Celso Amorim, excanciller de Brasil: “Las acusaciones a Lula son muy frágiles”

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Por Dario Pignotti.

“Si a Lula le impiden ser candidato estaremos frente a un hecho que tendrá graves consecuencias en Brasil, y posiblemente más allá de nuestras fronteras, sería una forma de agresión a la democracia en América Latina”. Para el excanciller Celso Amorim el próximo 24 de enero, cuando un tribunal de alzada decidirá el destino de Luiz Inácio Lula da Silva, comenzará a delinearse el panorama de una región que este año elegirá a seis presidentes.

“En caso de que el Tribunal Regional Federal 4 (TRF-4)  lo saque a Lula de la disputa Brasil estará enviando otra señal negativa, Brasil tiene un peso indudable que repercute para bien o para mal en los países vecinos”, pondera Amorim al comenzar esta entrevista telefónica con PáginaI12, en la que analizó  las “coincidencias” de varios magistrados con Estados Unidos.

El futuro del ex mandatario quedó en manos de los tres camaristas del TRF-4 de Porto Alegre que tendrán que pronunciarse sobre su condena a nueve años y medio de prisión firmada por el juez de primera instancia Sergio Moro. “No quiero hacer generalizaciones simplistas pero considero que  Moro y otros magistrados están usando sus cargos para perseguir a dirigentes progresistas, entiendo que esto también pasa en Argentina”.

En caso de que el TRF-4 ratifique la sentencia , algo ciertamente  probable, Lula correrá el riesgo de quedar fuera de los comicios de octubre en los que se proyecta como favorito con el doble de intenciones de votos de su principal adversario, el militar retirado Jair Bolsonario, según las encuestas recientes.

“Batalla” fue una de las palabras repetidas el ex jefe de la política externa de Lula entre 2003 y 2010 al referirse a las disputas en los campos político y diplomático para restablecer la democracia. Como parte de ese combate Amorim  lanzó, junto a un grupo de intelectuales, el petitorio  “Elecciones sin Lula son un fraude”.

–¿Lula es culpable o inocente para la opinión pública internacional?

–Creo que muchas personas bien informadas de todo el mundo ven con perplejidad lo que ocurre en Brasil, perciben que las acusaciones a Lula  son muy frágiles. Qué el fiscal a cargo de la causa Lava Jato, el doctor Deltan Dallagnol, al no tener pruebas acusó a Lula basado en  “convicciones”. Posteriormente el juez Moro elaboró una condena igualmente frágil desde el punto de visto jurídico ya que admite carecer de pruebas que relacionen a Lula con la compra del departamento que sería producto de una maniobra dolosa. En el resto del mundo están comprendiendo que este proceso está plagado de arbitrariedades,  que fue instrumentado para impedir que el pueblo elija libremente a su presidente en las elecciones de octubre. Lo que está en juego es la democracia, en Brasil se sustituyó el golpe militar clásico de los años 70 por un golpe judicial-mediático. Estamos viendo al juzgamiento del 24 de enero dentro de un contexto mayor en el que hay una suerte de aplanadora mediático-judicial que quiere acabar con la política, especialmente con la política progresista.

–¿Es posible que la presión internacional influya en los camaristas de Porto Alegre?

–No podría dar una respuesta sobre como se comportarán los camaristas, esto sería especular demasiado, lo que sí creo es que ellos también habrán tomado conocimiento del apoyo que tuvo el manifiesto “Elecciones sin Lula son un fraude”. Cuando lo lanzamos yo esperaba  recoger cuatro mil o cinco mil firmas y de repente veo que esto explota con una adhesión impresionante que viene de cien países, ya llegamos a cerca de 170 mil respaldos, incluyendo a los ex presidentes Cristina Fernández, José Mujica, Rafael Correa y Ernesto Samper. Está el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el lingüista norteamericano Noam Chomsky, el italiano Massimo D´Alema que es un personaje emblemático de la izquierda democrática, el expresidente chileno Ricardo Lagos no lo firmó pero apoyó a Lula en las redes sociales. La batalla del momento es la batalla por la democracia, y esto lo vieron también otros potenciales candidatos presidenciales en Brasil, potenciales adversarios de Lula, como Manuela D´Avila (Partido Comunista)  y Aldo Revelo (Partido Socialista) que firmaron el petitorio.

Fuera de Brasil el país que dio más apoyo fue Argentina que ya nos dio casi 17 mil firmas y esperamos que sigan llegando más, es un manifiesto abierto a todos los ciudadanos.

