Daniel Ortega afirma que no recibirá al grupo de trabajo de la OEA
Daniel Ortega afirma que “no tiene sentido” recibir en Nicaragua a la comisión OEA
El presidente designado de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó en una entrevista con la cadena rusa RT, que “no tiene sentido” recibir en el país a la comisión aprobada por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que medie en la crisis sociopolítica que se vive desde el 18 de abril y que ha dejado más de 400 muertos.
“Bastantes problemas tienen en cada país de estos como para que vengan a querer entrometerse en la situación de nuestro país”, dijo Ortega, quien fue enfático en decir que no van a recibir al grupo. “Sencillamente ellos tienen que respetar a Nicaragua. (…) Ellos tienen que responderle a sus pueblos”, dijo.
Ortega acusó a la OEA de ser “un instrumento” de los Estados Unidos “para controlar a toda la región aún más, para hacerse acompañar, tener una cobertura a la hora de invadir países latinoamericanos”.
El pasado jueves 2 de agosto, el Consejo Permanente de la OEA aprobó con 20 votos a favor la creación de un grupo de trabajo que estará coordinado directamente por esa instancia regional para contribuir a la solución de la crisis que afecta a Nicaragua. En la sesión, el canciller nicaragüense, Denis Moncada, rechazó la resolución, alegando un supuesto “intervencionismo” de la OEA en los asuntos internos de Nicaragua.
La comisión especial viajaría al país para constatar in situ el nivel de violencia contra la población e intentar mediar políticamente con el Gobierno para que retome el Diálogo Nacional.
Acusa a los Estados Unidos de agresión a Nicaragua
El Gobierno ha calificado las protestas en su contra como “golpe de estado” y ha acusado a los Estados Unidos de financiar la violencia. En su entrevista con RT dijo que “nosotros hemos buscado siempre buenas relaciones con los Estados Unidos, pero lo que hemos encontrado ha sido agresión”.
Asimismo, Ortega acusó a los Organismos No Gubernamentales (ONG) de desviar los fondos hacia la promoción política para las protestas. “Los primeros que aparecieron en la protesta eran unos cuantos jóvenes, pero los que destacaban por su agresividad eran unas señoras conocidas como dirigentes de ONG. Incluso una de ellas apareció en una foto famosa con la cabeza rajada de una pedrada”, dijo Ortega en referencia a Ana Quirós, la directora del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas) y quien fue agredida por las turbas orteguistas el primer día de protestas por las reformas al INSS —ya derogadas—.
Justifica las “operaciones limpieza”
En la entrevista con la cadena rusa, Ortega justificó la brutal represión de las llamadas “operaciones limpieza”, ejecutadas en las zonas del país donde los pobladores mantenían tranques y barricadas como forma de protesta.
“Decidimos mandar a la Policía para que se reestableciera la tranquilidad, la calma y se desbloquearan los poblados. La gente recibió con alegría a la Policía”, justificó Ortega las operaciones realizadas por miembros de la Policía en coordinación con paramilitares con armamento del Ejército y que dejaron cientos de muertos, detenidos y desaparecidos.
Esta es la quinta entrevista que brinda Ortega a un medio internacional en menos de un mes. Tras nueve años de silencio con la prensa, Ortega habló el pasado 23 de julio con la cadena estadounidense Fox News, luego con la cadena venezolana Telesur, luego habló con Euronews y posteriormente fue entrevistado por Andrés Oppenheimer, de CNN. Ortega canceló una entrevista con la cadena estadounidense de noticias CBS.
Daniel Ortega: «Buscamos siempre buenas relaciones con EE.UU., pero nos encontramos con agresión»
«La historia nace con el expansionismo de los Estados Unidos desde el siglo antepasado», cuando el país norteamericano ya «intentaba adueñarse de Nicaragua», expresa Daniel Ortega en una entrevista a RT. «Y luego, iniciando el siglo pasado, llegan las tropas del Ejército norteamericano ocupando Nicaragua, llegan las tropas del Ejército norteamericano nombrando presidentes, asesinando a Sandino, instalando a Somoza», añade el presidente nicaragüense.
