José Itzigsohn, sociólogo: “La sociedad civil en Estados Unidos está dividida respecto a la migración”

990

Entrevista a José Itzigsohn, sociólogo

Por Lucía Cholakian Herrera, de la redacción de NODAL

La relación entre los países latinoamericanos y Estados Unidos fue crítica a lo largo de toda su historia, pero el país norteamericano ha sido el punto de llegada de oleadas migratorias de países latinos por distintos motivos a lo largo de las últimas décadas. De acuerdo con números del Migration Policy Institute, el 18% de la población actual en Estados Unidos tiene un origen latino. Entre los países de la región con mayor afluencia hacia el norte entre 2010 y 2016 se encuentran México y Venezuela, seguidos por República Dominicana, El Salvador y Guatemala. Para pensar y comprender el presente de las políticas migratorias en Estados Unidos, los conflictos recientes y las demandas de los sectores que abogan por los derechos de los migrantes latinos, conversamos con José Itzigsohn, sociólogo profesor en la Universidad de Brown.

¿Qué cambió del gobierno de Obama al de Trump respecto a políticas migratorias y la situación de lxs migrantes indocumentadxs?

La política de Obama respecto a la migración fue cambiante y ambigua. En un principio, Obama trató de llegar a un acuerdo sobre políticas migratorias con los republicanos y para convencerlos de negociar, aplicó políticas de deportación draconianas. Obama tiene el récord de ser el presidente que más personas deportó durante sus dos mandatos. Esto le valió a Obama el mote de “deportados en jefe” que le pusieron las organizaciones de defensa de los migrantes. En el año de mayores deportaciones Obama llegó a deportar 200,000 personas de dentro de los Estados Unidos (es decir, que no es gente que fue arrestada en la frontera). Esto es el doble de lo que deportó Trump en el 2017. Pero cuando Obama se dio cuenta que los republicanos no iban a llegar a un acuerdo sobre reforma migratoria con él, la política de deportaciones pasó a ser mucho más laxa y se deportaba fundamentalmente gente que tenía un caso legal serio. Incluso en los últimos años de su mandato Obama estableció por orden ejecutiva el programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) que le permitía a ciertos inmigrantes indocumentados que fueron llevados a los Estados Unidos de niños por sus padres obtener permisos de trabajo, lo que les daba cierta protección legal y los sacaba de la precariedad laboral.

Trump eliminó la orden ejecutiva de Obama respecto a DACA, aunque la legalidad de esta medida se está debatiendo en las cortes. La política norteamericana está extremadamente judicializada y cada medida del ejecutivo pasa por cuestionamientos en cortes hasta que se establece definitivamente. Pero Trump ha deportado alguna gente que había obtenido la protección de DACA. Y la administración Trump adoptó una política de deportaciones indiscriminadas, dando mucho poder a las organizaciones encargadas de implementar estas políticas. Si bien los números de deportaciones de Trump son menores a los de Obama en los años de mayores deportaciones, el alcance es mayor. Es decir, hoy por hoy, cualquier persona indocumentada que sea identificada por las burocracias migratorias es pasible de ser deportada mientras en la peor época de Obama las burocracias migratorias ejercían cierto discernimiento y no deportaron a todas las personas que encontraban. Esto ha creado una gran inseguridad y gran miedo entre los migrantes indocumentados. Si los números de Trump son aún menores a los de Obama es porque algunos estados y localidades se niegan a cooperar con las burocracias migratorias.

Lo que ha generado numerosas protestas últimamente es la política de Trump de separar a los hijos de los padres en casos de familias que son detenidas al cruzar la frontera. Trump dijo que él simplemente continuaba una política de Obama de detención de familias migrantes mientras se resuelven los casos de deportación ya que no son inmediatas sino que tienen que pasar por la justicia. Y es cierto que Obama adoptó una política de detención indefinida de familias mientras se deciden sus casos. Pero no se separaba a las familias durante la administración de Obama. Trump empezó a separar familias, generando prisiones para niños separados de sus padres. Esto generó una gran protesta de la opinión pública que forzó a Trump a volver a la política anterior de Obama. Pero la realidad es que nadie sabe muy bien cual es la situación actual de estas familias. Todo el tiempo aparecen noticias sobre padres que fueron deportados sin sus hijos, o niños que no se sabe dónde fueron a parar, o lugares de detención de niños donde los mantienen medicados sin que nadie pueda responder cuál es la situación de las familias que fueron separadas.

