México: piden que el 1 por ciento del PBI se invierta en Ciencia y Tecnología
San Luis Potosí marcha por la ciencia y la tecnología
Con una marcha pacífica que se dio en una de las avenidas principales de la capital, grupos de científicos del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) y de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), así como miembros de grupos de divulgación científica del estado y personal del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología, proclamaban consignas a favor de más ciencia y menos corrupción, buscando que la sociedad civil comprenda que la ciencia es una necesidad y no un lujo.
Para Fernanda Ruiz Villegas, química de formación y estudiante del doctorado en nanociencias y materiales del Ipicyt, la divulgación científica —principal herramienta con que se hicieron notar los científicos del estado durante la marcha— es un asunto de retribución social necesario.
“Nosotros (las y los científicos) estamos aprendiendo y creo que es súper importante compartir ese conocimiento con la gente contagiando ese ‘gusanito’ de pasión por la ciencia. Una quiere que a todo mundo le guste la ciencia pero eso no siempre es posible, pero si yo puedo contagiarle a alguien ese gusto, ¿por qué no hacerlo? Si yo aprendí algo, qué padre sería poder compartirlo con otros y que la gente se quede reflexionando para ver más allá”, dice en entrevista.
Para la también becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y miembro del grupo de divulgación científica PRISMATIC, el solo hecho de ser científica y poseer una beca de financiamiento público implica necesariamente una retribución social a través de compartir el conocimiento, a la vez que el científico ha de tener en cuenta que su labor también es aprender a expresarse ante cualquier público, ante una labor que es social y cultural, algo que para Rolando Martínez Ramírez, estudiante de la licenciatura en física de la UASLP, le queda muy claro también.
“La ciencia es cultura a final de cuentas. Hay varios motivos sobre por qué hacer esto y uno de ellos es para acercarnos con los jóvenes y alentarlos para que estudien alguna carrera en ciencias porque pasa que la gente ve la ciencia como algo abstracto y complicado. Pero eso tiene que cambiar. Nuestro objetivo es mostrarles que no es así; que vean esto de una forma más natural y que se den cuenta de que en su vida diaria siempre están utilizando la ciencia de algún modo”, afirma el también miembro fundador del grupo de divulgación llamado La Tuna Cuántica.
Otra de los aspectos más interesantes ha sido la presencia de grupos como los del Centro de Inclusión Tecnológica y Científica, A.C. (Citeci) que a través de programas de educación tecnológica en escuelas de escasos recursos y con estudiantes con barreras de aprendizaje, le apuestan a la cultura de la ciencia con grupos en los que poco se invierte desde el gobierno en términos de educación científica, como comenta en entrevista Diego Armando Ruiz Tristán, licenciado en pedagogía y miembro fundador del grupo.
“Queremos crear conciencia de que la ciencia es importante para el desarrollo de los países. Creo que si se invierte más en este tipo de actividades cambiaríamos la visión de nuestro mundo. Tratamos de que las niñas sepan que la ciencia también es para ellas, además de que trabajamos con niños con barreras de aprendizaje a través de la robótica educativa, de modo que un niño con síndrome de Down, atención dispersa, autismo u Asperger pueda involucrarse de manera divertida mientras genera un interés por esta tecnología”.
Para Hugo Alberto Jasso Villarreal, docente en la Escuela Secundaria Técnica Núm. 66, y que posee un posgrado en astronomía mientras administra un proyecto de radioastronomía y astronomía apoyado por el Conacyt, la cuestión de la divulgación científica también es algo político, puesto que los países más avanzados son aquellos que han invertido en ciencia y tecnología.
Para el investigador, es necesario tener políticas claras en temas prioritarios de ciencia y tecnología, así como impulsar los consejos estatales y municipales competentes. Pero eso no se logrará, afirma, sin la voluntad de la comunidad científica para involucrarse con la sociedad más a fondo a través de la divulgación científica.
“Primero tenemos que convencernos nosotros mismos, como científicos, porque me ha tocado ver que es incluso difícil hacer divulgación hacia la misma comunidad científica. A veces la comunidad científica no entiende que se debe a la gente, y que el producto final de la investigación debe ser elevar la calidad de vida de la población con los descubrimientos y la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica”.
Para él —igual que para muchos de los investigadores participantes en la marcha—, también se vuelve necesario tener personas en puestos políticos con capacidad de toma de decisiones que entiendan la importancia de la ciencia y la tecnología en el país. Algo que en Estados Unidos es cada vez más notorio y donde científicos ya buscan puestos de poder y representación popular en estados como Texas o California.
Sin embargo, el trabajo tiene que empezar por algún lado si se quiere lograr un cambio, y para jóvenes científicos como Fernanda Ruiz Villegas, candidata a doctora en nanociencias y materiales por el Ipicyt, lo primero es crear conciencia en la sociedad.
“La gente no comprende para qué le sirve la ciencia, y además tiene paradigmas y miedos hacia la persona del científico. Entonces, si no combatimos esos paradigmas, la gente no va a entender por qué es importante la ciencia, y no le va a exigir al gobierno para que invierta en ello. Así que lo primero es romper paradigmas y eso se hace con la divulgación científica. Si nosotros les acercamos la ciencia, la gente se va a interesar”.
Por lo pronto, el futuro de la ciencia en el estado y en el país será definido por la constancia y esfuerzo que la comunidad científica invierta no solo en la investigación, sino también en la socialización del conocimiento a través de la divulgación, así como por su participación política de la mano con la población, aprendiendo juntos que la ciencia puede trazar un camino luminoso hacia un mejor mañana.
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