Argentina: segunda noche de cacerolazos en rechazo a la polémica reforma previsional
El ruido del descontento popular
Miles de personas salieron a última hora de ayer otra vez a la calle para manifestar su rechazo al recorte de los haberes de los jubilados. Como el lunes a la noche, mientras la Cámara de Diputados aún debatía la reforma previsional, hicieron oír el ruido de sus cacerolas en las principales esquinas de los barrios porteños en el conurbano, para luego marchar desde allí hacia el Congreso, y también en varias ciudades del interior. Fue la respuesta al pedido de Macri de que “no duden” que su intención es mejorar las jubilaciones y de que “dejen una ranura para creer” que esa ley que el Gobierno impuso con el apoyo de gobernadores peronistas es “buena”.
“Ole, ole, ola, ola, si este no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?”, cantaban los vecinos reunidos anoche en las puertas del Congreso. “Parece un chiste. Macri pide que aceptemos las reformas, cuando él no abre la cabeza ante este reclamo del pueblo. ¿Cómo los vamos a aceptar? Jubilados afectados, niños afectados, familias enteras que se quedan sin comida. Es una estafa”, decía un joven entre el ruido de las cacerolas.
Tras la sanción de la reforma previsional, Macri brindó ayer al mediodía una conferencia de prensa. No hizo ninguna autocrítica por los cacerolazos. Sólo dijo respetar “que haya gente que piense que estas reformas no son buenas”, pero hizo una fuerte defensa del ajuste a los jubilados y llamó a aquellos que la rechazan y lo expresaron cacerola en mano en las calles que le tengan fe. “Es importante que no se cierren totalmente sin siquiera darle una oportunidad”, insistió y aseguró que la ley “buena”.
“Macri basura, vos sos la dictadura”, coreó la gente horas más tarde en los distintos cacerolazos. Quienes fueron al Congreso el lunes a la noche para repudiar el ajuste y la feroz represión de horas antes en ese mismo lugar se encontraron con una guardia de policías que a las tres de la mañana avanzó con motos para dispersar a los manifestantes.
Anoche casi no había policías de guardia en el Congreso, donde a la hora en que los manifestantes empezaron a llegar los diputados trataban la reforma tributaria. Apenas había algunos agentes de seguridad y un par de patrulleros. En el piso estaban apiladas las vallas metálicas usadas para cercar el lugar el día anterior. Muchos las usaron para hacer ruido o para sentarse a descansar.
“No imaginé que iba a llegar a tanto”, lamentaba un joven con su hija de la mano, quien dijo haber ido hasta allí porque “lo que hicieron no fue un atropello a los jubilados sino a la gente en general” y con “cero miedo porque esta es la gente que se cansó”. A unos metros, una señora exponía también las razones de su presencia: “Estoy accionando por la justicia.”
A su alrededor había familias, jubilados y muchos jóvenes; todos manifestándose en forma pacífica como sintetizaba el cartel que llevaba uno de ellos: “No tiramos piedras, tiramos conciencia.”
A esa hora, en muchos de lugares de la Ciudad de Buenos Aires se repetían escenas como las de la noche del lunes. Entonces, la violencia vivida alrededor del Congreso durante el primer tramo de la sesión que terminó en la aprobación de la reforma previsional dejó a los miles que se manifestaron de manera pacífica contra el ajuste a los jubilados con un sabor amargo llevó a la gente. La mayoría debió desconcentrar la zona de la plaza al ritmo de los gases, balazos de goma y la feroz represión de la policía que justificó su accionar en un grupo de manifestantes violentos. Pero ese descontento popular volvió a la calle esa misma noche y se expresó con cacerolas, bocinazos y aplausos.
“¡Unidad de los trabajadores. Y al que no le gusta se jode, se jode!”, se volvió a cantar anoche en las principales esquinas de los barrios porteños mientras en las redes sociales se multiplicaban las convocatorias a sumarse a la protesta. “Nuevos cacerolazos en contra de la ley de reforma previsional y la ley tributaria”, “Sigue la bronca”, “¡No es reforma es saqueo a los mas vulnerables!”, fueron algunos de los comentarios que se viralizaron, con fotos de los distintos puntos de concentración. Hubo menos gente, pero con la misma bronca.
Macri acusó a manifestantes y diputados por la represión y habló de “defender a los jubilados”
El presidente Mauricio Macri habló en conferencia de prensa en la Casa de Gobierno tras la aprobación de la polémica reforma previsional, que tuvo luz verde ayer en Diputados.
