Argentina: multitudinaria marcha contra la legalización del aborto

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En medio de pañuelos celestes y cantos religiosos, miles de personas levantaron, ayer, sus manos para orar por los «bebés por nacer», la familia y los senadores. Especialmente, pidieron por estos últimos para que «Dios los ilumine» cuando el miércoles próximo deban tratar el proyecto de ley que busca despenalizar el aborto.

Según los organizadores de la Concentración Nacional «Salvemos las Dos Vidas», ayer participaron cerca de medio millón de manifestantes que se desplegaron a lo largo de unas 10 cuadras desde el Obelisco hasta la avenida Independencia. La concentración fue convocada por la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera).

«Se invita a todos los ciudadanos, independientemente de sus credos, a pronunciarse a favor de las dos vidas», decía el comunicado que invitaba a la marcha.

Aciera considera que el aborto no es una «política de salud», sino una «práctica criminal y de tortura a un niño por nacer», que produce «daños irreparables». Este es uno de los puntos que resaltó Osvaldo Carnivali, pastor y uno de los organizadores del encuentro. «No vamos a acompañar la legalización del aborto, la muerte de un bebé por nacer», dijo a LA NACION. El líder religioso hizo hincapié en que la vida comienza desde el momento de la concepción.

En la marcha también estuvieron los diputados nacionales de Cambiemos David Schlereth, Cornelia Smith Liermann, Natalia Villa, Jorge Enríquez y Karina Molina; de Salta Somos Todos, Alfredo Olmedo; y de la Coalición Cívica-ARI, Marcela Campagnoli y Alicia Terada. Además, estuvo la senadora Míriam Boyadijian (Movimiento Popular Fueguino).

Olmedo compartió la idea de muchos de los participantes de la marcha de que la Cámara alta frene la propuesta por la legalización del aborto. «No puede haber una ley que sobrepase lo natural», indicó con firmeza. Y agregó: «Si soy gobernador de Salta, voy a derogar el decreto de autorización del aborto, en el caso que la víctima no preste declaración».

Joel Ojuel fue una de las médicas que se acercaron al acto en «defensa de las dos vidas». La ginecóloga obstetra afirmó que las tasas de mortalidad registradas por los abortos clandestinos y espontáneos son bajas y desafió a «mostrar las actas de defunción que avalen la muerte de medio millón de mujeres» como señalan las manifestantes por el aborto legal.

«Más que lo religioso lo que convoca es el aborto en sí. ¿Cómo se puede legislar entre la vida y la muerte», explicó Dina Rezinovsky, coordinadora de la juventud de Pro. Para ella, el proyecto no se va a convertir en ley porque habrá un «rechazo total» en el Senado. Según especuló, si la iniciativa se llegara aprobar, el hecho impactaría negativamente en la posibilidad de una reelección del presidente Mauricio Macri.

Posturas

Aciera, en el comunicado que convocaba a la marcha, estableció su postura política al respecto. «Las iglesias evangélicas de la Argentina no apoyarán a ningún candidato que promueva, adhiera o legalice el aborto en el país», se señaló en el escrito.

En el comunicado, la organización citó lo señalado por la Academia Nacional de Medicina. «Esta institución considera que ‘el niño por nacer, científica y biológicamente es un ser humano cuya existencia comienza al momento de su concepción’. Se entiende, entonces, que ‘destruir un embrión significa impedir el nacimiento de un ser humano'», se lee en la convocatoria a la marcha .

Durante la manifestación, se presentaron en el escenario, que se montó en los alrededores del Obelisco, varios grupos de música evangélica. También hubo rezos y cantos religiosos.

«Sí a las dos vidas. Educación sexual para prevenir, contención para no abortar y adopción para vivir», fue el lema de la manifestación, a la que llegaron decenas de ómnibus con personas provenientes de diferentes puntos del país.

Fatima Villar, de 16 años, llegó al encuentro con amigas. Juntas saltaban y cantaban al ritmo del tema musical «Gloria a gloria», que también coreaba el resto de los manifestantes.

Villar, que sostenía un pañuelo celeste, contó que se sumó a la campaña por las dos vidas «para ir en contra de un sistema que les quiere hacer cree a las mujeres que el aborto es la única solución».

Iván, de 37 años, vive en la Capital. «Como católico, tengo un límite: el aborto. Ninguna religión está en favor de esto», dijo.

«Esta es una marcha para todos a favor de la vida. No se puede resolver este flagelo que es el aborto con una ley que lo promueva», señaló Jorge Gómez, director general de Aciera. Según consideró, las políticas de contención de la mujer y el fortalecimiento y la revisión de las leyes de adopción son alternativas al aborto.

«Esperamos y queremos que el miércoles en el Senado haya un rechazo total al proyecto de ley que busca legalizarlo», concluyó.

En tanto, la Conferencia Episcopal Argentina convocó para el miércoles próximo, a las 20, a la «Misa por la Vida», en la Catedral metropolitana.

La Nación


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