Valentina Gatica, dirigenta estudiantil: “La agenda del gobierno profundiza la precarización de las mujeres y al sistema neoliberal chileno”
Por Carla Perelló, de la redacción de Nodal
¿Cuál es el trasfondo de las tomas y movilizaciones de mujeres y feministas en Chile por “educación no sexista”? “Esto se viene gestando hace mucho”, cuenta Valentina Gatica, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral en entrevista con Nodal. En esa institución, las mujeres dieron el primer tirón a la red ya formada que empujó, una vez más, al estudiantado al centro de la escena política chilena. La razón fue la indiferencia de la casa de estudios ante las denuncias de abuso sexual. El acompañamiento fue contundente: más de 20 universidades, de las 60 del país, están tomadas hace dos meses. No cesan aunque desde el Gobierno se haya ensayado alguna respuesta con la presentación de Agenda Mujer y con la autorploclamación del mismo presidente, Sebastián Piñera, como “feminista”. Hoy marcharon por tercera vez con paro nacional bajo la consigna “#TodasPorTodas”.
Las, les y los estudiantes chilenos sintetizaron sus demandas en cinco puntos: creación de protocolos contra el acoso la violencia de género y sexual -sólo siete de 60 tienen, en la actualidad-; paridad de genero en espacios administrativos; talleres obligatorios sobre reglamentos y feminismo para estudiantes de primer año; perspectiva de género en las distintas carreras; y que se acepte el nombre social de las/les/los estudiantes trans. ¿La razón? “El espacio educacional es uno de los que más produce y reproduce estereotipos”, dice Gatica, también militante del Movimiento Político Socialismo y libertad SOL – Frente Amplio.
Como contra partida, Piñera presentó Agenda Mujer, una plataforma de doce puntos entre las que se contempla una reforma constitucional que establezca como deber del Estado la plena igualdad de derechos y deberes entre varones y mujeres. Impulsa, además, el tratamiento de leyes que ya están en el Congreso: la ley de violencia en el pololeo; y la propuesta por la expresidenta Michelle Bachelet, de erradicación de la violencia hacia las mujeres en todas sus formas. Pero, se ha dejado fuera la iniciativa de cambios estructurales en las currículas estudiantiles.
“El gobierno profundiza la precarización, doble explotación y el sistema neoliberal chileno”, sostiene Gatica. Es que, la perspectiva adoptada refuerza el estereotipo de la mujer como cuidadora: el apoyo laboral para el cuidado debe ser para varones como para mujeres, explican desde el movimiento.
Hoy, esa fue la consiga: “Contra la precarización de la vida; ¡estudiantes, trabajadoras, madres y migrantes a la calle! #TodasPorTodas”, dicen desde las organizaciones convocantes entre las que se encuentran la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), la Coordinadora Feminista Universitaria (Cofeu), la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones).
¿Cómo está compuesto el movimiento de mujeres y feminista chileno que salió a la luz ahora? Las denuncias por abusos han sido un disparador para las tomas y las marchas, pero ¿desde cuándo se viene gestando? ¿cuáles son sus demandas?
El movimiento feminista actual ha sido levantado desde estudiantes con las tomas y paros en las universidades, al que también se han adherido profesoras y trabajadoras de la educación y otros ámbitos, sin embargo, esto se viene gestando desde mucho antes, cuando se comienzan a crear vocalías o secretarías de género por universidades, las demandas de educación no sexista en el 2011 desde la Red Chilena Contra la Violencia o el Primer Encuentro de Educación Sexista el 2014. Las principales demandas son, la paridad de laboral en los cargos académicos, por ejemplo, en educación inicial y escolar, creemos que se debe hacer un esfuerzo por erradicar lo que se llama currículum oculto, es decir, creencias y prejuicios de los docentes que se transmiten en aula. Está demostrado cómo a temprana edad profesores relegan a las niñas de las matemáticas y ciencias y en caso opuesto con los niños para lenguaje y artes. Esto implica también un proceso paulatino de eliminar los colegios segregados por sexo, pero con fuerte trabajo previo porque, si no, tiene consecuencias negativas en las niñas. Otro pilar de la Educación No Sexista es el currículum: no se trata, como dicen los que caricaturizan esto, de barrer con lo anterior, sino en historia y filosofía, por ejemplo, situar la falta de autoras, pensadoras, presidentas, en la histórica exclusión de las mujeres, o recuperar a quienes han sido invisibilizadas, es decir una educación integral con perspectiva de género. Por último, dos cosas fundamentales: la erradicación del abuso y acoso sexual dentro de las aulas y Educación Sexual Integral desde la sala cuna a la Universidad.
¿Existe, en la actualidad, alguna propuesta que tenga que ver con Educación Sexual Integral (ESI)?
Hay una oferta de programas más o menos conservadores que el Mineduc pone a disposición pero que son de aplicación voluntaria. Esto porque en Chile la “libertad de enseñanza” derivada de la propiedad privada de la educación es un principio constitucional. De hecho los colegios privados “progres” tienen muchas más facilidades que los públicos para enseñar ESI.
Hoy hubo una nueva marcha contra las políticas del gobierno de Piñera, ¿qué críticas hacen a Agenda Mujer y a la Cuenta Pública dada a conocer el pasado 1 de junio? ¿consideran que el gobierno está a la altura de responder a este movimiento?
En cuanto a la Cuenta Pública nuestra principal crítica es que es que el gobierno aprovecha las movilizaciones para lanzar una agenda dirigida a las mujeres pero que profundiza la precarización, doble explotación y el sistema neoliberal chileno, en donde además no se incluyen lo que hemos estado demando. Además, la derecha históricamente se ha opuesto a los derechos de nosotras las mujeres, basta recordar “las violaciones no violentas” (N de R: durante su campaña presidencial, Piñera, hizo un chiste de mal gusto: «Las mujeres se tiran al suelo y se hacen las muertas, y todos nosotros nos tiramos encima y nos hacemos los vivos») o cuando Piñera se refiere a las mujeres como de su propiedad.
El ámbito educacional no es el único a transformar, ¿cómo sigue este proceso del movimiento de mujeres y feminista y hasta dónde llegan las demandas?
Estas demandas de una u otra forma intentan incluir a todas las mujeres de nuestro país, quienes sufrimos violencia de género y sexual. Es una forma de ver aquello la cantidad de mujeres que participan en los sindicatos, el acoso laboral, como seguimos recibiendo menor salario por el mismo trabajo, por que existe una demanda histórica por la igualdad de género, siendo el espacio educacional uno de los que más produce y reproduce estereotipos.