Argentina: por la crisis, Macri llamó a acelerar la baja del gasto público y defendió el acuerdo con el FMI

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Fin del «gradualismo»: Macri llamó a acelerar la baja del gasto público

Luego de varias semanas de atravesar una crisis cambiaria, el presidente Mauricio Macri brindó una conferencia de prensa en la Quinta de Olivos en la que aseguró que “la turbulencia fue superada”.

Además, ratificó a su equipo económico, aclaró que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional será “bueno e inteligente” y llamó a todas las fuerzas a un gran acuerdo nacional para bajar el déficit fiscal y la inflación.

Macri convocó a «todos los sectores» a trabajar por «un gran acuerdo» que permita reducir el déficit fiscal, «para crecer» y bajar la inflación y, tras ratificar al equipo económico, admitió que fue «muy optimista» al momento de imponerse metas «altamente positivas», además de negar agendas ocultas con el FMI.

«Tenemos que trabajar entre todos en lograr una reducción del déficit fiscal, para crecer y reducir la inflación. Están todos los sectores convocados», señaló Macri al ser consultado si también estaba dispuesto a establecer un diálogo con representantes del sindicalismo y dirigentes que integran el espacio que encabeza la ex presidenta Cristina Kirchner.

En ese sentido, Macri insistió además que los gobernadores, los legisladores nacionales y el Gobierno tienen que «sentarse alrededor de una mesa» y llegar a soluciones.

«Tenemos que alcanzar un gran acuerdo para ver cómo hacemos para terminar esta historia del déficit fiscal. No podemos seguir con parches y mentiras», subrayó el titular del Poder Ejecutivo Nacional.

«La autocrítica que tengo que hacerme es que fui muy optimista y me puse metas altamente positivas. Sentí que eso era lo que ameritaba la situación del país, que hace dos años y medio no estaba para un gran ajuste, pero tampoco podía continuar como se lo venía administrando», apuntó el jefe de Estado.

El Presidente destacó el «enorme esfuerzo que han hecho los argentinos en este tiempo, con lo cual se evitó -aseguró- una crisis similar a la del 2001».

Y agregó: «Hoy estamos en una posición más sólida, pero con el mismo problema de fondo, que es el déficit fiscal. Pero tenemos otra experiencia y estamos lejos de repetir una crisis como la que vivimos en otros años».

Sin embargo, sostuvo que el «objetivo fundamental» de su gobierno «sigue siendo bajar la inflación», aunque «sin metas tan ambiciosas», ya que «tiene que ser algo que tenga coherencia con la reducción del déficit fiscal».

Además, ratificó la continuidad de su equipo económico, al estimar que actuó con «seriedad y profesionalismo», y evaluó que encaró «una negociación «profesional y técnica» con el FMI.

Y aclaró: «No nos va a condicionar el FMI. Ellos no se meten con nuestra legislación ni con el tipo de cambio. Acá no existen agendas ni negociaciones ocultas».

Por último, remarcó que «las retenciones no funcionaron». A la vez que propuso «cobrar impuestos inteligentes y que generen trabajo y no que lo destruyan».

Tiempo Argentino


El Fondo Monetario revisará la pauta de crecimiento del país este año

En sintonía con el diagnóstico del Gobierno, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipó que revisará su pronóstico de crecimiento del 2% para la Argentina para este año debido al azote financiero que sufrió el país en las últimas semanas, que forzó una devaluación del peso y un ajuste fiscal y obligó al Banco Central (BCRA) a subir la tasa de interés.

Alejandro Werner, director del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo, dijo que la «intensificación» de las tensiones financieras que sufrió la Argentina durante las últimas semanas iban a «alterar» la perspectiva macroeconómica del organismo para el país, aunque aún era prematuro decir en qué magnitud. «La intensificación de las tensiones financieras en la Argentina en las últimas semanas va a alterar nuestra perspectiva macroeconómica», dijo Werner.

«A esta altura, es demasiado pronto para decir cómo se verá afectado el marco macro hasta tanto tengamos más claridad sobre cómo terminarán redefiniendo las autoridades el conjunto de políticas, después del gran impacto que atravesaron en las últimas tres semanas», agregó. El último pronóstico del Fondo Monetario, presentado hace apenas un mes, preveía un crecimiento de la economía del 2% para este año y del 3,2% para 2019, un panorama que, ya en ese momento, era más pesimista que el del Gobierno. Además, el FMI pronosticó una inflación unas décimas por debajo del 20% al cierre de este año, casi cinco puntos por encima de la meta oficial del 15%, deshilachada luego de dos meses en los que la suba de precios fue más alta de lo previsto.

