Se anunciaron los Premios Nacionales de Cultura en Costa Rica
El premio Magón a trayectoria cultural de toda una vida fue otorgado al escritor José León Sánchez Alvarado, autor de «La isla de los hombres solos», quien fuera condenado a prisión por un crimen del cual, 48 años después, se le consideró inocente.
El Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto fue concedido al músico Walter Ferguson Byfield.
Este miércoles 31 de enero se anunciaron el resto de los premios: de Artes Visuales Francisco Amighetti; de Artes Audiovisuales Amando Céspedes Marín; de Danza Mireya Barboza; de Música Carlos Enrique Vargas; de Teatro Ricardo Fernández Guardia; de Literatura Aquileo J. Echeverría; de Investigación Cultural Luis Ferrero Acosta; de Gestión y Promoción Cultural; de Comunicación Cultural Joaquín García Monge; de Periodismo Pío Víquez.
Premios nacionales de cultura 2017 ya tienen rostro y nombre
Los Premios Nacionales de Cultura fueron anunciados hoy miércoles 31 por la mañana por la Ministra de Cultura y Juventud, Sylvie Durán.
Estos galardones reconocen la trayectoria de trabajo, tenacidad y excelencia de personas, grupos artístico-culturales, intérpretes populares, investigadores y organizaciones de base comunal, en diferentes disciplinas artístico-culturales.
La ceremonia de entrega de los premios Nacionales se realizará el próximo 23 de abril de 2018, en el Teatro Nacional de Costa Rica, según se consignó en un comunicado de prensa emitido por la oficina de prensa de la institución.
A continuación los galardonados 2017 con un extracto de sus fallos:
Artes Visuales Francisco Amighetti
En la categoría bidimensional se otorgó a la exposición Naturaleza Oculta: Obra Reciente; de Guillermo Tovar. Según el fallo del jurado la obra se apropia del paisaje y otros elementos de la naturaleza como objetos animados, de la lectura crítica de sus valores simbólicos y representativos, transfigurados metafóricamente y el giro que esto posibilita sobre el ejercicio de la pintura de género.
En la categoría tridimensional se eligió la exposición Ampliación del Campo de Batalla, de Adrián Flores, por el desarrollo de una instalación a partir de la reproducción de objetos de desecho, que desde prácticas de apropiación artística son transformados y legitimados mediante la exposición museística.
En la categoría otros medios se reconoció la exposición Afectaciones de un Sujeto Matérico de Diana Barquero, por la instalación que explora aspectos de la tierra, eventos, diálogos matéricos y físicos en una sinergia en la que interactúan distintos elementos como la imagen-tiempo, dispositivos lumínicos, espacios intervenidos, sonido, además del empleo de notas de campo.
Artes Audiovisuales Amando Céspedes Marín
En la categoría Mejor Producción se galardonó el filme Medea de Alexandra Latishev, por emplear un lenguaje cinematográfico contemporáneo, con gran economía de medios y colocar la mirada del espectador ante un desgarrador retrato de una realidad nacional.
En la categoría Mejor Dirección, también se premió a la película Medea por el uso de elementos formales puestos al servicio de construir una sólida historia, además por el riesgo de crear una historia compleja con un lenguaje cinematográfico y un personaje femenino sin antecedentes en la cinematografía costarricense.
En la categoría Mejor Realización Conceptual a Francisca Sáez Agurto, por el trabajo fotográfico en el cortometraje Selva que aporta a la construcción de ambientes que enriquecen a la atmósfera de la obra, y por su valor como elemento narrativo de gran expresividad para la construcción de la emocionalidad de los personajes, se otorga el premio a .
Mención honorífica al gran trabajo de actuación de Liliana Biamonte y Eugenia Chaverri, en las producciones Medea y Violeta Al Fin, respectivamente, por su interpretación de dos mujeres que, en sus diferentes entornos y momentos de vida, luchan por defender su autonomía.
Danza Mireya Barboza 2017
En la categoría de Mejor Intérprete se reconoce a Felipe Salazar Hidalgo por su trabajo en la coreografía H, pues en varios tramos del espectáculo el bailarín se erige como protagonista y opera como elemento de orquestación e intercambio con respecto al resto de intérpretes.