En la época de Obama la visión del gobierno era la de una sociedad pluralista, construida a partir de la migración, y donde los migrantes eran bien vistos. Con Trump esto cambió. Durante su campaña electoral Trump adoptó un discurso antiinmigrante muchas veces virulento. Y su lema de “Make America Great Again” reivindica una sociedad mucho más homogénea y blanca. Trump en general promueve un discurso político de lo que se llama white nationalism (nacionalismo blanco).

-¿De dónde provienen los grupos de migrantes más afectados y por qué?

Todos los grupos indocumentados son afectados. Tal vez los mexicanos y centroamericanos estén un poco más afectados porque sus números son mayores y hay una fijación en la frontera con Mexico como amenaza. Pero no hay grupo que no sea afectado.

-¿Qué demandas hay en la sociedad civil respecto a la situación migratoria?

La sociedad civil estadounidense está dividida respecto a la migración. Los votantes de Trump lo apoyan en todo. Como mencionaba, la decisión de separar las familias que están detenidas esperando la deportación generó una reacción de protesta en la opinión pública en los sectores que no apoyan a Trump, que son mayoría. Pero no hay una reacción de protesta similar frente a las detenciones o a las deportaciones. Por otra parte hay muchísimas organizaciones de defensa de derechos de migrantes e iglesias que son santuarios para indocumentados, y gobiernos locales que se niegan a colaborar con

el Control de Inmigración y Aduana (ICE – Immigration and Customs Enforcement) o con Aduanas y Protección Fronteriza (CBP Customs and Border Protection). ICE y CBP son las dos principales agencias que implementan la política de control de la migración. La principal diferencia es que CBP tiene jurisdicción sobre las zonas fronterizas y todo el territorio que esté hasta 100 millas de cualquier frontera incluido el mar, también considerado una frontera. ICE tiene jurisdicción sobre el resto del territorio. La mayoría de los indocumentados viven en zonas bajo jurisdicción de CBP, no ICE, pero ICE está también encargado de representar al gobierno en los procedimientos de deportación.

-Ante el crecimiento de la xenofobia respecto a la migración no sólo en EEUU sino en todo el mundo, ¿creés que es posible plantear la abolición de un organismo como ICE en Estados Unidos en este momento?

La demanda sobre abolir ICE surge con la protesta respecto a la política de separación de familias de Trump, aunque la agencia a cargo de esta política es CBP, no ICE. Esta demanda adquirió visibilidad porque es parte de la plataforma de Alexandra Ocasio-Cortez, una joven puertorriqueña de Nueva York que se declara socialista democrática y que le ganó las elecciones primarias dentro del partido demócrata a un diputado que era uno de los más importantes líderes de la maquinaria del partido en Nueva York. Ahora Ocasio-Cortez es la candidata demócrata a la cámara de representantes. La demanda de abolir ICE no es solo parte de la plataforma de Ocasio-Cortez sino de un grupo de candidatos demócratas que compiten en elecciones primarias que se llaman a si mismos “Justice Democrats”. Este grupo surge de los grupos que apoyaron a Bernie Sanders contra Hillary Clinton y son el ala más progresista, el ala “Sanders”, del partido Demócrata.

Dada la correlación de fuerzas actuales la demanda de abolir ICE no tiene ninguna perspectiva de ser adoptada; además, simplemente abolir ICE sin cambiar la política migratoria generaría que -probablemente- sus funciones serían simplemente traspasadas a otra agencia de control de migración. Pero la demanda es importante por varias razones. Por un lado representa la movilización de sectores amplios en contra de la política migratoria de Trump. Esto no va a cambiar la política migratoria del gobierno actual, pero puede evitar sus formas más extremas y crueles, como se mostró en el caso de la separación de los niños de sus padres.

Pero el efecto más importante sería en el caso de un triunfo demócrata en las próximas elecciones presidenciales. El lenguaje exacto de la plataforma de “Justice Democrats” en relación con la propuesta de abolir ICE es el siguiente: “ICE se creó en 2003 como reacción luego del 11 de septiembre de 2001. Desde entonces, se consolidó como un grupo financiado por el Estado dedicado a la violación regular de los derechos humanos básicos. No necesitamos una fuerza especializada para los inmigrantes indocumentados. Podemos confiar en nuestra agencia de justicia criminal y en que los van a arrestar si cometen crímenes, como hicimos hasta 2003” (https://www.justicedemocrats.com/issues).

El hecho de que un grupo importante dentro del partido demócrata esté unido en esta demanda generaría una discusión interna importante sobre política migratoria en un futuro eventual gobierno demócrata, algo que no existía durante el gobierno de Obama.


VOLVER

Más notas sobre el tema