La Nación


De cómo confundir los deseos con la realidad

No hubo corrida.” El presidente del Banco Central, Federico Stuzenegger, cerró ayer su conferencia de prensa con esa frase. Las declaraciones del funcionario siguen confundiendo deseos con realidad. Dijo que hubo volatilidad financiera pero que “el temporal ya pasó”. También afirmó que “la inflación viene en baja, y la de mayo será menor a la de abril”. No mostró preocupación por el próximo vencimiento de las Lebac, pese a que la autoridad monetaria deberá renovar a mitad de junio letras por otros 630 mil millones de pesos. Planteó que el balance contable del organismo salió fortalecido en las últimas semanas por la devaluación. Pero no tuvo en cuenta que se perdieron casi 10.000 millones de dólares en reservas, se ofrecieron contratos de futuro por debajo del valor actual del mercado y que el incremento de la tasa a 40 por ciento lo obliga a pagar 20.000 millones de pesos en intereses el próximo mes.

“Ahora el foco del Banco Central es encauzar el proceso de inflación”, dijo Sturzenegger. “El mensaje del mercado en las últimas semanas nos ha hecho reflexionar y cambiar algunas cosas. Después de haber pasado el momento de turbulencia, reordenar el proceso de inflación vuelve a ser el objetivo de esta institución”. La declaración, que en 2016 podría haber tenido algún tipo de sentido tras la suba del dólar por la unificación del tipo de cambio, no tiene justificativo a mediados de 2018. La autoridad monetaria había dicho desde el día uno de su mandato que la prioridad iba a ser encauzar la inflación. Pero en 2016 los precios subieron 41 por ciento, en 2017 se elevaron 25 y este año algunas consultoras recalcularon la inflación para ubicarla por arriba del 30. Los precios en los últimos dos años y medio ya acumularon una suba de casi 100 por ciento. ¿Ahora sí va a bajar?

“Una política monetaria restrictiva (altas tasas de interés) es el mecanismo que permitirá que la economía se pueda acomodar a la nueva realidad internacional sin verse afectado el proceso de desinflación. El tipo de cambio flotante es el instrumento más idóneo para enfrentar vaivenes sin que la actividad económica se vea afectada”, planteó el titular del Central. El funcionario volvió a hablar de tipo de cambio flexible, mientras la autoridad monetaria mantiene fija una oferta de 5000 millones de dólares a 25 pesos para evitar que la divisa se dispare por encima de ese precio. La política cambiaria de las últimas semanas no tuvo nada que ver con la idea original del Central, en la cual el mercado le ponía libremente un precio a la divisa. Desde el 5 de marzo la entidad ya sacrificó cerca de 10.000 millones de dólares para moderar la suba del tipo de cambio y evitar un desborde en materia inflacionaria. ¿Ahora sí va a flotar?

“Nuestros modelos en abril nos daban, y nos siguen dando, una baja en la tasa de inflación”, desafío Sturzenegger. Aclaró que cuando el mercado empezó a mover el tipo de cambio de manera más acelerada, “se volvió más evidente que los inversores no nos estaban creyendo”. “Fue el propio mercado el que de alguna manera nos dijo esto (esta tasa) no es suficiente y nos indujo a ajustar en las últimas semanas. Ese mensaje el mercado no lo había expresado con tanta claridad. Y uno tiene que tener la humildad de escuchar lo que nos está diciendo”, insistió. Esta fue la forma que encontró el titular del Central para justificar que subió la tasa para bajar la expectativa de inflación y no para tentar a los fondos internacionales a seguir especulando en la Argentina. Ante la insistencia de la prensa, aseguró también que este año se cumplirá la meta de 15 por ciento de inflación y que la entidad no la pone de ninguna manera en duda.

“Corrida no hubo. Es muy importante ser muy claros. El Banco Central es muy transparente. Hemos tenido una turbulencia, alguna volatilidad, por supuesto. Pero lo otro no”, planteó Sturzenegger. No es claro. Los fondos del exterior vendieron sus Lebac por 200 mil millones de pesos y se fueron del país con un dólar en torno a los 21 pesos. Ahora algunos empezaron a volver con un dólar cerca de 25 pesos y casi el doble de tasa de interés en pesos. Economistas de distintas corrientes, a contramano de lo que plantea el presidente del Central, aseguran que en las últimas semanas se registró una de las mayores corridas cambiarias de la historia local. Eso obligó a la autoridad monetaria a sacrificar reservas con picos diarios de 1472 millones de dólares.

El presidente del BCRA aseguró que el Central salió fortalecido en materia de su balance contable en las últimas semanas. “El stock de Lebac y otros pasivos cayó un 2,5 por ciento del Producto Bruto Interno desde febrero de este año como contrapartida de la venta de reservas”, aseguró. Agregó que la banca es sólida y no muestra ningún síntoma de crisis. “Los depósitos a plazo, tanto en pesos como en dólares, se mantienen estables y no mostraron impacto ante un contexto de mayor volatilidad. El sistema financiero argentino se mantiene sólido, y los márgenes de liquidez y solvencia continúan elevados”, cerró.

Página|12


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