Participación de las mujeres en la política y las manifestaciones del colectivo LGBTI
Paridad en la Asamblea Legislativa 2018
Manifiesto de Comité de Psicología por la Diversidad, la Inclusión y los Derechos Humanos
Nuestra área de conocimiento y de trabajo nos ha permitido acercarnos a la condición humana y, dentro de ella, al sufrimiento de personas y grupos de los más diversos. En ese contexto, hemos aprendido a comprender, a prevenir y a tratar los efectos de la discriminación y la violencia sobre las personas. Para ello, utilizamos herramientas teóricas y metodológicas que han sido diseñadas a partir del trabajo en las aulas universitarias, la investigación académico-científica rigurosa con seres humanos y nuestra práctica profesional. Desde esos diversos lugares aportamos comprometidamente al bienestar individual, grupal, familiar, comunitario, social e institucional de Costa Rica.
Nuestro Código de ética profesional establece que el quehacer de la persona profesional en psicología está dirigido tanto al ser humano como a la sociedad. Por lo tanto, nuestro compromiso esencial es con las personas, su dignidad y su libertad. Es decir, el conocimiento científico de la psicología, su aplicación práctica y su ejercicio profesional concreto deben estar al servicio de la emancipación del ser humano (Código de Ética y Deontológico, Colegio Profesional de Psicólogos de Costa Rica).
Desde este compromiso ético, nuestras acciones deben orientarse a la promoción y defensa de la dignidad humana, así como a la búsqueda de la igualdad, la fraternidad y la solidaridad, valores y principios que dieron lugar al nacimiento de la democracia en Occidente.
Nuestra labor y compromiso con la sociedad costarricense se inspiran en la ética de los derechos humanos, la cual establece que estos son inherentes, inalienables, irrenunciables, inviolables e iguales para todas las personas integrantes de la gran familia humana. Nuestra ética profesional se encuentra necesariamente vinculada al reconocimiento y respeto de la dignidad humana, como tareas necesarias sobre las que reposan la libertad, la justicia, la equidad y la paz en nuestra sociedad y en el mundo.
A sabiendas de que los derechos consignados desde 1948 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos -así como en los demás instrumentos jurídicos internacionales y nacionales subsecuentes-, no han alcanzado a todas las personas, nuestra ética demanda que, como psicólogas y psicólogos, asumamos una postura clara y consistente en defensa de las poblaciones que han sido históricamente discriminadas, excluidas y violentadas.
Desde nuestras múltiples formas de inserción laboral, las personas profesionales en psicología que hoy nos pronunciamos reafirmamos nuestro compromiso por que todas las personas tengan acceso a sus derechos. Nos oponemos categóricamente a la violencia cotidiana y estructural que sufren muchas de las poblaciones excluidas en razón de su condición socioeconómica, género, etnia, edad, origen nacional, orientación sexual, identidad de género, entre otras.
Nos pronunciamos a favor del derecho a la información, a la educación integral, incluida la educación para la afectividad y sexualidad, a la salud y a una vida digna para toda la población.
Rechazamos cualquier manifestación de odio, discriminación y violencia en contra de poblaciones diversas y exhortamos a la población nacional a dialogar, a respetar y proteger a todas las personas, porque son las personas, el valor más importante que tiene nuestro país, un país pluricultural, pluri-religioso y diverso en múltiples dimensiones.
Desde esta preocupación y desde ésta ética nos constituimos, a partir de ahora, en una red de profesionales comprometidos con la defensa de la diversidad, la inclusión y los Derechos Humanos de todas las personas, así como de nuestro Estado de Derecho que debe asegurar protección y dignidad a todas y todos.