Perú: músicos y comunidades indígenas se unen para luchar contra la tala ilegal
Perú: músicos y comunidades indígenas se unen para luchar contra la tala ilegal
Por Yvette Sierra Praeli.
La música crea conexiones, une culturas, ayuda a que las buenas ideas crezcan y se difundan, no importa el idioma en el que cantes. Una visión que músicos estadounidenses, escoceses y peruanos demostraron en una presentación especial que se realizó el lunes 4 de diciembre en Lima como parte de la campaña “No more blood wood” (“No más madera de sangre”), un proyecto para combatir la tala ilegal en la Amazonía, creado por Reverb, organización fundada por músicos para despertar conciencia ambiental.
Así, en una presentación muy íntima que se llevó a cabo en un local del distrito de Miraflores, los músicos James Valentine, de Maroon 5; Stefan Lessard, de Dave Matthews Band; Adam Gardner, de Guster; la cantautora KT Tunstall; y Nicolás Saba, de Kanaku y el Tigre, acompañaron a Diana Ríos, de la comunidad nativa Alto Tamaya-Saweto de Ucayali, quien interpretó su creación “Kamarampi”, palabra que en asháninka significa ayahuasca.
En la cita los músicos y representantes de las comunidades amazónicas también comentaron sobre los problemas que enfrentan actualmente, las amenazas personales y a los bosques, la demora en la justicia y el compromiso que pueden adoptar para lograr cambios.
El encuentro empezó hace una semana, cuando los músicos norteamericanos y europeos llegaron al Perú para trasladarse a comunidades nativas y conocer cómo impacta la explotación ilegal de madera en la vida de las comunidades indígenas de la Amazonía.
Compromiso a través del arte
Adam Gardner, vocalista de Guster y cofundador de Reverb, dice que cuando tomó conciencia de la cantidad de desechos que generaba la industria de la música durante las giras y conciertos decidió crear una organización que cambie esa industria. En el año 2004 fundó Reverb junto con su esposa, Lauren Sullivan, una organización sin fines de lucro que reúne a más de 50 artistas y bandas, empresas y organizaciones ambientalistas.
“Rápidamente nos dimos cuenta de la conexión entre músicos y fans y cómo podemos usar el poder de la música y de la cultura para que nuestros seguidores se involucren en un movimiento ambientalista y que actúen para generar cambios”, comenta Gardner a Mongabay Latam luego de su presentación.
La mayoría de las acciones de Reverb se dan en los conciertos y en las giras –explica Gardner–, pero la primera posibilidad de conocer directamente lo que sucede en las comunidades se presentó con EIA (Environmental Investigation Agency), hace dos años, en un primer viaje a Guatemala. Fue entonces que se unieron James Valentine y otros músicos, para esta primera travesía.
Este año la visita fue a Perú como parte de la campaña “No más madera de sangre”, que busca crear conciencia entre músicos y consumidores sobre la procedencia, en muchos casos ilegal, de los recursos forestales utilizados para fabricar los instrumentos musicales y las cosas que compran y que usan en su vida cotidiana.
“Nos sentimos muy comprometidos, porque ahora sabemos cómo las comunidades sufren la devastación de sus bosques por actividades ilegales, cómo las personas y sus familias son víctimas de asesinatos. Hemos pasado una semana viajando con Diana, Julia, Juan y Segundo, quienes enfrentan a la muerte cada día”, cuenta Gardner sobre el viaje que hicieron junto a dirigentes de la Organización Regional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Alto Amazonas (ORDEPIA), en Loreto, y a los familiares de las víctimas del asesinato de líderes indígenas y nativos de la comunidad Alto Tamaya-Saweto en 2014
La música de la Amazonía
“Kamarampi es ayahuasca, que te lleva a conocer profundamente la realidad, conectarte con otras personas. Mi canción habla de la conexión y en ella digo: vengo de tan lejos y aquí nos encontramos, estamos aquí, compartiendo nuestras experiencias, nuestra sabiduría” explica Diana Rojas, hija del dirigente asháninka Jorge Ríos, asesinado en el 2014, sobre la interpretación que realizó.
Para Diana, la vista de los músicos extranjeros ha tenido un gran significado. “Una cosa es hablar, pero otra distinta es cuando te late el corazón. Gracias a cada uno que vino de tan lejos”, les dice. Considera que se ha dado una conexión espiritual. “Nos dijeron ‘no sabemos cómo ayudar; pero dígannos cómo empezar’. Cuando te toca la voluntad, por lo menos decir cómo puedo hacerlo, es muy importante porque refleja lo que sienten y que se están preocupando”.
Diana considera que esta preocupación servirá para que más personas se interesen en lo que sucede en la Amazonía peruana, los problemas que existen, el valor que tienen sus bosques y cómo enfrentan las amenazas cada día. “Llevarán nuestra voz a diferentes países, lo que vivimos, cómo luchamos cada día”.
Recuerda que hasta ahora no se ha hecho justicia con la muerte de su padre y menciona que, pese a las amenazas de las que también ella es víctima, seguirá defendiendo el territorio. “Si no nos damos cuenta, vamos a perder los bosques y las culturas de las comunidades que van a morir. Nosotros no vamos a salir de nuestro territorio, lo seguiremos defendiendo. No queremos pensar en lo que pueda pasar, y no me quiero imaginar porque ya ha muerto mi papá y no quiero vivir con ese dolor. Que las personas de las ciudades escuchen y entiendan que ellos serán más perjudicados que nosotros si desaparece la Amazonía”, reflexiona.
Esperanza de cambio
James Valentine también está comprometido con la campaña. En conversación con Mongabay Latam dice que lo primero que pueden hacer es presionar para que se haga justicia ante la tragedia que le ha tocado vivir a estos pueblos. “Ahora que conocemos la historia, sabemos que ellos están luchando por conseguir justicia”.
Considera además que una segunda acción es difundir la preocupación entre los consumidores para que sean conscientes de dónde vienen los recursos con los que se fabrican sus guitarras u otros instrumentos, “esos que usamos cada día para relajarnos”. Explica también que ahora se puede seguir el rastro de los recursos forestales y que los consumidores deberían exigir que quienes les venden demuestren que no se trata de madera ilegal. “Es difícil porque los consumidores no pueden siempre distinguir cuando un documento es falso, o de dónde viene la madera, pero tengo la esperanza de que la demanda de los consumidores pueda cambiar esto. La gente puede empezar a pedir información sobre la procedencia de la madera y las compañías deberían empezar a mostrar los documentos”.
En cuanto a cómo impactará este viaje en su música, dice que definitivamente influenciará en lo que hace. “Aún no sé cómo, el proceso musical es un misterio, pero definitivamente creo que sucederá”, confiesa a Mongabay Latam.
Este artículo fue originalmente publicado en Mongabay Latam