Se recalienta el debate en Cuba: igualdad de género, matrimonio y familia en la nueva Constitución
Esta es una Constitución dialéctica y moderna, si hay que romper la tradición se hace, porque romper la tradición es también un acto revolucionario y en el socialismo no cabe ningún tipo de discriminación a los humanos. El amor no tiene sexo», enfatizó al respecto el intelectual Miguel Barnet
Como parte del análisis que tiene lugar del Proyecto de Constitución en el Primer período ordinario de sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular algunos de los temas tratados fueron la igualdad de género, matrimonio y familia como parte de lo expuesto en el Artículo 68.
Mariela Castro Espín, diputada por el municipio Plaza de la Revolución, comentó que con el Artículo 68 Cuba se sitúa, desde una perspectiva de protección integral a las personas por su orientación sexual e identidad de género, entre los países de vanguardia en el reconocimiento y garantía de los derechos humanos.
«Esta propuesta de protección es resultado de la madurez alcanzada por el proceso revolucionario que legitima y ampara relaciones sociales que se materializan en varios tipos de familias de lo cual se desprende el deber del Estado de protegerlas y no discriminarlas», aseguró.
La diputada manifestó su conformidad con lo expuesto en el Artículo 68 que concibe a la unión voluntariamente concertada entre dos personas con aptitud legal para ello y descansa en los derechos y deberes de los cónyuges.
Castro Espín sometió a valoración del plenario que la continuación del texto en dicho Artículo se deje para la legislación por ser específico y referirse a las obligaciones de las parejas que optan por ser madres y padres, además de que descansa en la igualdad absoluta de los deberes y derechos de los cónyuges y en las condiciones que favorezcan integralmente la consecución de sus fines.
«Resultaría una contradicción axiológica y normativa en la letra del anteproyecto constitucional entre las causales de discriminación la orientación sexual y la identidad de género en los Artículos 39 y 40 y discriminemos a las familias homoparentales en el artículo 68», agregó.
Por otro lado, la diputada destacó que en Artículo 41 se estipula que el Estado trabaja por crear las condiciones necesarias que faciliten la igualdad de la ciudadanía y «la mejor manera de decir es hacer», concluyó su intervención.
Por su parte, la Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas Teresa Amarelle Boué, comentó que es un paso de avance el hecho de que se haya quitado que el matrimonio es la unión consensuada entre un hombre y una mujer.
Sin embargo, en este Artículo no se habla de adopción, y este es un tema que se debe dejar para el Código de Familia y que este sea el que regule cómo va a ser el matrimonio y otras cuestiones.
«No se puede discriminar a nadie por su orientación. Todos los derechos para todas las personas y corresponde a las parejas que quieren ser madre y padres decidir al respecto», manifestó Teresa Amarelle.
Sobre el tema, Homero Acosta comentó que el concepto de marimono que se ha cambiado tiene una repercusión en la continuación del Artículo pues tiene una visión de familia monoparental y las cuestiones vinculadas a los hijos tienen otra formulación en el articulado.
La cuestión de los hijos está regulada en los artículos 69, 70, 72, donde se habla de un concepto de familia. «En nada limita la obligación de los padres cualquiera que sea el matrimonio en que se constituya», destacó.
Yolanda Ferrer, diputada por Pinar del Río, comentó que el matrimonio tiene que descansar en la igualdad absoluta de los deberes y derechos de los cónyuges y la ley tiene que determinar la forma en que se constituye.
«Estamos dando un primer paso revolucionario y muy importante. No existe ninguna justificación de privar la felicidad de constituir una familia. Tenemos que enfrentar prejuicios y que la justicia que defendemos sea inclusiva», expresó.
Al volver a tomar la palabra, la diputada Mariela Castro Espín expuso que «si consideramos el tema reproductivo debemos ser consecuentes en dar esas garantías a todas las familias».
De igual forma, Miguel Barnet comentó que estamos inaugurando una nueva era. «Esta es una Constitución dialéctica y moderna, si hay que romper la tradición se hace, porque romper la tradición es también un acto revolucionario y en el socialismo no cabe ningún tipo de discriminación a los humanos. El amor no tiene sexo», enfatizó.
Al concluir el debate en plenaria sobre el tema, los diputados coincidieron en dejar el Artículo 68 tal como está establecido e incluir los términos las familias en toda la Constitución.