En la categoría Mejor Dirección a Jimmy Ortiz Chinchilla por la coreografía H, por crear y desarrollar una atmósfera y una estética que atrapan al espectador y que refuerzan el discurso coreográfico.
En la categoría de Diseño Escenográfico se premia a Andy Gamboa y Fabio Pérez por su trabajo en Diluvios…recuerdos de un migrante, por crear una propuesta interdisciplinaria de gran coherencia entre lo plástico, la palabra y el movimiento.
Música Carlos Enrique Vargas
En la categoría de Ejecución Musical se otorgó el premio al Cuarteto de Guitarras de Costa Rica, en consideración del manejo de la técnica instrumental y dominio de los estilos musicales; la precisión en la métrica; la personalidad artística y la integridad de la ejecución en obras de diferentes estilos.
En la categoría Dirección Musical se galardonó a Gabriela Mora Fallas, por el logro de ser la primera mujer costarricense en dirigir un Concierto de Temporada Oficial de la Orquesta Sinfónica Nacional, este fue el IV Concierto de Temporada Oficial 2017, acontecimiento que marca un hito histórico y que abre posibilidades presentes y futuras a mujeres costarricenses directoras de Orquesta.
En la categoría de Composición a Carlos Castro Mora por la ópera La Ruta de su Evasión, por la originalidad, la técnica en la orquestación, los elementos armónicos y formales en su composición, la inclusión de elementos rítmicos propios de la música latinoamericana y finalmente por lograr enfrentarse a un texto de gran complejidad temporal y psicológica así como caracterizar musicalmente con éxito a los diversos personajes,
Teatro Ricardo Fernández Guardia
En la categoría de Actuación se seleccionó a Isabel Guzmán Payés, por la fuerza dramática para interpretar la complejidad del personaje Velma Kelly en el musical Chicago, y por el cumplimiento cabal y solvente de la integración del canto y el baile, y por dotar al personaje de una presencia escénica espectacular.
Asimismo fue reconocido Allan Castro Meneses por su desempeño como Trufaldino en “Arlequino, servidor de dos patrones, pues el jurado considera que se apropia de modo singular de un arte clásico poco frecuente en nuestros escenarios y logra imprimirle a su actuación un sello personal que, con destreza extraordinaria en los recursos del cuerpo y de la voz, contribuye a la magia escénica del montaje.
Menciones de honor en la categoría de Actuación a Jennifer Barboza por su participación en La máquina de abrazar en lo que realizó un trabajo de investigación con seriedad y respeto, utilizando su interpretación para comprender el autismo y darle al público una perspectiva no estereotipada de esta condición; y a Dinorah Alfaro por su participación en el espectáculo La Huida en el que su abordaje actoral es natural, sincero y conmovedor que supera con éxito el reto de interacción directa con el público, añadiendo que es además, coautora del rico texto teatral.
En la Categoría de Dirección se otorga el premio a Arnoldo Ramos Vargas, por su trabajo en la obra La Huida. El jurado considera un gran valor ético y artístico en su dirección al proponer visibilizar una situación actual de índole socio-cultural, política y de diversidad sexual en Centroamérica.
Mención de honor en Dirección a Esaú Cubero por la dirección de Miradas íntimas, ya que el jurado reconoce el respeto con que trata el tema de la sexualidad entre personas con capacidades diferentes, la manera como trabaja artísticamente en escena con esta población y plasma un espectáculo honesto de gran impacto para el público.
En la categoría Diseño Escénico, el premio es compartido entre Ronald Villar, Dedé Coseani y Jody Steiger por sus respectivos trabajos en escenografía, vestuario e iluminación, en el montaje Una niña llamada Ana. Los tres artistas se complementan armoniosamente entre sí en las distintas áreas de su especialidad para lograr un lenguaje comprometido y entrelazado en función de una propuesta escénica integral.
