Informe post electoral de Costa Rica: Alvarado vs. Alvarado – Por Guillermo Javier González
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Finalmente llegó el día en que se develó el misterio. Con los resultados del decimotercer corte, cuando ya se han escrutado el 94.04 % de las Juntas, la elección se encuentra definida. Este domingo 4 de febrero, el candidato evangélico del partido Restauración Nacional (PREN), Fabricio Alvarado, se coronó primero en los comicios presidenciales. Tal y como se avizoraba, el 24.91 % conseguido no le permitió alzarse con la presidencia –se necesita alcanzar el 40 % de los votos válidos-, la cual deberá disputar ahora en un mano a mano con el candidato de Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado (21.66 %). La segunda vuelta será nada menos que el domingo 1° de abril, fecha que casualmente coincide con el Domingo de Pascua. ¿Será el domingo de resurrección para el PAC?
Con un más que predecible bajo nivel de participación (65.66 %), tal y como viene ocurriendo en el país en las últimos dos décadas –el abstencionismo se ubica desde 1998 por encima del 30 % en cada elección presidencial-, lo impredecible fue el desenlace. Durante prácticamente toda la campaña, quienes se posicionaban como máximos aspirantes al balotaje eran el candidato de Liberación Nacional (PLN) Antonio Álvarez Desanti y el ex PLN, actual Integración Nacional (PIN), Juan Diego Castro. Sin embargo, finalmente ambos quedaron fuera para dar lugar al candidato oficialista del PAC –quien no había conseguido nunca superar el tercer lugar en las encuestas- y al excantante de música religiosa del PREN, quien dio un salto astronómico y dejó en el olvido el ínfimo 3 % que le pronosticaban con su encendida postura contraria al matrimonio entre personas del mismo sexo – a raíz del fallo a favor del mismo por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el pasado 9 de enero-.
Entre los vencidos, Juan Diego Castro (9.52 %) señaló a los abstencionistas como los grandes responsables de los resultados en los comicios, mientras que Antonio Álvarez Desanti (18.62 %) se hizo cargo y asumió toda la culpa en la derrota, manifestando ser el único responsable por no haber visto venir el despegue del pastor. Por su parte, Rodolfo Piza (16.02 %) al momento de aceptar que su partido no estaría en el balotaje celebró el aumento en el caudal de votos en comparación con las elecciones de 2014. Al respecto declaró: ¨Hemos aumentado los votos para presidente; más que duplicado la votación que tuvimos hace cuatro años, y aumentaremos de nuevo el número de diputados en la Asamblea Legislativa.[v]¨
Alvarado Vs. Alvarado
Los aspirantes a la presidencia tienen – además de su apellido- más de una característica en común, por ejemplo, el hecho de haber estudiado periodismo –si bien sólo Carlos se graduó-, o que los dos son muy jóvenes para lo que es el promedio del cargo, dado que Fabricio Alvarado tiene 43 años y Carlos Alvarado tan sólo 38. O el ser candidatos ajenos al bipartidismo tradicional, representantes de partidos nacidos en este siglo. O el haberse desempeñado por primera vez como funcionarios públicos durante la gestión de Luis Guillermo Solís –Fabricio Alvarado como diputado de la Asamblea Legislativa, Carlos Alvarado como ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social primero y posteriormente ministro de Trabajo y Seguridad Social-. Sin embargo, hasta ahí llegan sus similitudes.
Podría decirse, en realidad, que son candidatos sumamente antagónicos. Fabricio Alvarado es pastor evangélico y milita en un partido de derecha, Carlos Alvarado es politólogo y pertenece a un partido de tendencia socialdemócrata. Fabricio Alvarado se pronunció en contra del matrimonio igualitario, la implementación de guías sexuales en colegios, la ideología de género, el aborto o la igualdad de derechos para las comunidades LGTBI, Carlos Alvarado hizo todo lo contrario y apoyó cada una de dichas cuestiones. Sus divergencias ideológicas son insalvables, mientras que las diferencias en las adhesiones que han cosechado en esta primera ronda han sido menores (3.25 %). Resta saber cómo conseguirán exponer sus posturas opuestas en su favor y a quién dará su apoyo la sociedad costarricense.
