Gloria Maira, de la Mesa Acción por el Aborto en Chile: “Hay un avance en la despenalización social del tema”
Entrevista a Gloria Maira, integrante de la coordinación de la Mesa Acción por el Aborto en Chile
Por Cecilia Escudero – Redacción de NODAL
Inspirado por la reciente media sanción en el Congreso argentino al proyecto que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo, se reavivó el debate por el aborto en Latinoamérica. Una región en cuya mayoría de países el aborto está prohibido salvo excepciones. Por caso, en Chile, donde hace menos de un año se avanzó en la legalización del aborto en tres causales, el Partido Liberal ya anunció que presentará una propuesta de aborto libre. En medio de este debate, NODAL conversó con Gloria Maira, integrante de la coordinación de la Mesa Acción por el Aborto en Chile, quien analiza los desafíos en su país y los avances del movimiento feminista en la región.
Después de décadas de prohibición por un decreto de Pinochet, el año pasado se avanzó en Chile hacia la legalización del aborto en tres causales. ¿Ahora se podrá abrir el diálogo político para debatir el aborto legal sin condiciones?
Ese diálogo o demanda política de las feministas ha estado colocado desde hace varios años. Diría que lo que logró el debate por la legalización del aborto en tres causales del año pasado -que es un mínimo ético elemental hacia las mujeres- fue colocar el aborto sin apellido en el debate público. Aún cuando el proyecto de ley finalmente se limitó a esas tres causales, el aborto libre y seguro, o si se quiere el derecho a decidir de las mujeres, quedó mucho más instalado como parte del debate público, como un derecho que es necesario avizorar. Entonces creo que sí, que ese diálogo político se posibilita a partir de las tres causales, pero no solamente por ellas. Hay un trabajo sostenido de las feministas que dio lugar a que se vierta en el debate público el aborto legal y el derecho a decidir. La despenalización social del aborto dio así un avance importante.
¿Qué efecto tuvo la media sanción para la legalización del aborto obtenida por el movimiento de mujeres en Argentina?
La media sanción en Argentina tuvo un impacto en Chile y a nivel regional. Siento que abona a una tendencia marcada por avances en los derechos de las mujeres, particularmente en las visiones que van ganando las sociedades mas allá de las reformas legales determinadas. Creo que la media sanción en Argentina permite darle un nuevo impulso a ese debate por el aborto libre y legal en Chile. La Mesa de Acción por el Aborto tiene un propuesta que habla de una legalización del aborto en el primer trimestre del embarazo, en otras palabras, un aborto libre en las primeras 14 semanas de gestación. Pero, en primer lugar, tenemos que dar curso a un debate que nos lleve a exigir un proyecto de aborto libre y legal.
En la región, solo Cuba, Uruguay, Guyana y un estado mexicano permiten el aborto en casos distintos a la violación, la anormalidad fatal del feto y la amenaza a la vida de la madre. ¿Qué lectura hace de esta situación a nivel regional?
Es cierto que hoy son pocos los países que tienen una legislación más abierta al aborto libre o por decisión de la mujer, sin embargo, creo que estamos viviendo un momento del feminismo en América Latina que abre nuevos escenarios a efectos de la discusión del aborto, y también respecto del lugar de las mujeres en nuestras construcciones sociales, culturales, en avanzar hacia esta igualdad sustantiva que venimos reclamando las feministas desde hace décadas. Creo que pese a que las mujeres continuamos siendo criminalizadas por hacer uso de nuestra autonomía reproductiva, este momento del feminismo en la región abre nuevos escenarios que hay que aprovechar.
También es necesario mirar con mucha preocupación, y exigiendo respuestas del Estado, el auge que han tenido los movimientos fundamentalistas a nivel a nivel regional, que están incidiendo en términos de modificar los avances en políticas públicas favorables a las mujeres, particularmente en materia de sexualidad y reproducción. Son también movimientos violentos que trabajan con la coacción, el temor y la persecución de quienes defienden los derechos de las mujeres, y no solo de las activistas. Estoy pensando concretamente en el bullying o acoso que muchas veces se ejerce contra los y las profesionales de la salud que están a favor de que el aborto es una decisión de las mujeres y están en contra de la criminalización. Entonces vivimos un momento de tensión, de disputa societal importante. Así como los feminismos estamos en un momento que abre nuevos escenarios en la región, también creo que los fundamentalistas marcan una pauta que necesitamos parar. Nuestra fuerza está en los cambios que se están produciendo en nuestras sociedades como es el hecho de que frente al femicidio aparezcan movimientos como el de «Ni una Menos». Un ejemplo que habla de las transformaciones que se han logrado instalar respecto a lo que nos constituye como hombres y mujeres en las sociedades latinoamericanas.