Aquileo J. Echeverría de Literatura
En la categoría Cuento, el jurado seleccionó Anatomía comparada, del escritor Guillermo Barquero, al considerar que el valor de su trabajo inédito es encomiable: “La sutileza y emoción con que Barquero nos transporta a su mundo –un espacio verosímil cargado de recuerdos que fluyen, entretienen y retan- se mezclan con la reflexión y el pensamiento visionario y sintético”.
Ensayo es para La lucidez del miope, del escritor Carlos Fonseca, por ser una elegante colección de ensayos con un eje que los articula: una reflexión múltiple y provocativa sobre diversas poéticas de la contemporaneidad.
En la categoría de Novela se otorga a Mercurio en primavera, del autor Byron Salas. Tan valiente como rotunda, la obra adentra en una temática de enorme significación social que hasta el presente ha sido poco explorada por la narrativa costarricense: la opresión, escarnio -y exclusión, en definitiva- de la diversidad sexual, ante la inequidad de género y los tabúes del patriarcado y la religiosidad predominantes en el país.
En la categoría de Poesía, se otorga compartido a “Prusia”, de Alfredo Trejos, debido a que su autor hace uso de una pluma mágica para expresar con precisión sentimientos, tras palabras, tras versos, tras poemas que lo van a dejar sin nada.
A la vez fue premiado El libro de la Dinastía de Bambú, de José María Zona, por expresar en sus versos la filosofía oriental. Nos aleja de la poesía costarricense, para adentrarnos en el tao, donde cada verso es un adoquín del camino.
En la categoría Dramaturgia se declara desierto, en vista de que solo se recibieron dos postulaciones, que considera el jurado no poseen la calidad necesaria para premiarse en este concurso.
Investigación Cultural Luis Ferrero Acosta
Se otorga a Juan Diego Quesada Pacheco por su obra Gramática de la lengua garífuna. La obra aporta al conocimiento de las culturas centroamericanas, específicamente a una de las lenguas habladas en este territorio. La investigación contribuye a su conocimiento, recuperación y posible revitalización lingüística.
Gestión y Promoción Cultural
Se otorga a la Casa de la Cultura de Mora (ADERHAC) por su labor basada en los principios de no discriminación; igualdad, equidad, diversidad cultural, participación efectiva, corresponsabilidad social en la promoción y protección de los derechos culturales y cuido del interés de la niñez y la adolescencia.
Joaquín García Monge de Comunicación Cultural
Se otorga a la Revista multiplataforma de difusión cultural y literaria Literofilia.com ̸ Literofilia Radio, por divulgar y promover la diversidad de valores culturales costarricenses y destacar entre sus homólogas con pública notoriedad.
Pío Víquez
El jurado otorga a CRHoy, a su directora, Silvia Ulloa y al periodista Michael Soto; por la cobertura persistente sobre el caso del cemento chino. El equipo periodístico mantuvo el dedo sobre el renglón tratando de aportar nuevos elementos sobre un asunto complejo y controversial que empañó una iniciativa gubernamental positiva como era romper el duopolio del cemento.
Menciones de honor:
Al periodista Alejandro Fernández Sanabria; por su compromiso con la equidad y la capacidad para coordinar trabajos de investigación periodística en varios países de manera simultánea. Su trabajo promete “larga vida al periodismo” porque termina con la forma tradicional de hacer periodismo, dando paso a la minería de datos, acompañada por historias humanas.
Al proyecto Punto y Aparte por su aporte a la formación de nuevos valores para el periodismo costarricense. Esta iniciativa crea un interesante espacio, en el que comunicadores de experiencia comparten sus conocimientos con jóvenes que están dejando las aulas universitarias.
Semanario Universidad
MCJ anunció galardonados de los premios Magón y Emilia Prieto 2017
El Centro Nacional de la Cultura fue el escenario donde esta mañana se anunció a los galardonados con el Premio Nacional de Cultura Magón y el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto, ambos correspondientes al 2017.
Para el caso del Premio Magón, el reconocimiento se otorgó al escritor José León Sánchez; mientras que el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2017, llega a manos del calipsonian Walter Ferguson Byfield.
