Argentina solicitará al FMI un crédito stand-by, el que impone más condiciones

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La peor forma de volver al Fondo Monetario

Argentina solicitará al Fondo Monetario Internacional un tradicional crédito stand-by donde el desembolso de los recursos está sujeto al cumplimiento de condicionalidades. Ajuste fiscal y reformas estructurales son algunas de las medidas habituales a las que se deben comprometer los países que acceden a ese tipo de financiamiento. La entrega de los dólares se realiza en cuotas que dependerán del visto bueno del staff del FMI que realice las supervisiones. Las precisiones sobre el tipo de préstamo que pretende obtener la Casa Rosada llegaron desde la sede del organismo multilateral en Washington a donde viajó el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne. Iraq, Jamaica y Kenya son los únicos países del mundo que mantienen abiertas hoy líneas stand-by con el FMI.

Finalizado el primer round con el Director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, los funcionarios informaron que las negociaciones se extenderán, por lo menos, durante las próximas seis semanas. La mandamás del organismo, Christine Lagarde, recibirá hoy a Dujovne para avanzar en los detalles del préstamo. Como parte de la estrategia oficial para garantizarse los votos en el Directorio del FMI, el funcionario visitará antes a David Malpass, subsecretario de asuntos internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Con el visto bueno norteamericano y el beneplácito chino, Argentina se garantizaría acceder al fondeo incluso si países de peso como Alemania presentan reparos en el último tramo del debate, que llegará recién a mediados de junio.

Los préstamos stand-by permiten solicitar un monto equivalente a 4,35 veces la cuota del país en el FMI a lo largo de tres años. Con esa regla Argentina podría solicitar cerca de 19.700 millones de dólares, una cifra equivalente a dos veces las reservas del Banco Central entregadas al mercado durante toda la corrida cambiaria. Pero el Ministerio de Hacienda informó, sin embargo, que el país solicitará un “stand-by de alto acceso”. Esa categoría forma parte de los denominados acuerdos precautorios que, según el FMI, ofrecen “servicio de aseguramiento frente a necesidades de financiamiento potenciales muy cuantiosas”. De acuerdo al organismo esos créditos se emplean cuando los países “no tienen intención de utilizar los montos aprobados, pero conservan la opción si llegaran a necesitarlo”.

Entre los criterios oficiales previstos por el Fondo, también existen los de “acceso excepcional” que no tienen montos preestablecidos. “El FMI puede prestar fondos por encima de los límites normales según cada caso en el marco de su política de acceso excepcional, que implica un análisis más riguroso por parte del Directorio Ejecutivo”, explica el organismo multilateral.

Grecia a partir de 2010 experimentó los criterios de “acceso excepcional”. No son los únicos. Islandia, Ucrania y Hungría también recibieron ese tratamiento. Los tres países fueron los primeros en acordar paquetes de salvataje con los criterios excepcionales durante el estallido de la crisis financiera internacional cuando, según afirma el Fondo, relajaba sus exigencias. Las autoridades húngaras recibieron 15.700 millones en 2008. A cambio de ese fondeo al que también aportaron la Unión Europea y el Banco Mundial, el gobierno se comprometió a recortar gastos sociales y congelar salarios públicos y subir las tasas de interés.

Cuando se apruebe el acuerdo será el decimonoveno crédito stand-by solicitado por el país en sesenta años. El primero lo solicitó el gobierno de facto de Eugenio Aramburu en diciembre de 1958. El último se había pedido en 2003 durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Todos los créditos incluyeron combinaciones de las habituales condicionalidades previstas por el FMI: recorte del gasto público, ajuste monetario, desregulación financiera, apertura comercial, flexibilización laboral y reformas de los sistemas de la seguridad social. Son los mismos lineamientos que figuran en los documentos sobre el país elaborados por los técnicos del FMI a lo largo de los últimos dos años. Existen líneas “menos” exigentes en materia de ajuste pero a pesar de los esfuerzos oficiales a la hora de llevar adelante reformas estructurales, Argentina no calificaría a esos créditos que hoy cuentan países como México y Marruecos.

