El azúcar y el café, de América Latina al mundo

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El estudio de las Economías Regionales hoy se torna de vital importancia, entendiendo el momento económico actual. En su fase de desarrollo más avanzada, el sistema capitalista financiero trasnacional se torna Global, atravesando las estructuras de los Estados-Nación constituyendo “Cadenas Globales de Valor”, fragmentando la economía de los países en su conjunto dando lugar a que sólo ciertas regiones sub-nacionales se vinculen a la economía global, estrechándose las relaciones entre lo global y lo local a través de las economías regionales, particularmente mediante el desarrollo local.

Además sólo ciertas regiones y economías locales destacan tanto como centros de generación de innovaciones tecnológicas y de progreso técnico, como de ajustes flexibles frente a la nueva competencia. Por su parte, la expansión y revolución tecnológica de los servicios, transporte y telecomunicaciones e informática han reforzado el patrón de globalidad y regionalismo económico, permitiendo la integración entre la localidad y la región y la economía mundial. Esta última se articula a través de redes de ciudades financieras mundiales, lo que ha constituido redes globales de nodos urbanos.

A su vez el proceso de Globalización y su interpenetración en los Estados-Nación ha llevado a un ajuste estructural que los gobiernos nacionales adoptaron para sus economías nacionales, lo que sin duda es clara muestra de la necesidad del estudio y compresión sobre el funcionamiento económico de las regiones económicas supranacionales y sub-nacionales.

En consecuencia, el proceso de globalización y regionalización de las economías, destaca la importancia actual de la economía regional, que se caracteriza por los siguientes procesos: 1) la reorganización de la economía mundial y nacional mediante la formación de mega regiones supranacionales y sub-nacionales; 2) el desarrollo y la innovación tecnológica en sectores líderes del crecimiento económico local o regional, y 3) la expansión y revolución de los servicios y del desarrollo urbano.

Tomaremos dos Economías Regionales relevantes desde el punto de vista económico latinoamericano, con el fin de hacer un análisis objetivo de cómo se conforman el capital asociado y sus aspectos macroeconómicos y luego el impacto local/regional, a partir de la generación de la mano de obra, caracterizando la esfera del trabajo asociado.

Cadena de Valor Azucarera

La cadena de la caña de azúcar se encuentra articulada e integrada en sus dos eslabones agroindustriales: el cultivo de la caña y la producción de azúcar, bioetanol y cogeneración de energía eléctrica.

La superficie implantada a nivel Mundial, según los datos de FAO, fue de unas 21.032.610 has de caña de azúcar en el 2009, siendo Brasil el mayor con 8.598.440 has, seguido por India (4.400.000 has), China (1.630.520 has) y Pakistán (1.029.000 has). Dentro de los primeros 15 países productores a nivel mundial, Latinoamérica tiene una importancia superlativa, ocupando 5 de estos lugares: entre ellos Brasil en 1º lugar, México en el 6º, Cuba 7º, Colombia en el 9º lugar, y por último Argentina en la posición 13º (ACDI/VOCA sobre datos de FAO 2009).

La mayor parte de la caña de azúcar producida a nivel mundial se consume internamente en los mismos países productores, quienes destinan el producto principalmente a las industrias de azúcar y alcohol. Esto se refleja en el hecho de que prácticamente los mismos países que dominan las listas de producción mundial, son también los principales consumidores de caña de azúcar en el mundo.

América Latina y el Caribe en su conjunto concentran el 33 % de la producción mundial.

El Estado de Brasil es el principal productor de azúcar, concentrando casi el 20% de la producción mundial (FAO promedio 2005/2009). También lidera las exportaciones de azúcar, con un total de 24,6 millones de tn de valor crudo (USDA 2014/15).