«Gobierne quien gobierne, [en Washington] está asentada una cultura expansionista», afirma. Lo que los EE.UU. «no pueden perdonar» es que el Frente Sandinista de Liberación Nacional derribara a Somoza, a quien los estadounidenses habían puesto a gobernar Nicaragua, señala el mandatario.
Cuando comenzó la Revolución Sandinista en 1979, EE.UU. respondió con una guerra que fue un «baño de sangre», con «más de 50.000 muertos durante todo ese período del 1979 al 1990», subraya Ortega. Cuando el Frente Sandinista volvió al Gobierno en 2007, «se empiezan a formar agrupamientos armados» y «empiezan a presentarlos como patriotas que están luchando por la democracia, contra la ‘dictadura’ sandinista». «Es decir, nos calificaban de dictadura simplemente porque habíamos logrado la victoria revolucionaria y aun cuando retornábamos por la vía electoral», dice el presidente.
«Las raíces son profundas y los intentos permanentes de socavar al Gobierno buscando cualquier pretexto, cualquier ley, cualquier iniciativa», denuncia Ortega. Por ejemplo, el Gobierno nicaragüense logró una «buena coordinación» con los empresarios con el fin de incentivar las inversiones en el país. «Esto fue satanizado en EE.UU.», afirma, añadiendo que Washington hizo fluir «millones de dólares» para «alimentar medios de comunicación y alimentar también la conspiración de estos grupos que, bajo la cobertura de organismos no gubernamentales, han funcionado en nuestro país».
«Gobierne quien gobierne, en Washington está asentada una cultura expansionista»
«Nosotros buscamos siempre buenas relaciones con EE.UU., pero lo que hemos encontrado ha sido agresión», critica Ortega. Esto se traduce en «subordinación, o sea, esclavitud, o, si uno no se subordina, si uno no se rinde, entonces viene la agresión», resume.
«Ellos mismos provocaron esta situación»
Comentando las protestas que se desarrollan actualmente en el país, Ortega señala que la campaña se originó inicialmente a raíz de un «incendio de grandes proporciones» que se produjo en la costa sur. No obstante, aunque se pensaba que iba a durar meses, se apagó gracias a una lluvia. La protesta vino nuevamente cuando se presentó una ley relacionada con la seguridad social. Era una ley «indispensable», según él. «Todo el mundo sabía que era necesaria», señala. Al principio, era una protesta «normal», pero «la noche siguiente empiezan a salir agrupaciones armadas a atacar puestos de la Policía, atacar a alcaldías, atacar sedes del Frente Sandinista, es decir, viene toda una oleada de ataques armados que empieza a provocar muertos», relata Ortega.
En cuanto a los diferentes números de fallecidos que reportan a causa de estos disturbios, Ortega señala que, pese a que Nicaragua «tiene un alto índice de seguridad», hay otro indicador que podría estar influyendo en las cifras. «Habría que preguntarse, […] ¿en Nicaragua, en estos 90 días, no se produjeron delitos comunes?», pregunta el mandatario, señalando que persiste cierta cantidad de homicidios diarios —a causa de asaltos y otros crímenes— que no necesariamente se relacionan con la protesta. «Para los que hacen esas cuentas de 300 y 400 [fallecidos], como que desaparecieron ese tipo de delitos, y todos los muertos se los echan a la situación esta de enfrentamientos que ellos mismos provocaron», subraya.
Ortega, no obstante, hace énfasis en que se aplicarán «los procedimientos de ley» correspondientes para investigar cada uno de esos casos. «Las normas formales […] están funcionando», asegura el presidente.
