De Uruguay a la Nasa: Valentina Oundjian, de 12 años, becada para el Campamento Espacial

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De Malvín a la NASA en un click

Cuando Valentina Oundjian se despierta cada mañana, lo primero que ve es la superficie rojiza de Marte o el Apollo 11, misión que se sabe de memoria. Esas imágenes del espacio son dos de las muchas que cuelgan de carteleras en la habitación de esta niña de 12 años que reside en Malvín.

Valentina está en primer año del Liceo Francés, sueña con ser astrofísica y trabajar en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA). «Siempre está investigando y buscando artículos relacionados a las ciencias y el espacio», cuenta a El País Valeria, su madre.

Esa curiosidad es la que en parte explica cómo esta niña uruguaya creyó en su proyecto y en el mes de julio viajará a la NASA.

Era un día cualquiera y Valentina miraba videos en YouTube. «Estaba viendo entrevistas a astronautas y me encontré con una chica que se llama Alyssa Carson, a quien la NASA está preparando para viajar a Marte», recuerda.

Allí, mirando YouTube, comenzó todo. «Me entretuve y empecé a ver pila de entrevistas de Alyssa Carson. En una de ellas, su padre sale diciendo que todo esto de que la NASA la llamó empezó con un campamento, el Space Camp (Campamento Espacial)».

Un par de clicks y Valentina ya había encontrado la página web del campamento: «Empecé a averiguar y le dije a mi mamá: Mirá este campamento, está re bueno, yo quiero ir ahí».

El evento se realiza cada año en Huntsville, Alabama, Estados Unidos.

«Empezamos a averiguar si había becas. Y sí, había becas», recuerda. En ese momento la decisión ya estaba tomada: iba a participar. Solo necesitaba presentar un proyecto científico, enviar algunas fotos, dos cartas de recomendación de su centro de estudios y contestar unas preguntas.

Sus padres la ayudaron desde el principio, pero tampoco fue tan fácil: «No se me ocurría nada y recién a lo último se me ocurrió hacer un pasteurizador de agua de lluvia», señala.

¿En qué consiste el proyecto? Valentina explica que la idea es que el agua de lluvia caiga en un recipiente, pase por un caño en el que permanece hasta llegar a los 65°C y es entonces cuando se pasteuriza, «queda libre de bacterias y gérmenes y se puede tomar».

Armar el proyecto le llevó dos meses y en enero, dos semanas antes de que venciera el plazo para presentarse a la beca, lo envió. Hace pocas semanas llegó un mail a la casilla de correo de su madre. Era de la NASA.

«Nos mandaron un mail, mi madre lo recibió a las tres de la tarde, y yo salía del liceo a las 4. Yo no lo abrí, me dijo. ¿Cómo no lo abriste?, le pregunté. Entonces llegamos a casa y nos sentamos en el sillón con mi padre y mi madre».

Cuando lo abrieron, vieron que el mail estaba en inglés. «Mis padres no saben inglés. Yo leí la primera palabra: Congratulations (felicitaciones)», cuenta Valentina.

Siguió leyendo para sí y empezó a gritar: «¡No lo puedo creer!». Los padres le preguntaron qué decía y entonces Valentina lo tradujo: «Había ganado la beca. Nos pusimos a llorar abrazados los tres. No podíamos creerlo. Estábamos súper contentos.»

«Por un lado no me lo esperaba porque concursé con personas más grandes y de Estados Unidos, pero a la vez me lo esperaba porque creía en mi proyecto», dice.

«Mis compañeros del liceo no podían creerlo. Esa misma noche que me avisaron llamé a una amiga y no se podía dormir. Aparte de que mis amigos no sabían que me había presentado, yo no les conté nada, entonces no podían creerlo».

El día D.

Valentina participará del Campamento Espacial desde el 29 julio al 3 agosto.

Esa semana vivirá como lo hacen los astronautas y podrá aprender todo sobre la vida en el Espacio. Ni más ni menos, lo que viene soñando desde hace tiempo.

Los participantes del campamento, que llegarán de distintos países, tendrán acceso a simuladores que los harán experimentar los entrenamientos de los astronautas, podrán vivir como lo hacen quienes están en la Estación Espacial Internacional y conocerán los detalles del cohete que dentro de unos años se espera lleve al primer grupo de seres humanos a Marte. A este campamento llegan cada año niños y adultos de más de 120 países.

El primer uruguayo en ser becado para el campamento de la NASA fue Joaquín Cortacans, un estudiante de 15 años de Fray Bentos que vivió la experiencia en el año 2016.

Valentina afirma que cuando vuelva de Estados Unidos no quiere que el campamento sea un recuerdo sin más: «Me gustaría seguir yendo a cursos, a charlas, a otros campamentos. Me gustaría seguir aprendiendo del tema y no quedarme con lo de este campamento y esperar a ser grande», dice. Y añade: «Averiguamos y acá en Uruguay no hay carrera de astrofísica, entonces me gustaría mucho, de grande, poder ir a estudiar a otro país. Estados Unidos o Francia, por ejemplo».

El sueño de viajar a Marte

Alyssa Carson es una estadounidense de 17 años que desde pequeña sueña con viajar a Marte. En 2008 asistió al campamento espacial y desde entonces se sigue especializando y se perfila como candidata para participar en la primera expedición al planeta rojo.

El País


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