Ambos Premios Nacionales de Cultura son otorgados por el Estado costarricense en reconocimiento a la trayectoria de toda una vida, al trabajo, el esfuerzo, la tenacidad y la excelencia alcanzada por personas, grupos artístico-culturales, intérpretes populares, investigadores y organizaciones de base comunal, en diferentes disciplinas artístico-culturales.
Sylvie Durán Salvatierra, ministra de Cultura y Juventud, expresó: “Me honra anunciar los reconocimientos mayores del Estado costarricense a dos figuras destacadísimas con las que estábamos en deuda. Don José León y Don Walter, además de legarnos su obra valiosísima y vasta, de su talento como creadores y de su trayectoria, nos han educado e inspirado en torno a la diversidad y las diferentes realidades que caracterizan a nuestra sociedad. Agradezco, en nombre de las instituciones culturales administradoras, la labor de los jurados a cargo de la difícil e intensa tarea de seleccionar los premiados de entre los talentosos costarricenses que fueron postulados. Asimismo, a nuestros funcionarios que acompañan con atención y rigor, este proceso”.
Premio Nacional de Cultura Magón
En el caso particular del Premio Nacional de Cultura Magón, este galardón constituye un reconocimiento sin discriminación de formatos, géneros, estilos, áreas de desempeño disciplinario u otras similares, a aquella trayectoria cultural de toda una vida.
A continuación un resumen del fallo del jurado 2017:
1. El jurado decide otorgarle el Premio Magón a José León Sánchez por la fama que le ha aportado al país, con sus escritos de máxima envergadura.
2. Destaca su condición de artista autodidacta y que, ante cualquier controversia en torno a Don José León, debe primar la valoración de su aporte a la cultura costarricense.
3. De lo escrito por el señor Sánchez, se hace especial mención a sus obras “La Isla de los Hombres Solos” y “Tenochtitlán”, considerada como la que mejor describe la cultura y la realidad azteca y obra culmen de una literatura que en Costa Rica y en Latinoamérica no tiene precedentes y el mejor aporte lingüístico en el país en los últimos años.
Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto
Este galardón constituye un reconocimiento a la labor cultural de toda una vida que haya evidenciado un decidido nivel de aporte al fortalecimiento del entorno y el desarrollo cultural costarricense.
A continuación un resumen del fallo del jurado 2017:
1. Porque su importante obra se caracteriza por reivindicar la cultura afrocostarricense mediante la maestría de su composición, interpretación y transmisión musical, en la que se destaca su creatividad y sensibilidad social, constituyéndose en un insigne narrador de los sentimientos e historias de su pueblo.
2. Porque en sus composiciones vivifica y visualiza el inglés criollo limonense, idioma que caracteriza la cultura caribeña de nuestro país, que ha sido la vía para expresar profundamente la belleza de lo cotidiano, los saberes populares y los desafíos históricos de su región.
3. Porque su trayectoria musical y cultural en el ámbito regional, nacional e internacional, es un referente de la cultura afro de la Costa Rica multiétnica y pluricultural.
Este jurado acuerda otorgar el Premio Nacional de Cultura al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores 2017 al señor Walter Ferguson Byfield.
Fuente: Ministerio de Cultura, Juventud y Deporte de Costa Rica
De la silla vacía en el Teatro Nacional al Premio Magón
Por Jose Eduardo Mora A sus 90 años, José León Sánchez recibió, contra todos los pronósticos, el galardón más importante de la cultura costarricense.
La voz se escuchaba exultante. Hacía escasos minutos que el Ministerio de Cultura había anunciado que el Premio Magón 2017 era para José León Sánchez Alvarado. Él, su entorno más inmediato y amigos ya habían descartado tal posibilidad, luego de que en 2016, tras una fuerte campaña, le negaran el galardón.
El más importante premio de la cultura costarricense, que reconoce toda una trayectoria, se le había concedido luego de una vida marcada por la adversidad, las luchas, las sobrevivencias y esos “milagros” que le permitieron emerger como el ave fénix contra todos los pronósticos.