El papel de las ONG
El mandatario señala además un claro papel de las organizaciones no gubernamentales (ONG) detrás de las acciones de protesta. Según explica, las ONG buscan cómo organizar «a mujeres, jóvenes» en función de «reivindicaciones muy conocidas», pero los fondos para esas reivindicaciones «se desvían»; aunque no hacia el liberalismo, que «tiene sus propias fuentes de financiamiento», sino hacia otros partidos para su «promoción política». «Ahí es donde están las ONG y la propia Embajada de los Estados Unidos organizando seminarios para —dicen— fortalecer la democracia», añade.
Es aquí, según el presidente, donde hay un nexo con la juventud, tanto en Nicaragua como fuera de ella. «[Los] organizan, becan, llevan a los Estados Unidos», indica Ortega, detallando que además «hay un intercambio también con grupos de oposición de Venezuela» y una «red muy amplia» a través de las plataformas sociales en Internet para «potenciar» desde Nicaragua «lo que va en contra del Gobierno revolucionario de Venezuela», o lo que vaya en contra del Gobierno nicaragüense «potenciarlo también desde Venezuela».
El líder nicaragüense precisa que, aunque esa red «lógicamente» es organizada por jóvenes y unos cuantos de ellos fueron los que primero aparecieron en movimiento de protesta, «los que destacaban por su agresividad eran unas señoras conocidas como dirigentes de ONG» y a nombre de comisiones de Derechos Humanos en Nicaragua, lo que «se convierte también en un negocio».
En cuanto al denominado ‘grupo de trabajo’ recién creado por la Organización de Estados Americanos (OEA) para buscar una salida a la crisis nicaragüense, Ortega se mostró enfático. «Bastantes problemas tienen [en sus propias naciones] como para que vengan a querer entrometerse en la situación de nuestro país», aseveró, afirmando que la OEA ha sido «un instrumento histórico creado por los Estados Unidos» para «controlar a toda la región» y para «hacerse acompañar […] a la hora de invadir países latinoamericanos».
«Era inadmisible dejarnos tranquilos»
Ortega recuerda que, desde el 2007, el proceso sandinista en Nicaragua ha ido «avanzando» y «consolidándose». «Era un ejemplo. Un país con crecimiento económico —a pesar de la extrema pobreza—, con crecimiento económico envidiable para la región», señala el mandatario, recordando que Nicaragua ha demostrado «uno de los más altos» niveles de seguridad en la región, programas sociales «de un enorme impacto» y desarrollo de infraestructuras y carreteras.
El líder nicaragüense añade que se alcanzó un diálogo con empresarios «que no eran sandinistas», lo que se reflejó con un fuerte respaldo: «las últimas encuestas que se hacían antes de este estallido le daban al Gobierno un respaldo de más del 70 %», afirma. Esto, según el presidente, demostró que la misma población que no se identificaba políticamente con el Frente «reconocía las obras que se estaban desarrollando» por el Gobierno en áreas como salud, trabajo y educación para sacarles «de la extrema pobreza en que habían vivido por siglos», lo que resultó insoportable para las fuerzas que fomentaron la actual protesta. «Para ellos era inadmisible dejarnos tranquilos», aseguró.
«En primer lugar decidieron buscar cómo romper el entendimiento entre el Gobierno y los empresarios, que es un entendimiento clave», recuenta el líder nicaragüense, precisando que Washington optó por «aterrorizar» a las personas de negocios, mencionando lo que ha generado la denominada Ley Magnitski. Esto, a su vez, fue aprovechado por empresarios «beligerantes políticamente en contra nuestra» para aumentar su liderazgo político en espera de que, mientras el Gobierno se «desgaste», puedan convertirse en una «opción electoral» estando «convencidos de que Estados Unidos ya no quería al Gobierno sandinista en el poder».
