Argentina: las claves del plan de ajuste que impone el acuerdo con el FMI
Las 13 claves del acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional
En una semana de idas y venidas entre los ténicos del Fondo Monetario y los del gobierno argentino, finalmente se confirmó el deseado acuerdo de la Casa Rosada. La gran diferencia respecto de lo anunciado en un primer momento es el monto total: finalmente serán 50 mil millones de dólares., muy lejanos de los 30 mil de los que se habló cuando el equipo económico anunció semanas atrás el regreso del país al FMI.
Las claves del acuerdo que vuelve a endeudar a la Argentina como en los momentos más críticos de su historia económica.
> El programa acordado es de tipo stand-by, con una duración de 36 meses, lo que implica el último año de Macri en el gobierno y nada menos que los dos primeros de quien lo suceda.
> El Gobierno insiste en afirmar que el plan fue diseñado en Argentina, aunque el solo detalle de que el país termina endeudado por casi el doble de lo que tenía pensado no parece el mejor de los programas para el futuro mediato.
> A mayor monto mayores compromisos y exigencias de parte de quien presta. El ajuste fiscal que llevará a cabo el gobierno de aquí en adelante será mucho más duro de lo que se dejó correr en los medios oficialistas.
> Una de las metas impuestas por el Fondo Monetario al Estado nacional es que en el período 2018-2021 la reducción del déficit sea del 3,1 por ciento del PBI, lo que suponen 19.300 millones de dólares.
> Puntualmente, la Casa Rosada busca, según sus propias palabras «asegurar una más rápida convergencia al equilibrio fiscal», por lo que «las nuevas metas de resultado fiscal primario son: -2,7% del PBI en 2018 (vs. -3,2% con las metas previas), -1,3% en 2019 (vs. -2,2% antes), equilibrio primario en 2020 (vs. -1,2% antes) y superávit de 0,5% en 2021 (vs. 0% antes)».
> Los aumentos en transporte y servicios serán más fuertes de lo que se vino prometiendo. La frase «el ajuste más doloroso ya pasó» queda en el olvido.
> Otra de las metas a cumplir se incluye una drástica baja de la inflación. La posibilidad de una nueva y un tanto más generosa paritaria antes de fin de año parece fantasía.
> Una de las herramientas que se pondrán en práctica es el tipo de cambio flotante, lo que redundaría en una menor o nula intervención del Banco Central para frenar las disparadas.
> Las metas de inflación son 17% para 2019, 13% para 2020 y 9% para 2021. Siempre partiendo de la base de que la meta real de 2018 es no menos del 25 por ciento, lo que es el doble de lo que habían anunciado a principios de año.
> El FMI exigió también que se baje a cero el financiamiento monetario del Banco Central al Tesoro. Además, se enviará al Congreso un proyecto de reforma de la Carta Orgánica del BCRA reforzando su autonomía.
> El Tesoro en este marco «se compromete» a un programa de cancelación anticipada de Letras Intransferibles para que el Banco Central pueda, con esos recursos, reducir el stock de LEBAC.
> Según anunció el Poder Ejecutivo, el Fondo permitió que se pueda llegar a incrementar «el gasto social si el gobierno argentino lo considera necesario» con miras al seguro refuerzo que hará falta en asignaciones familiares que ya hoy resultan escasas.
> Según se anunció, la tasa de interés del préstamo del FMI será variable. Según las estimaciones oficiales, el costo del préstamo será del 1,96 por ciento aunque podría llegar al 4,96%, siempre dependiendo del tipo de pago que haga el país en cada turno de cancelación de deuda.
