La lucha por la tierra y el territorio – Por Conamuri, especial para Nodal
*Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas de Paraguay
Este momento que está viviendo Paraguay con todo el proceso electoral viene a solapar algunas de las necesidades muy sentidas, principalmente en el campo. El campesinado y el pueblo indígena, las reivindicaciones que levantamos desde este sector estuvieron prácticamente ausentes de los discursos de los candidatos a la presidencia y en los debates sobre el nuevo órgano legislativo con supuestos nuevos integrantes. Casi no se han emitido opiniones sobre el tema central que nosotras y nosotros consideramos: la tierra y el territorio, por lo que no se ha podido palpar de manera contundente algún compromiso por quienes se han postulado a la presidencia.
Entendemos, que la tierra es la que se puede medir y comprar… Una parcela, un lote, individual, está mercantilizada. En cambio, el territorio hace referencia a una zona con todo lo que hay en ella, agua, bosques, campos, animales, plantas, personas, naturaleza y cultura… Lo que para nosotros y nosotras es Comunidad.
El principal problema y causante de todos los conflictos sociales del Paraguay tiene que ver con la distribución de la tierra y su control, por ende, del territorio. No es suficiente un pedacito, porque no se puede producir en un pedacito si esto no está vinculado al territorio en toda su extensión. Sobre todo porque la producción de alimentos -que es lo que nos caracteriza a los campesinos, campesinas y pueblos indígenas- se ve altamente afectado por el modelo agrícola imperante en nuestro país, que aplica el monocultiuvo intensivo y extensivo, con semillas transgénicas, con la aplicación de químicos altamente tóxicos, con el uso de tecnología de punta y de pesadísimo porte. En ese modelo también está basada la ganadería extensiva e intensiva, lo cual avasalla los territorios donde tradicionalmente producimos alimentos o que era hacia donde podían extenderse nuestras comunidades campesinas para resolver los problemas de la tierra que hace añares venimos reclamando. Se trata de un problema histórico, estructural, más importante que tenemos y ante eso no hay propuesta ante este momento.
Por eso, nosotras y nosotros, desde Conamuri – Cloc Vía Campesina de la que formamos parte en Paraguay, decidimos relanzar una campaña por la reforma agraria como un debate necesario en la agenda política en este periodo de gobierno que comenzará después del domingo.
Esta propuesta de reforma agraria tiene que ver con un modelo de sociedad que no solamente aborda la distribución de la tierra, sino que contempla el control sobre ella para vivir y para producir, para seguir desarrollando nuestra forma de ser. Es una propuesta del campesinado, de los pueblos indígenas, para la sociedad paraguaya; y desde la Cloc Vía Campesina para toda la región Latinoamericana. A partir de ello, buscamos una relación equilibrada entre las personas y la naturaleza, para que esto, a su vez, genere como parte del proceso -pero sobre todo como resultado- una nueva relación entre nosotros y entre nosotras como personas, ya que es una de las causantes y una de las mayores dificultades que tenemos en cuanto a violencia pasamos las mujeres: la insatisfacción económica y del rol proveedor de los hombres, por sobre todo, deriva en un ejercicio de mucha violencia hacia las mujeres. Creemos que es fundamental el tema de la tierra y el territorio, por eso será nuestro eje central de lucha en este nuevo periodo que se abre después de las elecciones.