Finalmente, Ortega señala que, durante los primeros días de protesta, los adeptos de la oposición se «entusiasmaron» y vieron posible «optar de nuevo al Gobierno», pero luego pasaron las semanas y su presunta lucha por la democracia resultó ser un «bloqueo» incluso para sus propias actividades. «[Esto] es lo que implica la alegría cuando finalmente decidimos mandar a la Policía para que se restableciera lo que es la tranquilidad, la calma […] la gente recibió con alegría a la Policía», afirmó el presidente, agregando que, contrario a lo que muchos de los medios muestran, el pueblo ha sido testigo en redes sociales de los secuestros, torturas y otros crímenes que cometían algunos manifestantes. «En contra está la historia que les dan por un lado, y la realidad que ellos han vivido», acotó Ortega.
Contra Nicaragua se tejió una conspiración bien trabajada
El Presidente Daniel Ortega Saavedra conversó con el periodista estadounidense Max Blumenthal acerca de los pormenores de la intentona golpista que sectores de la oposición radical ejecutaron en Nicaragua con el apoyo financiero de Estados Unidos.
En la entrevista el mandatario expuso sobre cuándo y cómo se desarrolló la trama golpista, habló sobre la guerra de desinformación que acompañó las acciones terroristas de la derecha y otros aspectos claves que tienen como objetivo el desgaste y la desestabilización del gobierno sandinista a todos los niveles.
CONSPIRACIÓN TRABAJADA DESDE EL 2007
El Presidente Daniel relató a Blumenthal que desde que el FSLN retomó el poder a través del voto popular en el año 2007, se vienen desarrollando todo tipo de estrategias para desgastar al gobierno sandinista.
“Fue una conspiración bien trabajada (…) ya que cuando nosotros retomamos el gobierno en el 2007 empezaron a formarse grupos armados, muchos de ellos vinculados al narcotráfico y con cajas de resonancia a través de las redes en Costa Rica y en Miami, y con vínculos con organismos de inteligencia norteamericanos y con financiamiento. Desde ese momento empezó una campaña tratando de establecer que había una oposición armada contra la dictadura sandinista, desde 2007”, explicó.
“Si uno revisa los periódicos de la derecha vas a ver cómo destacaban las fotos, ahí están las fotos de los armados, presentándolos como patriotas, y ellos asesinando campesinos, asesinando sandinistas, asesinando autoridades locales y también lanzándose contra la policía y el ejército, y matando soldados y matando policías”, relató.
Destacó que en este año el plan se intensificó a partir del 18 de abril, cuando se definió con claridad el objetivo golpista de la oposición.
“Los primeros incidentes se dieron el 18 de abril. El 19 de abril ya fue aquello una ofensiva militar, es decir, no eran manifestaciones pacíficas. Hubo manifestaciones pacíficas de la oposición y otras que han transcurrido con calma, sin problemas, pero esa noche del 19 de abril, en las diferentes cabeceras departamentales del país, lanzaron ataques simultáneos, grupos armados”, indicó.
Desde el comienzo “los golpistas armados andaban en cacería de sandinistas, buscándolos en sus casas, asesinándolos, quemándoles las viviendas, saqueándoselas y mientras tanto la policía acuartelada”, manifestó el presidente.
Daniel explicó que desde los primeros días de la violencia terrorista la Conferencia Episcopal solicitó el acuartelamiento de la Policía Nacional, como condición para iniciar el diálogo nacional.
“Yo acepto que fue una medida que no se correspondía con el momento que se estaba viviendo pero fue una medida solicitada como condición por la Conferencia Episcopal para abrir el diálogo y que eso iba a acabar con los ataques armados y crímenes de los grupos armados”, expuso.
“Yo acepté acuartelar a la policía, pero más bien esto lo aprovecharon para intensificar los crímenes en todo el país y destruir escuelas, centros de salud, incendiar alcaldías, hospitales. Todo lo que es terrorismo, actividades terroristas, sembrar el terror en la población, entonces era explicable que las familias sandinistas o no sandinistas que estaban siendo víctimas de esos ataques buscaran como defenderse. Es un principio constitucional todo ciudadano tiene el derecho de defender la vida cuando es agredido, cuando es atacado”, afirmó.
