Lindbergh Farias, líder del PT en el Senado de Brasil: «No vamos a aceptar que saquen a Lula de las elecciones»

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Entrevista a Lindbergh Farias, líder del PT en el Senado de Brasil

Por Cecilia Escudero, de la redacción de NODAL 

Lindbergh Farias lidera en el Senado brasileño la bancada del Partido de los Trabajadores (PT), la formación política que fundó Lula en los ochenta y que lo llevó al poder en dos ocasiones. Ahora, el líder más emblemático de Brasil vive sus horas más duras, y Farias denuncia en esta entrevista de NODAL las maniobras ilegales de un “gobierno golpista” para borrar del mapa al primer presidente de la clase trabajadora en el gigante sudamericano.

El fallo del Tribunal Supremo contra Lula y la inmediata orden de detención del juez Moro desató una verdadera crisis en el país, ¿cuál es su lectura?

Es la profundización del golpe, con el espectáculo de la prisión del mayor líder popular de este país, en un momento en que Lula encabeza todas las encuestas electorales. Se confirma el compromiso político-partidario de sectores del sistema judicial, orquestados por las empresas de comunicación, especialmente por la Red Globo, con el objetivo de sacar a Lula de las elecciones y favorecer a un candidato de la derecha golpista. El último fallo del Tribunal Supremo contra Lula hirió la Constitución brasileña. Es necesario resaltar que la prisión en segunda instancia es ilegal. Además, hubo una maniobra política explícita por parte de la presidenta del tribunal, la ministra Carmem Lucia, para perjudicar a Lula, y que fue denunciada durante la sesión.

¿Cómo afecta al futuro político de Brasil si Lula no puede presentarse en las próximas elecciones? ¿Qué hará el PT?

Lula es inocente y vamos a mantener su candidatura. Vamos a confirmarla en la Convención del PT y registrarla el 15 de agosto, conforme a la legislación electoral. El gobierno golpista es un fracaso, una coalición de neoliberales, fascistas y corruptos de varios matices, atascado hasta el cuello por escándalos y que tiene sólo el 5% de aprobación. Su legado es el cada vez más creciente desempleo, la dilapidación del patrimonio nacional, la incapacidad de enfrentar la crisis económica y la destrucción de los derechos del pueblo trabajador para atender a los intereses del capital financiero. El pueblo brasileño tiene nostalgia del gobierno de Lula, del crecimiento económico, de la generación de oportunidades, del aumento real del salario mínimo, de las inversiones en educación y salud. El intento de sacar a Lula de las elecciones, de manera ilegal, es una violencia extrema y nosotros no vamos a aceptarla.

Recientemente, un general retirado llegó a sugerir un golpe de Estado si Lula no era encarcelado. Tras el fin de la dictadura en 1985, ¿los militares vuelven a ser un factor de poder en Brasil?

El golpe contra la presidenta Dilma abrió la caja de Pandora. Un gobierno ilegítimo, un líder popular perseguido por la Justicia y por milicias fascistas, una concejala defensora de los derechos humanos brutalmente ejecutada en la segunda ciudad más grande del país, todo generó un caldo de cultivo propicio para la ascensión de la extrema derecha. Las declaraciones de los militares son otro ejemplo de este cuadro: la crisis política y económica, el caos en las instituciones, la democracia en ruinas abren el espacio para que las leyes no sean respetadas, para que sectores de las Fuerzas Armadas se juzguen en el derecho de chantajear un poder de la República o incluso ensayar bravatas autoritarias. Son tiempos sombríos en nuestra patria.

La crisis política parece no tener fin en medio de escándalos de corrupción y creciente violencia, ¿cómo se sale?

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La salida a la crisis brasileña está en la reanudación del crecimiento económico. Es necesario romper con la política de austeridad fiscal, el recetario neoliberal llevó al país a la bancarrota. Necesitamos retomar las políticas sociales, invertir para generar empleo y mover el mercado interno, ampliar los servicios públicos, reconstruir la industria nacional, hacer que los más ricos paguen más impuestos, en suma, construir un nuevo pacto social basado en el combate a las desigualdades y la ampliación de los derechos. Lula gobernó este país por 8 años y mostró cómo se gobierna para los más pobres, cómo se construye una agenda ciudadana. Es este legado que reivindicamos para enfrentar la crisis. Y es la memoria del pueblo del tiempo en que el PT gobernaba el país que coloca a Lula como líder en todas las encuestas. La derecha no tiene nada que presentar salvo el ajuste fiscal, el recorte de inversiones y el aumento de la represión; deseamos retomar un ciclo de esperanza y de conquistas que fue brutalmente interrumpido por los dueños del dinero.


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