Otro llamado a Maduro – Por El Tiempo, Colombia
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Lo que vive Venezuela es una crisis humanitaria. El país terminó el 2017 con una inflación de más del 2.600 por ciento, las estanterías en los supermercados están semivacías y no hay medicinas ni insumos hospitalarios.
Como lo vimos ayer en este diario, los pacientes renales viven un calvario, pues si logran el trasplante es posible que pierdan el órgano por falta del tratamiento riguroso autoinmune y antirrechazo. Según la ONG Codevida, solo este año, 30 personas han perdido sus órganos trasplantados. Y hay 3.500 en riesgo.
Pero Nicolás Maduro niega la crisis y no abre un canal para que llegue la ayuda internacional. Más que la suerte de su pueblo, a él solo parece importarle atornillarse en el poder con cartas marcadas. Una de ellas es adelantar la elección presidencial, que debería hacerse en diciembre próximo, para el venidero 22 de abril.
Y, por suerte, aunque en realidad es por imposibilidades prácticas, el Consejo Nacional Electoral no le dio el aval de realizar en esta misma fecha los comicios parlamentarios, que deben efectuarse en el 2020. Además, Maduro quiere ser el único caballo en el partidor. O, si acaso, enfrentar a alguien sin votos o a una ficha suya. Henrique Capriles, que podría asustarlo, fue inhabilitado por las autoridades del régimen; Leopoldo López se halla en prisión domiciliaria; Antonio Ledezma, que estaba en la misma situación, logró escapar y está en el exilio; Lilian Tintori ha manifestado su desacuerdo en participar, porque es legitimar la tiranía.
Por todo esto, la Organización de Estados Americanos (OEA) exhortó este viernes, en una resolución, a ese gobierno a que reconsidere la convocatoria prematura de elecciones y presente un nuevo calendario electoral; que haya unos comicios con garantías, transparencia y legitimidad; que puedan participar todos los partidos. Muy difícil. Pero los organismos internacionales, la comunidad toda, tienen que seguir en la tarea indoblegable de presionar para que haya una mínima democracia y el pueblo hermano vea al fin una luz. Ojalá.