Acorralado por el desmanejo de la economía, el Gobierno acordó un durísimo programa por 3 años con el FMI
El Fondo Monetario Internacional validó un crédito para Argentina por hasta 50.000 millones de dólares durante tres años. El desembolso extraordinario está condicionado a la aceleración del ajuste fiscal y la puesta en marcha de un paquete de reformas en el esquema monetario y cambiario. Un primer tramo del préstamo por 15.000 millones de dólares ingresará a las cuentas públicas dentro de dos semanas, cuando el stand-by de acceso excepcional haya sido aprobado por el directorio del organismo multilateral. El programa no establece un cronograma para el resto de los fondos sino que, supeditados a la supervisión del FMI, los desembolsos se harán a pedido del gobierno de Mauricio Macri. A lo largo de los 36 meses de vigencia del acuerdo las autoridades argentinas se comprometen a recortar el gasto en obra pública, achicar las transferencias a las provincias, continuar con la quita de subsidios, reducir las erogaciones salariales estatales y ajustar el sistema de la seguridad social. “Acelerar el programa de convergencia hacia el equilibrio fiscal”, fue el eufemismo elegido por el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne, para referirse a un ajuste equivalente a 3,7 puntos del PBI o 19.300 millones de dólares. Al tipo de cambio vigente, la suma supera los 480 mil millones de pesos. “Esto es una buena noticia”, sostuvo el funcionario.
Las medidas acordadas para acceder al préstamo del FMI incluyen profundos cambios en la política del Banco Central: una reforma de su Carta Orgánica para prohibir el financiamiento del Tesoro, medidas adicionales para limitar la emisión monetaria y un cambio en la composición de sus pasivos para minimizar el stock de Lebac. La entidad presidida por Federico Sturzenegger considera finalizado el escenario de crisis cambiaria y, por lo tanto, dejará de intervenir de manera extraordinaria con sus ofertas masivas de divisas que ponían un techo a la cotización del dólar. “Aquello que hicimos hasta la última semana nos parece que ya no es necesario. Volvemos a una operación normal”, sostuvo el funcionario que verá reforzada su autonomía al referirse a la renovada confianza oficial en la “flotación” del dólar. Frente al impacto en los precios que tuvieron la devaluación y los tarifazos, el BCRA decidió abandonar el cumplimiento de su meta de inflación del año y, además, elevó sus objetivos de precios de 10 a 17 por ciento para 2019. “Este año vamos a esperar tener la inflación más baja posible. Pero no nos ponemos una meta”, consideró anoche el banquero central. El financiamiento proveniente de la entidad dirigida por Christine Lagarde será complementado con 5600 millones de dólares del Banco Mundial, el BID y la CAF. El paquete de financiamiento para Argentina fue celebrado ayer por el titular del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin.
El anuncio del programa de financiamiento-ajuste del Fondo fue realizado por Dujovne y Sturzenegger. El tipo de crédito otorgado permitió superar en 2,5 veces el límite previsto en un stand-by tradicional. Los 50.000 millones de dólares equivalen a 1100 por ciento de la cuota del país. Lo hicieron pasadas las 19:30 en uno de los salones del Centro Cultural Kirchner apenas finalizó en Washington una reunión de directorio del FMI. En el convite convocado fuera de agenda, las autoridades del organismo fueron informadas sobre la existencia de un acuerdo entre el staff del organismo y las autoridades argentinas. Los miembros recién tenían previsto encontrarse hoy para, entre otros puntos, aprobar el informe del Artículo IV de Liberia. Las reuniones no programadas son escasas. La crisis griega fue uno de los episodios excepcionales cuando los directivos del organismo llegaron a ser conchabados un sábado para validar un crédito condicionado destinado al golpeado país europeo. En el caso del programa por hasta 50.000 millones de dólares para Argentina, la votación formal se realizará el miércoles 20. La aprobación está descontada y, según anticipó Dujovne, el primer desembolso llegará dentro de las siguientes dos jornadas. Los 15.000 millones son un monto levemente superior a las reservas perdidas durante la corrida cambiaria. Una porción de los recursos ingresará a las reservas del BCRA y otra al Tesoro, aunque los funcionarios no precisaron cómo serán distribuidos.
El recorrido del tijeretazo fiscal se conocerá a lo largo de las próximas semanas cuando se difunda la Carta de Intención presentada por Argentina, las evaluaciones realizadas por los técnicos de FMI y, fundamentalmente, el Proyecto de Presupuesto que será enviado al Congreso a mediados de septiembre. Hasta ahora se conoce que un programa de índole fiscal sin ninguna referencia a la raíz estructural del problema: el déficit de divisas. Las pautas informadas ayer contemplan un “esfuerzo fiscal” equivalente a 3,7 puntos del PBI a lo largo de los próximos tres años. El ajuste fiscal busca garantizar la disponibilidad de fondos para el repago a los acreedores.