Si caracterizamos la esfera del capital asociado, la industria de etanol de azúcar es importante a nivel nacional, con alta capilaridad, estando presente en 1.040 ciudades. Según la Conab (2012), el sector sucroenergético estaba compuesto por: 400 usinas en la cosecha 2009/2010, distribuidas en 22 estados, aunque se estima que el sector tiene alrededor de 430 unidades en el país (Unica, 2011). Esta producción refuerza el parque energético nacional, aportando el 5% de la generación de energía eléctrica en el país (Conab, 2011).

Un aspecto interesante a subrayar, confirmado por la Conab (2012) es la baja utilización de la capacidad de producción de etanol instalada, siendo la cosecha 2009/2010 sólo el 53,9%, o es decir, el 46,1% de «capacidad ociosa».

Por su parte, desde la esfera del trabajo, el sector involucra a 70 mil productores rurales. Según CGEE (2009), se estima que alrededor del 65% del área de cultivo de la caña de azúcar está en propiedad de las plantas y el 35% de los productores independientes.

Además el sector sucroenergético genera alrededor de 1,2 millones de empleos directos y un PBI Sectorial de US $ 48.000 millones, constituyendo un 20% de la producción y de las exportaciones mundiales de etanol (Unica, 2011).

En México la agroindustria azucarera es una de las más importantes debido a su relevancia económica y social en el campo mexicano, con una participación del 0,5% del PBI. Sus actividades productivas se desarrollan en 227 municipios de 15 entidades federativas, donde habitan más de 12 millones de personas, ocupando 783.315 hectáreas de caña de azúcar.

Durante las últimas cinco zafras (2011/12 – 2014/15) la producción nacional de azúcar se ha integrado por la elaboración de edulcorante en 54 ingenios. Entre las principales entidades con superficie industrializada de caña destacan: Veracruz (41.6%), San Luis Potosí (11.2 %) y Jalisco (9.6%) del total nacional.

Desde la esfera del trabajo, por su parte, esta agroindustria genera más de 440.000 empleos directos y beneficios indirectos a más de 2,2 millones de personas.

En Colombia, por su parte, las hectáreas destinadas al cultivo azucarero alcanzan las 233.988, abarcando 48 municipios de 6 departamentos.

Al caracterizar la esfera del capital, encontramos la producción en 13 ingenios azucareros, sumadas las destiladoras de etanol (5 plantas), las productoras de papel (2 empresas), transportistas y otras (24).

Por su parte, desde la esfera del trabajo, la actividad primaria involucra a 2750 productores cañeros. La Actividad Agroindustrial genera un total de 188.000 puestos de trabajo (Fuente: ASOCAÑA – PROCAÑA – MADR – FEDESARROLLO).

En Argentina, el sector azucarero produjo en el año 2016, alrededor de 2.015.824 toneladas de azúcar (entre azúcares blancos y crudos), con un área sembrada de 300.000 has. Las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy concentran el 99,5% del azúcar producida en Argentina. El resto se distribuye entre Santa Fe y Misiones. La producción agroindustrial incluye 23 Ingenios y nueve refinerías de bioetanol. A nivel nacional, entre los ingenios hay ocho grupos económicos que representan alrededor del 83% de la producción azucarera.

Por su parte, desde la esfera del trabajo, el sector productivo supera los 5.000 productores cañeros, y genera un total de 46.000 empleos de manera directa

Cadena de Valor del Café

Después del petróleo, el café es el producto de mayor comercialización mundial. Existen diversos países productores de café, donde destacan aquellos cuyo clima es principalmente cálido; así, Brasil es el primer productor mundial que junto con Vietnam, Colombia, Indonesia y Etiopía controlan 60% de la producción total. El consumo principal se concentra en Estados Unidos (15.9%), Brasil (14.1%), Alemania (6.8%) y Japón (5.1%) (Icafe, 2015). Dos tercios de la población lo consumen. Se tiene calculado que se consumen alrededor de 25 mil tazas por segundo (Amecafé, 2015).

