Nicolás Lynch, académico y político peruano: «La derecha autoritaria del fujimorismo se quiere apoderar del Estado»

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Entrevista a Nicolás Lynch, académico y político peruano

Por Cecilia Escudero, de la redacción de NODAL

El peruano Pedro Pablo Kuczynski corrió el riesgo de convertirse en el primer presidente de América Latina en perder su cargo como consecuencia del megaescándalo de corrupción en torno a la empresa brasileña Odebrecht. Anoche, con 79 votos a favor, 19 en contra y 21 abstenciones, el pleno del Congreso rechazó el pedido de vacancia (que hubiera implicado su destitución) por incapacidad moral contra Kuczynski en razón de los supuestos negocios que habría realizado su empresa Westfield con Odebrecht. Para desentrañar este conflicto y analizar sus causas profundas, Nodal conversó con el académico y político peruano, Nicolás Lynch. Ex ministro de Educación (2001-2002) y ex embajador de Perú en Argentina, sin duda representa una de las voces más autorizadas para analizar la política peruana.

¿Cómo explicaría el proceso de “vacancia” presidencial por el que fue sometido Kuczynski? ¿qué lectura hace del resultado de la votación?

Lo que ha sucedido en los últimos días no es sino consecuencia de la ofensiva de Fuerza Popular, el partido fujimorista, que representa a la derecha autoritaria en el Perú. Aquella que implementó las reformas neoliberales y estableció para ello una dictadura, entre 1992 y 2000. Ahora vuelven a las andadas y quieren todo el poder. El intento de “vacar” a Kuczynski va de la mano con el esfuerzo por sacar al fiscal de la Nación y descabezar también el Tribunal Constitucional, todo porque alberga gente que no es adicta a su partido político. En el caso de Kuczynski, como todos sabemos, él es un representante directo de la derecha transnacional. Es cierto que no acompañó a Fujimori en los 90. Se opuso al golpe de Estado. Se puede decir que Kuczynski es un demócrata neoliberal, pero que no tiene clara la separación entre lo público y lo privado en el Perú. Como sí creo que lo tiene claro en EEUU, donde ha trabajado mucho tiempo.

¿En qué medida Kuczynski está involucrado en el megaescándalo de corrupción vinculado a la brasileña Odebrecht?

El caso es que una empresa de propiedad de Kuczynski hizo trabajos para un proveedor de Odebrecht mientras él era ministro de Economía, y luego primer ministro, en momentos en que se tomaban definiciones en el Estado sobre obras multimillonarias que realizó la constructora Odebrecht a través de diversos consorcios empresariales en el Perú. Entonces, su argumento de que una empresa suya realizó trabajos para un proveedor Odebrecht pero él no sabía nada es bastante discutible como explicación. Esto ha causado una indignación nacional y los fujimoristas encontraron un buen punto débil para su ofensiva contra el gobierno. Ahora, el tema de fondo es cuál es el enemigo principal en este momento, tal como se preguntó en el Parlamento el movimiento Nuevo Perú. El enemigo principal no es Kuczynski sino la ofensiva de la derecha autoritaria del fujimorismo que se quiere apoderar del Estado en este momento, ya sea para obtener el control político de las instituciones o para ir a nuevas elecciones y ganarlas. Por eso hubo una gran reacción en los últimos días tanto de sectores liberales de la derecha como de algunos -no todos- sectores de izquierda para evitar esta vacancia que hubiera favorecido al fujimorismo.

¿Qué puede esperarse en el futuro, con un Congreso dominado por la oposición fujimorista?

Más allá de que haya evitado la vacancia, Kuczynski queda drásticamente debilitado. Y se abre una crisis permanente, no del gobierno, sino de algo más profundo. Se trata de una crisis del Estado neoliberal que se organizó en el Perú a principio de los años 90. Y que ha tenido como uno de sus pilares de funcionamiento lo que se llama la puerta giratoria: gente que trabaja un tiempo en el sector público, otro tiempo en el sector privado, y viceversa, como es el caso de Kuczynski. Esta dinámica se pone al descubierto en un momento en que el Estado neoliberal pierde credibilidad en el país porque estamos atravesando una crisis económica. Han bajado los precios de las materias primas en el mercado mundial y nosotros vivimos de la venta de minerales, principalmente cobre y zinc. Por lo tanto, las estructuras políticas neoliberales que habilitaron este momento de vacas flacas entran en crisis. Y lo que es más importante: entra en crisis la hegemonía ideológica, el convencimiento de la gente de que en algún momento les iba a “chorrear” algo, como dicen los neoliberales, desde arriba. El caso es que han pasado 25 años desde el autogolpe del 92 y este derrame no se ha producido.

¿Y entonces?

Por eso, creo que este es el momento de levantar banderas alternativas. El país necesita no sólo un nuevo gobierno sino una democracia distinta, que se tiene que plasmar en una nueva Constitución, que suplante la impuesta por la dictadura en 1993. Creo que nos esperan en los próximos semanas y meses el desarrollo de nuevas crisis en el Perú. Hay que ver cómo esto se expresa en el movimiento social. Si alguien recoge las banderas de las organizaciones sociales. Y si finalmente podemos superar ya esta larga noche neoliberal que nos tiene oprimidos.

¿Cómo gravita la figura de Kuczynski en el mapa de fuerzas regional?

Hay que ser conscientes de que el Perú ha estado afuera de lo que se denominó el giro a la izquierda de América Latina. En los últimos 100 años hemos llegado tarde a las tendencias latinoamericanas. Pero tal vez lo que se está viviendo en Perú ahora, este deterioro de la hegemonía neoliberal en general, podría, lo pongo en potencial, podría generar condiciones para pensar en un viraje progresista en Perú, y en este sentido ir contra lo que se da como tendencia en América Latina en la actualidad.


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