“Fueron 55 días. Demasiado tiempo realmente, porque eso lo que hizo fue provocar muchos muertos sandinistas, de familias sandinistas que empezaron a ser asesinados.
Las fuerzas de oposición se empeñaban en proteger los actos de violencia, de terror, los crímenes. Nos los condenaban ni los han condenado, se negaban a desmontar los tranques de la muerte, donde en muchos tranques torturaban, asesinaban, robaban, pero además tenían cautivo al pueblo en los diferentes municipios del país, tenían cautivos a 400 transportistas centroamericanos con más de 200 furgones, y se hicieron esfuerzos a través de la comisión del diálogo y con la CIDH para desmontar el que tenían en la zona de Carazo y en los días en que se realizaron las gestiones pasaron 10 días, durante 10 días nos asesinaron decenas de compañeros en Carazo. Entonces no podíamos seguir, y no hubo más que ir a desalojar los tranques”, expuso.
GUERRA DE DESINFORMACIÓN
El Presidente manifestó que en este asedio golpista la guerra de información que se desarrolló en las redes sociales fue un componente nuevo e importante.
“Lo que nosotros vivimos en la lucha contra Somoza, en la guerra que nos impuso Estados Unidos en los 80, era sobre todo la comunicación de los medios televisivos y medios escritos, que eran la caja de resonancia para presentar una mala imagen de Nicaragua y justiciar la guerra”, recordó.
Daniel señaló que en este nuevo gobierno sandinista, la guerra de la desinformación comenzó desde el año 2007, cuando grupos opositores comenzaron a posicionar e internacionalizar el problema generado en el INSS durante más de 10 años de desgobierno neoliberal, atribuyéndole la crisis del sistema de seguridad social al FSLN.
“Cuando nosotros regresamos al gobierno en el 2007, al poco tiempo empezó un movimiento de jubilados que no tenían la cobertura de la seguridad social, porque no habían cubierto las cuotas suficientes y nosotros recibimos el seguro social en condiciones muy críticas, y por nuestra sensibilidad la demanda resultaba justa y empezamos a examinarla a ver qué respuesta se le podía dar a los jubilados, pero apenas habían salido los jubilados inmediatamente apareció una etiqueta, que decía OcupaINSS y se internacionalizó. Y de repente nos encontramos con una fuerza ahí de opinión a través de las redes que va teniendo mucho ímpetu y entonces incluso cuando está la situación bastante candente, porque llegaron a meterse a cuidar los jubilados, los mismos que les habían negado ese derecho cuando ellos estuvieron en el gobierno durante 17 años”, rememoró.
“Y fue la primera aparición también de altos dirigentes de la iglesia católica ante un conflicto de ese tipo, porque llegaron al sitio dos obispos que discutieron ahí con los jóvenes sandinistas que estaban a favor de los jubilados, pero que estaban en contra de las acusaciones que se lanzaban en contra del gobierno de que éramos responsables de que estos jubilados no tuviesen un ingreso. Y lo que hicimos fue incorporarlos aun a costa de que se debilitara aún más la seguridad social”, esa fue la primera experiencia de la guerra de desinformación, según comentó el presidente.
Una segunda experiencia sobre este mismo eje nuevo en la aplicación del golpe de Estado, se da con el incendio de la Reserva Indio Maíz.
“Eso vino con una fuerza mucho mayor, porque ellos no habían dejado de estar utilizando las redes para estar lanzando ataques contra el gobierno frente cualquier tema”, señaló.
“Cuando Indio Maíz ellos explotaron con gran fuerza, internacionalizando la consigna que había que salvar Indio Maíz, que nosotros estamos destruyendo y estábamos incendiando Indio Maíz. Esto ya se vio articulado con movimientos también aquí en las ciudades, ya se trataba de desarrollar un plan mayor que apuntaba en esta dirección, pero no se nos ocurría que estuviesen pensando en un golpe de Estado. Simplemente la vimos como una batalla donde trataban de desgastar el gobierno”, refirió.
