EL TIEMPO la necesidad de un pacto que tendría cuatro puntos fundamentales: el respeto por la vida, la mejoría de las condiciones para la equidad en la sociedad colombiana, el empeño por generar crecimiento económico y la lucha contra la corrupción. Se trata de cuatro puntos que los principales candidatos presidenciales mencionaron una y otra vez, cada uno a su manera, durante la pasada contienda electoral, pero que no han podido materializarse del todo, no obstante tantos esfuerzos.

Es inaceptable que en Colombia sigan matando a las personas por lo que piensan, que un país tan lleno de recursos baje la guardia en la batalla contra la pobreza, que se pierda de vista la urgencia de fortalecer la industria colombiana, si de lo que se trata es de sacar adelante los programas sociales; que hoy, cuando las noticias sobre los corruptos enquistados en el Estado han estado a punto de tener una sección especial en los periódicos, siga perdiéndose la oportunidad de aprovechar todo lo que se sabe para desterrar la idea de los gobiernos como botines.

Resulta ejemplar la escena de ayer, en el cumpleaños de Bogotá, en la que los dieciocho representantes a la Cámara por la capital dieron a conocer su trabajo en equipo por la ciudad, más allá de las diferencias políticas. No cabe duda, del mismo modo, que las principales fuerzas democráticas del país pueden encontrar una serie de puntos en común y firmar el “acuerdo sobre lo fundamental” del que hablaba Álvaro Gómez Hurtado al final de sus días. En ese sentido, es oportuno también el planteamiento del presidente del BID, Luis Alberto Moreno, de un pacto nacional para jugar limpio.

Colombia necesita un gobierno serio, técnico, capaz de reconocer a tiempo los principales problemas de la sociedad y de fortalecer la democracia con personas e ideas nuevas. Y el gobierno de Duque precisa una oposición sólida, de altura, que proponga, debata, corrija y proteste sobre la base de los hechos y en los escenarios que para ello dispone la democracia.

Bienvenida, pues, la iniciativa que toma vuelo desde distintas orillas para celebrar un pacto nacional por los inamovibles de la sociedad –la vida, la equidad, el desarrollo y la legalidad–. Esto no es caer en la negación de las diferencias que tantos problemas nos han traído, sino salir de la triste tendencia que tanto daño le hizo al gobierno pasado, de entorpecerlo con todo en el camino sinuoso hacia el poder. Solo queda reiterar suerte al nuevo gobierno para que gane Colombia.

El Tiempo


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