Nacido en Cucaracho de Río Cuarto de Grecia. Hijo de una madre prostituta que nunca conoció. A sus 90 años dice estar preparado para vivir hasta los 100: “Yo los 30 años que estuve en la cárcel no los cuento, por eso todavía me quedan diez años de vida”, dice entre serio e irónico.
Autor de libros como La isla de los hombres solos (1967), que transformó la mirada de cómo se veía el mundo carcelario en Costa Rica, Tenochtilan, la última batalla de los aztecas, El crimen de Colima, Campanas para llamar al viento, Los gavilanes vuelan hacia el sur y Cuando nos alcanza el ayer, entre otras obras; José León es un auténtico sobreviviente, una especie de Montecristo de carne y hueso, como una vez titulara el suplemento Forja una entrevista que se le hizo.
La voz al otro lado del teléfono casi se entrecortaba. Desde San Joaquín de Flores, donde reside con su compañera Ahíza Vega Montero, la voz transmitía esa emoción de los robles viejos que se niegan a morir.
“Agradezco al Estado de México que me dio de comer cuando yo tenía hambre. Debo agradecer a México de todo corazón por todo lo que me dio. En México me trataron como a un ciudadano y me dieron de comer. El Presidente de ese país, cuando sale, lleva y regala mis libros”, fueron sus primeras palabras.
Costa Rica, donde llegó a ser llamado “El Monstruo de la Basílica”, por el crimen que se perpetrara el 5 de mayo de 1950, en el que se robaron joyas en la Basílica de la Virgen de los Ángeles y en el que murió el guarda Manuel Solano Torres, y por el que lo condenaron a 45 años de cárcel en 1955, también le ha reconocido sus méritos, de ahí también su agradecimiento.
“Comparto el sueño que tienen los escritores y los poetas de Costa Rica que siempre me han tendido la mano”, dijo.
En 1999 la Sala Tercera Constitucional, previo a una consulta a la Sala Cuarta, determinó que en el caso de la Basílica a José León se le declarara inocente, fallo que para él fue la liberación que esperó durante 40 años.
“Fue el momento más esperado de mi vida. Lo soñé tantas veces. Siempre sostuve que era inocente. Un juez me condenó a 45 años por un crimen que no cometí, pero diez jueces luego me declararon inocente”.
En Cuando nos alcanza el ayer, así expresó el momento en que en un pueblo lejano de México recibe la noticia en 1999: “He sentido un temblor entre mis manos. Durante 48 años mi corazón ha esperado el fallo. Dentro del espíritu comparto este momento con mis lectores donde quiera que se encuentren e independientemente del idioma que hablen”.
Por esa vida de atropellos, cárceles, descalificaciones e incluso persecuciones, puesto que luego de una de sus tantas fugas de la cárcel se llegó a dar una recompensa de ¢10.000 para quien lo entregara “vivo o muerto”, según un anuncio publicado en La Nación, y que José León tenía enmarcado en su biblioteca, no es extraño que se acordara de quienes están tras las rejas, en especial si hay inocentes en ella.
“A todos aquellos que están en la cárceles del país les envío un saludo, por su dolor y angustia”.
SIN RENCOR
Aunque pasó cinco años en la Penitenciaría Central y más de 20 en la Isla San Lucas, donde estuvo sometido durante cinco años al foso del que solo le permitían salir una hora al sol, el autor de La niña que vino de la luna, asegura que no “tiene rencor en su corazón”.
“Yo amo a Costa Rica. Este es mi país y me siento muy orgulloso de él. Hubo gente como monseñor Carlos Humberto Rodríguez que me tendió la mano y me decía que la paciencia era la que nos haría libres”.
Fue justamente en las clases que daba Rodríguez en la penitenciaría en las que aprendería a leer y a escribir.
Esa herramienta luego le permitiría escribir, con base en los testimonios que le contaban sus compañeros en San Lucas, La isla de los hombres solos, que se convirtió en el mayor best seller que jamás se haya publicado en Costa Rica.
Para ello fue clave un reportaje que en su momento le hizo la Revista Life. La misma que había lanzado al estrellado a Ernest Hemingway.