El componente del gasto más expuesto a los recortes será la inversión pública, que experimentará hasta 2020 una caída del 81 por ciento en términos reales o un ajuste igual a 1,6 puntos porcentuales del producto. Los programas de participación pública privada buscan compensar esa merma financiando las iniciativas con deuda. El segundo ítem en relevancia será la quita en los subsidios a la energía y el transporte. Las estimaciones del Palacio de Hacienda muestran una caída del 48 por ciento en términos reales que representa 1,1 puntos del PBI. Por su parte, las transferencias a las provincias experimentarán un retroceso acumulado del 74 por ciento que representa 0,7 puntos del PBI. Las erogaciones salariales del Estado también registrarán la “aceleración en el ritmo de reducción del déficit fiscal”. Lagarde consideró que el programa acordado con las autoridades argentinas permitirá “restablecer la confianza de los mercados”. El objetivo oficial es alcanzar el déficit cero en 2020. En la Casa Rosada no están convencidos que lograrán ejecutar el ajuste en tiempo y forma sino que aseguran que el acuerdo con el FMI no pone en riesgo una victoria en las próximas elecciones presidenciales.
“Producto de la turbulencia financiera que tuvimos estos días vamos a crecer menos y tener un poco más de inflación de la que esperábamos a comienzos de año. Acudimos al FMI en forma preventiva para evitar una crisis. Actuamos con muchísima premura. Las crisis generaron pobreza y destrucción de contratos. Estamos empeñados en la construcción de un país normal”, explicó Dujovne acompañado por los funcionarios que negociaron en Washington el acuerdo a lo largo de las últimas semanas. También dijo presente el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui. Las autoridades argentinas destacaron que “por primera vez en la historia de un programa con el FMI, incluye una salvaguarda que permite incrementar el gasto social si el gobierno argentino lo considera necesario”. El Palacio de Hacienda explicó que “si la economía no creciera como esperábamos, podrán realizarse ampliaciones de gasto focalizadas en la AUH”. El margen de maniobra previsto es de hasta 30 mil millones de pesos anuales o 0,2 puntos del PBI.
Dirigentes y legisladores de la oposición rechazaron el acuerdo del Gobierno con el FMI
El anuncio oficial del acuerdo con el FMI causó rechazo y preocupación en la oposición política y parlamentaria. Una lista en la que se anotaron los diputados del FpV-PJ, el Frente Renovador, el Bloque Justicialista, el FIT, Libres del Sur, el Movimiento Evita y la Ctep.
“Tenemos la certeza de que el acuerdo con el FMI va a tener consecuencias sociales horribles. Va a profundizarse la recesión, el ajuste empeorará el mercado interno y la situación social se agravará. No estamos planteando ninguna campaña del miedo. Existen sobrados ejemplos de que se aplicará en la Argentina un modelo que ya ha fracasado en todos los países donde se llevó a cabo, sólo basta con mirar la realidad de Grecia. No es un invento ni busca poner palos en la rueda”, sostuvo el bloque de diputados del FpV-PJ. “Creemos que el apuro de Mauricio Macri por acordar con el Fondo va en contra de los intereses de la Nación y del pueblo argentino. Por eso, seguimos exigiendo que el acuerdo sea discutido por los legisladores en el Congreso Nacional, de frente a los argentinos”, agrega el comunicado.
Desde el kirchnerismo también hubo expresiones individuales a través de las redes sociales. “El Presidente y su gabinete siguen sin escuchar a la gente. Este acuerdo no tiene legitimidad social ni popular”, advirtió el jefe de la bancada de diputados, Agustín Rossi. “Sólo una banda de grandes mentirosos y miserables sinvergüenzas, como son los funcionarios de la derecha macrista, pueden presentar como buena noticia el acuerdo con el FMI”, disparó el socialista Jorge Rivas.
