Chile: más cambios y renuncias en la Iglesia católica acentúan la crisis

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Obispo de San Bernardo sucede a Goic en consejo contra los abusos

El caso de la llamada “cofradía”, que mantiene suspendidos a 14 religiosos de la diócesis de Rancagua, caló tan hondo en el obispo Alejandro Goic, que este decidió presentar su renuncia indeclinable, según dijo en una entrevista a La Tercera, al Consejo Nacional de Prevención de Abusos de la Iglesia Católica, instancia que presidió desde su creación, en 2011, después de que estallara públicamente el caso Karadima. En su puesto se designó al obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, quien también integraba la entidad.

La renuncia fue aceptada por la Conferencia Episcopal (Cech), que mediante un comunicado agradeció ayer la labor de Goic Karmelic: “Ha trabajado incansablemente, junto a un selecto equipo de profesionales, para adoptar todas las medidas necesarias que permitan erradicar de la vida de la Iglesia el abuso sexual de menores y todo tipo de abuso de poder”, se señaló en el documento.

El obispo de Rancagua renunció al consejo, pues explicó que quiere dedicarse por completo a resolver la crisis de su diócesis. Estas razones fueron acogidas por el episcopado. “Comprendemos que las actuales necesidades y dificultades que han ocurrido en la diócesis que pastorea han hecho necesaria esta determinación”, expresó el comunicado.

Alejandro Goic presentó su renuncia el viernes ante el Comité Permanente de la Cech, que “luego de deliberar sobre las razones aducidas y dialogar con él, ha procedido a aceptarla con fecha 26 de mayo del presente año”, se indicó.

Interinato

El obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, asumió como presidente interno del consejo, en el que trabajó junto al obispo Goic desde su creación, en 2011.Agradeció el trabajo de su antecesor, destacando que “él fue muy entregado y se dedicó por completo a esto, junto con sus actividades sacerdotales. Ese trabajo, en el que también hubo otras personas, fue vital para desarrollar las normas que hoy permiten acoger a las víctimas y mejorar todo el proceso de reparación”, dijo González, en alusión al documento “Cuidado y Esperanza”, que promulgó el consejo al alero de Goic.

Sobre el trabajo de Goic, indicó que este “fue esencial de múltiples maneras para desarrollar y mejorar el trabajo de prevención de abuso en menores por parte de personas del clero”.“Su partida es algo que duele también por lo querido que es él, pero comprendo que ahora necesite dedicarse completamente a su diócesis”, agregó el prelado de San Bernardo.

Respecto de la política que se seguirá, González sostuvo que el objetivo es “reforzar el trabajo de prevención y de personas comprometidas en esta vital tarea. Medidas como, por ejemplo, los más de 20 mil monitores capacitados durante el año pasado, a lo largo de todas las diócesis del país, para enfrentar este flagelo”, dijo.

El episodio en Iquique con Barros

Durante la visita del Papa a Chile, el obispo Juan Ignacio González se refirió al caso de su par de Osorno, Juan Barros, sindicado por algunas víctimas como eventual encubridor de Karadima. “Mientras no haya pruebas, nadie puede acusar”, dijo. En Iquique incluso se vio envuelto en un entrevero con la prensa, tras la insistencia de un reportero. Posteriormente, ofreció disculpas y explicó todo el episodio como “un acto de caridad”.

La Tercera


Víctimas de Karadima rechazan que González integre consejo contra abusos

Molestia causó entre las víctimas de Fernando Karadima, la decisión de la Conferencia Episcopal de nombrar al arzobispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, como reemplazante de monseñor Alejandro Goic en el Consejo de Prevención de Abusos.

A través de sus redes sociales, Juan Carlos Cruz aseguró que González fue una de las personas que formó parte del círculo de protección del Obispo de Osorno Juan Barros: “Con razón el Papa los echó a todos, no entienden nada. Ojalá que se empiecen a aceptar las renuncias luego, ¡vayanse!”, señaló el periodista.

Por su parte, José Andrés Murillo, lo calificó como “un tipo con la empatía de piedra, prepotente, despectivo y con una historia turbia durante la dictadura. Muy mal, que se vayan todos los Obispos”, sostuvo.

Respecto de su salida, Goic recalcó que se debe, exclusivamente, para poder dedicarse a tiempo completo a resolver la crisis que afecta a su diócesis.

Por su parte, el obispo auxiliar de Santiago, Fernando Ramos, planteó que la situación de la Iglesia en Rancagua exige la presencia “total” de Goic, por lo que su renuncia al Consejo era lo que el obispo debía realizar.

“La situación que se está viviendo en su Iglesia exige su presencia total. Creemos que era lo que tenía que hacer. De manera que se produjo esta situación en la que él mismo reconoce que no actuó con la suficiente celeridad para enfrentar esto y que él pide disculpas y perdón por no haberlo hecho con la velocidad que correspondía”, dijo.

En tanto, el vocero de los Laicos de Chile, Gustavo Madrid, planteó que el gesto del eclesiástico es un acto de humildad para el resto de los obispos.

“Que él renuncie tiene el lado positivo de que está dando una señal a los obispos. Claro, nosotros los laicos estamos buscando a alguien que nos represente y queremos que siga ahí, pero él va a seguir ligado a los laicos”, sostuvo.

La Fiscalía de Rancagua ha iniciado una investigación para determinar si existen o no ilícitos en el comportamiento de los sacerdotes. Al respecto el fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias, señaló que se perseguirá a los responsables independiente de su cargo.

“En relación a una causa formalizada todos sabemos que no puedo referirme al contenido preciso de aquello, pero sí está esta diligencia que es de naturaleza pública. Lo que puedo señalar al respecto es que él fue citado, de un día para otro, y fue bastante larga la declaración ante un fiscal especializado en delitos sexuales. Duró aproximadamente tres horas y entregó la información que le solicitamos y hubo otra información que accedió a entregarla con posterioridad”.

Arias detalló que se están realizando diligencias sobre los cómplices y los encubridores, siendo estos últimos los que podrían recibir una pena en dos grados mejor a la de quien realiza el delito.

Junto con eso agregó que “lo peligroso del encubrimiento en organización es que se puede convertir en un favor” y añadió, además, que “no habrá una decisión autónoma, será una que se dará en tribunales”.

Esta decisión se toma luego de la renuncia del Obispo de Rancagua Alejandro Goic, luego del escándalo desatado en su diócesis, conocido como “la Cofradía” donde un grupo de sacerdotes se protegió para ocultar una serie de prácticas de índole sexual.

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