Guatemala: un estudio revela que la disponibilidad del agua será cada vez menor

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La disponibilidad de agua se reducirá en Guatemala entre un 8 y 23 por ciento, y la temperatura se elevará entre 1.5 y 3 grados centígrados en los próximos 30 años, según determinó un grupo de 20 expertos guatemaltecos que presentó el Primer reporte de evaluación del conocimiento de cambio climático en Guatemala.

Las primeras conclusiones dadas a conocer en el marco de Converciencia 2018, evento organizado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), resaltan que las principales actividades económicas expuestas a los riesgos climáticos son la agricultura, hidroelectricidad, comercio e infraestructura.

Según Edwin Castellanos, decano de investigaciones de la Universidad del Valle y director del informe, el cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y supone una presión adicional para nuestras sociedades y el ambiente. “Si no se toman medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el futuro”, advirtió.

El informe se encuentra en fase de redacción y su objetivo es convertirlo en un instrumento para la toma de decisiones en relación con los desastres naturales. Cuenta con el apoyo de académicos de instituciones del sector público y privado, así como de organizaciones no gubernamentales e internacionales, entre ellas cinco universidades.

Crece corredor seco

De acuerdo con Castellanos, en el área del Corredor Seco la lluvia será aún más escasa, pero quienes más la resentirán son los habitantes de las regiones donde hoy el agua es abundante, como Las Verapaces.

Una de las mayores preocupaciones de los participantes es que el área del Corredor Seco se está ampliando, pues ahora, además de la región del nororiente se está extendiendo a la parte sur de Quiché, Huehuetenango y la parte norte de Petén, que actualmente es semiseco, pero “va a secarse más”, advirtió Castellanos.

Otra de las conclusiones es que la canícula actual, que ya se extendió a casi un mes, es un anuncio de lo que puede suceder con más frecuencia en el país, en los próximos años. “La canícula normal duraba una o dos semanas, pero ahora en todo julio no llovió, se convirtió en sequía”, resaltó el académico.

Según el académico, Guatemala cuenta con suficiente agua en la actualidad, pero las autoridades y la población no saben administrarla. “No hemos manejado adecuadamente el recurso, entonces sentimos mucho la escasez, especialmente en la capital, lo cual va a ser más drástico en los próximos 30 años”, dijo.

Escasa respuesta

El estudio resalta que la capacidad de respuesta ante los desastres naturales en el país es muy baja, debido a “la situación socioeconómica, limitante que se tiene en la actualidad”, lo cual incrementa su vulnerabilidad al calentamiento planetario.

Ante ello recomienda aumentar la cobertura forestal, manejar mejor la basura e instalar un transporte público a base de electricidad, en lugar de derivados del petróleo.

También considera que el conocimiento de los pueblos indígenas mayas sobre el clima, observado por ellos durante siglos, puede servir como base para las acciones de adaptación al cambio climático.

Según Héctor Tuy, investigador del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente, la reducción del agua y la elevación de la temperatura puede ser más o menos de lo citado en el foro. “Lo peor es que el Gobierno no reacciona en cuanto a la toma de decisiones y políticas” relacionadas con el vital líquido, resaltó.

23 por ciento es el máximo que podría reducirse la disponibilidad de agua en Guatemala en los próximos 30 años.
“Se está planificando desarrollo económico, competitividad y otros aspectos, sin tomar en cuenta la variabilidad del clima”, afirma el experto.

Según Alex Guerra, director del Instituto del Cambio Climático y quien también participa en la elaboración del informe, este documento, que se presentará en marzo del 2019, será vital porque permitirá contar con datos reales de lo que está sucediendo en el país con relación al cambio climático.

Debido a estos escenarios, es urgente contar con una ley de aguas y la creación de una autoridad que regule y coordine el manejo adecuado de ese recurso, con lo cual podríamos contar con seguridad hídrica, afirma Guerra, quien es coautor del capítulo que se refiere al agua.

Desde 1993, el Congreso de la República ha recibido 13 iniciativas que buscan aprobar una ley de aguas; sin embargo, todas se han quedado en intentos, incluso algunas no han recibido dictámenes por parte de las distintas comisiones a las cuales han llegado.

De acuerdo con el Insivumeh, los efectos del cambio climático se pueden advertir en lo siguiente:

– Las noches frías están disminuyendo y los días cálidos están aumentando.
– Las temperaturas mínimas extremas se están reduciendo y las máximas extremas aumentando.
– La temperatura media mensual ha aumentado en los últimos 15 años.
– La intensidad media diaria de lluvia ha aumentado y cada vez se registran eventos de lluvia más intensos en un día.
– De aquí surge la necesidad de adaptación a vivir en un país más cálido y con menos lluvia.

Prensa Libre

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