¿Cómo contrarrestar la estrategia de desinformación?
El mandatario nicaragüense aseguró que una de las maneras para contrarrestar esta campaña es “fortalecer localmente las redes, con el pueblo, con los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, y con los maestros, maestras, para defender lo bueno que ha tenido y tiene este proceso. También es imprescindible internacionalizar esta lucha, porque ellos han logrado internacionalizar su batalla en contra de este proceso”.
El Comandante Daniel mencionó que se está trabajando en un proceso para depurar toda la información sobre las muertes que se registraron en el estallido de la violencia organizada por la derecha opositora.
Indicó que en el país trabajan organismos de derechos humanos que tienen una clara línea política de atacar al gobierno.
“Han sumado todo, es decir si ha habido en estos meses en Nicaragua 200 muertos o 300 muertes, bueno todas dicen que son víctimas del gobierno. Ninguno es sandinista, ninguno falleció por lo que son accidentes de tránsito, ninguno falleció por lo que son crímenes, porque indiscutiblemente tenemos mucha seguridad en Nicaragua, pero se producen crímenes, delitos comunes, asaltos, robos. Entonces ahí no está dicho cuántos fallecieron dentro de lo que son los delitos comunes, cuántos son de los grupos de la oposición, cuántos son sandinistas, y cuántos son ciudadanos que sin estar comprometidos ni con el gobierno ni con la oposición fueron víctimas en los tranques o fueron víctimas en otros lugres de agresiones, o situaciones como cuando en un tranque no dejaban pasar la ambulancia y fallecía la madre. Entonces ese tipo de depuración no la hacen ellos”, explicó.
FÉLIX MARADIAGA Y SUS ACCIONES TERRORISTAS
En la entrevista, el Presidente Daniel señaló que está demostrado que algunas personas están vinculadas a los actos de terror y violencia que sucedieron en el país, entre los que mencionó a Félix Maradiaga.
“Ahí en la Upoli este señor se paseaba con una gran barba y con hombres armados atrás. Se sentía como un personaje de ISIS (…) luego cuando salió la denuncia, porque él está dentro de una denuncia donde se ha abierto un proceso, entonces corrió a cortarse la barba. Fue lo primero que hizo quitarse la barba y viajar a Estados Unidos. Él está en un proceso, porque aquí tiene que haber justicia para todos”, indicó el presidente.
Daniel también se refirió a la forma en cómo entran recursos financieros al país, que luego son utilizados en acciones de desestabilización.
“Esos recursos se desvían y terminan financiando actividades terroristas y nosotros tenemos que ponerle atención lógicamente a la forma en que están fluyendo estos recursos aquí en Nicaragua. Y nosotros estamos en lo que son los organismos internaciones, tenemos un compromiso de combate contra el terrorismo, y así como Estados Unidos se protege de que le ingresen fondos para el terrorismo, o fondos para incidir en elecciones que es lo que se debate mucho ahora, o que a través de las redes entren a influir en la política norteamericana, eso lo cuidan en Estados Unidos, nosotros tenemos el derecho y la obligación de cuidar también, igual que en Estados Unidos, que no nos pase lo que nos ha estado pasando hasta la fecha”, afirmó.
“Aquí tenemos el organismo que se creó de acuerdo con la comisión mundial contra el terrorismo y el lavado de dinero. Aquí en Nicaragua se llama la UAF, precisamente en estos días hay una reunión en Panamá donde se está midiendo el avance de nuestros países en asegurar medidas que eviten ese tipo de filtración de dinero hacia actividades que no son legales. Entonces le corresponderá a los organismos que tienen esa responsabilidad en nuestro país, examinar todo lo que tiene que ver con financiamiento que se mueve, se lava y que va para actividades delictivas, incluyendo lógicamente todo lo que es el narcotráfico y el crimen organizado”, añadió.