–Paralelamente está la causa abierta  por Lula en la ONU.

–La ONU es una organización algo muy amplia, lo que está en curso es en el Consejo de Derechos Humanos, es  un proceso llevado por el  abogado Geoeffrey Robertson, muy reconocido internacionalmente, que está relacionado con la falta de respeto a las garantías de Lula. No estoy trabajando en ese tema directamente, no puedo dar detalles, pero entiendo que el manifiesto que lanzamos nosotros puede tener algún tipo de impacto en la ONU, porque tuvo el apoyo de personas respetadas , y no perdamos de vista que el juzgamiento de la ONU es jurídico y político.

–El año político se inicia dentro de dos semanas con el TRF-4 y culmina en los comicios de octubre. ¿Si Lula logra ser candidato y vencer, qué consecuencias traería para la región?

–Sería un cambio geopolítico que traerá grandes consecuencias, hay muchas coincidencias en lo que pasa en varios países de la región donde parece que están actuando al unísono el poder económico junto a grupos de inteligencia, junto al poder de los jueces, a los medios, y a factores externos. El contagio de la onda progresista puede ser similar a lo que ocurrió en los años 80 cuando Argentina recuperó la democracia y esto impactó en la transición de Brasil. Si Lula retorna esto puede ser beneficioso para Argentina, donde quiero expresar mi solidaridad con la presidenta Cristina que también ex víctima de una serie de acosos, y a mi amigo el ex canciller Héctor Timerman. Si  Lula vence en octubre y en México vence Andrés Manuel López Obrador (julio), estamos hablando de dos líderes progresistas en  países con mucho peso, esa posible onda progresista puede estar preocupándolos a ellos.

–¿A Estados Unidos?

–Yo no quiero adherir automáticamente a interpretaciones conspirativas pero tampoco las podemos desterrar. Hemos visto muchas coincidencias que no son menores, que están sobradamente demostradas. Las pinchaduras de la NSA norteamericana denunciadas por Edward Snowden están documentadas, y el blanco de esas invasiones eran la presidenta Dilma y Petrobras. Las escuchas ilegales del juez Moro a las conversaciones telefónicas de Dilma y Lula (marzo de 2016) al parecer contaron con apoyo tecnológico desde afuera. Son demasiadas coincidencias. El golpe contra Dilma también fue un golpe geopolítico y geoeconómico, y los grupos que estuvieron detrás de ese plan  son los que ahora no quieren que vuelva Lula. No quieren a Unasur, al Consejo de Defensa de Unasur, la Celac. No aceptan una política externa que defienda la soberanía.

–¿Qué es lo que mejor define a la política externa de Michel Temer?

_Yo diría que la soberanía es una palabra olvidada por el gobierno brasileño, este es uno de los aspectos más característicos.

Esto se demuestra en su política hacia la Amazonia, en el inicio de las negociaciones para la venta de la empresa (fabricante aviones) Embraer a la Boeing, en la política seguida con Petrobras que ya no es una empresa al servicio del desarrollo de Brasil, sus nuevas autoridades sólo se preocupan por el balance de sus cuentas. Están desmontando el sistema eléctrico, están desmontando el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social).

–Donald Trump amenazó atacar Venezuela. ¿Es una hipótesis plausible?

–Fue  la primera vez, desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962, que un presidente norteamericano amenaza usar la fuerza contra un país latinoamericano, esto debería ser motivo de una reunión de Celac, pero nadie la convoca porque  nuestros países están siendo dóciles hacia Estados Unidos. Sobre su pregunta digo que dudo mucho que Trump vaya a usar la fuerza pero sus declaraciones fueron un estímulo peligroso a que otros sigan la vía violenta en Venezuela. Lo preocupante es que frente a esa posición norteamericana la Cancillería de Brasil  dice que tiene “partido” a favor de la oposición venezolana, en lugar de actuar como agente facilitador del diálogo entre las partes. Volviendo a Trump, la verdad es que el presidente norteamericano no tiene ningún proyecto definido, es la primera vez desde la segunda guerra mundial que EE.UU. no tiene un proyecto mundial. EE.UU. siempre los tuvo, muchas veces fueron errados como el de la guerra de Vietnam, pero había una línea. La falta de ese programa de parte de EE.UU. es lo que desencadena la explosión fuerzas de derecha, el racismo, la hostilidad hacia latinoamericanos como ahora con los inmigrantes salvadoreños y antes la construcción del muro con México.

Página 12

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