“Lo que hemos hecho con esta reforma es garantizar no 6 meses o un año sino que una fórmula que los defienda del peor mal que han sufrido que es la inflación, contra la cual estamos luchando. Esta fórmula les va a garantizar que van a estar un poco mejor que la inflación”, aseguró.
“Argentina vive un momento de paz”, aseguró y sobre la represión en la zona del Congreso afirmó que “fue algo premeditado” y que “queda claro que hay diputados de la nación que han incitado a la violencia” con sus discursos en el recinto.
El Presidente también dijo que le “sorprende no haber escuchado mayor condena por parte de líderes de la oposición” sobre los policías heridos y señaló que los agentes “son también argentinos, tienen sus familias están trabajando para cuidarnos”.
“La agradezco a la policía”, agregó y afirmó que están “defendiendo la institucionalidad de nuestro país”.
Consultado sobre los cacerolazos del lunes dijo que respeta “que haya gente que piense que estas reformas no son buenas”. Sin embargo, reclamó: “Siento que esto los va a ayudar, que manifiesten su desacuerdo pero dejen una ranura para creer que si funciona va a ser bueno para ellos también”.
“Estoy jugador de cuerpo y alma en que estas reformas nos van a permitir crecer 20 años”, afirmó.
Tres personas perdieron un ojo por los proyectiles lanzados por la policía frente al Congreso
Fueron mil personas que llegaron al Congreso desde Ensenada para rechazar la reforma previsional: entre ellos, Daniel Nievas. Con otra agrupación pero el mismo objetivo, Horacio Ramos también protestó el lunes. Ambos, junto a Roberto Alvarez, terminaron en las guardias médicas. Los tres fueron heridos durante la represión y perdieron un ojo por las balas policiales. La familia de Ramos está pidiendo en las redes sociales si hay testigos de la agresión que sufrió en Hipólito Yrigoyen, entre Solís y Virrey Ceballos. Además, denunciaron que la policía lo golpeaba mientras lo estaban curando. “Voy a seguir luchando con lo que quede de mí”, dijo a PáginaI12.
Nievas trabaja en Astillero Río Santiago (ARS), le dicen “El Dengue” y un perdigón de goma le hizo estallar el globo ocular derecho. Sin perder la calma, dijo: “Perdí el ojo, hermano. Mañana me operan, hay que vaciarlo. Mala leche”. El día previsto para el tratamiento de la ley que ajusta a los jubilados, muy temprano, trabajadores y trabajadoras del ARS decidieron en asamblea movilizarse a la Plaza de Mayo en el marco del paro general de ATE y de la CGT. Viajaron en 15 micros y varios autos. Antes de llegar a la Capital fueron detenidos por un retén a la altura del peaje Hudson de la autopista, donde los hicieron bajar de los micros y les revisaron las pertenencias. Más tarde, Nievas resistió el avance de la policía porteña y, cuando esa pelea se volvió cuerpo a cuerpo, fue baleado en el rostro.
En la sección Cobrería del ARS, sus compañeros dicen que es un “luchador de toda la vida”, que ingresó como contratado en los ‘90 y estuvo en todas las luchas”. Nievas no fue el único herido, Sebastián Zapata, de la sección Soldadura, también tiene riesgo de perder uno de sus ojos.
Horacio Ramos es herrero y tiene 51 años. Milita en el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). Con sus compañeros y socios en una imprenta autogestionada se encontró en la Plaza de los Dos Congresos. “Estaba detrás de una madera y de pronto, cuando se levantó, le pegaron en el ojo. Herido retrocedió hacia la Casa de las Madres, donde había una posta sanitaria, luego cruzó la plaza hasta el Instituto Patria, donde le dijeron que era grave”, relató su compañero Ulises Guede. En Callao y Rivadavia lo curaron en una carpa del SAME, adonde llegó caminando por esa avenida en medio de la parte más cruenta del operativo represivo. “Se tira en una camilla para que lo atiendan, ahí había unos cascos que se caen y en ese momento policías que estaban adentro de la carpa lo empezaron a moler a golpes, como es corpulento salió de ahí a los empujones hasta que dio con una empleada de la Defensoría del Pueblo, que lo acompañó al Hospital Santa Lucía”, completó.
