Universidad 2018: Cuba como referente – Por Alina M. Lotti

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Desde lo medio ambiental hasta las fuentes de energías renovables, el desarrollo sostenible y local, el uso de las nuevas tecnologías, el turismo, la industria, los estudios de Medicina, los currículos, las didácticas, el rol de las universidades en los diferentes contextos, de todo eso y más se debatió en el último Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, en febrero último, en el Centenario de la Reforma Universitaria de Córdoba, un evento de los más numerosos que se organizan en el país.

En un encuentro con el Ministro José Ramón Saborido Loidi una colega le preguntaba sobre lo más interesante del encuentro, a lo que él subrayó el hecho de que “Cuba se ha convertido en un referente en el campo educativo”.

Sin obviar deficiencias y dificultades, lo cierto es que nuestro país puede hablar de realidades que hoy constituyen anhelos en otras regiones del mundo.

Así en el camino hacia la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible formulados por Naciones Unidas (ONU, 2015) el titular consideró que “estamos en mejores condiciones de cumplirlos” y subrayó que se está trabajando para cumplir estas metas lo antes posible.

Tal y como reconoció en las palabras inaugurales del evento: “El avance de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible aparece en el escenario mundial como un imperativo que intenta contrarrestar el actual modelo insostenible, excluyente y depredador de desarrollo, hegemónico a nivel global”.

La universidad cubana de hoy

Desde el triunfo de la Revolución a los momentos actuales muchas son las transformaciones que se han asumido en la Educación Superior, en aras de mejorar el acceso y, por supuesto, su calidad.

De esta manera, desde 1959 y hasta la fecha se han graduado casi un millón y medio de profesionales, por lo que el país cuenta con cerca del 12 % de la población y del 22 % de los trabajadores con nivel universitario.

El crecimiento notable de sus instituciones es otro de los logros. De tres universidades que existían (en La Habana, Villa Clara y Oriente) hoy se cuenta con 50 en todo el país, y el sistema incluye también 126 centros universitarios municipales, articulados a las universidades mayores.

Llamada a un constante perfeccionamiento, la Educación Superior en Cuba se desarrolla sobre la base de un proceso de integración, lo cual sin lugar a dudas ha traído resultados ventajosos en cuanto al ahorro de recursos materiales y financieros y a un mejor empleo de la fuerza de trabajo en las universidades, sobre todo docente.

El proceso puesto en marcha en el año 2011 para actualizar el modelo económico y social cubano ha reclamado también el acompañamiento de la Educación Superior, de ahí que se hayan adoptado nuevas políticas.

Un ejemplo de ello “es el perfeccionamiento de los procesos docentes de grado y posgrado, desde el corto y mediano plazos, de forma que se garantice el potencial humano necesario cuya preparación técnica, integral y ciudadana, le permita trabajar por los objetivos estratégicos de desarrollo”.

Asimismo, tal y como subrayó el Ministro en la conferencia inaugural de Universidad 2018 se avanza en la implementación de una nueva generación de planes de estudio que como tendencia fija la duración de las carreras en cuatro años y propone una mejor articulación con el sistema de maestrías y especialidades de posgrado, a través de programas de formación continua”.

El mundo y la Educación Superior

El espíritu crítico y de insatisfacción que caracteriza a los cubanos nos conduce muchas veces a pensar que somos los únicos que padecemos de un determinado mal.

Sin embargo, espacios como este congreso no solo permiten reflexionar sobre asuntos de extrema gravedad que afectan a muchas naciones de la región, sino también a tomar conciencia de que la política del Estado cubano en relación con el sector está en el camino correcto para superar las deficiencias y superar determinados índices de calidad.

Los testimonios de muchos de los participantes extranjeros —tengamos en cuenta que la cita reunió a más de dos mil delegados de 60 países—resultó una clara alusión de que la Educación Superior no marcha como debiera, y por supuesto tampoco presenta indicadores satisfactorios en la Educación general (en el año 2014 todavía 263 millones de niños, jóvenes y adolescentes estaban sin escolarizar).

El profesor uruguayo Fernando Rodal Mclean—fiel asistente al evento, Presidente de la Confederación de Educadores de América— habló en uno de los paneles de la necesidad de “pelear” por universidades que no pongan límites al ingreso, y que los estudiantes para acceder a la Educación Superior no tengan que endeudarse en miles y miles de dólares.

“La lucha universitaria —recalcó— es la lucha por la calidad de vida de nuestros pueblos, por modificar la estructura y el funcionamiento de la sociedad capitalista, es luchar por una universidad gratuita”.

Por su parte, Daniel Ricci, Presidente de la Federación de Sindicatos de Docentes Universitarios de América del Sur, comentó que América Latina vive hoy momentos de retroceso, con la derecha al poder en algunas naciones. “Al imperialismo —aseguró— no le gusta que haya justicia, equidad, educación y salud gratuitas”.

De ahí la importancia de alcanzar una educación gratuita, inclusiva y que los docentes tengan derecho a un trabajo digno, enfatizó.

Una situación conmovedora fue expuesta por los salvadoreños Mónica Fernández Rubio (española naturalizada en ese país) y Sabas Clavel Fuentes, quienes expusieron la situación de los jóvenes en este país, donde solo el 8 % de la población tiene acceso a estudios universitarios, cifra que en las zonas rurales apenas es del 2 %.

El Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, al decir del titular José Ramón Saborido, fue exitoso. “Hemos expuesto la verdad y sentido el reconocimiento de los países por lo que Cuba viene haciendo”.

La próxima cita será del 10 al 14 de febrero del 2020. De aquí a esta fecha, “mucho lloverá” pero sin lugar a dudas esta nación anfitriona por derecho propio* presentará nuevas experiencias, contribuciones e impactos.

Cuba Sí

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