“Yo siempre agradecí a René Picado, porque él fue el que me regaló el papel y los lápices para pasar en limpio el libro, que empecé a escribir en las bolsas de cemento que estaban tiradas en San Lucas. Al principio lo que me había ganado con el libro fueron 300 pesos, pero después del reportaje de la revista Life todo cambió”.
UN SENTIDO CLAVE
Si hay algo que define la personalidad de José León Sánchez es su sentido de lealtad. No lo negocia ni lo cambia por nada. Por eso le gusta afirmar que aunque “no conocí a mi madre que era prostituta, y de la que me declaro muy orgulloso, siempre la he sentido muy cerca de mi corazón”.
Y eso explica, por ejemplo, por qué una noche en que estaba todo preparado para que asesinaran a Manuel Mora, el histórico dirigente del Partido Comunista, se jugó su vida y le salvó la vida junto a otros compañeros en la Penitenciaría Central.
La historia está contada en Cuando nos alcanza el ayer y fue reafirmada por familiares de Mora, quienes agradecieron el gesto que en su oportunidad tuvo José León para tan importante personaje de la vida política nacional.
SE CIERRA EL CÍRCULO
En 1963, cuando estaba en la cárcel de San Lucas, José León se enteró de que se convocaba a un concurso nacional de cuento. Participó y durante varios meses él y sus compañeros monitorearon cada mañana Radioperiódicos Reloj para conocer el resultado de la convocatoria y los premiados.
Escuchaban el noticiero y apagaban la pequeña radio, pues debían rendir al máximo las pilas. En la cárcel esas pilas eran oro puro.
El tiempo se les hacía interminable y no se conocía el anuncio oficial, hasta que se produjo el desenlace: José León había ganado el primer lugar. El segundo le fue otorgado al doctor Constantino Láscaris, español que había llegado a Costa Rica para organizar la cátedra de filosofía, después de una visita que había hecho a Europa José Figueres Ferrer.
No tardó en desatarse una fuerte polémica, porque la cultura oficial no podía aceptar que “un criminal”, el más odiado, ganara el concurso nacional de cuento e incluso por encima de un doctor en filosofía.
Se le negó la posibilidad de venir a recibir el premio a San José y hasta el último minuto no cesaron los cuestionamientos.
El día de la entrega, con el Teatro Nacional lleno, una silla vacía estaba en el estrado. Sobre ella colocaron un ramo de flores en honor al reo ausente y ganador, y un fuerte aplauso confirmó el premio para José León.
Ante la negativa de la cultura costarricense de reconocerle su trayectoria con el Magón, la Ministra de Cultura, Silvie Durán, le hizo en 2016 un homenaje especial en el Teatro Nacional y le entregó directamente las flores al escritor. Nadie que conociera aquella historia podía obviar los paralelismos.
Fue como una disculpa y a la vez un reconocimiento, y también la certeza de que a José León nunca le darían el Magón.
La mañana del lunes 29 de enero, sin embargo, la vida lo sorprendió una vez más con el anuncio de que le habían otorgado el galardón más preciado de la cultura costarricense.
“Agradezco al periódico UNIVERSIDAD que por medio de Carlos Morales me abrió las puertas para escribir ahí. Es mi periódico, ahí es donde escribo y me han ayudado a soñar.
Felicito a los compañeros que aspiraron al premio en esta oportunidad. Quiero decir, también, que espero que el Premio Magón en un futuro cercano se lo den a Miguel Salguero, ese gran periodista costarricense. Estoy muy contento y orgulloso de recibir este premio”.
El jurado que le otorgó el Premio Magón a José León Sánchez, compuesto por Rónald Bonilla, Luis Alonso Ramírez, Antonio Leoni, Henry Sevilla y Katalina Perera estuvo dividido en torno a si debían entregarle el reconocimiento al escritor.
Entre los candidatos, además del ganador, se encontraban Arnoldo Mora, Tatiana Lobo, Óscar Aguillar Bulgarelli, Miriam Bustos, Armando Vargas, Otto Apuy y Osvaldo Sauma.
