Candidatos y definiciones – Diario El Colombiano

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Ayer fue día de definiciones políticas y electorales, con miras a las elecciones parlamentarias y presidenciales del año entrante. Si bien algunos de los partidos y movimientos políticos tenían ya escogidos los nombres de sus aspirantes presidenciales, no se habían concretado los de los candidatos al Congreso ni la modalidad de las listas.

Hasta la semana pasada el catálogo de precandidatos a la Presidencia excedía incluso la capacidad de información de algunos ciudadanos que se interesan por la política, ya ni se diga de una gran masa que ve el espectáculo electoral como una movida ajena donde están en juego unos intereses muy definidos.

Ya sea por firmas, por escogencia de sus partidos, consulta popular o mecanismos internos mediante encuestas, los partidos con mayores opciones de representación y movilización electoral concretaron los nombres que continuarán en la lucha hasta, por lo menos, las elecciones parlamentarias de marzo de 2018. De estos nombres, aún pueden producirse coaliciones el año entrante.

Los candidatos oficiales con mayores opciones ante los electores son, por el Partido Liberal, Humberto De la Calle; por el Centro Democrático, Iván Duque Márquez; por la Alianza por Colombia, Sergio Fajardo; y por firmas, así tengan partidos y movimientos que los respaldan, están Germán Vargas Lleras, Gustavo Petro y Alejandro Ordóñez. Por su parte, Marta Lucía Ramírez competirá con Duque Márquez, mediante una fórmula pendiente de definir, para ser el nombre propuesto por la alianza entre los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana.

Del espectro ideológico, desde la izquierda hasta la derecha, pasando por centro izquierda, centro y centro derecha, se encuentran opciones plurales. Algunos de ellos no se adscriben a determinado sector ideológico, pero llegará el momento, forzados por la propia dinámica de las campañas, en que habrán de definir sus posturas y programas en diversos campos en los que no es posible salir con vaguedades o permanecer neutrales.

De estos candidatos, hay varios cuyas hojas de vida muestran trayectorias valiosas, con ejecutorias plausibles y servicios que pueden presentar con orgullo a la sociedad. Sus hojas de vida deben quedar sometidas al escrutinio ciudadano y de los medios de comunicación. Deberán estar dispuestos a responder preguntas sin asumirlas como ataques a su integridad, pues si ésta no admite dudas no hay razón para que no ofrezcan explicaciones cuando los interrogantes sean procedentes. Los ciudadanos, y en particular los electores, tienen derecho a pedir claridad a los candidatos, y a esperar que estos sean honorables, dignos y que no tengan manchas en sus hojas de vida, ni la personal ni la política.

También tienen varios de estos candidatos nivel intelectual para desarrollar campañas con altura, ofreciendo programas sólidos y explicando tesis para obtener apoyos mayoritarios. Pueden polemizar y ser incisivos con sus contrincantes, pero ojalá no se repitan las campañas sucias de 2014.

La ciudadanía también tiene su papel, que no debe ser pasivo. Tiene derecho a preguntar, cuestionar, buscar las mejores opciones, pero también el deber de informarse, examinar los programas, escuchar los debates, no atender infundios ni aceptar campañas sucias y, siempre, ejercer el derecho -que es, ante todo, una opción ética- de votar por quien considere el más idóneo para gobernar.

El Colombiano

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