“Lo que se viene es un flor de ajuste y no hay margen social para hacerlo”, sostuvo uno de los referentes económicos del massismo, Aldo Pignanelli. “Ningún país está feliz de ir a un acuerdo con el FMI. No es una virtud. El Gobierno tiene que recurrir al Fondo dada su aberrante gestión económica y eso es como quemar las naves. No hay nada que festejar”, agregó el economista con el guiño de Sergio Massa.
“El acuerdo con el FMI es un retroceso a los peores momentos que vivió la Argentina en las últimas décadas. Un lugar adonde pensábamos no volver. Ahora hay que trabajar para salir del infierno nuevamente”, apuntó Fernando “Chino” Navarro, dirigente del Movimiento Evita. “Mas allá de las onerosas condiciones de ajuste que conllevan estos créditos, lo concreto es que la enorme deuda externa que han vuelto a contraer es una pesada losa sobre el desarrollo productivo del país”, expresó su flamante socio político Humberto Tumini, de Libres del Sur.
“Una capitulación histórica del gobierno de Macri que sostiene la especulación, la timba y la fuga de capitales, más deuda para las próximas generaciones. Bajo la falacia de equilibrio fiscal se viene un ajuste brutal, con este rumbo económico se pone en riesgo la paz social. El horizonte para los trabajadores y los humildes es de lucha”, indicó Gildo Honorato, dirigente de la Ctep.
“Recurrir al FMI aumentando la deuda en 50 mil millones de dólares bajo el pretexto de ‘evitar la crisis y ser un país normal’ no es motivo de festejo. Refleja el fracaso de políticas que luego de dos años y medio no pudieron encauzar al país en un sendero de crecimiento y desarrollo –planteó Pablo Kosiner, del Bloque Justicialista–. El Gobierno debe explicitar cuáles van a ser las variables del ajuste fiscal que permitirían una baja drástica del déficit sin crecimiento. No estamos de acuerdo que la mayor parte caiga en la obra pública y las transferencias a las provincias.”
Desde el FIT, también salieron al cruce del acuerdo. Para el diputado Nicolás del Caño (PTS), “significará miles de despidos, menos presupuesto para salud y educación, más ajuste a los jubilados, y reforma laboral”. “Fue una conferencia encubridora. En primer lugar, porque no dijeron que la salida de divisas deberá ser financiada por una nueva devaluación. El monto del que hablan del préstamo es para cubrir los vencimientos de capital e intereses de deuda de los próximos dos años”, sumó el legislador porteño Marcelo Ramal (PO).
Las dos CTA decidieron sumarse al paro anunciado por Moyano el 14-J
La CTA Autónoma conducida por Pablo Micheli y la CTA de los Trabajadores, de Hugo Yasky, anunciaron este jueves la decisión de sumarse al paro y movilización del próximo 14 de junio, convocado el martes pasado por el gremio de Camioneros.
«La medida se inscribe en el rechazo al ajuste, los tarifazos y la entrega de la soberanía nacional al FMI, así como en la exigencia de paritarias libres, para todos los sindicatos», expresa el comunicado.
Las migajas de aumento que el gobierno quiere dar a espaldas de millones de trabajadores y trabajadoras, constituyen un insulto a la dignidad de quienes pretenden vivir decentemente de sus salarios y no del trabajo ajeno», expresa el comunicado.
Las CTA decidieron sumarse al paro convocado por Camioneros ante la falta de definiciones de la CGT. Se espera que en los próximos días se vayan sumando los movimientos sociales.
En tanto, el sector de la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) que responde al visitador médico Ricardo Peidro y al estatal Hugo Godoy también convocó este jueves a un paro nacional para el 19 de este mes, que incluirá movilizaciones, en rechazo de las políticas económicas oficiales y los topes salariales paritarios, informó la corriente.
Un comunicado gremial señaló que la protesta del martes 19 será consecuencia del «compromiso» asumido en ocasión de realizarse la Marcha Federal. Peidro y Godoy expresaron que la huelga será coordinada con otras organizaciones sociales y sindicales, y convocaron a una conferencia de prensa para el próximo lunes 11 -en horario y lugar aún a determinar- para ofrecer detalles de la medida de fuerza.