Su familia difundió en las redes sociales un mensaje: “Todavía desconocemos si se trata de una bala de goma o plomo, ya que por la complejidad de la herida no se la pudo ubicar, ni remover. Después de haber recibido el disparo, como pudo se acerco a carpa del 103 y en su interior, lejos de recibir atención medica, fue brutalmente golpeado por efectivos de la policía. Sigue internado, fue operado de urgencia a la hora de ingresar al hospital y posiblemente tenga que volver a ser intervenido ya que tiene el proyectil en su cabeza”. Y pidieron ayuda a quien haya sacado alguna foto o filmación de las situaciones que vivió (como contacto, dieron el correo ayus92@hotmail.com). Necesitan pruebas porque serán querellantes en las denuncias abiertas contra el ilegal accionar represivo de la Policía de la Ciudad.
Roberto Álvarez, el Barba, perdió su ojo izquierdo durante la represión en Congreso. La columna del Partido Obrero estaba sobre Rivadavia y Sáenz Peña. Los testigos contaron que, en un momento, la policía se quedó sin gas lacrimógeno y comenzó a tirar piedras sobre los manifestantes. Una le pegó en la cara y le causó la grave herida. Este militante trotskista tiene 64 años y es de Morón, por más de 30 años trabajó y militó en el gremio gráfico y se jubiló hace apenas dos meses. “Esta pérdida no cambia mi convicción de seguir luchando por la clase obrera y el socialismo”, escribió en su muro de Facebook, mientras sigue internado en el Hospital Durand.
Cambiemos logró la media sanción de la reforma tributaria
Nuevamente con el tronar de las cacerolas como banda de sonido la Cámara de Diputados debatió y aprobó otro de los proyectos de reforma enviado por el Ejecutivo y acordado con los gobernadores.
Con los ánimos aun caldeados por la reforma previsional el oficialismo le dio media sanción y giró al Senado la reforma tributaria por amplia mayoría pese al rechazo del Frente para la Victoria y las abstenciones del Frente Renovador. La propuesta cosechó 146 votos a favor, 77 en contra y 18 abstenciones.
El carácter técnico del debate ayudó a que la temperatura del debate no suba de temperatura más allá de las diferencias insalvables entre oficialismo y oposición respecto de la política económica.
Por otra parte, sobre el final del debate el oficialismo recogió algunas de las críticas de la oposición y dejó al costado los artículos que perjudicaban a las cooperativas y las mutuales, y también al artículo que establecía que las indemnizaciones estarían alcanzadas por el impuesto a las ganancias.
“Estamos ante la reforma más ambiciosa y profunda que se ha hecho en las últimas décadas”, destacó aferrado al relato que baja desde la jefatura de Gabinete el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y diputado del PRO, Luciano Laspina, que fue el encargado de abrir el debate.
Laspina obvio, entre otras cosas, que la norma impone el pago de impuestos a las ganancias a las indemnizaciones a las cooperativas y a las mutuales y le baja ese mismo tributo a las grandes empresas
En ese relato, con más de ficción que realidad, el economista reconoció que “el punto de partida es delicado” por el “elevado déficit”, aunque omitió ponderar cual es la responsabilidad en ese rubro de las políticas económicas impulsadas hasta hoy por el Gobierno. Sin embargo si recalcó que la presión tributaria bajó dos puntos desde la asunción de Mauricio Macri. “Por eso proponemos que todas las reformas se hagan en un plazo gradual de cinco años”, concatenó.
Según cálculos preliminares del Ministerio de Hacienda que citó Laspina en el recinto, y al que no tuvieron acceso el resto de los diputados, la carga impositiva bajará 1,5 puntos del PBI durante ese período.
A su turno, el exministro de Economía y actual diputado del Frente para la Victoria, Axel Kicillof, sostuvo que la reforma en discusión “le perdona impuestos a los que más ganan e intenta trasladar la carga tributaria a los consumidores y a los pobres”.
“Esta ley forma parte del ‘paquetazo’ de reformas neoliberales que el Gobierno tuvo escondido toda la campaña, y que sacó a la luz ni bien terminaron los comicios”, denunció Kicillof, miembro informante del Frente para la Victoria-PJ.
Kicillof detalló que si bien es cierto que el gobierno redujo la presión tributaria en dos puntos del PBI enfatizó que esa baja se debe a la baja en “los impuestos a las mineras, a los grandes patrimonios, y a la amnistía a los evasores”.
