Venezuela | Petro, un modelo que cierra si los buitres quedan afuera – Por Daniel Fernández

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El Petro, la criptomoneda anunciada por el gobierno venezolano, guarda cada vez menos secretos. Carlos Vargas, Superintendente de la Criptomoneda Petro, anunció que el organismo está dedicado a la creación de un criptoactivo, lo que parece confirmar la teoría que se trata de la versión digital de un título de deuda soberana. No obstante, ¿es suficiente esta iniciativa para sortear los ataques que el gobierno venezolano recibe a nivel económico y político?

La situación económica de Venezuela es acuciante. Estados Unidos sigue profundizando su intervención directa e indirecta sobre la economía local –incluyendo sanciones y bloqueos financieros-, al tiempo que organiza y financia a la oposición, con ánimos de desestabilizar el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

En las últimas semanas, la administración estadounidense buscó asfixiar definitivamente las arcas del gobierno venezolano, a través de un bloqueo financiero, que significó la prohibición para las entidades internacionales de realizar transacciones con títulos de deuda y acciones emitidas por el gobierno venezolano y/o su petrolera nacional, PDVSA.

La tecnología que sustenta el desarrollo del Petro es conocida como blockchain, que en español significa cadena de bloques, y es utilizada para el intercambio descentralizado, y sin intermediarios, de bienes intangibles. Por ejemplo, en 2015 Nasdaq implementó Linq para las transacciones de acciones de su bolsa, mientras que en 2016 Consen Sys y L03 Energía implementaron Transactive Grid, una plataforma basada en la red de Ethereum Network, para la compra y venta de derechos de uso de energía renovable.

Sin embargo, la firma que hoy está en boca de todos es Satoshi Nakamoto, que en 2009 lanzó Bitcoin, la primera moneda fiduciaria digital basada en esta tecnología y que ya cotiza en los mercados a futuro a 18.000 dólares.

Blockchain es una base de datos distribuida entre sus usuarios, por lo que no requiere un organismo central para funcionar, y donde cualquier agente dentro de la red puede validar las transacciones que se producen, lo que elimina la necesidad de intermediarios. Esto último resulta atractivo para el gobierno venezolano, pues sabe de la existencia de numerosos inversionistas dispuestos a invertir en Venezuela, pero que se ven imposibilitados por las medidas estadounidenses.

Es que, hoy por hoy, estas operaciones se hacen mediante organismos multilaterales a través de contratos que deben ser radicados legalmente en las ciudades de Londres o Nueva York, motivo por el cual la administración estadounidense cuenta con enorme injerencia.

Petro no sólo elimina la necesidad de estos intermediarios, sino que además podría brindarles anonimato a todas aquellas personas físicas o jurídicas que deseen comprarlo, eliminando así el temor a represalias por parte de la Casa Blanca. De hecho, las transacciones que involucren al bono digital serán validadas por los propios interesados. Sin embargo, ¿cuán seguras podrían ser este tipo de inversiones?

De esta manera, se elimina otros tipos de intermediarios asociados a la transacción. Por ejemplo, las casas de apuesta incorporaron los contratos inteligentes para determinar automáticamente los ganadores y perdedores, y así, distribuir las ganancias sin ningún tipo de mediación de un tercero (evadiendo así, de paso, cualquier control).

No hay pistas que indiquen un desarrollo en esa dirección, sin embargo, este tipo de programas informáticos podrían garantizar la fiabilidad del sistema en algunas transacciones que resultan controversiales, como puede ser el pago de intereses o la renegociación de la deuda.ven deuda

¿Cuáles son los aspectos más prometedores de la iniciativa? Por un lado, la creación de un canal paralelo a los mercados internacionales de capital, que permitiría acceso al crédito para el proyecto bolivariano y anonimato para los prestamistas.

Por el otro, que, si bien los ya conocidos fondos buitres podrían hacerse del Petro, no estarían facultados a accionar legalmente contra el mismo en juzgados internacionales, pues se podría prescindir de cualquier tipo de contrato. Lo que no quita la posibilidad que estos mismos fondos de capitales innoven en nuevas técnicas para cumplir su objetivo.

Por lo tanto, la seguridad deberá ser un aspecto central en el desarrollo del proyecto. Si bien esta tecnología ha demostrado ser sencilla de desarrollar y de fácil implementación, garantizar que el sistema no sea vulnerable a transacciones fraudulentas o ataques externos, requiere mecanismos que son costosos en términos de energía.

¿Venezuela decidirá afrontar este costo o planea trasladárselo a los tenedores del bono digital?

(*) Licenciado en Economía y en Ciencia Política y Administración Pública Uncuyo), Maestrando en Economía (UNLP), redactor-investigador argentino de CLAE (www.estrategia.la)

Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico

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