Una Asamblea que gira a la derecha
Si bien aún no sabemos quién dirigirá los destinos del país, lo que ya es seguro es que el PREN, cuyo único representante parlamentario es precisamente Fabricio Alvarado –quien a partir de los resultados anunció que renunciará a su banca para dedicarse de lleno a la campaña, dejando su lugar a la abogada Alexandra Loría-, incrementará mucho su peso en la Asamblea Legislativa. Según los resultados parciales obtendría, a partir de la gran elección realizada, trece diputados más que hoy día, para totalizar catorce. En contraposición, quien más poder ha perdido ha sido el partido de izquierda Frente Amplio (FA), el cual contaba con ocho diputados y a partir de mayo tendrá tan sólo uno.
Además del PREN y el PAC –el cual verá disminuir de trece a diez su número de congresistas-, conformarán la próxima Asamblea el PLN -que si bien no alcanzó la segunda ronda continuará siendo la fracción más numerosa con diecisiete diputados, uno menos que en el actual período-, el PUSC –crecerá de ocho a nueve-, el retorno del PIN –tendrá cuatro representantes-, el FA, y el Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), el cual integrará a este órgano por vez primera con dos legisladores. De este modo, serán siete las agrupaciones integrantes, dos menos que en la actualidad. Según las proyecciones y a fines de conseguir una mayoría, en el futuro para aprobar proyectos de ley en la Asamblea se necesitará el acuerdo de al menos tres fracciones.
En busca de los votos perdidos
De cara a la segunda vuelta, los candidatos tendrán casi dos meses para negociar apoyos con las fuerzas que quedaron fuera de la pelea y buscar los votos necesarios a fin de alcanzar la presidencia. En ese sentido, Carlos Alvarado lanzó el primer guiño en su discurso post entrada al balotaje al señalar que ¨Quien crea que puede gobernar solo, está equivocado¨[vi] y ¨El próximo Gobierno deberá de ser de unidad para todos los costarricenses, que sea de diálogo y que sepa respetar a su gente¨[vii]. En el mismo sentido, afirmó que en caso de ganar la presidencia estaría dispuesto a nombrar personas de otros partidos políticos para de ese modo crear un gabinete multipartidista.
Por su parte, Fabricio Alvarado ya ha recibido el apoyo de Juan Diego Castro, quien al momento de aceptar su derrota manifestó: ¨¡Ay mi Costa Rica, que Dios nos bendiga a todos! Que Dios nos dé fuerzas y ojalá que el ungido del Señor sea el que gane. Ojalá que gane Fabricio (Alvarado) con la guitarra y con el tara rara y el mamusca torrusca taca tatata nos saque del atolladero. Ojalá que Fabricio hable en lenguas porque si Fabricio no gana, compatriotas, a este país se lo llevo el mamusca tacatusca morrusca¨[viii].
No hay dos sin tres
En efecto, la segunda vuelta de abril será la tercera en la historia democrática de Costa Rica. En las dos anteriores el vencido finalmente fue el PLN, en 2002 contra Abel Pacheco del PUSC y en 2014 frente al actual mandatario Luis Guillermo Solís del PAC. Esta es la primera vez que el PLN queda afuera de un balotaje y su aval a alguno de los candidatos sería vital para las aspiraciones del mismo. Si bien en principio se podría pensar que por línea ideológica el PLN debería ser más afín al PAC que al PREN, el apoyo del partido está por verse –si es que decide dar su aval de forma orgánica por alguno de los dos candidatos-. Por el momento, Álvarez Desanti felicitó a ambos y declaró que votará en la segunda vuelta pero evitó mencionar por quién lo hará, mientras que el diputado del mismo partido, Ronny Monge, sostuvo que jamás votará por el PAC.
Los Alvarado tienen por delante la ardua tarea de congraciarse con los electorados que les han sido ajenos en esta ocasión. Para ello deberán definir sus estrategias en lo inmediato, buscar nuevas alianzas con quienes han quedado fuera de la contienda y/o adoptar un discurso más abierto y transversal. El objetivo es retener a los propios y convencer a los extraños. Quién será más hábil para dicha labor es lo que está por verse.
[i] Según los resultados del decimotercer corte del Tribunal Supremo de Elecciones.[ii] Íbid anterior.[iii] Íbid anterior.[iv] Íbid anterior.[v] https://www.nacion.com/el-pais/politica/rodolfo-piza-matiza-la-derrota-con-el-consuelo-de/WQBSFABEOVDZXMWR3TFCKBGQDY/story/
[vi] https://www.crhoy.com/nacionales/carlos-alvarado-quien-crea-que-puede-gobernar-solo-esta-equivocado/
[vii] Íbid anterior.
[viii] https://www.nacion.com/el-pais/politica/juan-diego-castro-responsabiliza-a-quienes-se/C6MYAFLPCFF5DLJKZRVW2NRBQQ/story/