Por su parte, Marco Lavagna, del Frente Renovador, intervino en el debate como si aun fuera tiempo de campaña y eligió “la ancha avenida del medio” para analizar el proyecto. El dipuatdo renovador marcó que la iniciativa “no trabaja sobre el fondo de la cuestión, que es cambiar la matriz impositiva en Argentina”, y mencionó tanto los puntos que consideró positivos como los negativos.
Lavagna consideró potable el impuesto a la Renta Financiera, pero cuestionó que se rebajen aportes patronales.
En tanto Diego Bossio, del bloque justicialista, atacó la simbiosis entre el gobierno y los empresarios. “Hay que exigir a los empresarios que pongan lo que tienen que poner”, y agregó: “Si no hay una vocación real del Ejecutivo y del sector empresario de invertir en Argentina, no hay ningún beneficio que alcance”
Bossio en tramo de su discurso también eligió navegar por la non tan ancha avenida del medio y remarcó: “Nos quedamos a mitad de camino con esta reforma. No termina de ser lo suficientemente agresiva”,
El otro ex ministro de Economía del kirchnerismo que habita la Cámara, Martín Lousteau, desde Evolución Radical, apuntó a la “falta de certezas” sobre el impacto de la futura ley en las provincias y se quejó del tratamiento exprés que tuvo el tema.
El diputado, en este caso, eligió repetir buena parte de los argumentos vertidos en Comisión y señaló: “No sabemos a ciencia cierta cuál es el cuerpo definitivo de lo que estamos debatiendo”.
El presidente, Mauricio Macri, aprovechó la conferencia de prensa que ofreció ayer en Casa de Gobierno para sostener que las leyes que se vienen, entre ellas la tributaria, servirán para sentar las «bases para sacar a todos los argentinos de la pobreza».
En una sesión que comenzó a las 17, los legisladores debaten el proyecto que, de manera análoga a lo que sucedió con la ley previsional, fue consensuado con 23 de los 24 gobernadores. Pero en buena medida, el proyecto de ley fue redactado en conjunto entre el gobierno y las grandes compañías privadas, con excepciones por el lado de la industria y de ciertos ambientes de la pequeña y mediana empresa, que objetan la letra chica del proyecto oficial.
Entre los puntos destacados de la iniciativa de Cambiemos, se cuentan la reducción del impuesto a las ganancias corporativas no distribuidas; la devolución anticipada de saldos a favor de IVA por inversiones; el mínimo no imponible para contribuciones patronales.
El proyecto también trata la posibilidad de gravar la renta financiera con un alícuota del 15% para rendimientos de moneda extranjera; y del 5% para rendimientos de instrumentos de renta fija en pesos.
Además, propone eliminar el impuesto a la transferencia de inmuebles para reemplazarlo por un impuesto del 15%.
La iniciativa oficial plantea también un apartado de responsabilidad fiscal, en cuyo marco impulsa la baja de la presión impositiva, el límite al nivel de endeudamiento; la reducción del gasto público; y el control de empleo estatal.
También pauta un “consenso fiscal”, que establece la eliminación gradual del 15% que se le restaba a los impuestos coparticipables. En ese marco, el gobierno y las provincias pautaron una lista de compromisos en torno a la modificación de la Ley de Impuesto a las Ganancias; el presupuesto 2018; la Ley de Revalúo Impositivo; el impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias y Otras Operatorias; Asignaciones Específicas; Reformulación del Esquema de Imposición sobre los Combustibles; Régimen previsional; Nueva ley de coparticipación federal de impuestos; Nueva ley de modernización del Estado; y Compromiso de compensaciones mutuas.
Pese a que la redacción se realizó mano a mano con las grandes empresas, un documento interno de la Unión Industrial (UIA) que publicó el portal Iprofesional reveló el malestar de esa entidad con el proyecto del gobierno.
De acuerdo a esa publicación, los industriales denuncian que el proyecto presenta cambios solamente a favor del fisco, a la par que acusa que: “No se aprovechó para borrar disposiciones de la ley inconstitucionales”, entre otros puntos.
Otros puntos de controversia son los 23 y 24, que obligan a cooperativas y mutuales a pagar ganancias. En la semana, las federaciones cooperativas más importantes del país manifestaron su repudio y preocupación. Al respecto, en el debate, el diputado Carlos Castagneto expresó: «Queremos derogar esos artículos de la reforma tributaria porque las cooperativas y mutuales no son empresas y no deben pagar ganancias. Con estas leyes, los pobres serán más pobres y la clase media dejará de existir».