Sánchez había sido nominado en otras oportunidades y daba por hecho que “ya nunca le darían ese premio”, como confesó a UNIVERSIDAD.
Estas son algunas reacciones ante el reconocimiento al autor de La Isla de los Hombres Solos.
Juan Jaramillo Antillón, Premio Magón 2016
Hace un año cuando a mí me hicieron el honor de darme dicho Premio, él de inmediato y cómo buen amigo me felicitó, le respondí agradeciéndole, y le dije, qué él lo merecía igual y que se lo estaban debiendo y que lo mismo opinaba nuestra admirada amiga doña Inés Trejos.
Él muy pesimista me contestó, Juan, jamás me darán dicho reconocimiento. Yo le dije que se acordara de la caja de “Pandora”, llena de males, pero en su fondo quedaba la esperanza, y, que esperábamos que en el año 2017 el Premio se lo concedieran a él, pues los molinos de Dios muelen muy lentamente pero también muy finamente.
Felizmente ha sucedido así, José León Sánchez no solo tenía los méritos literarios para lograrlo, pues es un gran escritor reconocido en el país e internacionalmente, además, él es un luchador extraordinario. Desde que nació y durante su niñez y juventud y posteriormente, su vida ha estado llena de pobrezas, obstáculos, desilusiones y desencantos, así como de un serio problema (de todos conocido), y él lenta y pacientemente los fue superando todos. Hoy puede muy orgullosamente decir que él “venció al destino” con su perseverancia y esfuerzo. Mi felicitación para el amigo.
Manuel Bermúdez, editor de Forja
“Ha sido un reconocimiento muy postergado pero finalmente otorgado a una de las principales figuras de la literatura nacional. Novelas como Campanas para llamar al viento o Tenochtitlan son obras extraordinarias, muy destacadas en el ámbito latinoamericano. La lucha de superación personal para constituirse como un escritor y un intelectual de su talla en una vida de múltiples adversidades es un ejemplo que merece encomio. José León Sánchez es una pieza única y valiosa en literatura costarricense, pero además una figura simbólica en la cultura nacional. Por su vida, por su obra, por su significado en la cultura nacional, creo que es un premio muy merecido con el que se engalana al autor pero también se mira la sociedad a sí misma de manera reflexiva”.
Álvaro Rojas, escritor
“Me parece extraordinario que, por fin, el Estado costarricense haya reconocido la obra de un escritor como es José León Sánchez, que tiene textos como La Isla de los hombres solos, que es un documento de denuncia de la barbarie que se vivía en San Lucas, y Tenochtitlan, cuenta la caída de los aztecas, desde su propio punto de vista. Una novela que le requirió mucha investigación. Su obra es importante por muchas razones. Lo más destacable en él es su experiencia humana: haber pasado por lo que vivió y haber salido convertido en un escritor es increíble. Solo esa muestra de valentía y de coraje, y el poder resurgir de las cenizas es para mí muy meritorio. En buena hora que le reconozcan su trayectoria cultural y su trayectoria como escritor”.
Walter Ferguson recibe Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial
El músico costarricense Walter Ferguson Byfield fue galardonado con el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2017.
Este es un reconocimiento a la labor cultural de toda una vida de una persona y que haya evidenciado un aporte al fortalecimiento del entorno y el desarrollo cultural costarricense.
De acuerdo con el jurado, Ferguson fue el acreedor de este premio por reivindicar la cultura afrocostarricense mediante la maestría de su composición, interpretación y transmisión musical, en la que se destaca su creatividad y sensibilidad social.
“Es un insigne narrador de los sentimientos e historias de su pueblo”, detalló el jurado.
Además, aseguran que en sus composiciones vivifica y visualiza el inglés criollo limonense, idioma que caracteriza la cultura caribeña de nuestro país, que ha sido la vía para expresar profundamente la belleza de lo cotidiano, los saberes populares y los desafíos históricos de su región.
“Su trayectoria musical y cultural en el ámbito regional, nacional e internacional, es un referente de la cultura afro de la Costa Rica multiétnica y pluricultural”, determinó el jurado.
El Mundo
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