Colombia, en la OCDE – La Nación, Argentina
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Tras siete años de intenso trabajo, Colombia acaba de ser admitida en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), convirtiéndose en el tercer país latinoamericano en haberlo logrado, después de México, en 1994, y de Chile, en 2010. Con este nuevo ingreso, el organismo internacional alcanza el número de 37 países miembros, 17 más que en 1961, año de su creación oficial.
El propósito fundacional de la OCDE es ayudar a los gobiernos a mejorar sus políticas públicas a través del intercambio de experiencias, el análisis técnico riguroso y la identificación de las mejores prácticas. La admisión de economías emergentes ha dado una nueva dimensión a la organización y ha permitido que se sensibilice hacia la compleja realidad y los múltiples desafíos de los países en vías de desarrollo.
El secretario general de la organización, Ángel Gurría, al darle la bienvenida a Colombia como miembro de la OCDE, dijo que su adhesión contribuirá a los esfuerzos «por transformar la OCDE en una institución más diversa e inclusiva».
El país cafetero tuvo que pasar duras pruebas de la organización a través de 23 comités que evaluaron la política pública en distintas áreas; entre otras, inversión, lucha contra la corrupción en transacciones internacionales, gobernanza corporativa, gobernanza del gobierno, mercados financieros, pensiones, competencia, impuestos, medio ambiente, economía y salud.
La Argentina, junto a otro grupo de países, está aguardando la invitación formal por parte del consejo de la organización para iniciar el proceso de incorporación. El representante argentino ante la OCDE, Marcelo Scaglione, viene trabajando con distintos ministerios para abordar diferentes aspectos que deben ser incorporados en la administración pública y en el gobierno, tales como la lucha por la transparencia, ética pública, estadísticas, inversión y desarrollo, medio ambiente, competencia, agricultura, ciencia y tecnología, algunos de ellos ya concluidos.
Ingresar a la OCDE es una política de Estado, esas de las que tanto faltan en la Argentina. Lograr entrar en ese organismo le dará al país una mejora sustancial en todo su proceso de transformación. El desafío está planteado y se camina en la buena dirección. Se trata, en definitiva, de aceptar estándares de los países más desarrollados para impulsar el progreso de la sociedad.