Víctor de Currea Lugo, analista colombiano: “Si las fuerzas progresistas se unen pueden derrotar al uribismo en las próximas elecciones”

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Entrevista a Víctor de Currea Lugo, analista colombiano

Por Cecilia Escudero, de la redacción de NODAL

Las últimas elecciones en Colombia dejaron un escenario político polarizado de cara al balotaje del 17 de junio, en el que el electorado se debatirá entre el delfín de Álvaro Uribe, el conservador Iván Duque y el candidato progresista Gustavo Petro. El primer lugar obtenido por el candidato de la derecha demostró una vez más la fortaleza del uribismo en las primeras elecciones celebradas tras el proceso de paz. «Este fenómeno que genera Uribe toca las fibras más retrógradas del país», dice ante NODAL Víctor de Currea Lugo, especialista en conflictos armados y procesos de paz. «En Colombia, cualquier propuesta progresista es igualada inmediatamente con Venezuela. Pero ese manejo mediático que fue acertado muchos años ha tocado techo».

Con el último resultado electoral, ¿cómo queda el mapa político colombiano?

El mapa político colombiano demuestra la irrupción de nuevas fuerzas pero no necesariamente de nuevas ideas políticas. Una parte del país se inclina por el candidato Iván Duque, el vocero de lo que se conoce aquí en Colombia como el uribismo. Un proceso político restrictivo en términos de DDHH, con un carácter neoliberal en lo económico, y en lo social con un altísimo perfil de populismo de derecha. Del otro lado, tenemos el sector de Petro, que no plantea ni siquiera el socialismo, sino que propone simplemente la puesta en práctica del estado social de derecho como lo entiende la Constitución política. Pero incluso banderas de la socialdemocracia en Colombia generan malestar y miedo en ciertas capas, especialmente en los estratos altos de la sociedad. Y hay otros sectores que obedecen a una voz que podría decirse de centro, que no han logrado en todo caso ser concretos en sus propuestas y sus análisis, y cuyo representante es el candidato Sergio Fajardo, que quedó afuera del balotaje. Lo relevante es que los tres sectores ganaron votos en esta última elección.

¿El balotaje entre Duque y Petro confronta dos modelos de país para Colombia? ¿Qué reflexión hace?

El modelo que plantea Duque tiene que ver mucho con el continuismo e incluso con el retroceso. Así lo demuestra cuando éste plantea por ejemplo la fusión de varias cortes en una sola, o cuando señala hacer trizas el proceso de paz, con lo cual estaría volviendo a una situación de guerra. Su presidencia puede significar el regreso a un fenómeno que vivimos con Uribe de ruptura en la independencia de los poderes públicos, lo cual es profundamente grave. En el caso de Petro, él ha planteado desde una Asamblea Constituyente hasta lo que él hizo siendo alcalde de Bogotá que es la implementación de política social. La diferencia en las políticas entre ambos es clara, el problema es que la gente no está votando propuestas sino está votando por impulsos.

La victoria de Duque demuestra la fortaleza de Uribe y la derecha. En ese contexto, ¿cómo se entiende el ascenso de Petro? ¿se ha profundizado la polarización?

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El fenómeno político que genera Uribe es el responsable del triunfo electoral presidencial de 2002 y de 2006. También es el responsable del triunfo de Santos en 2010. Y es el mismo que quedó en segundo lugar en las presidenciales de 2014. Y que logró oponerse a los acuerdos de paz de 2016. Y ahora esa fuerza política pasa a la segunda vuelta. Se trata entonces de un fenómeno político muy fuerte, basado en un gran caudillismo. También es fruto de un manejo simbólico y mediático muy grande pero con la sombra de las violaciones masivas a los DDHH, las detenciones arbitrarias, las desapariciones, los falsos positivos, las masacres, una actitud tolerante con prácticas paramilitares, y una negación permanente del proceso de paz. Este fenómeno que genera Uribe toca las fibras más retrógradas del país, amparadas con sectores religiosos. Se vende así la idea de que cualquier cambio en Colombia será para mal y cualquier propuesta progresista la igualan inmediatamente con Venezuela. Ese manejo mediático fue acertado pero ha tocado techo. Y si las fuerzas progresistas se unen son capaces de derrotar al uribismo en las próximas elecciones.

¿Qué implicancia tuvo haber celebrado las primeras elecciones con las Farc ya desarticuladas?

No sólo las primeras elecciones en paz, sino algunas características que no han tenido eco en los medios y es que el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla más grande de Colombia, dispuso una tregua unilateral para favorecer las elecciones, que no hubo actos de delincuencia común, no hubo ataques a los puestos de votación, hubo algunas quejas sobre fraude pero no hechos de violencia. Sin embargo pese a que se da este fenómeno de elecciones en paz, el país no reconoce eso en las urnas y el candidato Humberto de la Calle, uno de los grandes promotores del proceso de paz, apenas obtuvo 400 mil votos. Y en cambio sí se utilizan las banderas en contra del proceso de paz como acusar a Gustavo Petro de ser parte de la insurgencia, o acusar a Fajardo de ser complaciente con las negociaciones. El problema grave es que Iván Duque ha sido muy claro en que él eliminaría el proceso de paz.


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