POLÍTICA DE EE.UU. SIN CAMBIOS
Daniel también se refirió a la histórica política estadounidense de intromisión en los asuntos de países como Nicaragua.
“Nosotros estamos totalmente claros, convencidos que la política de los EE.UU. no ha cambiado en relación con Nicaragua. Quieren tener gobiernos sometidos totalmente a sus decisiones, y por lo tanto ellos siempre han rechazado la posibilidad de que el Frente retornara al gobierno. Eso lo hemos tenido bien claro”, comentó.
“Cuando nosotros llegamos al gobierno indiscutiblemente nosotros sabíamos que EE.UU. iba a hacer todo lo que pudiera para buscar cómo desgastar, debilitar a nuestro gobierno. Las primeras sanciones las tomó el presidente Obama, movido por quién, movido por el odio de la Florida. Yo veo claramente que en la política norteamericana el odio de la Florida sigue siendo muy fuerte, para luego ir a negociar con el Gobierno en el Congreso, leyes que son de interés del gobierno a cambio de que les aprueben leyes que son de interés de ellos en contra de Cuba, en contra de Venezuela, en contra de Nicaragua, en contra de los países que ellos consideran que no se someten a sus políticas”, dijo el mandatario.
Sin embargo, en medio de la presión desde Estados Unidos, el Gobierno Sandinista logró avanzar y consolidar una alianza con los empresarios para el desarrollo del país.
“Nosotros logramos avanzar sí, en lo que fue el acuerdo con los empresarios, trabajadores, gobierno, una alianza, un acuerdo con empresarios que no eran sandinistas, ni habían sido sandinistas, no era un acuerdo político ideológico, sino un acuerdo para fortalecer la economía del país, generar empleos, combatir la pobreza.
Lógicamente, un acuerdo como ese con todas las condiciones que les daba a los empresarios la posibilidad de ganar con más seguridad con más estabilidad; entonces esa alianza empezó a ser torpedeada allá en Washington, y los nicaragüenses de las ONG, de partidos políticos de extrema derecha, que hoy andan en el golpismo también fueron allá, a señalar que están haciendo mal los empresarios al estar en alianza con el sandinismo. Y ahí nació ya la famosa ley Nica Act. Ese fue un elemento muy importante para crear condiciones de desestabilización, para el golpe, para el intento del golpe, porque provocó una fractura en los empresarios, porque amenazaban con poner en la lista Magnitsky, amenazaban con esa lista no solamente a los sandinistas, sino también a los empresarios por estar aliados con los sandinistas.
Entonces esto inhibió a los empresarios, unos se decidieron a que era mejor ir contra el sandinismo, romper la alianza y aplaudir la ley, que se aplicara la ley; otros más serios, más responsables, porque sabían que la ley le haría daño a todo el país, más bien hicieron un esfuerzo para que no se aprobara”, explicó.
El Comandante señaló que la ley Nica Act creó las condiciones para la intentona golpista, “porque ya la alianza (gobierno-empresa) venía siendo afectada y lógicamente nosotros sabemos que una ley como esa afecta en primer lugar a los pobres, al pueblo, a los campesinos, a los trabajadores, a las familias, viola los derechos humanos”.
Valoró que esa Ley viola las mismas normas que tiene Estados Unidos con organismos internacionales, “donde EE.UU. está comprometido a no bloquear fondos que van para programas sociales, para programas que van en beneficio de la población, carreteras, caminos, escuelas.
Entonces, indiscutiblemente nosotros estamos conscientes de que es una ley que no es buena para Nicaragua, no es buena para el país, y que todo esto que está aconteciendo a final de cuentas afecta a Nicaragua, afecta a la región centroamericana y afecta también a los Estados Unidos, porque Nicaragua ha sido un punto de contención contra el narcotráfico y el crimen organizado. En eso le prestamos una gran ayuda a los Estados Unidos”.
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