La actividad cafetalera a escala mundial involucra aproximadamente 70 países y 120 millones de personas (Amecafé, 2015). Sin embargo, 75% de la producción proviene únicamente de 10 países, entre los cuales destacan Brasil, Vietnam, Indonesia y Colombia. La superficie mundial cosechada promedio es de 10.497.000 ha, mientras que el rendimiento promedio es de 691 kg/ha (Flores, 2015).

Brasil es el mayor productor y el mayor exportador mundial de café. Dicho producto es cultivado en 300 mil explotaciones (2/3 son pequeños productores) de once estados federados brasileños y en 1.850 municipios, con una superficie cultivada de 2,1 millones de has y una productividad media de 22 bolsas de 60 kg/ha. Además, se estima que dicho sector genera 8,4 millones de empleos directos e indirectos. De igual manera, hay un elevado grado de concentración de la producción nacional en los estados del sureste brasileño, siendo que los mayores productores son Minas Gerais (49%), Espírito Santo (29%), São Paulo (9%), Bahía (7%) y Paraná (6%). Según datos de APIC (2010) el café ocupa el quinto puesto (6,6%) de las exportaciones agropecuarias.

En Colombia el cultivo de café se desarrolla en 974.000 has distribuidos en 590 municipios de 22 departamentos. Un universo de 563.000 familias encuentra su sustento económico directo en la caficultura (Federación Nacional De Cafeteros Cadena Productiva Del Café-FNC). Constituye el 9,5 % del PBI del Sector Agropecuario.

Rivera (2012) indica que la FNC decide qué es lo que se exporta y bajo qué condiciones. Dicha política de comercialización debe ser aprobada por el Comité Nacional; así, las decisiones han permitido que el café colombiano sea un producto estratégico de exportación. Del total de las exportaciones de café, la FNC realiza 30% de ellas. Las empresas trasnacionales se encargan del 40%, mientras que las cooperativas de caficultores del 8% y el resto de las exportaciones la tramitan pequeñas firmas locales.

Guatemala: el café se ha convertido en el producto agrícola de mayor exportación en este país. De los 22 departamentos que conforman el territorio guatemalteco, San Marcos y Santa Rosa son los que destacan en el área dedicada a la producción de café; los países a los que se exporta principalmente son Estados Unidos y Japón.

México: Según Rivera et al. (2013) señalan que el café se cultiva en una superficie de 760.000 has distribuidas principalmente en las cadenas montañosas del centro y sur del país. De los 12 estados productores de la República Mexicana (Chiapas, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí, Nayarit, Colima, Jalisco, Querétaro y Tabasco) destacan los primeros cuatro que concentran casi el 92% de la producción. La caficultura en México involucra directamente a 404 municipios, 4.572 localidades y 510.544 productores (Flores, 2015). De los productores mexicanos, el 95% posee menos de 5 has destinadas al cultivo del aromático; de ellos, el 78% depende prioritariamente de las ventas del café (Sagarpa, 2015).

La Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (Amecafé, 2015) reporta una producción anual del 4.2 millones de sacos (de 60 kg), cuya comercialización representa el 7.1% del PBI Agrícola y el 4.3% del PIB de la Industria de Alimentos. Los principales países destino de las exportaciones de café de México son Estado Unidos, España, Bélgica y Canadá; el valor de las exportaciones representa una entrada de divisas de casi USD$ 900 millones (Amecafé, 2015).

Perú: El café es el principal producto agrícola de exportación del país. En 2008 se exportaron más 225.547 tn, más del 96% del valor de las exportaciones tradicionales y del 28% del valor total de las exportaciones. Este café se produce mayormente en los valles interandinos y de la cordillera oriental de los Andes, en su encuentro con la selva peruana y es cultivado en 388 distritos del Perú por 150.000 productores que ocupan unas 330.000 has. Cerca del 85% de esta producción pertenece a productores que administran menos de 5 has cada uno. Un 75% del total de la exportación de café peruano es dominada por 10 de las 75 empresas peruanas.