Las condicionalidades -cuantitativas y estructurales- no son impuestas por el FMI sino que son negociadas con los técnicos del organismo. Una vez acordada la magnitud y el recorrido que tendrá el ajuste, el staff presentará un reporte ante el Directorio del FMI que deberá dar el visto bueno para habilitar los desembolsos. “Cuando un país solicita un préstamo al FMI, acuerda ajustar sus políticas económicas para superar los problemas que lo llevaron a tener que pedir financiamiento en primer lugar”, explica el organismo internacional al precisar que “estos compromisos, incluida la condicionalidad específica, se describen en la carta de intención del país miembro que a menudo contiene un memorando de políticas económicas y financieras”.

En los préstamos stand-by los desembolsos acordados están sujetos al cumplimiento de las condicionalidades y la implementación de esos compromisos es revisada por el FMI de forma periódica. Los plazos para esas evaluaciones se definen “en función de la solidez de las políticas del país y la naturaleza de sus necesidades de financiamiento”. Por ejemplo, el Blindaje contempló auditorias y revisiones trimestrales. La devolución de los recursos solicitados vence dentro de los cinco años de recibido cada desembolso.

Página 12


Mauricio Macri recibe a gobernadores peronistas para discutir sobre el acuerdo con el FMI

Una foto, un gesto y un guiño político en medio de la turbulencia que generó la tensión económica que obligó al Gobierno a solicitar una asistencia financiera al FMI. El presidente Mauricio Macri convocó a un grupo de gobernadores peronistas para analizar –desde el mediodía y en Casa Rosada- la situación financiera del país.

El cordobés Juan Schiaretti, el misionero Hugo Passalacqua, el entrerriano Gustavo Bordet y el tucumano Juan Manzur ya confirmaron su presencia. El salteño Juan Manuel Urtubey también fue invitado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pero ya avisó que no concurrirá: está de licencia hasta el domingo por su reciente paternidad. A último momento se extendió la convocatoria hacia Domingo Peppo (Chaco), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Sergio Uñac (San Juan).

A diferencia de las posiciones que expresaron los diputados nacionales durante la extensa sesión especial en donde el proyecto opositor para frenar la suba de tarifas logró media sanción, los mandatarios provinciales, casi en su totalidad, fueron muy cautelosos y evitaron referirse al momento económico que atraviesa la Argentina.

«A los gobernadores peronistas tampoco les conviene que todo se caiga. Imagínate que estamos endeudados en dólares con los créditos internacionales», analizó un funcionario de la provincia de Entre Ríos ante la consulta de Infobae.

Es más, el propio Bordet planteó ayer que «no son momentos sencillos los que nos tocan atravesar: hay inestabilidad financiera y hay preocupación en la estructura de costos por la suba de tarifas, pero nosotros tenemos que resolver los problemas, ponernos al frente de las situaciones, acompañar a nuestros productores e industriales, y pensar que hay ideas para resolver las situaciones que se nos presentan».

«En este camino, la única forma de sortear los obstáculos es trabajando en conjunto, independientemente del pensamiento político que podamos tener en los distintos estamentos del gobierno», expresó el mandatario en el marco del evento Avícola 2018 que se desarrolla en el Centro Costa Salguero.

Según advirtieron desde Casa Rosada, la idea del encuentro es replicar de manera interna el respaldo que logró Macri en el marco de su política exterior por parte de países como Estados Unidos, Japón, Chile, España y Brasil.

Pero la convocatoria hacia los gobernadores, por lo menos en una primera instancia, es acotada. «A nosotros no nos llamaron, y la verdad es que tampoco queremos que nos llamen ahora para la foto y para repartir el costo político. La situación es muy delicada; (Miguel) Lifschitz llamó a que la oposición no empeore la situación. Nosotros estamos dispuestos a colaborar, pero no así», señaló a Infobae un funcionario de Santa Fe.

En declaraciones a La Capital, el mandatario provincial sentenció: «Frente a una situación como la actual hay que ser muy responsables. El gobierno nacional debería bajar un poco el pie del acelerador, asumir alguna autocrítica y establecer un marco de diálogo con la oposición, que también tiene que actuar con prudencia».

Tampoco fueron convocados los gobernadores oficialistas como Alfredo Cornejo (Mendoza) o Gerardo Morales (Jujuy). Ambos mandatarios mantienen una agenda de actividades en sus respectivas provincias. Tampoco María Eugenia Vidal (Buenos Aires) ni Horacio Rodríguez Larreta (CABA). Todo ellos ya tuvieron gestos con Macri: en medio de la tormenta, ratificaron la política económica de Cambiemos el lunes, un día antes del anuncio de asistencia financiera al FMI.

Infobae

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